Epílogo
Herencia
A Lilita
Buenos Aires, 1984.
Toman un taxi en el Aeropuerto de Ezeiza rumbo a la vieja casa familiar,
de regreso al país gracias a la recién recuperada democracia.
-Daniel, no te
olvides de llamar a tu madre para avisarle que llegamos.
-No, papá.
Daniel ve las dudas y el temblor en las manos de Fabián antes de abrir
la puerta – Dame, viejo.
-Esperemos que
no hayan cortado los servicios.
-Está todo pago –
responde mientras enciende las luces que se dispersan entre las mil motas de
polvo y telarañas que pueblan el ambiente – ¿Estás
bien?
-Si, hijito,
si. Voy a comprar algo para cocinar.
-Trae una pizza
o empanadas.
-Sabés que no
me gusta la comida hecha; abrí las ventanas y ventila que ya vengo, entra el
equipaje.
Levanta las persianas, prende un cigarrillo y retira una a una las sabanas que cubren los
eternos muebles de caoba de su casa. De vuelta al fin, después de los largos
años de exilio en Francia durante el último gobierno militar. Recorre el patio
y mira con pena las plantas marchitas que no llegaron a regalar cuando las
amenazas por su nivel de compromiso en
el sindicato, los obligaron a marcharse.
El olor familiar de la salsa lo devuelve al presente – Lava unos platos y pone la mesa Daniel, esto
ya casi está listo.
-¿Estas seguro,
papá?
-¿De qué?
-De vender la
casa.
-Sí, es muy
grande. Compramos un departamento para tener una propiedad acá y volvemos a
Paris – lo mira a los ojos adivinando la intención de sus
palabras - ya lo discutimos mil veces
– y levanta la mano frenando la pelea que sabe que viene – la economía es un desastre y no me olvidó que estuviste en peligro
Daniel, si yo no hubiera tenido alguna influencia no quiero ni pensar en lo que
podría haber ocurrido.
-Ya sé todo
eso, pero las cosas cambiaron.
-¿Por cuánto
tiempo? En este país nunca se sabe que puede pasar.
~•~•~•~•~•~
Lo despierta al día siguiente –
Dale, hijo, levántate, ahí te dejo el café, voy a buscar un tasador para los
muebles, empeza a limpiar y a tirar lo que no sirve.
-¿Por dónde…? –
pregunta bostezando.
-¿La
biblioteca?
-¿Yo solo? –
duda – ni sé que hay ahí.
-Bueno, el
patio entonces, tira las macetas y todo lo que veas que no sirve.
Después del almuerzo, juntos, emprenden la tarea de vaciar la enorme
biblioteca – ¿Estos discos?
-A la basura.
-¡Mira todas
estas revistas, viejo!
-Eran de mi tía
abuela…le gustaba guardar todo.
-Che, pa…¿este
no es el abuelo?- dice, señalando la foto de la publicación.
-A ver -
se acerca, acomodándose los anteojos- …si.
-Acá dice que
se había comprometido con una actriz en…1923.
-Aja…
-¿Nunca se
volvió a casar?
-No.
-¿Pero habrá tenido
alguna pareja, novia, algo?
-¡Que se yo! Era
otra época, tu abuelo era muy reservado, además no vivimos mucho tiempo juntos,
y después de que se mudó a la estancia, en Trelew, lo vi muy pocas veces. ¡Tira
eso de una vez!.
Unas horas después… - ¿y estas
cajas? –pregunta, mientras ve a su padre apilar una encima de la otra.
-Cosas de tu
abuelo.
-¿Puedo?
-Si.
-¿Qué es esto?
-A ver… - contesta
con fastidio – cartas de navegación,
mapas…¿te acordás que te conté que sabía pilotear?
-¿Vos también,
no?
-Hace mucho…
-Hay dibujos,
varios diarios de viaje y documentos…¿y esto qué es?
-Son papeles
viejos de las empresas – responde después de darles un vistazo - es tarde, quiero terminar esto rápido, antes
que nos agarré la hora de la cena.
-¿Me los puedo
quedar?
-Hace lo que
quieras Daniel, pero ayúdame, ¿si?.
~•~•~•~•~•~
-Estamos
cenando, no leas en la mesa
-¿Quien era
Pedro?
-¿Pedro?
-Beggio – aclara
pasando las hojas del cuaderno – lo
nombra bastante.
-Un socio –
responde haciendo memoria – un amigo de
mi padre – recuerda la pálida y espigada figura vestida de negro que lo
abrazo en el funeral – el “Buscahuesos”
le decía papá para joderlo – sonríe – era
paleontólogo. Me regalo esa colección de piedras que está ahí y … - se levanta para buscar un libro
en los semivacíos estantes – este..
-“Para
el hombre del futuro, feliz cumpleaños” – Daniel lee
la dedicatoria en voz alta y estudia la tapa – ¿De La Tierra a la Luna, de Verne?
-Guillermo me decía que siempre
hablaba de la luna.
Los días transcurren entre inmobiliarias, tasadores y libros – Separa lo que es para donar, de lo que se
tira y lo que nos quedamos nosotros, tengo que ir a ver departamentos ¿podés
seguir solo?.
-¿Y estos
tomos?
Sacude la cabeza y suspira – ¡Si
vas a leer todo no terminamos más! Libros
de los aniversarios de la Fundación – y explica ante la expresión de
asombro – Géminis, la fundo tu abuelo
para apoyar la educación y la ciencia.
Repasa algunos títulos “Desarrollo económico de la región patagónica”
“Hallazgos paleontológicos” - ¿Qué fue de
ella?.
-Estaba a cargo
de un muchacho que trabajaba con él, descendiente de mapuches, Coli…
-¿Coliqueo,
Manuel? – pregunta leyendo
Asiente – ¿Me puedo ir?
-Según esto sigue siendo el
Director
-Vuelvo a la noche,
¡cocina algo! – grita al salir cuando ve que no levanta la vista de
los volúmenes.
~•~•~•~•~•~
Se sirve un whisky mientras repasa las notas que tomo sobre los
departamentos que visito el día anterior. Sin noticias de Daniel en todo el día
“una cosa es que sea un hombre grande y
otra que no avise adonde va”, protesta para sí mismo cuando el ruido de la
puerta lo interrumpe.
-¿De donde
venís, Daniel?
-De La Plata
-¿No te pedí
que fueras a ver a tu madre?
-Sí, ya voy a
ir. ¿Sabías que en el Museo de La Plata hay Salas y placas con el nombre del
abuelo y de Pedro?
-Sí, claro…él
se…obsesiono de alguna forma con la Patagonia y se dedico a eso…donaba fondos
para el Museo y la Universidad, era un poco excéntrico.
-Estuve
revisando los papeles y libros y…
-¿Qué?
-¿Te diste
cuenta que la apertura de los supermercados y las empresas coinciden con los
viajes de Pedro?
-Es que toda
esa región se desarrollaba en esa época hijito, él era un hombre de negocios y
aprovechaba las oportunidades donde las había.
-¿Qué pasó con
todo eso?
-Los
supermercados, igual que el Banco, se transformaron en Sociedades Anónimas y
las acciones se vendieron, el resto quedo como patrimonio de la Fundación.
-¿Y si vamos?
-¿Adonde?
-A Trelew, me
gustaría conocer la estancia.
- De ninguna
manera. Sabés que no me gusta viajar.
-Son un par de
horas en avión.
-Tenemos que
terminar con esto, Daniel.
-Tengo un mes
de licencia en el hospital con que vayamos unos días… ¿no se llevaban bien el
abuelo y vos, no?
-Sí, pero…-
responde titubeando – compartimos tan
pocas cosas… – el pensamiento perdido en recuerdos del pasado – él viajaba mucho.
-Por eso,
viejo, ¿no querés ver todo aquello de vuelta?
-Con una condición
Daniel – decide - pasas
Navidad con tu madre porque si no me mata y después vamos, unos días nada más
– aclara fingiendo seriedad ante el entusiasmo en el rostro de su hijo – dejame ver si encuentro en alguna parte el
teléfono…
~•~•~•~•~•~
Un hombre de edad mediana, cabello y ojos negros, los recibe cuando
llegan al aeropuerto de Trelew – Sr.
Graziani, un gusto verlo de nuevo, bienvenidos al pueblo.
-El gusto es
nuestro – contesta estrechando la mano – Daniel, él es Manuel Coliqueo.
Conversan en el auto mientras recorren la ruta que los lleva a la
estancia.
-¿Y cómo están
las cosas por acá?
-Nos arreglamos
como siempre… dedicamos parte de El Michay…
-¿El Michay?- Daniel
interrumpe.
-La estancia de
Pedro, hijo.
-¡Ah! no sabía
que él…
-Te dije que
eran socios.
-Y vecinos
también – agrega Manuel.
-¡Aja! Seguí
por favor –le pide Fabián.
-Al turismo –
retoma sonriendo - a la
elaboración de dulces y miel, con cultivos propios, mientras en Orión continua
la producción de lana.
-¿Las
hilanderías todavía están?. Abrí el portón Daniel, por favor.
-Sí, claro,
aunque el precio bajo mucho no podemos dejar a la gente en la calle, a su padre
no le hubiera gustado, y tratamos de seguir lo que él y Don Pedro quisieron
para la Fundación – concluye mientras estaciona frente a la casa – pido que les preparen las habitaciones,
pónganse cómodos y descansen. Para el mediodía tenemos cordero al asador.
~•~•~•~•~•~
Unta una tostada, mientras lo ve comer el dulce morado a cucharadas
directamente del frasco – ¿Te acordás que
es eso?
-No, pero es
rico.
-Dulce de
Michay. Tu abuelo mandaba varios frascos todos los años, vos eras muy chiquito.
El decía… - se interrumpe, intentando ocultar la emoción que
le quiebra la voz – que el que lo prueba
siempre vuelve a la Patagonia.
-Bueno, por ahí
lo mandaba por eso ¿ no? Para que vengamos…
Sonríe y contesta sin dar el brazo a torcer – Las boludeces que hay que escucharte, hijo.
Después del extendido almuerzo pasean por las habitaciones de la casa.
Tejidos, instrumentos musicales y alfarería mapuche decoran las distintas
estancias. En las paredes, las fotos narran la historia de buena parte de la
región. Las de la apertura de las sucursales de los Supermercados se intercalan
con las de las filiales del Banco, ciudad tras ciudad desde el sur de Buenos
Aires a Tierra del Fuego – hicieron mucho
por esta zona parece – las majadas de ovejas de las Estancias, Barcos, Fabricas,
y aquí y allá, algunos dibujos – ¿De las
constelaciones, viejo, viste?
-Le gustaban
mucho… - responde sin prestar atención, enfrascado en los
cuadros de vistas aéreas.
~•~•~•~•~•~
Tarde a la noche charlan tomando un café, sentados afuera – ¿Me das un cigarrillo hijo?
-No deberías…
-¿Vos podes
fumar y yo no? – protesta sacándole el atado de la mano - ¡dejame de joder!
-¿Viste lo que
es el cielo acá? – comenta al rato exhalando el humo.
-Hay demasiadas
estrellas
-No hay ningún
lugar igual. ¿Te acordás que te enseñe algunas constelaciones?
-Las Tres Marías,
la Cruz del Sur, esas nada más…
Recostado en el banco contempla el cielo infinito - Otro día te voy a explicar el resto. Feliz
año nuevo.
-Feliz año
nuevo, viejo.
~•~•~•~•~•~
A la mañana siguiente recorren los alrededores – ¡Mira! Un Ford T – y las viejas instalaciones de esquilado y de las
hilanderías hasta el hangar donde duerme el biplano.
-¿Decime,
Manuel, esta cosa todavía vuela? – pregunta palmeando el ala del
avión.
-Por supuesto.
-Abrirme las
puertas Dany, vamos a llevarlo afuera – y después de
controlar instrumentos, combustible y aceite, al fin sube y enciende el motor.
En los próximos días prueba algunos despegues, vuelos cortos y
aterrizajes – funciona perfecto – se dice
satisfecho.
-¿Por qué no
vamos a El Michay, así la conocemos? Me dijo Manuel que iba a estar allá.
-Subí.
-Noooo – contesta
riendo – yo voy en el auto.
-Dale, no seas
cobarde Daniel, es igual de seguro que cualquier otro.
Sobrevuelan las plantaciones y colmenas aterrizando unos minutos
después en la estancia vecina. Abraza conmovido a Fabián cuando lo ve sonreír
como hace años no lo hacía, al bajar de la carlinga.
-¿Te gusto,
hijo? ¿Qué me decís, eh? Tu anciano padre todavía puede pilotear bien –
bromea.
Caminan junto a Coliqueo por el antiguo casco, entre réplicas de
fósiles, fotos de las excavaciones – ¿el
abuelo también iba?
-Aja
Viejas herramientas de paleontología, dibujos – Mira viejo, estos están firmados por Guillermo – cuadros de
eclipses y fases lunares – de verdad le
gustaba mucho la luna. ¡Mira esto!¿Es el original Manuel? – lee la fecha
escrita a mano “20 de julio de 1969” en el suplemento dominical del Clarín
“HOY, CITA EN LA LUNA”.
-Si, Don Pedro lo tenía en la
mano cuando…por suerte pudo ver el alunizaje, y después se quedó como dormido…
~•~•~•~•~•~
-Tenemos que ir pensando en volver a Buenos Aires, Daniel,
las cosas no se solucionan solas.
-Quedémonos unos
días más, hay tanto para ver…
-¿Qué estás
haciendo?
-Unos dibujos, ¿sabes
dónde puedo hacer grabar unas placas en bronce?
-¿Para que son?
-Para el abuelo
-Preguntale a
Manuel, en el pueblo seguro hay quien se dedique a eso.
El sol sale y se pone varias veces más..
-Manuel, ¿hay algo en que pueda
ayudarte? Me queda mucho tiempo libre y…-pregunta Fabián.
-Si quiere revisar los libros
contables… hay algunos puntos en los que nos vendría bien un poco de
asesoramiento.
-Claro, dámelos –
responde súbitamente entusiasmado –
mientras no me preguntes de cultivos… los números son lo mío.
Hasta que llega lo inevitable – ¿Sacaste los pasajes de vuelta?
-Todavía no. Pá…la
tumba del abuelo, ¿donde esta?
-¿Tengo que
hacer todo yo? En el cementerio viejo que era de la Estancia, queda al oeste,
en El Michay.
-¿Venís
conmigo?
-No hijito, ya
después… - con duda en la voz- voy a ir.
-Sr. Fabián,
una llamada, de Buenos Aires.
-Gracias
Manuel. ¿Le explicas como llegar al cementerio? – pide – y quedate que te quiero comentar varias
cosas que hay que mejorar - atiende mientras escucha, a medias, la
conversación de los dos hombres.
-Mira que se está por largar una
tormenta - le recomienda Manuel- No
son comunes en esta época pero son fuertes.
-No importa,
voy con el auto.
-¡Espera
Daniel! – interrumpe deteniéndolo, mientras tapa el auricular
– tenemos una oferta por la casa de la
capital.
-Papá, te lo
iba a decir más tarde… pero… presente mi curriculum en el hospital de Trelew.
-¿¡Que!?
-No vuelvo a
Francia
-Pero hijo…
-Seguro acá
hace mucha más falta un cardiocirujano; me voy, después lo hablamos – y
sonríe cuando lo escucha decir al teléfono-
Suspende la venta por ahora.
Deja el auto frente al portón de hierro entreabierto y camina entre
las tumbas hasta hallar la lápida que
busca, con la cruz, el dibujo del
calafate y la leyenda “Guillermo Graziani. D.E.P.” y, tal como imagino, la de
Pedro con la misma inscripción al lado. Busca en el bolsillo y alcanza a fijar
en cada una, antes de que empiece a llover,
las placas que mando grabar con el signo de Géminis.
Continuará….
Que puedo decir? ... Escalofrio a full!
ResponderEliminarNo hay palabras. Cualquier impresión solamente empañaría...
ResponderEliminarLloré de principio a fin.
Daniel es muy lindo nombre. ¿De qué signo es?
Mina.
Por favor elena, escribi sobre como transcurrieron sus ultimos años o dias juntos!
ResponderEliminarY SE ME VUELVEN A CAER LAS LAGRIMAS.
ResponderEliminarMUY EMOCIONADA. GRACIAS POR TANTO.
" MIRAN AL CIELO Y PIDEN UN DESEO..." AMARLOS ETERNAMENTE.
SIN PALABRAS.MONICA DE LANUS.
Muy emocionada...gracias Elena!!
ResponderEliminarEMOCIONANTE COMO SU NIETO ENTIENDE TODO Y COMPRENDE,,,ES UNO DE LOS MEJORES FICS QUE HE LEIDO...
ResponderEliminarSuspendida... hasta alcanzar el final del continuará, sin querer alcanzarlo...
ResponderEliminarElena nada que decir....solo llorar...Daniel que ternura....que amor....igual a Guille...no paro de llorar...nunca leí una Fics tan hermosa....tan tierna.....Sus Ultimos años no los contará Manuel??? Y a lo mejor....no??? GRACIAS....GRACIAS.Mi emoción es demasiado grande .MIRTA.
ResponderEliminarSoy de dos tiempos.....a lo mejor Coliqueo cuenta algo.......perdón..Gracias. Mirta
EliminarMuy emocionada Elena!, tu forma de de escribir y de transmitir, habla sin dudas de lo que hay en tu alma. Muchas gracias. Marlene Rodriguez
ResponderEliminarElena, bellísimo pero me dejó muy triste..........el nieto de Guille ya entendió todo, ellos unidos por siempre y para siempre, descansando juntos, no podía ser de otra manera, sigo conmovida. Gracias!
ResponderEliminarUna caricia inmensa para el alma esta bella fic, amo Todo lo que escribís Elena!
ResponderEliminarElena , que triste y dulce a la vez , ese nieto digno graziani!!! ... me encanto y lagrimitas hubo .
ResponderEliminarElena es la fic que más me llegó al corazón de todos los que he leído hasta ahora, una mezcla de ternura, valentía y trascendencia que me emocionó y todavía me duran las lágrimas. No tengo palabras para agradecerte tu enorme sensibilidad. Gracias por llevarlos a otro tiempo, por enamorarlos, y por dejarlos vivir tantos años de este inmenso amor, y mantenerlos juntos aún cuando ya no están en la tierra...sin dudas ese cielo que tantas veces admiraron juntos ahora tiene dos estrellas más. Y gracias por este Daniel adorable que me recuerda un poco a Guille pero también es idealista y soñador como Pedro, y que sin duda es parte de su "Herencia". Te admiro mucho, María Elena
ResponderEliminarNinguna palabra que pueda decir expresa la sensación que me recorre después de la lectura... nada más que GRACIAS!! es hermoso leerte Elena, pero leer este capítulo es un mimo al alma. No puedo dejar de lagrimear... conmovida hasta la médula! Felicitaciones!! Susy
ResponderEliminarVuelvo a leerla y vuelvo a llorar... "Cita en la luna"... Y se me partió el corazón... Gracias Elena!!!
ResponderEliminarGracias a todos! solo decir que este capitulo fue idea de nuestra sadic editor, asi que era & Lilita aunque no lo puso (escrache), ademas de facilitarme el material para viajar en el tunel del tiempo y encontrar las palabras
ResponderEliminarMe fascina esta historia, tan bien narrada, simplemente marravillosa, felicitaciones a la escritora !!! @SCortes_1971
ResponderEliminarCuánta emoción (y lágrimas) en este epílogo!! Hermoso este Daniel tan abierto, a través del que nos regalás pantallazos de esos viejos años que estuvieron juntos. Y la perlita: el "continuará", ahhh. Gracias Elena!
ResponderEliminarAyyy por Dios! Estoy llorando a mares! Este sí es el amor que trasciende.
ResponderEliminarEmocinante y hermoso ver a Daniel buscar entre los recuerdos del abuelo,Guille desde algún lugar sonríe,se ha cumplido la leyenda del Michay el que lo prueba siempre vuelve,y Daniel supo entender y comprender,esta historia es una caricia al corazón,es perfecta,fascinante,Elena sos un SOL,gracias,Alicia..
ResponderEliminarayyyyyyy!!!! que hermoso!!!! "continuara.." ... :-)
ResponderEliminarSOS DE OTRO MUNDO elena ojala nunca te canses de escribir para nosotras gracias enormes por cada fic que escribis y por que nos tocas el alma con tu imparable manera de expresarte SOS INMENSA !!GENIAL!!!!...MAJO
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