viernes, 16 de mayo de 2014

Crimenes Secretos (1era parte) by Graciela Liliana

                                                               Capítulo 1 – “Indicios”



Hoy parece ser un día más en el estudio.

Cuando entra encuentra las oficinas desiertas. Probablemente Gabi ha salido con Beto.

Cuca no aparece por ningún lado, al único que escucha es a Marcos en su despacho discutiendo seguramente con algún cliente.

“Ambiente despejado” piensa, hoy parece que va a ser un día tranquilo así que se dirige a su despacho.

Se sienta, abre la notebook, pero está disperso, permanece frente a la pantalla varios minutos.

Está cansado, anoche discutió de nuevo con Silvina, su mujer y ella le reprochó su excesiva dedicación al trabajo que le roba horas a la familia, le dijo que Fabián tiene nueve años y que necesita un padre más presente.

Una vez más le respondió que su trabajo es el que les permite un cierto nivel de vida gracias al cual tienen esa casa y también la posibilidad de viajar y que a él su profesión le apasiona. Pero esta vez siente que no fue sincero.

Desde hace bastante tiempo que el trabajo en el estudio, las audiencias, los peregrinajes por Tribunales no le provocan nada, la antigua pasión se ha ido desvaneciendo de manera imperceptible. Se ha transformado en una rutina más y eso le pesa.

En realidad el estudio le permite descansar un poco de Silvina y su asedio que se han vuelto una constante desde hace un tiempo, más de una vez le ha preguntado si había alguna mujer en el medio. El se lo negó, aún cuando ha recibido insinuaciones de parte de clientas del estudio, algunas muy atractivas, ante las cuales a veces se ha sentido tentado, pero más que nada para ver qué sentía, porque ese es el problema, el no sentir, se percibe como anestesiado, indiferente.

Por esto mismo a veces le cuesta tener intimidad con su esposa, porque hay momentos en que sencillamente no la desea.

Alguna vez lo habló con su hermano Miguel Angel, el único con el que de vez en cuando puede abrirse, él le aconsejó ir a algún terapeuta, incluso intentar con algún sexólogo, pero Guille no quiso, no les tiene confianza y además siempre los psicólogos le han parecido embaucadores de conciencias, capaces de justificar cualquier cosa, un derivado moderno de los curas, pero claro, cobran mucho más caro para guardar el secreto de confesión.

-¡Eh, Guille! Te estaba llamando ¿no me escuchabas? – dice Beto entrando al despacho.

-No ¿qué pasó? – distraído.

-Vení un toque a la sala de reuniones – le dice mientras le hace señas para que lo siga.

A desgano va tras él, entra y allí están también Gabi y Marcos, todos con los ojos fijos en el televisor.

-Beto, tengo cosas que hacer, no tengo ganas de mirar televisión –

-Pará Guille, pará, escuchá –

En la pantalla títulos en rojo “Joven abogado acusado de matar a su amante y socio de su padre”.

Las cámaras enfocan a un hombre que sale con la cabeza cubierta por una campera y escoltado por policías. El periodista llena los minutos con elucubraciones e hipótesis que se sabe caerán al poco rato pero que sirven para entretener al público ávido de morbo. Ingredientes perfectos: crimen pasional, sumado a eso el vínculo homosexual entre el acusado y la víctima, una ciudad como Pergamino, pequeña pero dentro de una región muy rica. Por lo que se ve el culpable del crimen es hijo de una familia poderosa, con muchas propiedades y negocios. La historia perfecta para ocupar por un tiempo los titulares de los diarios más importantes.

Marcos toma el control del televisor y lo apaga. Luego se sienta frente a Guille.

- El padre quiere que tomemos el caso –

Guille sonríe con incredulidad pero luego mira al resto de sus socios y ve que no es chiste.

- Estás en pedo Marcos, mejor dicho – y los señala - están todos en pedo.

-Escuchame Guille, el estudio necesita este caso y al viejo no lo llamamos nosotros, él llamó. Le recomendaron el buffette y a vos en especial –

-El viejo, ¿quién es el viejo? –

-Leopoldo Beggio, el padre del acusado, es un tipo de mucha guita que quiere que el tema se le resuelva cuanto antes, tratando de minimizar lo menos posible los daños –

-¿Minimizar los daños? – se ríe Guille abiertamente y le señala el televisor – a ver Marcos ¿vos estabas viendo lo mismo que yo?, están todos los medios, ya no se puede minimizar ni parar nada, el daño está hecho –

-Él lo sabe pero piensa que una rápida intervención nuestra puede evitar que el escándalo siga creciendo. Nos dijo que no nos preocupemos por el dinero, pagará lo que sea porque su hijo quede libre y su apellido limpio –

Guille mira a cada uno – A ver ¿ustedes aceptaron este caso sin consultarme? –

Marcos interviene – Mirá Guille, vos muchas veces has aceptado casos sin preguntarnos y me hago cargo, sí, yo acepté. Te repito, este estudio necesita algo como esto y nos llegó justo. El último caso importante que tuvimos fue el de Terrada y eso fue hace seis meses –

Guille se levanta y se para frente a su socio – Muy bien, muy bien, vos aceptaste, vos te hacés cargo. Gabi te puede ayudar …-

-A ver, el viejo no nos quiere ni a mí ni a Gabriela, te quiere a vos –

-No no. Definitivamente no Marcos. Yo no voy a ir a meterme en ese puterío infernal para que me corten la cabeza y ser el hazmerreír de todo el ambiente judicial. No, olvidate –

-Guille – se escucha a Beto que hasta ese momento se mantenía en silencio – tenemos que aceptar Guille. Vos sos el único acá que puede con ese caso. Y vos sabés que nosotros vamos a estar detrás tuyo. Marcos tiene razón, este caso nos cae en un buen momento y para el estudio es importante y para vos también, vos sabés que es así Guille –

Beto siempre hace la diferencia y es el único que suele frenarlo. Tal vez porque lo siente como su hermano menor, pero lo cierto es que suele convencerlo cuando nadie más puede.



Mientras conduce su auto hacia Pergamino, Guille se pregunta por enésima vez por qué se dejó convencer, pero debe admitir para sí mismo que en el fondo la idea no le disgustó. Era una posibilidad de cambiar un poco de aire, de tomar distancia. Sabe que va a tener que lidiar con el caos de los medios y con un cliente que no conoce, pero le gusta ese desafío.

No avisó a qué hora llegaba y pidió expresamente que no informaran sobre su apellido ni el nombre de su estudio para no sufrir el asedio de la prensa al menos por ahora, ya que sabe que una vez que tome estado público será inevitable. Se dirige directamente al Juzgado, que, como lo preveía es un hervidero de periodistas, cámaras y curiosos. Pasa por en medio de ellos sin ser notado y entra directamente. Una vez allí se hace llevar hasta donde está detenido su cliente.

Entra a un salón espacioso que ha sido adaptado para este tipo de entrevistas. Acomoda el maletín en la mesa, saca su libreta de notas y un pequeño grabador.

Un rato después siente la puerta abrirse, levanta la vista y ve a un joven escoltado por un guardia, el cabello desordenado le oculta el rostro, tiene una barba de varios días, se detiene, siempre la mirada fija en el piso, el policía lo hace avanzar y sentarse frente a Guille.

El guardia se aleja.

-Hola, soy el abogado Guillermo Graziani – dice extendiendo su mano, en ese momento el joven levanta la mirada y la fija en Guille y con ironía le muestra las esposas, pero Guille hace caso omiso y permanece con la mano tendida, entonces finalmente responde al saludo y estrecha su mano.

-Pedro Beggio, aunque imagino que ya lo sabrá – voz de suave acento que inspira confianza.

Su expresión es sombría pero los ojos le llaman la atención, son grandes y penetrantes. Graziani repara en ellos y no sabe por qué algo dentro de él se conmueve. Siente una empatía inmediata, algo que no suele pasarle muy seguido. Tal vez porque intuye una profunda soledad, una oscura derrota detrás de esos ojos que no bajan la mirada.

Poniendo distancia – ¿Sabe mi padre que vino? –

-No, él contrató al estudio pero yo quise primero venir a verte antes de aceptar –

Se inclina hacia atrás y Guille percibe un leve matiz de interés.

-No se preocupe, le va a pagar bien con tal de que este quilombo se apague pronto –

-Seguramente, pero yo no acepto casos de los que no estoy convencido y por eso vine, luego de que vos me cuentes decidiré si tomo el caso o no –

Apoya los brazos sobre la mesa, la indiferencia deja paso a la curiosidad.

-¿Y qué quiere saber que no haya sido publicado? –

-No me interesa lo que se publica, quiero tu versión, quiero que me cuentes. Soy todo oídos – enciende el grabador y lo acerca a Pedro.

Silencio, la desconfianza en la mirada es reemplazada por un brillo extraño que impacta en él pero que descarta para concentrarse en el relato.

Le mintió, no necesita escucharlo para tomar el caso, decidió hacerlo no bien lo vio entrar. Tampoco eso le pasa muy seguido.



Ya es tarde cuando luego de haber cenado llega a la habitación del hotel, entre la entrevista con Pedro y los trámites varios que tuvo que cumplimentar en el juzgado no alcanzó a hablar con el padre de su defendido, decide hacerlo a primera hora de la mañana.

Está cansado pero sólo físicamente, su mente parece que hubiera despertado, el caso ha despertado su interés y curiosidad en especial luego de hablar con Pedro.

Se da una ducha y revisa las notas. Escucha la grabación y comienza a escribir en la libreta frases sueltas.

“yo no era amante del socio de mi padre”

“era con su hijo con quien yo mantenía una relación”

“cuando se enteró de mi relación con su hijo comenzó el asedio, el maltrato”

“mi padre me prohibió esta relación”

“yo había decidido dejar el estudio de mi padre, chocábamos mucho”

“nunca quise trabajar con él”

“mi relación con Andrés (hijo de la víctima) había concluido los días previos (al crimen)”

“no terminé con Andrés ni por su padre ni por el mío”

“Andrés tuvo un intento de suicidio luego de que cortamos y su padre me culpó de eso”

“mi padre estaba pensando en romper la sociedad”

“nunca oculté que fuera homosexual y eso en este ambiente se paga”

Apaga el grabador y se queda mirando las anotaciones.

Luego se recuesta en la cama. Decide llamar a Silvina, es la primera vez en el día que piensa en su mujer. Le dice que es probable que tenga mínimo para tres días, al menos en el primer tramo de la investigación. Le miente que la extraña. Habla con Fabián y ahí sí su voz cambia, se interesa y hay verdad en las palabras.

Permanece en silencio, la vista fija en el techo. Disfruta esa soledad de no tener que dar cuentas a nadie. Cruza las manos bajo la nuca y piensa en su defendido. Si bien por momentos lo sintió sincero, percibe que hay muchas cosas que le oculta. Eso le genera más curiosidad aún. No sabe bien por qué, pero siente que ese no contarle todo no obedece tanto a preservar un secreto sino a desafiarlo para que él lo descubra. Sonríe. “Ridículo” piensa, “¿por qué haría eso?, soy su abogado. Esto no es un juego y él lo sabe”. Suspira “Ya veremos Beggio quién se cansa primero”, se escucha decir en voz alta.

Aún así algo dentro de él lo inquieta pero no sabe precisar bien qué.



Le molestan los lugares tan vacíos, impersonales. “Minimalista” sonríe mirando la celda. Es consciente del privilegio de su situación por ser el “hijo de …” que impide que lo envíen a lugares más lúgubres y peligrosos que estos. Si bien siempre despreció los privilegios de su apellido, en este momento íntimamente los agradece.

Pensar, no ha hecho otra cosa desde aquel día en que fueron a buscarlo a su departamento, mientras le leían los cargos de los que lo acusaban, que en realidad era uno sólo: el asesinato del abogado Horacio Dastolfi a quien habían encontrado esa mañana en el estudio, muerto de un disparo en el pecho. Todos los indicios lo señalaban, en especial por la pésima relación de los últimos tiempos y porque la noche anterior habían tenido un altercado que terminó a las trompadas con amenazas de muerte incluidas.

Después fue como si el tiempo se acelerase, miles de imágenes, los flashes, la foto impensada de frente y perfil, los interrogatorios, caras y más caras, entre ellas la de su padre “yo sabía que ibas a terminar mal” leyó en sus ojos, atrás de la vergüenza y la ira contenida. Igual era el que menos le importaba. La de su madre fue más dolorosa porque venía acompañada de su propia desilusión nunca confesada.

No había podido ordenar esa sucesión de acontecimientos hasta ese día, esa tarde, cuando entró sin ninguna expectativa a la entrevista con su abogado. Imprevistamente cuando no esperaba nada ocurrió Graziani. Pensó que era un abogado más de los que contrataba su padre pero por suerte se había equivocado. Lo intuyó desde la mano que le tendió en un saludo apretado, sincero.

Fue la primera persona en todos esos días – tal vez años – que él sintió que escuchaba lo que decía. Lo que con otros era un esfuerzo con él simplemente fluía. Ojos oscuros y profundos, un poco cansados, de inteligente mirada e inusitada calidez. Graziani fue lo mejor que le ocurrió en esos días totalmente olvidables.

Se sorprende pensando que incluso todo lo ocurrido valió la pena sólo por haberlo conocido. Pensamiento oscuro que se permite sin culpas.

Da vueltas en la cama de su celda, esta noche va a costar conciliar el sueño. La voz y los ojos de Graziani pueblan su insomnio. “Lástima esa alianza en tu mano izquierda” piensa y sonríe.



(Continuará …)

24 comentarios:

  1. Que comienzo Grace!!! Un lujo volverte a leer, nis estas planteando un escenario nuevo, original y atrapante. Me intriga este Pedro q parece haber vivido mil batallas y todo en la vida de Guille tan diferente pero tan parecido. Como siempre, aplausos de pie y gracias!!!!

    ResponderEliminar
  2. Ohhhhhhhhh Dios Dios Dios.....NO TENGO PALABRAS!!! este comienzo es impresionante......muy !!! me encanto y me dejo totalmente atrapada.....aca el sorprendido parece que sera Graziani....pobre cielito metido en este quilombo!!! no importa..incluso todo lo ocurrido valió la pena sólo por haberlo conocido....Espectacular!!! GRACIAS por esta nueva historia que estoy segura se las trae!!! Barby
    ...

    ResponderEliminar
  3. Me encanta!! En esta historia se invierten los papeles,Pedro asumido y Guille no. Quiero ver a Graziani atraido por un hombre sin darse cuenta.....tal vez por 1º vez?? Me imagino ese amor creciendo tras las rejas y a Pedro que ya no puede escapar del "efecto Graziani" intentando conquistarlo.- Mis partes favoritas: " Imprevistamente cuando no esperaba nada ocurrió Graziani." "Graziani fue lo mejor que le ocurrió en esos días totalmente olvidables.esta noche va a costar conciliar el sueño. La voz y los ojos de Graziani pueblan su insomnio. “Lástima esa alianza en tu mano izquierda” piensa y sonríe."

    ResponderEliminar
  4. POR FA VOR!!!!! "La voz y los ojos de Graziani pueblan su insomnio." Me enloquecio este nuevo inicio, interesantisimo, y promete mucho, mucho mas. Estoy mas que agradecida por esta posibilidad de descubirirlos de nuevo en una nueva vida. Espero ansiosa su continuacion, segura de que sera inmejorable. Felicitas

    ResponderEliminar
  5. Que buena historia!! Este comienzo es atrapante e inquietante!! Exelente!!

    ResponderEliminar
  6. interesantemente diferente....aqui esperamos!

    ResponderEliminar
  7. Hay Graciela Liliana lleerte es un placer adoro la forma de escribir que tenes, es atrapante, hipnotizante diría este nuevo comienzo entre ellos es muy prometedor, recordar de "Si la Historia Hubiera Empezado Mucho Antes" Pedro viviendo con su familia en Pergamino ese padre autoritario y preocupado por las apariencias, (Párrafo a parte ya la leí como 10 veces) Y este inicio me indica que con "Crímenes Secretos" me pasara lo mismo. Welcome Grace y no nos abandones mucho tiempo!!!

    ResponderEliminar
  8. Nunca tuve oportunidad de decírtelo Grace, pero tu "Y si la historia hubiera empezado mucho antes?" fue la historia que me ató a Acto de Fe. Fue la primera historia que me atrapó y que sentí verdaderamente diferente. Luego vendrían otras, pero la primera siempre es eso: 'la primera'. Gracias por volver (y de qué forma...), vos y tu maravillosa pluma. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  9. Hermoso relato,apasionante.....gran intriga como se relacionan estos dos!!!!!
    Gracias por promover esta espectativa!!!!!

    ResponderEliminar
  10. Amo empezar a leer una historia como esta, que atrapa y promete. Estoy segura que disfrutaré este nuevo viaje. Felicitaciones y gracias. Valeria

    ResponderEliminar
  11. Poder volver a leerte es un sueño, Grace!!
    Y esta historia promete pura maravilla... genial el intercambio de papeles, que gracias a tu pluma, ya lo se, va a transformarse en belleza.
    No veo la hora de descubrir como van a ser estos nuevos Pedro y Guille, diferentes pero iguales a sí mismos.
    El guiño a "y si la historia..." Me hizo derretir de amor...gracias Grace, un abrazo enorme y morbido

    ResponderEliminar
  12. Gracias Graciela Liliana (la bienamada de Graziani !), por este nuevo policial, en donde Graziani, sigue siendo Graziani, y en donde asoma un Pedro descorazonado y complicado, con esta oportunidad inèdita de conocerse! Buena historia. Esperamos la continnuaciòn.
    Marlene Rodrìguez

    ResponderEliminar
  13. Súper interesante este giro! Tan distintos y a la vez tan ellos! Un placer volver a leerte! Gracias! Ceci

    ResponderEliminar
  14. Felicitaciones, Graciela !. Me atrapa, desde ya, esta historia diferente pero a la vez tan familiar !. Cambios de roles, un Pedro asumido en su homosexualidad y Guillermo dudoso de su marimonio. Mas que interesante... Adoré "Y si la historia hubiera empezado mucho antes?" e intuyo que me pasará igual con "Crímenes secretos" ...Genial comienzo...

    ResponderEliminar
  15. Ya compre esta maravillosa historia! me encanta este Pedro!! Y ellos siempre encontrandose...gracias Magaly

    ResponderEliminar
  16. Un nuevo Pedro... nueva forma de conocerse pero el mismo flechazo que lleva a "lo nuestro" Me encanta!!! Laura

    ResponderEliminar
  17. Me encantan los mil primeros encuentros que existen en este blog entre Graziani y Beggio!! Este es sublime!!! Genial policial, con cambios de lugares y de situaciones, totalmente atrapante. Gracias!!! Por muchas más buenas historias, estos dos reinventados siempre magistralmente por tanta buena pluma!! Susy

    ResponderEliminar
  18. Marcela Villafain17 de mayo de 2014, 2:33

    Què buen comienzo, atrapante. Un crimen, un Pedro asumido y un Guille hastiado de su vida y de su rutina diaria. Muy prometedor. Te extrañamos Graciela, bienvenida nuevamente.

    ResponderEliminar
  19. Divino!
    " Imprevistamente cuando no esperaba nada ocurrió Graziani...." Hace falta algo màs?

    ResponderEliminar
  20. SOS MI PREFERIDA GRACE DE ESTA ,Y NI DECIRTE O QUE SE TE EXTRAÑO ALUCINANTE COMIENZO Y ESTOY SEGURA QUE TE VAS A SUPERAR COMO SIEMPRE ,GRACIAS POR VOLVER Y REGALARNOS TU MAGIA OTRA VEZ AMIGA TE QUIERO!!!!! majo

    ResponderEliminar
  21. a tus pies d Nuevo - seguimos

    ResponderEliminar
  22. Por favor la continuación!!!! esperando, nada tranquila!!

    ResponderEliminar
  23. Cómo sigue? esperamos!!!! hermosa historia!!! Seguimos! GRACIAS Susy

    ResponderEliminar
  24. Leyendo por no sé que vez ya estas hermosas historias me encontré con esta que me dejó alucinada!!Que pena tan grande que no podamos saber como siguió,es tan imposible??abrazos si alguien lo lee!!

    ResponderEliminar