miércoles, 19 de febrero de 2014

Lanzar una moneda en el aire (capitulo final) by Antonia



-Cara-

Parecido a una mancha de aceite, el tiempo semeja dilatarse al infinito; Pedro sigue quedándose junto a Guille, inmóvil, apretándole la mano, haciéndole sentir su presencia, absorbiendo su desesperación, haciéndola propia aunque no conociendo los confines mientras Guille desahoga sus emociones más profundas, el mismo cansancio emotivo, la sensación desesperada de no lograr salir de aquella percepción de estrechez que no le permite  respirar.
¿Cuánto tiempo?
Luego, lentamente las lágrimas disminuyen su intensidad, cesan completamente y la respiración se pone normal.
Pedro ha esperado pacientemente que Guille se calmara antes de levantarse y arrodillarse delante de él; para buscar su mirada que todavía lo evita, indescifrable.
-Guille.. Guille..
Sólo su nombre, pronunciado con ternura, una caricia sobre la mejilla y dos labios que se acercan cada vez más, como un imán atraído por la meta de la propia afanosa carrera.
Lo que se inicia como una tentativa de consuelo, nacida en Pedro en lo más profundo de la propia esencia como una inconsciente búsqueda de confirmaciones, se transforma bien pronto en deseo incontrolado.
La misma danza de siempre, el mismo buscarse espasmódico, el mismo deseo de consumirte en el calor intenso de Guille… de alcanzar tu imagen refleja en el espejo donde estás mirándote.
Por un instante, sólo por un instante, Pedro y Guille se miran a los ojos y el recuerdo de lo que ellos han atado, ya desde el primer momento en que sus vidas se han cruzado, anula la realidad alrededor de ellos.
" Cuánto tiempo.. Dios mio.. ¡ Cuánto tiempo!”
¡Es natural volver al estudio de Guille, al amparo de la mirada indiscreta de la noche!
Es natural acariciar su rostro con besos leves con una ternura nunca advertida con tanta intensidad..
Pedro no se ha concedido nunca el placer de desvestir Guille con lentitud, de observar como, con impaciente expectativa, él espera que cumpla su gesto siguiente de absorber, en la profundidad, su mismo placer del descubrimiento del otro..
No se ha concedido nunca el placer de desvestirse, a su vez, lentamente frente a la mirada intensa de su pareja, de liberar la misma piel, junto a la ropa de cada pensamiento racional, de convertirse en pura esencia frente a la que es la esencia del amor en su vida.
Dónde todo tiene principio y dónde todo tiene fin.
De probar el gusto inenarrable de la eternidad de un momento que siempre se repite en el corazón, en la mente, en los recuerdos:en el futuro que te espera.
Arder de deseo sobre aquel sofá, con los ojos cerrados, para saborear hasta el final el placer de escalofríos que destruyen  tu pensamiento, cada recuerdo, cada tu deseo.
Porque cada vez, hacer el amor con Guille, es redescubrir el amor y al final, cuando el placer se hace más intenso y te fagocita sin piedad, te dejas caer en un abismo sin fin donde vos sabés, sin sombra de duda, que encontrarás sus brazos esperándote, para  acogerte.. para salvarte..
Pedro no sabría decir por cuanto tiempo, después de haber hecho el amor, quedaron estrechados, en un abrazo convulso, sobre aquel mismo sofá… ciertamente hasta cuando el frío de la noche ha dado modo a la realidad de regresar en las grietas de su relación, de tomar de nuevo posesión de sus miedos más escondidos.
Lentamente distraído, incierto se pregunta  qué decir.. como afrontar a Guille..
Porque, a pesar de todo, nada ha sido aclarado entre los dos; las incomprensiones, las acusaciones, han surgido y tienen que ser afrontadas.
-¿Volvemos a casa?
Basta ya esta simple frase porque Pedro entienda qué tiene que hacer.
-No. Vos también comprendés que todo esto no es suficiente para recomponer la fractura entre nosotros.
Lo míra a los ojos, tranquilo y determinado al mismo tiempo, sin temor de esconder nada si no con la voluntad de hacer manifiesto cada pensamiento.
-Vos lo sabés, te quiero más que mi vida. Sos mi vida. ¿Pero por qué no ha sido suficiente para evitar este desastre? Tengo que comprenderlo yo primero. No tendría sentido volver a nuestra rutina cotidiana sin haber dado una respuesta definitiva a esta pregunta. Vos también lo entendés.
Guille lo escucha con atención, la frialdad aparente de Pedro lo hiela en el ánimo.
-¿Cómo podés decirme esto si sos consciente que no hice nada? ¿Qué siempre soy yo? ¿Qué te quiero como antes? Qué necesito..
- Yo tengo que quererte más. Es este el problema.. yo, de alguna parte, me he perdido y necesito hallarme antes de hallarte.
-¿No significa nada para vos lo que apenas hemos probado?
Con ternura, Pedro acaricia la mejilla de Guille mientras contesta afligido.
-¿Cómo podés sólo pensarlo? Sos mi vida. Continúas siendo mi vida. Soy yo que he perdido el rumbo… y no puedo permitirme que se repita en el futuro. De nuevo. Sería una agonía que no quiero repetir jamás.
-No se repetirá. Soy convencido de esto.
- Sé que estás convencido de esto, yo no lo estoy. Perdonáme pero tengo que aclararlo para mí, antes de volver a casa.
Guille se sienta tras su escritorio y lo mira meditativo.
-¿Qué pensás hacer?
-Vuelvo a mi casa. Por el trabajo.. no tengo problemas de volver al estudio.
-¿Así? ¿Sencillamente?
-Así…
 Guille suspira con fuerza, se levanta y lo mira largamente; es de nuevo él, el Graziani auténtico, la mirada vuelta indescifrable, como la de un jugador de ajedrez
- Está bien. No creo que haya nada que decir.
-¿Te acompaño?
-Mejor no. Termino este trabajo y luego llamo a Fabián. Nos vemos mañana.
Pero, al día siguiente, Guille no vuelve al estudio.
Su sillón queda vacío todo el día; fue al Juzgado, le dice Gaby, ¿pero por qué Beto no está con él, por qué se ha quedado en el estudio?
Al día siguiente Guille llega con retraso, el tiempo de ponerse al día sobre la situación del estudio y de distribuir algunos encargos a Marcos y a Gaby, y llega Matías a buscarlo.
Un nuevo caso para estudiar juntos.Un nuevo caso.
Mientras almuerza en la cocina, algo ligero preparado por Sonia que no para un instante de hablar, Pedro se esfuerza en  no pensar que, en el mismo momento, Guille está almorzando con alguien más.. con Matías probablemente..
-Gaby.. ¿ Guille vuelve por la tarde?
-No. Apenas hablé por teléfono. Estaba en casa de Matías. Tenía la intención quedarse allí para estudiar el expediente Delgado con él. ¿Problemas?
-No. ¿Cuáles problemas? Te lo he preguntado porque tengo la intención de ir al gimnasio por la tarde y no quiero desbaratar los planes de Guille.
Siente la mirada de Beto seguirlo mientras se aleja de la cocina y de aquel entorno vuelto, de repente, carente de luz.
Los días siguientes no son mejores; decididamente Guille ha decidido respetar su decisión y evita cruzarse con él en el estudio.
No más casos estudiados juntos. Las ausencias para ir en la facultad aumentan exponencialmente; si no es Matías entonces es José.. Juan, Nazarre.. Guille sale con todos, transcurre su tiempo libre con todos, menos  con él.
La vida de Guille  continúa sin él.. Pedro siente que algo lo esquiva pero no sabría decir qué.
Se ha  encerrado, solo, en una jaula sin salida y ahora se siente como frente a de las rejillas que lo separan de todo lo que lo circunda; observa cuánto le sucede alrededor, sin poder forzar este voluntario destierro… no logra encontrar la llave justa..
Las ausencias de Guille se vuelven cada vez más largas, siempre justificadas, políticamente correctas osaría decir, pero dolorosas..  él las observa, mudo.
Un mañana, mientras Pedro fuma un cigarrillo en el patio, Beto se acerca con circunspección.
-Pedro. ¿Vos  sabés que te quiero mucho?
-Claro, Beto. ¿Por qué lo decís?
-¿Y sabés que también lo quiero mucho a Guille?
-¿Entonces?
-No quiero intervenir en sus problemas pero no puedo dejar que Guille..
-¿Qué? ¿ Qué Guille... ?
Ahora toda la atención de Pedro está en  Beto, porque raramente Beto interviene en su vida si no cree que sea por una cosa importante.
-Guille se va, Pedro. Se va.
Por un instante Pedro no logra pronunciar una palabra, el cerebro en el pánico absoluto.
-¿Se va? ¿Qué significa que Guille se va? ¿Se va de dónde?
-Ha decidido ir a dar conferencias en varias Universidades del extranjero. En este instante está a punto de ir al aeropuerto. No tiene muchas ganas de volver.
-¿Ahora? ¿Sin decir nada? ¿Sin decirme nada?
Beto lo mira con resignada aceptación.
-Me ha dicho sólo de advertirte después de su partida. Ha dejado escrito como tienen que hacerse las cosas en el estudio en el futuro.. luego.. he pensado que la decisión de irse pudiera ser definitiva.. y qué vos tenías el derecho de saberlo antes que..
Sólo. Se habría quedado sólo. ¿Por qué? Porque es un estúpido.. ésta es la verdad.
Él no puede vivir sin Guille,  no puede..
-Andá. Corré. Alcánzalo. Decíselo. Él no cambiará idea, lo conocés...
Las palabras de Beto lo persiguen mientras Pedro agarra su campera, las llaves del coche y sale corriendo del estudio.
El aeropuerto está lleno de gente, con dificultad ha logrado estacionar y se ha dirigido hacia las posiciones donde se realiza el embarque por los vuelos internacionales, pero no logra encontrar a Guille en ninguna parte.
No logra verlo y la angustia se convierte en desesperación.
“No puede suceder esto, no puede.” … luego, por suerte, lo ve de lejos.
Está en cola por el control de los pasaportes.
En un relámpago llega a sus hombros y llama su atención tocándolo sobre el hombro.
-Te ruego, Guille, esto no. Esto no lo soportaría. No logro imaginar que estés  lejos..  no tener la posibilidad de verte... de hablarte.. aunque solo por pelear con vos. Esto no, te lo ruego, esto no. Los días han sido terribles sin vos.
Guille se vuelve lentamente y lo mira largo en los ojos; la misma desesperación que siente en su mirada semeja reflejarse en los ojos de Pedro que ahora se encuentra frente a él, en el mismo estado de febril estrechez que lo poseyó aquella madrugada en que ha ido a tu casa para confesarte que pensaba todo el tiempo en vos y que no sabía cosa hacer, pero que había la necesidad de hacer algo porque en aquel estado no pudía resistir más.
El mismo frenesí que había poseído Guille hasta a un momento antes, y que lo había empujado a tomar la decisión de irse para siempre, pero que, ahora, misteriosamente se ha calmado frente a aquel Pedro tan desprovisto de defensas que, una vez más, es capaz de confesarle su necesidad de él, sin ningún pudor y con una candidez absoluta.
Una candidez que, por la enésima vez, lo conquista y derriba cada posible su resistencia.
-No me ha gustado, Pedro, todo lo que hemos vivido. Si estamos juntos.. estamos juntos. Estos vacíos, estas equivocaciones, no me hacen bien.. no, nos hacen bien. No tengo  edad pora esto.
-Lo sé. Soy consciente de esto, tal como soy consciente que "ésto" es algo por el que jugarse todo. No soy capaz de vivir sin vos. La sola perspectiva me mata. Ha sido mi culpa. Perdóname. Todo, aceptaría todo de vos menos que un abandono. Te ruego.
Guille sonríe con ternura.
-No. La culpa ha sido mía. No he sabido manejar este momento de crisis que, francamente, no había previsto. Habría tenido que tener otra actitud pero, no he logrado hacer nada salvo extrañarte y probar este deseo insoportable de irme para siempre.
-No lo hagas. No me sirve alguna explicación Guille. Dentro de mí es bien claro lo que siento por vos. Más allá de todas las equivocaciones, más allá de la intolerancia del momento, sólo vos me importás. La idea de perderte.. ¡no quiero tampoco pensarlos!
Con una sonrisa, Guille le acaricia la frente, con su típico gesto de siempre, su mano baja sobre la mejilla y allí descansa.
-Tampoco yo. Precioso. Tampoco yo.
Es la señal esperada por ambos que, de repente, se arriman en un abrazo sin fin.
Poco importa que estén rodeados por una marea de gente desconocida, poco importa que ojos curiosos se pregunten el por qué de este abrazo desesperado.
Porque, ambos, han alcanzado el mismo destino.. su puerto seguro.. el principio y el fin de la misma existencia.
¡Porque ésto es el amor en la vida de cada hombre!
¡”Esto” es el amor en su vida!
¡Para siempre!
<<<<>>>> 
-Cruz-
Parecido a una mancha de aceite, el tiempo semeja dilatarse a el infinito; Pedro sigue quedándose junto a Guille, inmóvil, apretándole la mano, haciéndole sentir su presencia, absorbiendo su desesperación, haciéndola propia aunque no conociendo los confines mientras Guille desahoga sus emociones más profundas, el mismo cansacio emotivo, la sensación desesperada de no lograr salir de aquella percepción de estrechez que no le permite  respirar.
¿Cuánto tiempo?
Luego, lentamente las lágrimas disminuyen su intensidad, cesan completamente y la respiración se pone normal.
Pedro ha esperado pacientemente que Guille se calmara antes de levantarse y arrodillarse delante de él; para buscar su mirada que todavía lo evita, indescifrable.
-Guille.. Guille..
Sólo su nombre, pronunciado con ternura, una caricia sobre la mejilla y dos labios que se acercan cada vez más.
Lo que es iniciado como una tentativa de consuelo, bien pronto, se transforma en deseo incontrolado.
Guille absorbe cada gesto, cada caricia, cada beso de Pedro como un sediento en medio a un desierto. Éste es su amor.. éste es su cielito lindo.. ¿qué importa todo el resto?.. ¿qué importa si está con él, ahora? ¿Si es él que besa, en este preciso momento? ¿Si es con él que quiere hacer el amor?
Sin apartarse un solo momento de Pedro, lo arrastra a su estudio y, sonriendo, le recuerda cuando lo amenazó con llevarlo a un rincón y no soltarlo nunca más.
-Lo recuerdo, quisiste asustarme pero sólo conseguiste que la simple idea me atrajera hacia vos mucho más.
Guille observa los ojos de Pedro, empañados por la pasión y, con el palmo de la mano vibrante de emociones contenidas, le acaricia la cara.
-No quise asustarte, sólo advertirte. Porque siempre supe que todo esto iba a ocurrir entre nosotros, no podía prever cuando pero estaba seguro que íbamos a llegar a "ésto", que "ésto" era  nuestro destino.
-¡ Nuestro destino! No sabes cuánta fuerza me ha dado esta esperanza.. cuánta fuerza, ahora.. porque vos sos mi vida Guille. Sólo vos.. sólo vos..
¿Cómo resistir a esta declaración? Como no apretarlo fuerte.. empujarlo contra la pared , buscar su piel.. besarlo como un hambriento..
¡Cuánto le ha faltado el amor, en su vida, cuánto! Sólo ahora Guille lo comprende y, por un breve instante, esta conciencia no le da miedo; sólo por un momento, el abismo de sus miedos más incontrolados, puede esperar.
Con furia contenida búsca su piel desnuda, expone el tórax de Pedro a sus besos mientras sus brazos quedan atrapados en la camisa dejada media abierta y tironeada hacia abajo.
Bracea, Pedro, como un náufrago atropellado por las olas del mar en tempestad, se tambalea y, por fin, encuentra apoyo contra la puerta de la habitación mientras Guille sigue saqueando su cuerpo con furia contenida.
Guille besa.. lame.. chupa.. muerde el pecho de Pedro.. los brazos, el cuello.. los labios.. y allí se calma en un beso profundo, largo, adorante, totalizador... y luego recomenza de nuevo,queriendo marcar el territorio.. asegurándose que ningún otro recorrerá más el mismo camino.
Porque Pedro es suyo.. sólo suyo y, por última vez, él tiene que darse cuenta de eso.
Advierte su tentativa de librarse de la ropa que lo entrampa ; lo míra por un instante y luego lo desviste totalmente, con gestos decididos.
Qué erótico es verlo desnudo, frente a él que todavía está vestido; cuánto disfruta  verlo jadear, las pupilas dilatadas de pasión, en espera de sus próximos movimientos.
No resistiendo ya a la espera, Pedro intenta abrir la camisa de Guille, para desvestirlo a su vez, pero él se lo impide.
-No. Ahora no. No es el momento todavía.
-¿No?
-No. Cielito lindo. Dejáme hacerlo.
Y de nuevo lo besa con arrebato inagotable, la lengua como una saeta recorre todas los caminos conocidos quemando al pasar, las manos donde.. la boca.. donde, luego Guille se arrodilla e inicia a explorar su abdomen, su esencia de hombre, con igual ímpetu y atención.
Nunca ha sido así, entre de ellos, nunca con esta furia que devasta al pasar, tampoco aquella vez sobre el Delta ha sido de este modo, tampoco aquella vez..
Guille lo posee con furia, con hambre rabiosa, con afán acumulado y Pedro se deja tomar sin oponer resistencia; se deja atropellar por aquella tormenta de pasión como una caña al viento, absorbiendo las olas de placer que amenazan con dejarlo sin respiración, sin probar alguno miedo, cierto de encontrarlo cerca, pasado la tempestad.
Resbalan a tierra, todavía abrochados, los ojos cerrados, la respiración aùn apresurada.. luego Pedro se vuelve lentamente en el círculo de los brazos de Guille y anida el rostro en el hueco de su cuello.
-Te quiero.
Guille ha quedado casi completamente vestido, lo mira impasible y luego, sin ofrecer palabra, lo ayuda a levantarse.
Sin mirarlo, recoge su ropa y se la entrega, luego se vuelve, se sirve un vaso de whiskey y se sienta en su escritorio, absorto en sus pensamientos.
-¿Volvemos a casa?
Basta esta simple frase para queGuille retome contacto con lo que lo rodea.
-No. La fractura entre nosotros es demasiado profunda para ser saneada así, sencillamente teniendo sexo.. y luego, si tengo que confesar la verdad, no estoy orgulloso de lo que ha sucedido.
Lo mira a los ojos, con una mirada determinada, sin sombras pero lejano al mismo tiempo.
- también  comprendes que no soy capaz de simular que todo quede bien, no me interesa, osaría decir, pensar que todo está bien después de todo lo que ha sucedido, en particular en estos días y esta tarde, entre de nosotros.
La mirada de Pedro se hace atenta mientras, terminado de vestirse, se sienta frente a él y espera que acabe con cuanto tiene que decirle.
-No es así que deben ir las cosas entre de nosotros. No es así que quiero vivir mi vida, en futuro. Soy un hombre adulto, he vivido mucho y me niego de caer preso de pasiones incontroladas como si fuera un adolescente sin experiencia. No. No me gusta. No me gusta todo esto.
- ¿Por qué la ves de este modo? Hemos hecho las paces, hemos hecho el amor, yo te quiero..
-Hay una profunda diversidad entre hacer el amor y tener sexo. Nosotros hemos tenido sexo, Pedro. Mejor dicho: yo he lo he tenido sexo y vos lo has padecido.
-No es así. Sabés que si yo también no lo hubiera querido, no habría sucedido.
-¿Vos lo crees? ¿Lo crees realmente? Más bien pienso todo lo contrario.
Bajo aquella mirada dura, determinada, Pedro no logra encontrar un argumento capaz de persuadir  a Guille.
-No me has perdonado. Ésta es la verdad. No has perdonado mis mentiras aunque deberías saber que no soy capaz..
-¿De traicionarme? ¿Con un coetáneo tuyo? ¿Uno que tiene tus mismos intereses? ¿Con el que compartir las actividades comúnes de tu edad? ¿Y por qué debería pensar éste? ¿Por qué apenas has tenido sexo conmigo? No, querido, no es tan simple.
Las palabras de Guille como mordaces latigazos, golpean a Pedro sin piedad.
-Yo te amo. No puedes haber olvidado todo por una equivocación.. por una mentira, por mi estupidez. Soy siempre yo. ¿O es verdad que ya no me quieres más?
Guille ve el dolor brillar en los ojos de Pedro, aquellos ojos que siempre lo han reconducido a él y que, ahora, le imponen sinceridad.
-No es con vos el problema, es conmigo. También yo te quiero, aunque no me es siempre fácil decírtelo, te quiero intensamente. Como no he querido nunca a nadie. Pero, en este momento, necesito estar sólo y aclararme.
-¿Pero aclarar qué si vos mismo me has dicho que me querés intensamente?
-Pedro, no me gusta perder el control de este modo.  No me gusta y no quiero que se repita en futuro.
-¿No podés aclararlo conmigo?
La mirada de Pedro es difícil de sostener, así como es difícil negarle cada esperanza, pero Guille siente que lo que ha decidido es lo correcto.
-No. Es mejor si nos separamos  un poco. Podés volver al estudio, si querés, pero no a mi casa.
El golpe llega a destino, duro y despiadado; Guille lo ve cerrar los ojos cuando siente aquel " mi casa" dicto tan fríamente y con la evidente intención de excluirlo de su misma vida.
Lo ve levantarse, tomar la campera y dirigirse hacia la puerta, pararse por un instante y preguntar si quiere ser acompañado a casa.
-No, gracias, José me vendrá a buscar más tarde.
El último golpe, aquel decisivo, en fin sólo el ruido quieto de una puerta que quietamente se cierra.
La rutina cotidiana retoma bien pronto. Estudio, Facultad, encuentros con José.. Juan... Franco.
Y Pedro cada vez más invisible… cada vez más ausente de la vida del estudio.
Trabajo, trabajo.. sólo trabajo; los pocas veces que Guille ha logrado cruzar su mirada le ha parecido ver a un extraño, sin ninguna expresión,sin vida, sólo la imagen del Pedro de hace tiempo.
Hasta cuando Pedro no ha venido más al estudio… hasta cuando ha devuelto, con un correo, todas los legajos que se había llevado a casa para estudiarlos.
Hasta cuando Beto, aprovechando la ausencia de Gaby y Marcos, no lo ha afrontado con decisión.
- Guille.. sabés que no me meto en tu vida.
-¿Qué hay Beto?
-También sabes que respeto mucho las decisiones de los otros pero esta vez te tengo que decir que con Pedro estás cometiendo un gran error.
-No te metás en el medio, Beto, no conocés los hechos.
Beto se apoya con las manos sobre el escritorio y se inclina hacia Guille.
-Pedro no podés más. Todo esto está destruyéndolo porque piensa que vos no lo querés más y que es su culpa.
-¿Su culpa?
-¡Su culpa! Te ha visto salir con Juan.. con Matías, con Nazarre.. con José y piensa que si lo hacés, tan impunemente, es porque todos se ha acabado qué no hay esperanza.
De repente todo adquiere una nueva luz, una nueva dimensión, una nueva perspectiva
¡- Pero no es así!
-Yo lo sé. Te conozco bien y sé que lo has hecho ni siquiera por despecho, pero  él no lo sabe.. y ha salido de esto con los huesos rotos.
-¿ Huesos rotos? ¿Qué significa?
Un suspiro exasperado de Beto le hace comprender que lo peor aún está por venir.
-Pedro ha decidido irse para siempre. Irse a Chile. Ya ha encontrado un nuevo trabajo y ha hecho el equipaje.
¿Irse a Chile?
-¡Irse!
- ¿Cuándo?
-Esta noche. Ahora.. no lo sé. Puede ser que ya se haya ido. Ya nos ha saludado  a todos.
-No me ha dicho nada..
-Porque me ha preguntado para que te lo diga mañana.. sólo que no he podido callarme más.
-¿Me acompañás?
Sólo esto y Beto sonríe mientras le muestra a Guille las llaves del coche que había ya tomado antes de ir a hablar con él.
Por primera vez Guille no tiene el ánimo de decirle de ir despacio, más bien le parece que Beto empleos demasiado tiempo para llegar al  departamento de Pedro.
Todas las ventanas están cerradas, Guille mira desconsolado cuando, de repente, ve un taxi pararse cerca del portón y Pedro salir con dos valijas.
Un destierro, una quiebra, un… qué importa, a este punto, dar un nombre. Pedro ha huido para poder seguir viviendo normalmente.Una huida,es ciertamente una huida; también él mismo ha tenido una elección equivocada. Ahora es consciente de esto.
Guille conoce, perfectamente, los mecanismos de la mente de su Cielito lindo; huir del entorno dónde todo te recuerda al amor de tu vida.. Dónde ya no puedes quedar sin revivir, instante después del instante y con un eco obsesivo, todo lo que has vivido junto a quién no te quiere más, se ha convertido en una elección obligada por su Pedro.
Cuando los recuerdos no son suficientes para aliviar el dolor que te ataca y devuelve secos tus ojos cada vez que lo ves vivir su vida sin vos, comprendés que no tenés otra alternativa.
Lo alcanza velozmente y lo para mientras está a punto de subir sobre el taxi.
-Te ruego, Pedro, esto, no. No lo soportaría. No logro imaginar estar lejos de vos,  no tener la posibilidad de verte.. de hablarte.. .. fuera solo por pelear con vos. Esto no, te lo ruego, esto no. Estos días han sido terribles de superar sin vos
Pedro se vuelve lentamente y lo mira, largamente a los ojos; la misma desesperación que siente en su mirada, semeja reflejarse en los ojos de Guille que ahora se encuentra frente a él, en el mismo estado de febril estrechez que lo poseyó aquel alba en que fue a su casa para confesarle que pensaba todo el tiempo en él y que no sabía qué hacer, cuando le ha confesado  tener la necesidad de hacer algo porque en aquel estado ya no se podía quedar.
El mismo frenesí que había poseído hasta un momento antes pero que, ahora, misteriosamente se ha calmado frente a aquel Guille tan desarmante.
No logra creer en aquel que ve, pero su mano es real.. su voz es real… lo que está diciéndole es lo que, su corazón,  ha sentido en estos días.
-No me ha gustado, Guille, todo lo que hemos vivido. Si estamos juntos.. estamos juntos. Estos vacíos, estas equivocaciones, no me hacen bien.. me hacen mal... y mucho... no me permiten vivir.
-Lo sé. Soy consciente de esto, tal como soy consciente que "ésto" es algo por el que jugarse todo. No soy capaz de vivir sin vos. La sola perspectiva me mata. Ha sido mi culpa. Perdonáme. Todo, aceptaría todo de vos menos un abandono. Te ruego.
-No. La culpa ha sido mía. No he logrado hacer nada más que extrañarte y probar este deseo insoportable de irme. Habría tenido que explicarte mejor.. insistir.. - No hacerlo. No me sirve alguna explicación, Pedro. Dentro de mí es bien claro lo que siento por vos. Más allá de todas las equivocaciones, más allá de la intolerancia del momento, sólo vos contás para mí. La perspectiva de perderte.. ¡no quiero tampoco pensarlo!
Con una sonrisa, Guille le acaricia la frente, con su típico gesto de siempre, su mano baja sobre la mejilla y allí descansa.
-Tampoco yo. Mi amor. Tampoco yo.
Es la señal esperada por ambos, y se arriman en un abrazo sin fin.
Poco importa que sean por  la calle, rodeados por gente desconocida, poco importa que ojos curiosos se pregunten el por qué de este abrazo desesperado.
Porque, ambos, han alcanzado el mismo destino.. su puerto seguro.. el principio y el fin de la misma existencia.
¡Porque ésto es el amor en la vida de cada hombre!
¡”Ésto” es el amor en su vida!
¡Para siempre!
FINE
Gracias Nora por la colaboración...

<<<<
>>>> 
In lingua originale

-Testa-
Simile ad una macchia d’olio, il tempo sembra dilatarsi all’infinito; Pedro continua a rimanere accanto a Guille, immobile, stringendogli la mano, facendogli sentire la sua presenza, assorbendo la sua disperazione, facendola propria pur non conoscendone i confini mentre Guille sfoga le sue emozioni più profonde, la propria stanchezza emotiva, la sensazione disperata di non riuscire a uscire da quella percezione di angustia che non gli permette di respirare.
Quanto tempo?
Poi, lentamente, le lacrime diminuiscono di intensità, cessano del tutto ed il respiro diventa normale.
Pedro ha aspettato pazientemente che Guille si calmasse  prima di alzarsi ed inginocchiarsi davanti a Guille; per cercare il suo sguardo che ancora lo sfugge, indecifrabile.
-Guille.. Guille..
Solo il suo nome, pronunciato con tenerezza, una carezza sulla guancia e due labbra che si avvicinano sempre più, come una calamita attirata dal traguardo della propria affannosa corsa.
Quello che è iniziato come un tentativo di conforto, nato dal più profondo del proprio essere, come una inconscia ricerca di conferme per Pedro, ben presto si trasforma in desiderio incontrollato.
La stessa danza di sempre, lo stesso cercarsi spasmodico, lo stesso desiderio lancinante di consumarti nel calore intenso di Guille… di raggiungere la tua immagine riflessa nello specchio ove ti stai guardando.
Per un attimo, solo per un attimo, Pedro e Guille si guardano negli occhi ed il ricordo di ciò che li ha legati, sin dal primo momento in cui le loro vite si sono incrociate annulla la realtà attorno a loro.
Intrecciare le dita delle mani, baciarne il palmo a turno senza distogliere lo sguardo.. chiedere e rispondere senza profferire parola.
“Da quanto tempo… Dio mio.. da quanto tempo!”
Com’è naturale tornare nello studio di Guille, al riparo dello sguardo indiscreto della notte!
Com’è naturale accarezzare il suo volto con baci lievi.. con una tenerezza mai avvertita con tanta intensità..
Pedro non si è mai concesso il piacere di spogliare Guille con lentezza.. di osservare, come con impaziente aspettativa, lui attende che compia il suo gesto successivo… di assorbire, nel profondo, il suo stesso piacere della scoperta dell’altro..
Non si è mai concesso il piacere di spogliarsi, a sua volta, lentamente di fronte allo sguardo intenso del suo compagno.. di liberare la propria pelle, insieme ai vestiti, da ogni pensiero razionale.. di diventare pura essenza di fronte a quella che è l’essenza dell’amore nella sua vita.
Dove tutto ha inizio e dove tutto ha fine.
Di assaggiare il gusto inenarrabile dell’eternità di un momento che sempre si ripete nel cuore.. nella mente.. nei ricordi.. nel futuro che ti attende.
Bruciare di desiderio su quel divano, ad occhi chiusi, per assaporare fino in fondo il piacere di brividi che distruggono ogni tuo pensiero.. ogni tuo ricordo.. ogni tuo desiderio.
Perché ogni volta, fare l’amore con Guille, è riscoprire l’amore…
Perché ogni volta, che fai l’amore con Guille, ti sembra che sia la prima volta… ed alla fine, quando il piacere si fa più intenso e ti fagocita senza pietà, ti lasci cadere in un abisso senza fine ove tu sai, senza ombra di dubbio, che troverai le sue braccia ad attenderti… ad accoglierti.. a salvarti..
Pedro non saprebbe dire per quanto tempo, dopo aver fatto l’amore, siano rimasti stretti, in un abbraccio convulso, sopra quello stesso divano … certamente fino a quando il freddo della notte ha dato modo alla realtà di rientrare nelle fessure del loro rapporto, di prendere nuovamente possesso delle sue paure più recondite.
Lentamente si è rivestito, sovrappensiero, incerto su cosa dire.. su come affrontare Guille..
Perché, malgrado tutto, niente è stato chiarito tra di loro; le incomprensioni, le accuse, sono riemerse intonse e devono essere affrontate.
-Ritorniamo a casa?
Basta questa semplice frase perché Pedro capisca cosa deve fare.
-No. Comprendi anche tu che tutto questo non basta per ricomporre la frattura tra di noi.
Lo guarda negli occhi, tranquillo e determinato allo stesso tempo, senza timore di nascondere nulla se non con la volontà di rendere manifesto ogni singolo pensiero.
-Tu lo sai, ti amo più della mia vita. Sei la mia vita. Ma perché questo non è stato sufficiente ad evitare questo disastro? Devo comprenderlo io per primo. Non avrebbe senso ritornare alla nostra routine quotidiana senza aver dato una risposta definitiva a questa domanda. Lo capisci anche tu..
Guille lo ascolta con attenzione, la freddezza apparente di Pedro lo gela nell’animo.
-Come puoi dirmi questo se, dentro di te, sei consapevole che non ho fatto nulla? Che sono sempre io? Che ti amo come prima? Che ho bisogno..
-Sono io che devo amarti di più. E’ questo il problema.. io, da qualche parte, mi sono perso ed ho bisogno di ritrovarmi prima di ritrovare te.
-Quello che abbiamo appena provato non significa nulla per te?
Con tenerezza, Pedro accarezza la guancia di Guille mentre risponde accorato.
-Come puoi solo pensarlo? Sei la mia vita. Continui ad essere la mia vita. Sono io che ho smarrito la strada…e non posso permettere a me stesso che si ripeta nel futuro. Di nuovo. Sarebbe un’agonia che non intendo ripetere mai più.
-Non si ripeterà. Ne sono convinto.
-Lo so che tu ne sei convinto, sono io a non esserlo. Perdonami ma devo fare chiarezza in me stesso prima di ritornare a casa.
Guille si siede dietro il suo scrittoio e lo guarda meditativo.
-Cosa hai intenzione di fare?
-Torno a casa mia. Per il lavoro..  non ho problemi a tornare allo studio.
-Così? Semplicemente?
-Così…
Guille sospira con forza, si alza e lo guarda a lungo; è di nuovo lui, il Graziani autentico, lo sguardo tornato indecifrabile, come quello di un giocatore di scacchi.
-Bene. Non penso ci sia altro da dire.
-Ti accompagno?
-Meglio di no. Finisco questo lavoro e poi chiamo Fabian. A domani.
Ma il giorno dopo Guille non torna allo studio.
La sua poltrona rimane vuota per tutto il giorno; è al Juzgado, gli riferisce Gaby, ma allora perché Beto non è con lui, perché è rimasto allo studio?
Il giorno successivo Guille arriva in ritardo, il tempo di aggiornarsi sulla situazione dello studio e di distribuire alcuni incarichi a Marcos e Gaby ed arriva Mathias a prenderlo.
Un nuovo caso da studiare insieme.. un nuovo caso..
Mentre pranza in cucina, qualcosa di leggero preparato da Sonia che non smette un attimo di parlare, Pedro si sforza nel non pensare che, nello stesso momento, Guille sta pranzando con qualcun altro.. con Mathias probabilmente..
-Gaby.. Guille ritorna nel pomeriggio?
-No. L’ho appena sentito al telefono. Era a casa di Mathias. Aveva intenzione di fermarsi lì per studiare l’expediente Delgado insieme con lui. Problemi?
-No. Quali problemi? Te l’ho chiesto perché ho intenzione di andare in palestra nel pomeriggio e non volevo sconvolgere i piani di Guille.
Sente lo sguardo di Beto seguirlo mentre si allontana dalla cucina e da quell’ambiente diventato, all’improvviso, privo di luce.
I giorni successivi non sono migliori; decisamente Guille ha deciso di rispettare la sua decisione ed evita, quanto possibile, di incrociarsi con lui nello studio.
Niente più casi studiati insieme, le assenze per andare in facoltà aumentano esponenzialmente; se non è Mathias allora è Josè.. Juan..Lazarre.. Guille esce con tutti, trascorre il suo tempo libero con tutti, meno che con lui.
La vita di Guille è continuata senza di lui.. Pedro sente che qualcosa gli sfugge.. ma non saprebbe dire cosa.
Si è rinchiuso, da solo, in una gabbia senza uscita ed ora si sente come di fronte a delle grate che lo separano da tutto ciò che lo circonda; osserva quanto gli succede intorno, senza poter forzare questo volontario esilio… non riesce a trovare la chiave giusta..
Le assenze di Guille diventano sempre più lunghe, sempre giustificate, politicamente correte oserebbe dire, ma dolorose.. per lui che le osserva, muto.
Un mattino, mentre Pedro fuma una sigaretta nel patio, Beto gli si avvicina con circospezione.
-Pedro. Tu lo sai che ti voglio bene?
-Certo Beto. Perchè lo dici?
-E sai che voglio bene anche a Guille?
-Quindi?
-Non voglio intervenire nei vostri problemi ma proprio non posso lasciare che Guille..
-Cosa? Guille cosa?
Adesso tutta l’attenzione di Pedro è per Beto, perché raramente Beto interviene nella loro vita se non ritiene sia per una cosa importante.
-Guille va via, Pedro. Va via.
Per un istante Pedro non riesce a pronunciare una parola, il cervello nel panico assoluto.
-Via? Cosa significa che Guille va via? Via da dove?
-Ha deciso di andare a fare delle conferenze in varie Università all’estero. In questo istante sta per andare all’aeroporto. Non ho sentito molta voglia, in lui, di ritornare. Proprio no..
-Adesso? Senza dire nulla? Senza dirmi nulla?
Beto lo guarda con rassegnata accettazione.
-Mi ha detto di avvertirti solo dopo la sua partenza. Ha lasciato scritto come devono procedere le cose nello studio per il futuro.. quindi.. ho pensato che la decisione di andarsene potrebbe essere definitiva.. e che tu avevi il diritto di saperlo prima che..
Solo. Sarebbe rimasto solo. Perché? Perché è uno stupido.. questa è la verità.
Lui non può vivere senza Guille, proprio non può..
-Vai. Corri. Raggiungilo. Diglielo. Lui non cambierà idea, lo conosci...
Le parole di Beto lo rincorrono mentre Pedro afferra il suo giaccone, le chiavi dell’auto ed esce, di corsa, dallo studio.
L’aeroporto è pieno di gente, con difficoltà è riuscito a parcheggiare e si è diretto verso le postazioni ove si effettua il check-in per i voli internazionali, ma non riesce a trovare Guille da nessuna parte.
Non riesce a vederlo e l’angoscia diventa disperazione.
“Non può succedere questo, non può…” poi per fortuna lo intravvede da lontano.
E’ in fila per il controllo dei passaporti.
In un lampo arriva alle sue spalle ed attira la sua attenzione toccandolo sulla spalla.
-Ti prego, Guille, non questo. Questo non lo sopporterei. Non riesco ad immaginare di starti lontano .. di non avere la possibilità di vederti… di parlarti.. fosse anche solo di litigare con te. Questo no, ti prego, questo no. Questi giorni sono stati tremendi da superare senza di te.
Guille si gira lentamente e lo guarda a lungo negli occhi; la stessa disperazione che sente nel suo sguardo sembra riflettersi negli occhi di Pedro che adesso si trova di fronte a lui, nello stesso stato di febbrile angustia che lo possedeva quell’alba in cui è venuto alla tua casa per confessarti che pensava tutto il tempo a te e che non sapeva cosa fare, ma che aveva la necessità di fare qualcosa perché in quello stato non poteva più resistere.
La stessa frenesia che aveva posseduto Guille sino ad un momento prima, e che lo aveva spinto a prendere la decisione di andar via, ma che, adesso, misteriosamente si è acquietata di fronte a quel Pedro così privo di difese che, ancora una volta, è capace di confessargli il suo bisogno di lui, senza alcun pudore e con un candore assoluto.
Un candore che, per l’ennesima volta, lo conquista ed abbatte ogni possibile sua resistenza.
-Non mi è piaciuto, Pedro, tutto quello che abbiamo vissuto. Se stiamo insieme.. stiamo insieme. Questi vuoti, questi equivoci, non mi fanno bene.. non ci fanno bene. Non ho più l’età per questo.
-Lo so. Ne sono consapevole, così come sono consapevole che “questo” è qualcosa per il quale giocarsi tutto. Non sono capace di vivere senza di te. La sola prospettiva mi uccide. E’ stata tutta colpa mia. Perdonami. Tutto, accetterei tutto da te meno un abbandono. Ti prego.
Guille sorride con tenerezza.
-No. La colpa è stata mia. Non ho saputo gestire questo momento di crisi che, francamente, non avevo previsto. Avrei dovuto tenere ben altra attitudine ma, proprio, non sono riuscito a fare null’altro se non sentire la tua mancanza e provare questo desiderio insopportabile di andare via.
-Non farlo. Non mi serve alcuna spiegazione Guille. Dentro di me è ben chiaro quello che sento per te. Al di là di tutti gli equivoci che possono esserci stati, al di là dell’intolleranza del momento, solo tu conti per me. La prospettiva di perderti.. non voglio neppure pensarci!
Con un sorriso, Guille gli accarezza la fronte, con il suo tipico gesto di sempre, la sua mano scende sulla guancia e lì riposa.
-Nemmeno io. Precioso. Nemmeno io.
E’ il segnale atteso da entrambi che, d’improvviso, si stringono in un abbraccio senza fine.
Poco importa che siano circondati da una marea di gente sconosciuta, poco importa che occhi curiosi si chiedano il perché di questo abbraccio disperato.
Perché, entrambi, hanno raggiunto la propria destinazione.. il loro porto sicuro.. l’inizio e la fine della propria esistenza.
Perché questo è l’amore nella vita di ciascun uomo!
“Questo” è l’amore nella loro vita!
Per sempre!

<<<<>>>> 
-Croce-
Simile ad una macchia d’olio, il tempo sembra dilatarsi all’infinito; Pedro continua a rimanere accanto a Guille, immobile, stringendogli la mano, facendogli sentire la sua presenza, assorbendo la sua disperazione, facendola propria pur non conoscendone i confini mentre Guille sfoga le sue emozioni più profonde, la propria stanchezza emotiva, la sensazione disperata di non riuscire a uscire da quella percezione di angustia che non gli permette di respirare.
Quanto tempo?
Poi, lentamente, le lacrime diminuiscono di intensità, cessano del tutto ed il respiro diventa normale.
Pedro ha aspettato pazientemente che Guille si calmasse  prima di alzarsi ed inginocchiarsi davanti a Guille; per cercare il suo sguardo che ancora lo sfugge, indecifrabile.
-Guille.. Guille..
Solo il suo nome, pronunciato con tenerezza, una carezza sulla guancia e due labbra che si avvicinano sempre più.
Quello che è iniziato come un tentativo di conforto, ben presto, si trasforma in desiderio incontrollato.
Guille assorbe ogni gesto, ogni carezza, ogni bacio di Pedro come un assetato in mezzo ad un deserto. Questo è il suo amore.. questo è il suo cielito lindo.. che importa tutto il resto?.. che importa se è con lui, adesso? Se è lui che bacia, in questo preciso momento? Se è con lui che vuole fare l’amore?
Senza staccarsi un solo momento da Pedro, lo trascina nel suo studio e, sorridendo, gli ricorda quando lo aveva minacciato di chiuderlo in un angolo e di non liberarlo più.
-Lo ricordo, volevi spaventarmi ma hai ottenuto solo che la semplice prospettiva mi attirasse a te sempre di più.
Guille osserva gli occhi di Pedro, appannati dalla passione e, con il palmo della mano vibrante di emozioni contenute, gli accarezza il viso.
-Non volevo spaventarti, solo avvertirti. Perché sapevo che tutto questo sarebbe accaduto tra noi, non potevo prevedere quando ma ero certo che a “questo” saremmo arrivati, che era il nostro destino.
-Il nostro destino! Non sai quanta forza mi ha dato questa speranza.. quanta forza mi da ancora adesso.. perché tu sei la mia vita Guille. Solo tu.. solo tu..
Come resistere a questa dichiarazione? Come non stringerlo forte.. spingerlo contro il muro.. cercare la sua pelle.. baciarlo come un affamato..
Quanto gli era mancato l’amore, nella sua vita, quanto! Solo adesso Guille lo comprende e, per un breve istante, questa consapevolezza non gli fa paura… solo per un momento l’abisso delle sue paure più incontrollate può aspettare.
Con furia contenuta cerca la sua pelle nuda, espone il torace di Pedro ai suoi baci mentre le sue braccia rimangono intrappolate nella camicia lasciata mezza aperta e strattonata verso il basso.
Annaspa, Pedro, come un naufrago travolto dalle onde del mare in tempesta, barcolla e, finalmente, trova appoggio contro la porta della stanza mentre Guille continua a saccheggiare il suo corpo con furia contenuta.
Guille bacia.. lecca.. succhia.. morde il petto di Pedro.. le braccia, il collo .. le labbra.. e lì si acquieta in un bacio profondo, lungo, adorante… totalizzante... e poi ricomincia di nuovo, quasi a voler marcare il territorio.. ad assicurarsi che nessun altro percorrerà più lo stesso sentiero.
Perché Pedro è suo.. solo suo… ed una volta per tutte lui deve rendersene conto.
Avverte il suo tentativo di liberarsi dei vestiti che lo intrappolano e lo rendono inerme; lo guarda per un istante e poi lo sveste totalmente, con gesti decisi e netti.
Quanto è erotico vederlo nudo, di fronte  a lui che è ancora vestito; quanto piacere prova nel vederlo ansimare, le pupille dilatate di passione, in attesa delle sue prossime mosse.
Non resistendo più all’attesa, Pedro tenta di aprire la camicia di Guille, per svestirlo a sua volta, ma lui glielo impedisce.
-No. Adesso no. Non è ancora il momento.
-No?
-No. Cielito lindo. Fai fare a me.
E di nuovo lo bacia con foga inesauribile, la lingua come una saetta percorre tutti i sentieri conosciuti bruciando nel passare, le mani in ogni dove.. la bocca in ogni dove, poi Guille si inginocchia ed inizia ad esplorare il suo addome, la sua essenza di uomo,  con uguale foga ed attenzione.
Mai è stato così, tra di loro, mai con questa furia che devasta al passare, neppure quella volta sul Delta è stato in questo modo, neppure quella volta..
Guille lo prende con furia, con fame rabbiosa, con brama accumulata e Pedro si lascia prendere senza opporre resistenza; si lascia travolgere da quella tormenta di passione, come una canna al vento, assorbendo le onde di piacere che minacciano di lasciarlo senza respiro, senza provare alcuna paura, certo di trovarlo accanto passata la tempesta.
Scivolano a terra ancora allacciati, gli occhi chiusi, il respiro ancora affrettato.. poi Pedro si gira lentamente nel cerchio delle braccia di Guille ed annida il volto nell’incavo del suo collo.
-Ti amo.
Guille è rimasto quasi del tutto vestito, lo guarda impassibile e poi, senza profferire parola, lo aiuta ad alzarsi.
Senza guardarlo, raccoglie i suoi vestiti e glieli porge, poi si gira, si versa un bicchiere di whiskey e si siede dietro il suo scrittoio, assorto nei suoi pensieri.
-Ritorniamo a casa?
Basta questa semplice frase perché Guille riprenda contatto con ciò che lo circonda.
-No. La frattura tra di noi è troppo profonda per essere sanata così, semplicemente facendo sesso.. e poi, se devo confessare la verità, non sono orgoglioso di quello che è successo.
Lo guarda negli occhi, con uno sguardo determinato, senza ombre ma lontano allo stesso tempo.
-Lo comprendi anche tu che non sono capace di far finta che tutto vada bene, non mi interessa, oserei dire, pensare che tutto vada bene dopo tutto quello che è successo in questi giorni, e questa sera in particolare, tra di noi.
Lo sguardo di Pedro si fa vigile mentre, finito di vestirsi, si siede di fronte a lui ed aspetta che termini quanto ha da dirgli.
-Non è così che debbono andare le cose tra di noi. Non è così che intendo vivere la mia vita, in futuro. Sono un uomo adulto, ho vissuto tanto e mi rifiuto di cadere preda di passioni incontrollate come se fossi un adolescente foruncoloso. No. Non mi piace. Non mi piace tutto questo.
-Perché la vedi in questo modo. Abbiamo fatto pace, abbiamo fatto l’amore, io ti amo..
-C’è una profonda diversità tra fare l’amore e fare sesso. Noi abbiamo fatto sesso, Pedro. Per meglio dire: io ho fatto sesso e tu l’hai subito.
-Non è così. Tu lo sai che se non l’avessi voluto anche io tu ti saresti fermato.
-Tu credi? Lo credi veramente? Io non ne sono certo, anzi penso tutto il contrario. Non mi avresti fermato perché io non te lo avrei consentito.
Sotto quello sguardo duro, determinato, Pedro non riesce a trovare un argomento in grado di far capacitare Guille.
-Non mi hai perdonato. Questa è la verità. Non hai perdonato le mie bugie anche se dovresti sapere che non sono capace..
-Di tradirmi? Con un tuo coetaneo? Uno che ha i tuoi stessi interessi? Con il quale condividere le attività comuni della tua età? E perché dovrei pensare questo? Perché hai appena fatto sesso con me? No, tesoro, non è così semplice.
Le parole di Guille, come salaci frustate, colpiscono Pedro senza pietà.
-Io ti amo. Non puoi avere dimenticato tutto per un equivoco.. per una bugia.. per una mia stupidaggine. Sono sempre io. O la verità è che non mi ami più?
Guille vede il dolore brillare negli occhi di Pedro, quegli occhi che sempre lo hanno riportato a lui e che, adesso, gli impongono sincerità.
-Non è con te il problema, è con me. Anche io ti amo, anche se non mi è sempre facile dirtelo, ti amo profondamente. Come non ho mai amato nessuno. Ma, in questo momento, ho bisogno di stare solo e di fare ulteriore chiarezza in me.
-Ma chiarire cosa se tu stesso mi hai appena detto che mi ami profondamente?
-Pedro, non mi piace perdere il controllo in questo modo. Questo non mi piace e non voglio si ripeta in futuro.
-Non puoi chiarire te stesso insieme a me?
Lo sguardo di Pedro è difficile da reggere, così come è difficile negargli ogni speranza, ma Guille sente che quanto ha deciso è giusto.
-No. E’ meglio se rimaniamo separati per un poco. Puoi tornare allo studio, se vuoi, ma non a casa mia.
Il colpo arriva a destinazione, duro e spietato; Guille lo vede chiudere gli occhi quando sente quel “casa mia” detto così freddamente e con l’evidente intenzione di escluderlo dalla propria vita.
Lo vede alzarsi, prendere il giaccone e dirigersi verso la porta, fermarsi per un attimo e chiedere se vuole essere accompagnato a casa.
-No, grazie, mi verrà a prendere Josè più tardi.
L’ultimo affondo, quello decisivo, poi solo il rumore quieto di una porta che quietamente si chiude.
La routine quotidiana riprende ben presto. Studio, Facoltà, incontri con Josè, Juan… Lazarre.
E Pedro sempre più invisibile…man mano sempre più assente dalla vita dello studio.
Lavoro, lavoro.. solo lavoro; le poche volte che Guille è riuscito ad incrociare il suo sguardo gli è sembrato di vedere un estraneo, senza alcuna espressione… senza vita…solo l’immagine del Pedro di un tempo.
Fino a quando Pedro non è venuto più allo studio… fino a quando ha restituito, con un corriere, tutti i fascicoli che si era portato a casa per studiarli.
Fino a quando Beto, approfittando dell’assenza di Gaby e Marcos, non lo ha affrontato con decisione.
-Lo sai Guille che non mi metto nella tua vita.
-Che cosa c’è Beto?
-Sai anche che rispetto molto le decisioni degli altri ma questa volta ti devo dire che con Pedro stai commettendo un grosso errore.
-Non ti mettere in mezzo, Beto, non conosci i fatti.
Beto si appoggia con le mani sulla scrivania e si china verso Guille.
-Pedro non ce la fa più. Tutto questo lo sta distruggendo perché pensa che tu non lo ami più e che è tutta colpa sua.
-Colpa sua?
-Colpa sua! Ti ha visto uscire con Juan.. con Mathias, con Lazarre.. con Josè e pensa che se tu lo fai, così impunemente, è perché tra di voi tutto è terminato… che non c’è speranza di…
All’improvviso tutto acquista una nuova luce, una nuova dimensione, una nuova prospettiva…
-Ma non è così!
-Io lo so. Ti conosco bene e so che non lo hai fatto neppure per dispetto, ma lui non lo sa.. e ne è uscito con le ossa rotte.
-Rotte? Cosa significa?
Un sospiro esasperato di Beto gli fa comprendere che il peggio deve ancora venire.
-Pedro ha deciso di andare via. Partire per il Chile. Ha già trovato un nuovo lavoro e fatto i bagagli.
-Andare via?
-Andare via!
- Quando?
-Stasera. Adesso.. non lo so. Può essere sia già andato via. Ha già salutato tutti.
-Non mi ha detto nulla..
-Perché mi ha chiesto di dirtelo domani… solo che non ho potuto tacere oltre.
-Mi accompagni?
Solo questo e Beto sorride mentre mostra a Guille le chiavi dell’auto che ha già preso prima di andare a parlare con lui.
Per la prima volta Guille non ha il coraggio di dirgli di andare piano, anzi gli sembra che Beto impieghi troppo tempo per arrivare sotto l’appartamento di Pedro.
Tutte le finestre sono serrate, Guille lo guarda sconsolato quando, all’improvviso, vede un taxi fermarsi vicino al portone e Pedro uscire con due valigie.
Un esilio, un fallimento, un… cosa importa, a questo punto, dare un nome a quello Pedro ha sentito di dover fare per poter continuare a vivere normalmente.. una fuga.. è certamente una fuga; anche per lui è stato lo stesso, frutto di una scelta sbagliata.. adesso ne è consapevole.
Guille conosce, perfettamente, i meccanismi della mente del suo Cielito lindo; fuggire dall’ambiente dove tutto ti ricorda l’amore della tua vita.. dove non puoi più rimanere senza rivivere, attimo dopo attimo e con un’eco ossessiva, tutto ciò che hai vissuto insieme a chi non ti ama più, è diventata una scelta obbligata per il suo Pedro.
Quando i ricordi non sono sufficienti a lenire il dolore che ti assale e rende secchi i tuoi occhi ogni volta che lo vedi vivere la sua vita senza di te, comprendi che non hai un’altra alternativa.
Lo raggiunge velocemente e lo ferma mentre sta per salire sul taxi.
-Ti prego, Pedro, non questo. Questo non lo sopporterei. Non riesco ad immaginare di stare lontano da te.. di non avere la possibilità di vederti… di parlarti.. fosse anche solo di litigare con te. Questo no, ti prego, questo no.
Pedro si gira lentamente e lo guarda a lungo negli occhi; la stessa disperazione che sente nel suo sguardo sembra riflettersi negli occhi di Guille che adesso si trova di fronte a lui, nello stesso stato di febbrile angustia che lo possedeva quell’alba in cui è andato casa sua per confessargli che pensava tutto il tempo a lui e che non sapeva cosa fare, quando gli ha confessato di avere la necessità di fare qualcosa perché in quello stato non poteva più rimanere.
La stessa frenesia che lo aveva posseduto sino ad un momento prima ma che, adesso, misteriosamente si è acquietata di fronte a quel Guille così disarmante.
Non riesce a credere in quel che vede, ma la sua mano è reale.. la sua voce è reale… quello che gli sta dicendo è quello che il suo cuore ha attenso di sentire da più giorni.
-Non mi è piaciuto, Guille, tutto quello che abbiamo vissuto. Se stiamo insieme.. stiamo insieme. Questi vuoti, questi equivoci, non mi fanno bene.. mi fanno male... e molto... non mi permettono di vivere…
-Lo so. Ne sono consapevole, così come sono consapevole che “questo” è qualcosa per il quale giocarsi tutto. Non sono capace di vivere senza di te. La sola prospettiva mi uccide. E’ stata tutta colpa mia. Perdonami. Tutto, accetterei tutto da te meno un abbandono. Ti prego.
-No. La colpa è stata mia. Non sono riuscito a fare null’altro se non sentire la tua mancanza e provare questo desiderio insopportabile di andare via. Avrei dovuto spiegarti meglio.. insistere…
-Non farlo. Non mi serve alcuna spiegazione Pedro. Dentro di me è ben chiaro quello che sento per te. Al di là di tutti gli equivoci che possono esserci stati, al di là dell’intolleranza del momento, solo tu conti per me. La prospettiva di perderti.. non voglio neppure pensarci!
Con un sorriso, Guille gli accarezza la fronte, con il suo tipico gesto di sempre, la sua mano scende sulla guancia e lì riposa.
-Nemmeno io. Amore mio. Nemmeno io.
E’ il segnale atteso da entrambi che, d’improvviso, si stringono in un abbraccio senza fine.
Poco importa che siano per strada, circondati da gente sconosciuta, poco importa che occhi curiosi si chiedano il perché di questo abbraccio disperato.
Perché, entrambi, hanno raggiunto la propria destinazione.. il loro porto sicuro.. l’inizio e la fine della propria esistenza.
Perché “questo” è l’amore nella vita di ciascun uomo!
Per sempre!

FINE

11 comentarios:

  1. Me costo muchísimo la elección pero me quedo con la "Cruz". Éste es su amor.. éste es su cielito lindo.. ¿qué importa todo el resto?.. ¿qué importa si está con él, ahora? ¿Si es él que besa, en este preciso momento? ¿Si es con él que quiere hacer el amor?. Me encanta ver al gran Graziani inseguro pero aceptando la situación por estar con su Pedro

    ResponderEliminar
  2. ME LLENA DE EMOCION ESTE AMOR INTENSO DE ELLOS QUE VOS DESCRIBIS CON TANTA SUTILEZA, HONESTIDAD Y HERMOSURA.MUCHAS GRACIAS POR LLEVARME POR LOS CAMINOS MAS REMOTOS QUE TIENE EL AMOR..UN ABRAZO GRANDE!!

    ResponderEliminar
  3. Excelente final! Elijo CARA: me encantò la forma en que describis los miedos,inseguridades y los celos de Pedro.Cuando le explica a Guille que aunque sigue siendo su vida,èl se ha perdido de alguna parte...del camino,que necesita hallarse para encontrarlo nuevamente. Mis partes favoritas:" Porque cada vez, hacer el amor con Guille, es redescubrir el amor y al final, cuando el placer se hace más intenso y te fagocita sin piedad, te dejas caer en un abismo sin fin donde vos sabés, sin sombra de duda, que encontrarás sus brazos esperándote, para acogerte.. para salvarte..." " No quise asustarte, sólo advertirte. Porque siempre supe que todo esto iba a ocurrir entre nosotros, no podía prever cuando pero estaba seguro que íbamos a llegar a "ésto", que "ésto" era nuestro destino...."

    ResponderEliminar
  4. testa,.cruce los dos, como un relampago duele dulcemente , duele agonicamente y después se vuelve Amor eterno , Amor por siempre . Hoy no poso elegir . Solo sieto Amor en mi corazón . Guilermo y Pedro ( la historia) me partió el alma como un rayo y me quemó por dentro , me quedo para siempre un sabor agridulce ... por eso buscamos estos finales alternativos , siempre estaremos unidas por tus preciosos textos, dulcemente inteligentemente desarrollados. Gracias por y para siempre !!!!

    ResponderEliminar
  5. Antonia, esta vez elijo Cara, como siempre en mí, ganó el sufrimiento de Pedro por sobre el de Guille, lo describiste en forma fantástica... gracias por esta historia que sea Cara o Cruz, ellos llegan a su final feliz!!!

    ResponderEliminar
  6. ANTO precioso final, bellisimo, emotivo, espectacular!! cuanto amor por dios! te juro q no pude evitar las lagrimas al leerlo. Me los iba representando en cada pasaje del relato!! y me queda las ganas infinirtas de que NOS REGALEN UNA SEGUNDA PARTE DE FARSANTES donde podamos vivir, disfrutar y emocionarnos de lacotidiameidad de la pareja de Guille y Pedro!!! Creo que todas las que leemos estas historias deseamos desde el corazon que enalgun momentose vuelvan a reunir estos genios y terminen estoque para nosotras fue poco tiempo. GENIA TOTAL ANTONIA!GRACIAS!

    ResponderEliminar
  7. "Esto es el amor de su vida. Para siempre" Antonia, esta historia nacio, continuo y termino sin que yo pueda elegir una de las dos versiones. Ambas son perfectas, ambas me emociona, me desesperan, me enamoran. Fue una verdadera genialidad esta historia de dos caras, y me genero esa continua sensación que tuve de estar transitando dos realidades, dos caras, dos "tuneles" paralelos que estaban destinados a un mismo final ese "amor para siempre" que con perfeccion decretaste en el final. Te estoy sumamente agradecida por este regalo en letras que nos diste. Felicitas

    ResponderEliminar
  8. "Porque, ambos, han alcanzado el mismo destino.. su puerto seguro.."
    Cara y seca de un gran amor.
    Gracias a vos Antonia por compartir esta historia. Abrazo

    ResponderEliminar
  9. Elijo Cara! Pedro me puede... su sufrimiento, sus celos y su ruego a Guille es la prueba de su amor... Impecablemente contadas las dos historias, me encanto como jugaste con los dos que aman igual y distinto a la vez... lo importante es como todas las veces en este blog y en nuestro espacio, que el amor resiste a todo y ellos son felices juntos! Lau

    ResponderEliminar
  10. IGUAL QUE LA MAYORIA ELIJO CARA ,PEDRO ME PUEDE MAS ALLA DE TODO,N OSOPORTO SU PENA NI 5 SEGUNDOS ,EL NACIO PARA SER FELIZ Y HACERLFELIZLA VACIA VIDA DE GUILLERMO.GRACIAS ANTONIA PRECIOSA TU HISTORIA.majo

    ResponderEliminar
  11. Y bueno, soy Graziani al fin, cambié, empecé siendo Cara y terminé siendo Cruz. Como todo en la vida, cuando nos enfrenta a una elección, a veces estamos con una y a veces con otra, pero siempre estamos. A todo o nada. Pedro nunca podrá perder el camino. Lo veo perfectamente a Pedro yéndose (después de todo ya sufrimos el exilio obligado con Pedro otras veces), pero él nunca se impondría a Guille si tuviera la más ligera sospecha de que en Guille ya no hay amor. Y Guille cuando quiere puede ser muy convincente, aunque se esté mandando la macana más grande del mundo.
    Hiciste un excelente trabajo, Antonia. Fuiste construyendo esos dos mundos que se van apartando sutilmente a causa de los miedos, de las inseguridades, cuando la única verdad posible para ellos son ellos mismos. Graziani sigue siendo Graziani hasta los huesos. Se arriesga a perderlo todo por ese temor de dejar entrar a alguien en su mundo, cuando es claro que Pedro ya se le ha metido dentro y para siempre. Y aunque Cielito a veces sea impulsivo, para él tampoco hay otro mundo que no sea con Guille.
    Hermosa experiencia esta de lanzar monedas al aire. ¡Nos vemos en la próxima historia!

    ResponderEliminar