A Lilita, un capítulo a su medida, ella sabe por qué. ¡Gracias por todo el feedback!
Alessa, mil gracias, no sólo por ser beta, sino simplemente por estar
“Todo se hunde en la niebla del olvido, pero cuando la niebla se
despeja,
el olvido está lleno de memoria.” Mario Benedetti (gracias Andre por
la cita).
CAPITULO 2
Terminó de escribir el mail y se preguntó por enésima vez para qué lo
estaba haciendo. Suponía que iba a tener la misma suerte que sus predecesores…
ninguna respuesta.
Era la tercera semana ya, sin
tener noticias de Pedro y no sabía a quién recurrir.
Aparentemente, Pedro no se llevaba bien con sus padres, pero no lo podía
confirmar, eso era lo que sabían o intuían Beto y Gaby. Número de contacto de
ellos no tenía.
Supuestamente, había un primo del que Pedro hablaba con mucho cariño y
que había ido a su casamiento, Marcial;
tampoco tenía el número o siquiera el apellido.
Se sacó los anteojos de lectura y se frotó las sienes. El dolor de
cabeza persistente no lo abandonaba. Los médicos, el neurólogo y Carlos, le
habían dicho que era normal, una consecuencia esperable de la lesión que había
sufrido.
Aunque él sospechaba que se trataba de algo más.
Los dolores de cabeza habían empezado después de la conversación que
había tenido con Carlos sobre la salud de Pedro.
Dos disparos.
Heridas de arma de fuego.
Compromiso cardíaco, lesión
cardíaca leve.
Colapso de pulmón, hemotórax
Intubación
Complicaciones post operatorias
Coma por tres meses
Insuficiencia respiratoria.
Cuidados, controles…
Las palabras de Beto también le daban vuelta en la cabeza: “Guille, Pedro
la pasó muy brava hace dos años y pasaron muchas cosas en su vida en muy poco
tiempo. Ustedes se cuidan mucho siempre y vos no lo estuviste cuidando. Es
corta la bocha.”
Además, hacía unos días había empezado a recordar algunas cosas más,
cosas muy chiquitas, insignificantes realmente.
No había dicho nada, ¿para qué? Pedro ya no estaba, recordar o no esos
dos años de su vida parecía ya no tener sentido para nadie.
Esas imágenes eran sus pequeños secretos, no las compartía con nadie.
Eran como pequeños segmentos de un rompecabezas de 5000 piezas, no podía verlo
completo, pero se empezaban a vislumbrar unas pinceladas del todo. Generalmente
venían disparadas por algo, olores,
sonidos, cosas.
Un frasco de perfume cerrado, que había decidido abrir unos días atrás,
lo había golpeado con la imagen de Pedro acercándosele seductor.
La noche anterior había sido al descorchar una botella de Cabernet y
servirlo en una copa. Supo en ese segundo que ellos solo servían una copa y la
compartían. La sensación de complicidad y de familiaridad de la memoria, le
pegó de lleno.
Esa mañana, había sido una canción en la radio del taxi. Podía apostar
un ojo de la cara a que era una favorita de Pedro.
Golpeó con enojo el escritorio, sintiéndose totalmente desbordado por la
situación.
Su mente, su orgullo, sus miedos, lo habían mantenido alejado de Pedro.
No lo quería reconocer, pero su corazón nunca lo había olvidado, él simplemente
había preferido ignorarlo.
Escuchó los golpes suaves de Cuca en la puerta de su oficina, venía como
todos los días a traerle un mate cocido, unas galletitas y a darle un abrazo.
La notaba preocupada por él y él, aunque sabía que no se lo merecía, se dejaba
mimar.
Intentó sonreírle, pero no pareció muy exitoso su esfuerzo, porque el abrazo de Cuca fue más
fuerte que otros días.
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Pedro sintió el sonido del celular. Era
viernes y como los dos viernes anteriores supo que había llegado un mail. Un
mail que no quería abrir, que no se atrevía a leer.
Rápidamente lo movió de su bandeja de entrada.
Sintió que le transpiraban las manos, respiró profundo y sacudió su
cabeza.
Volvió a concentrarse en el trabajo.
Desde que había
llegado a Madrid, Marcial había intentado por todos los medios distraerlo,
entretenerlo con salidas, paseos, excursiones. Tenía que reconocer que Madrid y
sus alrededores eran bellísimos, pero él no tenía el espíritu para apreciarlos.
Fue el trabajo lo que lo ayudó a sobrevivir esas semanas.
Marcial y su novia Anna, sueca, rubia y de un asombroso parecido a
Camila (lo que solía darle escalofríos), tenían una empresa que se ocupaba de
organizar eventos. Y él desde el primer día se había propuesto colaborar con
ellos. Las jornadas empezaban muy temprano y terminaban muy tarde, todo el día
implicaba estar atento al mínimo detalle de la organización y eso simplemente
le impedía pensar en otras cosas.
Había vuelto a correr. Madrid lo había recibido con un clima maravilloso
y todas las mañanas lo aprovechaba para correr por el Parque del Retiro; en ese rato se despejaba, se liberaba.
Sabía que no estaba sanando.
Guillermo era una herida abierta que por ahora no se animaba a tratar.
Pero el correr y el trabajar hacían que llegara tan cansado a la noche
que caía molido en la cama, y no había lugar para las pesadillas.
Marcial había intentado por todos los medios que hablaran. Pero él no
quería hablar. Le había dado una explicación escueta y concisa de lo que había
pasado e intentó recomponerse de la mejor manera posible para continuar
viviendo. Sabía que su primo no estaba muy convencido de que fuera el mejor
plan de acción, si las miradas preocupadas que lo seguían eran algún indicador.
Estaba controlando a los operarios que terminaban de desarmar un escenario, cuando sintió a su lado a Anna y a
Marcial.
Por la actitud, supuso que otra vez intentarían convencerlo para que los
acompañara en alguna de sus salidas nocturnas, algo
a lo que se había negado sistemáticamente desde su llegada a España.
Sintiéndose rodeado, intuyó que hoy no iba a ser tan fácil escapar. Y al
sentir el celular en su bolsillo y el mensaje que había llegado no hacía mucho,
se preguntó si hoy realmente tenía ganas de escapar.
El entusiasmo de Marcial y su novia era contagioso.
-“Joy Eslava”- afirmó Marcial con una sonrisa y sin más explicaciones.
-“¿Joy Eslava? Eso es un boliche. ¿A vos te parece que tenemos edad para
ir a un boliche? Ya pasamos el tiempo para bailar arriba del parlante.”- una
vocecita dentro suyo le decía que sonaba demasiado parecido a alguien, pero
decidió que era mejor ignorarla.
-“No te apurés primo, no vamos a ir a bailar. Hay un recital hoy a la
noche.”
-“Ajá, ¿y de quién?”- mostrándose interesado, la música siempre lo ponía
de buen humor.
-“Enrique Bunbury.”
-“¿En serio?”
-“Sí, dale, vení, que ya sé que te gusta. Suele hacer recitales sorpresa
acá en Madrid y hoy toca en Joy Eslava.”
Pedro dudó unos segundos, pero finalmente aceptó.
A las 22 horas en punto empezó el recital. Decidió ponerse a un costado, en un lugar tranquilo. Varias
mujeres lo miraron sugestivamente. No terminaba de sentirse cómodo, estaba
totalmente desacostumbrado a estas salidas. Se separó un poco de Marcial y su
novia que bailaban muy juntos. A medida que avanzaba el concierto empezó a
disfrutar de la música y a olvidarse del ambiente.
Se acercó a la barra para pedir un trago y empezó a sonar “Es hora de
hablar”;
se paralizó. La suave y lenta melodía resonaba en su cabeza y lo dejó sin
aliento.
“…de alterar el destino
y de la fábrica de hielo del olvido.
es hora de hablar
de las cosas rotas que no puedo arreglar…”
Atinó a mirarse la alianza que descansaba en su mano izquierda. La
acarició con los dedos de la otra mano.
“…es hora de hablar
de la culpa y la madre del castigo
de hacerse viejo entre tus enemigos
del lento proceso de derrumbe
y que nunca hablamos de lo que hay que hablar
de secuencias de presagios que se cumplen
y que quiero hacer muchas cosas por ti…”
Se sacó el anillo, lo miró hipnotizado. El símbolo de pertenencia al
otro, el símbolo de pertenencia a Guillermo.
Lo apretó firmemente en su mano, mientras la canción terminaba. Cada
músculo de su cuerpo estaba en tensión.
Recuperó el aliento y sintió la necesidad de salir, de tomar aire
fresco.
Apenas se movió unos pasos, cuando los acordes de “Bujías para el dolor”
lo golpearon con toda su fuerza. De mal en peor.
La gente bailaba y se movía incesante. Una canción tan intensa.
Un grupo de cinco, seis, personas que intentaban llegar a la barra lo
empujaron y le hicieron perder el equilibrio. Abrió la mano instintivamente
para sostenerse.
“…no van a cesar todas las preguntas
aunque sean las mismas y desde el mismo andén
la memoria es sombrero de prestidigitador
el sur es mi norte, eso lo dije ya…”
Sin verlo sintió como la alianza se escapaba de su mano.
Con un quejido, se arrodilló e intentó buscarla. Una misión imposible en
la marea de gente.
A los tumbos, mientras la música seguía resonando salió del boliche.
“…oscuras olas que impiden tu regreso
la indefensa necesidad de amor conyugal
en realidad prefiero que sean los demás
los que se diviertan y se lo pasen bien…”
Caminó rápidamente por
la calle Arenal hacia el Palacio Real, la ciudad estaba vacía, la noche estaba
fresca.
Apuró el paso, casi
corriendo pasó los jardines de Sabbatini y llegó al mirador que daba a las
sierras.
Se desplomó en un
banco e intentó controlar su respiración.
Como si viera un
fantasma, se miró la mano, la sintió
desnuda. Despojada.
¿Sería un signo?
¿Guillermo se habría olvidado definitivamente de él?
Se mordió los labios.
¿Qué iba a ser de su vida sin Guillermo?
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El día había sido largo, muy largo. Tribunales a la mañana, reuniones
con clientes toda la tarde.
Hacía días que no dormía bien. El insomnio era su compañero de todas las
noches.
Hoy estaba muy cansado, ni se molestó en buscar algo para cenar,
nuevamente estaba sin hambre.
Así como estaba, vestido, se tiró en la cama. Era algo que trataba de no
hacer, pero últimamente poca importancia le daba a sus rutinas y manías habituales.
Se quedó dormido sin darse cuenta.
Se despertó sobresaltado. Instintivamente llevó su mano al corazón que
latía descontroladamente.
Estaba todo transpirado y el dolor de cabeza que sentía parecía que iba
a partirle el cráneo en dos.
Intentó calmarse, estaba en su
casa, en su dormitorio, en su cama.
Aterrado ni siquiera atinó a levantarse de la cama.
Sabía que no había sido un sueño, o mejor dicho no había sido una
pesadilla. Era un recuerdo.
El peor de los recuerdos. Pedro con dos heridas de bala, cubierto de
sangre, los médicos que intentaban mantenerlo con vida y él viendo como se
moría.
Tomó aire profundo, sentía que se estaba asfixiando, necesitaba abrir la
ventana.
Se levantó presuroso y cuando abrió la ventana, no solo lo golpeó el
aire frío de la noche, sino una avalancha de memorias que desbordaban como una
inundación. Parecía que se había abierto una represa.
Su mente no lograba procesarlas, pero su corazón las reconocía una a
una. El dolor de cabeza se hizo insoportable y cayó de rodillas, mareado,
imposibilitado de mantenerse de pie.
Nada en su vida lo había preparado para sentir un dolor tan grande. No
era un dolor físico, era un dolor que le llegaba desde lo más profundo del
alma, había perdido a Pedro.
La mañana lo sorprendió en el mismo rincón, incapaz de moverse, incapaz
de pensar.
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Fabián estaba preocupado, ya era entrada la mañana y su padre no había
llegado al estudio. Ni siquiera había llamado.
El celular estaba apagado y en el teléfono de la casa no respondía
nadie.
Tenía un mal presentimiento y Beto parecía compartir su opinión, porque
cuando le propuso ir a buscarlo, no dudó un segundo, se puso la campera y
agarró las llaves del auto.
Llegaron a la casa y Fabián entró a las corridas.
-“¡Pa! ¡Pa!”- lo llamó mientras recorría los ambientes en su búsqueda.
Lo encontró en el dormitorio, ovillado en un rincón, con la mirada
perdida y la cara surcada por lágrimas.
Se arrodilló a su lado y lo abrazó. Guille ni siquiera reaccionó.
Beto que venía pisándole los talones a Fabián, ya tenía el celular en la
mano y estaba llamando al médico.
Voces, manos, la sensación de algo más blando bajo su espalda, mantas y
cobertores sobre su cuerpo intentando quitarle el frío, aunque él sabía que eso
era imposible. Todo lo veía y lo sentía ajeno, como si no le estuviera pasando
a él, se sentía desconectado de su cuerpo. Un pinchazo en la mano y simplemente
oscuridad…
La luz de la tarde que se filtraba por las cortinas lo hizo arrepentirse
de haber abierto los ojos. El dolor de cabeza seguía diciendo presente.
Intentó levantarse, pero una voz lo frenó –“Quedate quieto que se te va
a salir la vía”-
-“¿Carlos?”- se asombró de lo rasposa que sonaba su voz y se miró la
mano que tenía el suero.
-“Sí, el mismo…”-
-“¿Qué hacés acá?”- la curiosidad le ganó al cansancio que sentía.
-“Me llamó tu hijo, o mejor dicho Beto. Te encontraron en shock y se
pegaron el susto de sus vidas.”- respondió.
-“¿Fabián? ¿Dónde está Fabián?”-intentó levantarse, pero se dio cuenta
enseguida que no había sido una de sus más brillantes ideas. Se dejó caer sobre
las almohadas.
-“Te dije que te quedaras quieto. A Fabián y a Beto los mandé a comer
algo, estaban acá desde la mañana.”-
-“¿Y esto?” –preguntó señalándose la mano.
-“Guille, cuando te revisé estabas deshidratado, no respondías a los
estímulos. ¿Hace cuánto que no comés bien?
-“No me acuerdo”- respondió con total sinceridad.
-“No es una buena base, pero algo más pasó ¿qué?”-
Guille pareció dudar, pero finalmente la mirada de Carlos lo decidió
-“Me desperté de una pesadilla, en realidad no fue una pesadilla… Era el
recuerdo de algo que pasó… de cuando le dispararon a Pedro. Lo vi otra vez a
punto de morir.- sollozó.
-“Después simplemente vinieron todos los recuerdos juntos… No los pude
parar, no los pude procesar…”-
-“¿Te acordás de todo?”
Guille asintió con la cabeza y tomó aire.
-“Por eso entraste en shock, ya convinimos que no estás comiendo bien,
imagino que tampoco venís durmiendo bien.”
Carlos decidió tomar el silencio de Guillermo como una respuesta
afirmativa y continuó –“No fue una buena combinación. Te puse el suero para
rehidratarte y de paso administrarte un sedante suave.”
Viendo que Guille no iba a agregar nada más, siguió –“¿Querés que
hablemos?”
-“No, querido, no quiero hablar. ¿Qué querés que te diga? ¿Que perdí lo
mejor que me pasó en la vida por culpa de mi estúpido orgullo y mis estúpidos
miedos?”
Tratando de disimular el dolor que le provocaba recordar, preguntó
bruscamente, -“¿Me puedo levantar? ¿o estoy prisionero en esta cama?
-“Sí, te podés levantar, pero prometé que te vas a cuidar. Porque si no
la próxima vamos a terminar en un clínica, Guille. Dejate de joder, por favor y
cuidate.”
Guillermo asintió con la cabeza mientras Carlos le quitaba el suero.
-“Ahora vas a comer, vas a descansar, mañana no vas a ir a trabajar. Y
te recomendaría que lo llames a Jorge, el te puede ayudar.”- le indicó con
firmeza.
-“Carlos, si no voy a trabajar, me voy a volver loco…”
El sonido de la llave en la cerradura no los dejó seguir con la
conversación.
Unos momentos después las figuras de Fabián y Beto se asomaban en la
habitación.
-“¡Pa, estás despierto!”- fue lo primero que dijo Fabián y se acercó
corriendo a abrazarlo.
Cerró los ojos mientras se abrazaban para intentar contener las
lágrimas.
¿Qué iba a ser de su vida sin Pedro?
CONTINUARÁ…
Empezaría diciendo...se hizo justicia...intuía lo que le iba a pasar a Guille cuando recordara...me provoca tristeza cada vez que no están juntos...y me mata el sufrimiento de Cielito, más que nada. Dicho esto, Paula me encanta todo lo que escribís, es un subibaja de emociones que me mantiene en vilo hasta el "continuará". Feliz por mi pequeño aporte y esperando con ansias, pero a la vez tranquila, la continuación que, sin dudas, será tan genial como ésta...Besos
ResponderEliminarAy Dios!!!! que tristeza y pena me da Graziani.....en shock luego de recordar todo y caer en la cuenta que perdio a Pedro....hasta el capitulo anterior honestamente, le deseaba un dolor tan grande! insoportable.....para que pague un poco el sufrimiento de chiquitin....pero ahora!!! es que los dos me pueden!!!! AMO esta historia.........se que todo este dolor va a pasar ....estoy segura que "esto" les va a servir para madurar, crecer..o afianzar mas su relacion....o no se para que....pero sospecho que vos si sabes asi qeu confio en vos...espero la continuacion espectante Gracias Barby
ResponderEliminarBellisima!! Me he emocionado mucho!! Gracias!!
ResponderEliminarPedro lejos de Guille no es su Cielito, es su Infiernito. A remarla Graziani...a remarla ambos, en realidad. Ya están más cerca que hace dos capítulos ;) Me gusta y me va a gustar mucho más todavía Pau, convencida! ♥
ResponderEliminarEs que simplemente, después de haberse encontrado, no pueden estar separados. El séptimo infierno, para los dos, pero, maravillosamente contado por vos Paula. ¿Bailar arriba de los parlantes? Cuando el uno se reconoce en las frases o en los pensamientos del otro, sencillamente me desarma... tomate todo el tiempo que necesiten para recuperarse y buscarse... que sé que va a ser épico!!
ResponderEliminarAyy esta historia es increible!!...Queria ver sufrir a Guille, pero ya no tanto...Como dice Ilgora, ese reencuentro seguro sera Epicoooo!!! Gracias! Magaly
ResponderEliminarY ahora? cómo van a hacer para encontrarse? Cuando va a ser eso? Siguen sufriendo los dos? Paulita Paulita Paulita.....siempre te banqué en todas y esta vez no es la excepción. Sabés que me pone loca que apuren a las escritoras, no me gusta que las presionen para q lluevan los capítulos uno tras otro. Esto es un proceso, lleva su tiempo, etc...Pero esta vez me super panquequeo y te pido de rodillas que esto continúe lo antes posible!! Ceci
ResponderEliminarSin palabras Pau, senti el dolor de Guille en mi propio cuerpo, que vertigo provocas por favor!!! Verlos sufrir, cada uno , a su lado del camino, te juro, que me duele!!! Sos muy genia trasmitiendo emociones, nos elevas y ahi nomas, pum , para abajo!!! Aca vamos a estar esperandote , no si tranquilas y enteras, pero aca vamos a estar!!
ResponderEliminarCariño mas que grande!!! Tu admiradora, Silvana.
..."oscuras olas que impiden tu regreso".. abogo para que se aclaren las memorias y se disuelvan los rencores. Para que ambos escuchen y respondan al golpeteo del destino. No puedo verlos sufrir. Ni a Guillermo ni a Pedro. El uno sin el otro, no tiene sentido. Muy emotivo y elaborado tu relato, Paula. Espero que soplen vientos màs favorables para nuestros amores, en el pròximo capìtulo. Marlene Rodriguez.
ResponderEliminarPaula.... pobrecito Pedro, no solo con Guille fuera de su vida, ahora sin su anillo, el simbolo de su amor.... #TeamCielitoDesconsolado Pero ya sabes que me encanta tu historia y aca esperamos, tranquilas, enteras el cap 3!!!
ResponderEliminarPaula, que tristeza x favor, ellos separados y amandose tanto... por favor , con esa maravillosa imaginacion que tenes juntalos ya!!!!! , ni me imagino como lo haras pero se que encontraras una solucion super creativa para tanto dolor . que hermoso escribis y como los mantenes vivos en nuestras mentes y corazones. Graciela CT
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar¿Qué iba a ser de su vida sin Guillermo?
ResponderEliminar¿Qué iba a ser de su vida sin Pedro?
Una entera vida en una simple frase. Un nudo que aprieta fuerte en la profundidad, que te obliga al análisis más cruel. Una ausencia que revuelve en la profundidad, un dolor que obliga al recuerdo. Qué te obliga a reaccionar. Porque de una cosa estoy segura, a un alguno apunto el dolor se pone tan intenso que te obliga a reaccionar. La pérdida de la alianza, el recuerdo de Pedro que estuvo a punto de morir.. son acontecimientos que no pueden dejar indiferentes Pedro y Guille. Pablo Neruda dijo "Conocer el amor de los que amamos es el fuego que alimenta la vida.", yo diría también el dolor.
#ChapeauCrudeliaDeMiCorazon.
PAULA, PAULA PAULA, DEFINITIVAMENTE ESTOS DOS ME VAN A MATAR. IMPOSIBLE EXPLICAR LA MEZCLA DE SENTIMIENTOS QUE ME PROVOCAN.¡CUANTO AMOR, CUANTO AMOR! Y MARAVILLOSAMENTE NARRADO POR TU EXQUISITA SENSIBILIDAD.
ResponderEliminarCAPITULO PARA EL DISFRUTE TOTAL, UN DELICIOSO DERROCHE DE TERNURA, DULZURA, COMO VOS NOS TENES ACOSTUMBRADOS.
QUE VOY A HACER CON GUILLEEEE, LO AMO, LO ODIO, LO VUELVO A AMAR Y DESARMADO DE AMOR POR PEDRO ME PUEDE ABSOLUTAMENTE. A PEDRO LO BANCO A MORIR, ABSOLUCION TOTAL.
DEFINITIVAMENTE ESTE REENCUENTRO HARA ESTALLAR CORAZONES.
"¿QUE IBA A HACER DE SU VIDA SIN PEDRO?" "¿QUE IBA A HACER DE SU VIDA SIN GUILLERMO?"
EN ESTAS FRASES ESTA REFLEJADO QUE IRREMEDIABLEMENTE SON EL UNO PARA EL OTRO, FUSION DE ALMAS.
FELICITACIONES TOTALES.
"PORQUE VOS SOS LO UNICO PARA MI, LO UNICO EN MI VIDA" POR ESO "MIRAN AL CIELO Y PIDEN UN DESEO" POR ESO QUE SOLO PIENSAN, EN UN ETERNO "DUERMO ABRAZADO A VOS". MONICA DE LANUS.
Bellísimo lo que escribis , siento que sufro con ellos esta distancia!!! Espero ansiosa la continuación ��
ResponderEliminarPareciera que logras hacernos sufrir en carne propia lo que estos dos hombres estan sufriendo.....siento como si de verdad me estuviera doliendo a mi. Increible el texto, la musica que lleva incrustaba, increible de verdad, por favor no nos dejes mucho tiempo mas con esta angustia, que el próximo capitulo llegue cuanto antes. Miles de gracias. Felicitas
ResponderEliminaresperamos re super tranquilas el reencuentro..... #teammentirosa mas vale que traiga fuegos artificiales
ResponderEliminarMe costó comentar luego de la primer lectura. La verdades que me encanta la pluma de Paula. Adoré todas sus sagas!! no se si espero muy tranquila la continuidad, lo cierto es que la ESPERO!!! Felicidades, se siente el dolor por amor, la soledad, las dudas, la necesidad del otro... y la esperanza de un mágico reencuentro. Gracias Susy
ResponderEliminarExcelente esta entrega Paula! muy bien resuelto el escenario de "la vuelta" de Graziani, con vértigo, tristeza, aporta muchas sensaciones y sentimientos encontrados en el lector... Ahora le toca sufrir y suspirar a Guillermo.. ( es el momento en que la platea grita, " se lo merece" ). te felicito!! abrazo
ResponderEliminarQuè buena es tu historia,la forma en la que ahondàs en la personalidad y la reacciòn diferente de cada uno ante algo parecido.-No puedo dejar de recordar "Despertar"...ahi Guille se queda al lado de Pedro,soportando tambièn sus enojos,gritos y algùn capricho hasta que mejora.....no se va,no se toma un aviòn y lo abandona.-Guille es coherente con su personalidad tan racional,"tan Graziani" miedoso del amor, pero èl no eligiò enfermarse,perdiò la memoria,no lo recuerda!! Sin embargo, el amor sigue ahi intacto.-Pedro es impulsivo,tan enamorado y tambièn miedoso de no tener a Guillermo,que prefiere huir,abandonarlo....creo que debe madurar....ahora son esposos y parte del Amor tambièn es acompañar al otro cuando està mal."Es un acto de fe el amor".-
ResponderEliminarQue maravilla, Pau! La descripción del DESPERTAR de Guille me mató, me dejó como a el, sin aire para respirar... Encontraste el balance perfecto... ahora están más cerca que nunca, el uno en el otro aún sin saberlo.
ResponderEliminarNo veo la hora de ver como Guille retomará en mano su vida, su Amor... Por favor...necesito volver a enamorarme otra vez de este hombre, aunque tenemos que sufrir un poco más. Tengo fe que los veremos crecer muchos, los dos. Juntos. Amandose más y más. ❤️❤️❤️
la cantidad de emociones que transmite este capitulo es impresionante, cada vez mejor!! Gracias Pau!!!
ResponderEliminarImpresionante capìtulo Paula. Queria que Guille sufra y lo estoy disfrutando. Aunque cielito sigue sufriendo tambièn, pero al menos no lo hace solo como siempre. Guille tenia que comprender todo el dolor de Pedro, y la ùnica forma era sufriendolo en carne propia. Confio en que el reencuentro serà memorable. Lo espero tranquila, serena.
ResponderEliminarPor favor no nos abandones!! ansiosa con la continuación!! Felicitaciones.
ResponderEliminarEsperando la continuación!! no nos prives de este "Reencuentro" Gracias!!! Susy
ResponderEliminarAcá vengo yo a hacer de abogada del diablo, sister! Sabés que soy tu fan incondicional, aunque no resisto dar pelea!
ResponderEliminar¿Qué iba a ser de su vida sin Guillermo?
Ah, tantas cosas, Cielito. Tantas. Empezaste bien, perdiendo la alianza. Un estorbo menos. Ya sé que fue sin querer, pero ¿realmente lo fue? Por algo te lo sacaste, eso de ‘pertenecer’ a alguien que no te registra es una piedra colgada al cuello. ¿Será que llegó la hora de replantearse algunas cosas...? No, ya sé que lo tuyo con Graziani es a prueba de todo. Pero de vos ¿quién se ocupa?
La mañana lo sorprendió en el mismo rincón, incapaz de moverse, incapaz de pensar.
Ups. Pobre Graziani. Es duro cuando duele en carne propia, ¿no? ¿Pensaste que te la ibas a llevar de arriba? Los siete círculos del Dante vas a tener que atravesar para remontar una relación que vos solito te encargaste de destruir.
Impecable el giro con el que resolviste el asunto ‘amnesia’, Paula. No perdiste ni un ápice de esa capacidad 'crudélica' de dejarnos doliendo hasta el hueso. Ambos dolores son legítimos, aunque yo no pueda ser objetiva en esta historia, porque cualquiera que le haga daño a Cielito, se convierte ipso facto en mi blacklist number one.
Pero como dijo alguien: "sin dolor no te haces feliz". El Atlántico es grande, sí. Pero el amor de estos dos, también.
YO QUIERO SABER QUE PASÓ CON ESTE REENCUETRO, PAU???!!! ¿POR QUÉ NO HUBO OTRA ENTREGA? YA PASO MÁS DE UN MES DE ESTE ESPECTACULAR Y PRECIOSO RELATO!!!
ResponderEliminarVAMOS,PAU!!! QUEREMOS MÁS DE ESTE REENCUETRO!!! PORFIS!!! SOS UNA GEINA, ESCRIBIENDO!!! ESTAMOS ESPERANDO TU CAPÍTULO 3!!! ESPERAMOS COMO ESPERAMOS QUE EN ALGUN MOMENTO SE CONCRETE NUESTRO PEDIDO DE FARSANTES 2!!!Jjeje. bsos Soy Alejandra.
Por favor la continuación de tan hermosa historia!!! Gracias...
ResponderEliminarVuelvo a leer esta historia y me vuelvo a enamorar, si es posible enamorarse mas de estos dos.
ResponderEliminarEspero ansiosa la tercera parte, porfi.
Espero, esperamos tranquilas, enteras.
Algo me dice que este reencuentro nos dejara estaqueadas.
Miran al cielo y piden un deseo. Mónica de Lanús
Vuelvo a leer toda la historia hasta llegar a este reencuentro y no puedo mas de amor... espero ansiosa la continuación estoy profundamente enamorada de esta historia.. Pau, necesitamos continuación ,gracias por escribir tan hermoso! sigo esperando Tranquila, entera... ♥
ResponderEliminarQue Pedro lo ☎ o se tome un ✈ a Bs.As. Con Guille que lo espera, no ve la ⌛ ⌚ de que llegue su precioso y puedan ser felices ☻☺♥