Capitulo VI: Zombi
Terminó de acarrear la última caja a la cochera.
¡Cinco días,
cinco días!
¡Que lo parió al
mocoso! Hacerle esos planteos, hacerlo sentir necesitado, deseado... Amado.
¿Y los celos,
las inseguridades? Realmente este chico no se daba cuenta de lo que provocaba, ¿no?
¿No se daba cuenta de que él no tenía ojos para nadie más? En su vida no
existían ni tenían lugar los Matías, los Juanes, los Josés.
Lo volvía loco
con sus sonrisas, con sus hoyuelos, con esos ojos que contaban historias con
una sola mirada. ¿Cómo había podido ser tan descuidado y haber desatendido a su
chiquitín durante cinco días?
Miro el reloj, cinco minutos para preparar todo.
Operación "evitando el semenario" se ponía en marcha.
Pedro bajó por las escaleras, secándose el pelo con una toalla. Pantalón
pijama, remera, buzo con capucha y en medias. La imagen de la comodidad.
Le extrañó no ver a Guillermo en el living. Se había cumplido el toque
de queda de los 10 minutos. Es más, lo había extendido a quince, esperando su
gloriosa aparición en el baño. ‘¿Todavía
estaría con esas cajas? ¿Qué parte del semenario no le había quedado clara?’
Rápidamente fue hacia el garaje, juntando bronca.
La luz apagada y por supuesto, el interruptor en la otra punta. Bastante
difícil se le hacía orientarse entre las estanterías llenas de cosas ‘¿dónde carajo se había metido Guille?’
Sintió un ruido a sus espaldas y apenas se dio vuelta una mano le tapó
los ojos y otra lo agarró por detrás, a la altura de la cintura.
El susto que se pegó le duró una milésima de segundo. Podía reconocer
esas manos en cualquier lado. ‘¿Guille?’
‘Shhh, ni una palabra precioso, ni una sola. A partir de este momento
sos mío.’
Escuchó el sonido del roce de tela con tela y antes de poder adivinar
que era, sintió como Guille le vendaba los ojos con su corbata.
‘¿Vos confiás en mí?’ escuchó en su oído.
Asintió con la cabeza, sin pronunciar palabra.
Sintió la mano de Guille en su espalda que lo iba guiando hacia el
centro del garaje.
Hacía frío, en la casa estaba prendida la calefacción, pero en la
cochera debía hacer unos diez grados menos.
Cuando se detuvieron, instintivamente se acercó a Guille para recibir
calor. Enseguida sintió el abrazo que lo envolvía, los besos en la cara, que
pronto se adueñaron de su boca. Los labios que devoraban los suyos, la lengua
que exigía conquista. El afán por dominar, por poseer, que debilitaba todas sus
barreras.
La boca que desafiaba su cordura continuó su recorrido: barbilla,
cuello, oreja… mano en la nuca que le impedía moverse. Estaba a merced de
Guille y para él, en ese momento, no había mejor lugar donde estar.
Tiró la cabeza hacia atrás y la boca siguió haciendo de las suyas. Sin
poder ver, sus otros sentidos habían iniciado una carrera descontrolada para
compensar su falta. El sonido de la respiración jadeante, el sabor de los
besos, el perfume y especialmente esa lengua perversa, lo asaltaban con
sensaciones que no podía ni quería clasificar.
El ruido del
cierre del buzo abriéndose lo hizo tensar, una mano poderosa fue directa a su
pecho. Sin siquiera levantarle la remera, jugó con su pezón hasta arrancarle el
primer gemido tenue.
El sonido pareció encender nuevamente a Guille, que no le daba descanso.
Buzo, remera, sacados a los tirones. Frío, calor. La boca, ahora, se
había adueñado de su pecho. Cada beso, cada mordida, cada caricia, directamente
enviaban una señal irrefrenable a su pelvis.
La mano continuó su recorrido descendente sin dar tregua ni pausa, se
detuvo en la entrepierna y con cuidado invadió el interior de su pijama. Apenas sintió el roce, el irrefrenable mareo del
deseo le aflojó las piernas.
Se dejó caer, sabiendo que los brazos de Guille lo iban a sujetar.
Esperaba sentir el frío del suelo en su espalda y se sorprendió al
encontrarse con el calor de unas mantas que lo abrazaban. Los hoyuelos
surgieron a pleno, pero no pronunció palabra.
Así acostado, indefenso, Guille tenía pleno poder sobre él.
Sintió los dedos dibujar el contorno de sus costillas, delimitar sus
pezones, jugar con su ombligo, llegar al elástico del pantalón, que siguió la
misma suerte que el resto de su ropa. Masaje sensual en las caderas, los
muslos, la pelvis. Levantando a su paso piel de gallina. Se sintió temblar.
Boca, manos, dedos, se adueñaron de él, sus puntos débiles eran sus
viejos conocidos y no dejaron ninguno sin atender.
Dejó de pertenecerse a sí mismo. La marea de sensaciones lo intoxicaba.
Su cuerpo se arqueaba al compás del ritmo que le imponía Guille.
No iba a aguantar más, una sola invasión y se dejaba ir.
Pero Guille pareció tener otras ideas, porque abruptamente se separó,
dejando su cuerpo vibrando, anhelante.
Sin poder evitarlo escapó de su boca un ‘Guille’ casi suplicante.
‘Dije, ni una palabra, chiquitín, o festejamos el semenario.’
Se quedó quieto, expectante, tratando de calmar los latidos
desenfrenados de su corazón y de controlar su respiración agitada. Estaba
desorientado, a la deriva, su única ancla con el resto del mundo, en ese
momento, eran los dedos que recorrían con dulzura el contorno de sus labios.
Los sintió alejarse. Movió la cabeza desesperado y arrugó la manta entre
sus puños. La necesidad, casi agónica, lo quemaba desde adentro.
Dos veces más lo llevó de lo más alto al infierno mismo de no sentirlo…
loco, lo estaba volviendo loco.
El calor, el deseo latente, incontenible, insatisfecho, manejado a la
perfección por Guille. Una fina capa de transpiración cubría todo su cuerpo.
Cada vez que Guille se alejaba, el frío lo hacía tensionar cada músculo de su
cuerpo, gritando en agonía en ese sube y baja de pasión.
Finalmente, finalmente, cuando parecía que no iba a poder aguantar más
esa tortura exquisita, Guille lo invadió con un solo movimiento, hasta colmarlo.
No le dio respiro. Cada estocada le hacía perder la poca cordura que
tenía.
Cuerpo, alma y mente fusionados. El momento de la entrega
absoluta, donde se diluían los límites y cada parte del cuerpo clama por su
otra mitad, perdiéndose en el placer infinito de ser uno solo. Gritó su
desahogo y se dejó llevar...
Al sentirse liberado de la venda, abrió los ojos con pereza. Se sabía
vigilado, cuidado por un par de ojos negros.
Caricias suaves en la frente, acomodando los mechones de
pelo transpirados.
Sonrisa deslumbrante.
Cada músculo de su cuerpo se quejó de la bajada de
adrenalina, no podía evitar los escalofríos. Intentó volver a su centro, al
aquí, al ahora…
Una
manta azul, sospechosamente conocida,
fue a parar sobre su cuerpo.
'Abrazame, no quiero una manta, te quiero a vos.'
¿Cómo resistirse a semejante declaración?
No había forma. Abrió los brazos y lo sintió acurrucarse
mimoso en su refugio.
Otro escalofrío, imposible disimular el frío que sentía.
'Vamos adentro precioso, que estás helado.'
'Estoy cansadito...' acomodándose aún más cerca, si eso
era posible.
'Vos sos un atorrante. No te voy a llevar a upa.'
'Podrías, después de lo que me hiciste.'
'Nada que no te merecieras... ¡Dale vamos!' Y lo ayudó a
levantarse.
Abrazados fueron hasta el living.
'Termino de preparar la cena y comemos. Aguantá un poco y
no te quedes dormido ahí parado.’
Sin respuesta.
‘¿Pedro?’
‘Mmmmm…’
‘¿No te parece que sería una buena idea que te
vistieras?’
Los ojos achinados por el sueño fueron toda la respuesta
que recibió. Definitivamente, se iba a quedar dormido ahí parado.
‘Un zombie…
punto para Graziani’
Sonrió con ternura, se acercó, lo abrazó y lo llevó hasta
el sillón. Lo obligó a sentarse. Le acomodó mejor la manta sobre los hombros.
‘Dale, vestite. Te vas a enfermar.’
Brazos cruzados, ojos cerrados y cero intento de
colaboración.
Irresistible. Lo besó en la boca, todavía magullada.
De repente los ojazos marrones y esa boca traicionera
cobraron vida.
‘No, no chiquito. Vestite de una vez, que por hoy ya fue
suficiente.’ Escapando en veloz carrera a la cocina.
Por el rabillo del ojo lo espió. Vestido. Acostado en el
sillón. Ya había pasado el peligro mayor.
Volvió sobre sus pasos.
Nuevo beso para borrar el puchero que adornaba esos labios que lo llevaban a la
locura.
‘Cenamos en diez minutos, precioso. Nos pegamos una ducha
y vamos a dormir que fue una semana complicada.' decretó viendo como se le
cerraban los ojos, acurrucado en el sillón.
Lo vio irse con un ojo entreabierto... '¿De verdad mi amor pensás que esto terminó
acá? Yo estoy simplemente recuperando fuerzas para el postre.'
Continuará....
me muero de amor como siempreeeeeeeeeee !!!! ♥ ♥
ResponderEliminarHERMOSOOOOOOOOOO BUENISIMOOOOOOOOOOOOOOOO MARA ROSAS
ResponderEliminarQuiero el postre.. ya
ResponderEliminarQue hermosura de relato chicas, definitivamente son geniales!!!! Me encanta Pedro así entregado a Guille !!! Es tan el!!
ResponderEliminarAn y Paula, gracias por este sexto dìa, con el envoltorio entrañable de la ternura-Graziani. desplegada al cien por ciento. Me morì de amor... "estoy cansadito" ...Las aplaudo de pie escritoras de lujo. Mis ardillas estàn dichosas. Y nada mejor que mantener a las brujas tranquilas!!!! Marlene Rodrìguez
ResponderEliminarChicas son geniales!! GENIALES!! Espero el postre y lo que venga después de el también, todo lo que viene de sus hermosas plumas mágicas me enloquece..!!Gracias!!
ResponderEliminarAy por favor, sublime chicas, que maravillosa conjunción, que increíble relato!! Celebro maravillada por esta unión de dos grandes escritoras en esta hermosa historia que me hace delirar, bravo!!!!! Me dejan sin aliento y con una gran sonrisa de satisfacción!!!
ResponderEliminarPrimera vez que leo esto y quede fascinada!!!! Está buenisimooooo, muero de amor por esa historia de pedro y guille!! Felicitaciones son geniales!!!
ResponderEliminaruffff chicas!! como hago para terminar esta noche de trabajo que me queda despues de leer ESTO ...sublime..facinante.....me encanto.....y me sumo al pedido QUIERO EL POSTREEEEE gracias por tanta belleza! Barby
ResponderEliminarGracias por esta hermosa, tierna y divertida historia! son taaan ellos que puedo "verlos". Por suerte Pedro solo se està reseteando, asì que espero ansiosa el pròximo capìtulo!
ResponderEliminarGenial, hermosa, tierna, simpática, sensual... historia!!! Gracias! Gracias! Gracias! no dejen de escribir!! Felicitaciones!! Susy
ResponderEliminarAl fin!!!! ya me dolía todo el cuerpo...
ResponderEliminarpor fin!!!!!!! .... que dulzura . me encanto !!!! Graciela CT
ResponderEliminarNo puedo dejar de sonreir...es todo lo que soñé y mucho mucho mas!
ResponderEliminarGracias chicas por este regalo enorme: verlos así felices es un mimo para el alma!
❤️❤️❤️
Amor Eterno para Ellos y para ustedes
postre!!!!
ResponderEliminarExquisita cena, esperamos mucho pero valio la pena....mas que sabrosa... ahora postre urgente... gracias por darnos tanto amor y tanta vida.. Hoy leia una nota que hablaba de la mue..de Pedro y todo lo que causo, bella nota pero que ilusos del resto que creen eso. Pedro esta aca, junto a Guille viviendo su amor. Polka no logro ni lograra quitarnos jamas "esto".
ResponderEliminarSilvana. Me olvido que sino soy anonima...
EliminarRealmente sabia que este nuevo encuentro iba a ser especial, lo que nunca imagine es que iba a ser tan único, tan ellos, tan maravilloso!!! Genias, otra cosa no se les puede decir, son increíbles individualmente y juntas insuperables!! Que se venga el postre!!!
ResponderEliminarMis partes favoritas: "Escuchó el sonido del roce de tela con tela y antes de poder adivinar que era, sintió como Guille le vendaba los ojos con su corbata..." "¿Vos confiás en mí?’ escuchó en su oído...." "Su cuerpo se arqueaba al compás del ritmo que le imponía Guille..." Este Graziani me vuelve loca....me fascina còmo Pedro se derrite entre sus brazos.
ResponderEliminarPuede que despues de: "El afán por dominar, por poseer, que debilitaba todas sus barreras." creo que me quede sin respirar mas o menos unas 15 veces hasta que logre terminar con este texto......por favor!!!!!! Increible, esta historia es un 10 total!!!!!! Gracias por haberles permitido que esa fecha especial no se cumpla, debe ser el unico aniversario que naaaaadie queria verlos cumplir ;) Miles de gracias a las plumas maestras. Felicitas
ResponderEliminarDELICIOSOOOO, EXQUISITOOOOOO, CAPITULO SIN DESPERDICIO, YA ME LO VEIA VENIR,ABSOLUTAMENTE ENCANTADOR.
ResponderEliminarEL AMOR INFINITO DE PEDRO, SUS ETERNOS CELOS, EL QUERER SIEMPRE MAS, JUNTO A UN GUILLE DERRETIDO DE AMOR, ENTREGADO, QUE NO QUIERE, NI PUEDE DECIR NO A SU CIELITO,Y ESA MANTA AZUL MARAVILLOSA, HACEN DE ESTA HISTORIA UN DELEITE PARA LOS SENTIDOS.
FELICITACIONES, VUELVO A REPETIR SON DINAMITA ESCRIBIENDO JUNTAS.
"ESTOY CANSADITO" ME MUERO DE AMORRRRR.
"A PARTIR DE ESTE MOMENTO SOS MIO" ESTE GRAZIANI ,RENDIDO A LOS DESEOS DE SU CHIQUITIN ME ENAMORA IRREMEDIABLEMENTE.
PAULA Y ASSIS, GRACIAS POR TANTO.
ESE POSTRE, PROMETE QUE LO MEJOR ESTA POR VENIR...TAL VEZ UNA AYUDITA DE ELLEN,UFFFFF!!!, QUE NOCHECITA.MONICA DE LANUS
MARAVILLOSO!!DUCLE!! TIERNO!! PASIONAL!!! ENTRAÑABLE!! INCREIBLE!!! ES UN RELATO QUE TE DEJA LA PIEL ERIZADA!!!!LOS AMOOOOOOOOOO A PEDRO Y GUILLE Y ESA NOCHE DE AMOR JUNTOS EN LA QUE SE ABANDONAN AL AMOR!!! TE JURO QUE LEO Y LOS VEO A AMBOS!!! ES TAN CREÍBLE!!!SON MUY GENIALES ESCRIBIENDO CHICAS!!!FELICITACIONES!!!! Alejandra y esperamos otro capítulo!!!!!
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