sábado, 30 de agosto de 2014

Viñetas: Miradas by Elena


I

Hojea el diario mientras desayuna en el bar y, como todos los días de lunes a viernes, lo 
observa correr en la pista de Parque Chacabuco. Gorro con visera, anteojos oscuros, pelo 
marrón, figura espigada, se pregunta de qué color serán sus ojos. Vendrá también los fines 
de semana? Unos minutos después de que él termina, paga y busca un taxi, y casi siempre 
cruza al corsa azul en el semáforo de Emilio Mitre y Eva Perón.

II

Corre y sabe que está ahí, como siempre desayunando en el bar. Cincuenta y pico, traje; 
apostaría a que es abogado. Imagina que hará los fines de semana, asado para la familia tal 
vez? Con los meses aprendió a calcular el tiempo y, como una cita, todos los días cruza el 
taxi en la misma esquina.

III

Tardo un poco más de la cuenta en volver la vista al diario cuando él pasaba por la parte 
de la pista más cercana al bar.
Se distrajo un instante al ver que lo miraba y piso mal.
Lo vio caer y corrió, recogió los lentes del piso, ojos marrones – estas bien?
- No – con el semblante pálido por el dolor
- A ver, levántate, fíjate si podes apoyar
- No, no puedo, debo tener el tobillo roto o esguinzado
- Busco un taxi y te llevo al hospital
- No tenes que ir a trabajar?
- Llamo al estudio y cancelo, no te preocupes.



Panorámica de Parque Chacabuco 

Viñetas: Todo el mundo necesita amor by Acto

#FragmentosDeLaVidaCotidianaGuilledro

03:52, la habitación a oscuras, apenas iluminada por el cigarrillo de Pedro.
- Y cuando eras pendejo, que hacías?
- Ah! Pedro que preguntas se te ocurren!
- Dale, quiero saber. Sé que eras muy unido con Miguel, que te llevabas bien con tus viejos...pero, que sé yo, tengo curiosidad, ¿qué hacías?
- Me la pasaba haciéndole pata a Miguel con la vecina, porque así de boludo como es ahora, 
lo era de chico.
La habitación se inmunda con la carcajada de Pedro.
-Teníamos una vecina, Miguel iba a todos los asaltos que organizaba, arrastrándome para que lo acompañe. Encima la chica era fanática de los Beatles -sonríe mientras lo recuerda- creo que por esa época empece a odiarlos.
- Mentira, no podés odiar a los Beatles! -dice Pedro mientras apaga la colilla en el cenicero.
- Bueno, digamos que no les tengo simpatía...
Pedro se acerca y lo abraza, mientras suavemente tararea...

All you need is love
All you need is love
All you need is love, love
Love is all you need

Y esta noche Graziani, comenzó a descubrir de que hablaban los muchachos de Liverpool.



Viñetas: Amor de dos hombres by Lupillar

Inspecciona despacio cada tramo, cada centímetro, desde abajo. Suavecito retira la tela y 
mira la piel blanca de esos pies largos, huesudos, las pantorrillas firmes, fuertes que 
conectan a esos muslos impactantes, varoniles y algo velludo que lo hace ver sexy…y la 
cadera…la cadera: angosta, delgada, huesos marcados, pubis, sexo. Se acerca y se pierde 
en el aroma, toca el tatuaje con la punta de la lengua y termina en el ombligo, el hambre 
golpea en el centro de su cuerpo y muerde el abdomen para saciarse, se retira para ver el 
contraste de sus marcas sobre esa piel que comienza a vivir, el hambre se acrecienta y ya 
no es suficiente morder los hombros, los brazos, dedo a dedo de esas manos hermosas, se 
devora el cuello, ultraja la boca, se bebe la saliva, nada apacigua su necesidad hasta que 
ve esos ojazos más grandes, más brillantes. Calmando e incendiando, frenando e incitando. 
Se quejan, gimen, murmuran, jadean, suspiran, tiemblan, gritan, explotan. La piel no es 
suficiente, el alma no es suficiente, el corazón no es suficiente, el aire no es suficiente 
para esta vida que tampoco los es para todo este amor, para este gran amor, un amor de dos 
hombres que nunca acabara, porque una sola vida no es suficiente para vivir este amor.


Se miran, se presienten, se desean, 
se acarician, se besan, se desnudan, 
se respiran, se acuestan, se olfatean, 
se penetran, se chupan, se demudan, 
se adormecen, despiertan, se iluminan, 
se codician, se palpan, se fascinan, 
se mastican, se gustan, se babean, 
se confunden, se acoplan, se disgregan, 
se aletargan, fallecen, se reintegran, 
se distienden, se enarcan, se menean, 
se retuercen, se estiran, se caldean, 
se estrangunlan, se aprietan, se estremecen, 
se tantean, se juntan, desfallecen, 
se repelen, se enervan, se apetecen, 
se acometen, se enlazan, se entrechocan, 
se agazapan, se apresan, se dislocan, 
se perforan, se incrustan, se acribillan, 
se remachan, se injertan, se atornillan, 
se desmayan, reviven, resplandecen, 
se contemplan, se inflaman, se enloquecen, 
se derriten, se sueldan, se calcinan, 
se desgarran, se muerden, se asesinan, 
resucitan, se buscan, se refriegan, 
se rehúyen, se evaden y se entregan.
12 Oliverio Girondo 

Viñetas: Maldita costumbre by Acto

#FragmentosDeLaVidaCotidianaGuilledro:

Siguiendo el camino de Nora?....

Leer antes: http://actosdefeylibertad.blogspot.com.ar/2014/08/vinetas-pronostico-by-nora.html



Fabián entra en la casa, empapado hasta la médula. Todo en silencio. Recorre con la mirada, mientras toma un pan de la panera sobre la mesa ya lista, una salsa a medio hacer, un vino abierto. Busca señales que lo tranquilicen, y las ve: una pila de ropa mojada, alcanza a reconocer el saco de Guillermo y los zapatos de Pedro, más arriba, en la escalera, una camisa. "Mejor me voy" se dice riendo. Y vuelve a salir a la lluvia, acomodándose los auriculares y el sonido ricotero lo acompaña. Maldita costumbre la de los Graziani de no querer usar paraguas...



Viñetas: Prónostico by Nora

#FragmentosDeLaVidaCotidianaGuilledro

El aroma del café recién hecho. Las tostadas crujientes. Un sol entero por la ventana.
Pedro prepara el desayuno, escucha los noticias y el prónostico del tiempo. Lluvias intensas por la tarde.
Guillermo baja apurado, terminando el nudo de su corbata, da un beso rápido a Cielito mientras se sienta.

- Che..
- Qué? contesta Pedro mientras le acerca su mermelada favorita.
- Hoy tenemos un día largo... Qué te parece si a la noche preparamos algo y miramos una película, nada de quedarnos en lo de Marcos, ni prendernos en ningún otro programa que te propongan durante la marcha.
- Si me lo pedís, así...
- Sí, te lo pido así ,y se acerca para estamparle el famoso beso que lo esperaba en el rincón del estudio.
- A la tarde tenés que ir a ver al Dr. Blanco, yo no te puedo alcanzar, mejor lleváte un paragüas, dale, yo sé que no te gusta, pero anunciaron lluvia para la tarde.

- Sabés que detesto los paragüas, no uso paragüas, está mal?
- Pedro comienza a sonreír mordiéndose el labio, la escena típicamente Graziani se acerca, claro que sabe que no le gusta usar paragüas, pero también sabe que lo que él pide, y de un determinado modo, sucede.
- Te vas a mojar..
- Terminala, Pedro, nunca usé paragüas, soy un tipo grande, voy a empezar ahora?

El cielo parece desplomarse. La lluvia incesante golpea la ventana del living, Pedro hace rato que llegó, y mientras lo espera, prepara de a poco la salsa para la pasta, mirando la hora a cada momento.

- Qué cabeza dura, por Dios! Debe estar calado hasta...
Escucha el portazo y ve llegar a Guillermo empapado de pies a cabeza.
Intenta contener la risa, pero no puede..
-Vos sos pelotudo? No conseguí taxi, me empapé de la parada del colectivo hasta acá!
Pedro se acerca y lo besa en los labios mojados, sigue por el cuello, si lo abraza, quedará absolutamente mojado también.
- Me parece que necesitás que alguien te ayude a sacarte la ropa, no Graziani? y Secarte un poco...
- Te hacés el canchero, precioso? le dice mientras lo aprieta ya húmedo contra su cuerpo.

El cielo, esta vez, plomizo, puede esperar.
y la cena, también.



Viñetas: Las horas de sueño by Lupillar

Con mas angustia que descanso abre la puerta; afuera continua la lluvia torrencial y lo sorprende haciéndolo tiritar el frió que golpea su cuerpo empapado. No. No. Se repite, no es suficiente para nadie abrirle su corazón, cierra de un portazo, se gira y lo ve a los ojos, sorprendido, tímido y hasta con algo de tristeza. En dos zancadas de nuevo esta a su lado, lo cerca, lo empuja decidido contra la pared y antes de arremeter contra esa boca y ese cuerpo le deja en claro la deuda que le debe. Una deuda desde que se conocen.

Ud. me debe...me debe las horas de sueño que no he podido conciliar, y exijo que me pague haciendo lo que en medio del insomnio, con ud. me he imaginado (Anónimo)



jueves, 28 de agosto de 2014

Tríptico by Assís, Paula & Alessa

PREGUNTAS

Se sobresaltó.
‘Estás borracho...no sabés lo que me pedís.’
‘Entonces lo digo yo...’
La respiración le llega agitada.
            Estuvo toda la noche hablando de Guillermo.
‘Siento que sos una pregunta que tengo miedo de responderme.’
Bendita boca de tierra y cielo...
‘Ayudame.’
‘No puedo...’
El pecho se le llena de lágrimas.
‘Vos sos una pregunta que la vida nunca me hizo.’ 


*  *  *  *  *
IRONIA

Había sido uno de esos casos, que le robaban alma, vida y corazón.
De esos casos que no podía negarse.
Negarse hubiera sido condenarse al mismo infierno.
Como negarse a darle a un niño la oportunidad que él no tuvo, la de escapar de una vida de mierda.
De sus mayores debilidades, era de donde nacía su mayor fortaleza, pero el precio a pagar, siempre era caro.
Cada día que pasaba, veía en los ojos de Guille el berrinche, listo para explotar, decidido a protegerlo, inclusive de él mismo.
Pero Guille, que lo conocía mejor que nadie, se callaba y simplemente estaba.
Y ahora que todo había terminado, necesitaba volver a unir sus pedazos, esos que habían quedado escondidos detrás del escudo del abogado brillante.
Abrir la puerta y sentir que se desarmaba, que el peso de todo lo vivido en la semana, finalmente caía sobre su cuerpo.
Cerró los ojos, sintiéndose perdido, hasta que esa mano lo trajo de vuelta, le dio la bienvenida.
El abrazo lo empezó a sanar y los besos, a unir las partes.
Se dejó curar, se dejó amar.
En esos brazos, volvió a sentirse entero, completo.
Sonrió. Nuevamente su mayor debilidad, se transformaba en su mayor fortaleza.


   *  *  *  *  *

LA OPCIÓN IN-CORRECTA

Mantita azul.
Taxi.
Mierda, Pedro, ¿qué hiciste?
La puerta del baño se abre, y Graziani se asoma. Pedro espera el Te lo dije.
Pero Graziani se muerde la lengua, porque ese benjamín medio desnudo y tiritando, lo pone en modo protector. Sin decir nada, lo agarra de un brazo y se lo lleva a la rastra.
–¿Pasa?
–Un poco... –puchero difícil de resistir.
Guillermo lo acomoda contra su cuello.
–Vení, tontín.
Bajo esas manos, su respiración se normaliza, el mareo cede.
Graziani quiere, está tentado, pero se conoce. Muy bien.
–¿Te sentís mejor? –se conforma.
–Sí, Guille, gracias –contesta soñoliento.
Graziani sonríe. Se siente útil y se siente protector. Si fuera por él, lo dejaba dormir ahí, en él.
Pero le dura poco; la conciencia lo pincha.
Basta de sentimentalismos, Graziani.
–Pedro, va ser mejor que nos vayamos –y lo sacude suavemente.
–No pienso moverme, no quiero –ronronea Pedro–, quiero quedarme acá –bosteza–. Confío en vos. Podrías hacer cualquier cosa conmigo en este momento que yo...
Se interrumpe con otro bostezo, más profundo que el primero.
–Sí, cualquier cosa –dice Graziani con una carcajada–. ¿Podría torturarte...? ¿Pintarte... besarte...?
–Lo que sea, no me importa cuál–. Pedro distraído es peligroso, carajo.
Graziani mira hacia abajo sin mirarle la cara y se atreve:
–Yo nunca podría torturarte, Pedro. Y no estoy de humor para la pintura.
–Bueno –dice Pedro, bostezando de nuevo–, entonces podrías... ¿eh?
*besarte*
–¡No te preocupes, precioso, no voy a besarte!
Los ojos de Pedro se hacen rendijitas. 
–Ah, me estás provocando, ¿verdad?
–¡Dale –tiembla Graziani–, como si yo quisiera besarte!
Pedro resopla de risa.
–Sí, claro.
Pedro se ahonda en su cuello y cierra los ojos.
–Guille –dice unos minutos más tarde. Su voz tímida lo pone en alerta.
–No me importaría que fuera *besarte*...
Silencio Graziani en el aire. La cabeza de Pedro se mueve apenitas para espiarlo. Infraganti. Graziani desclava la mirada desde la boca de Pedro a sus ojos. Durante un segundo o dos, se miran descubriendo verdades.
Graziani sabe que tiene que soltarlo y salir. Correr. Pero a pesar de las protestas de su conciencia, no hace nada de eso.
–Precioso, ¿vos sabés que esto no termina acá, no?
Un latido después:
–Sí.
–Entonces cerrá los ojos, precioso.


miércoles, 27 de agosto de 2014

Hosteria (19va parte) by Elena

Capitulo Anterior: http://actosdefeylibertad.blogspot.com.ar/2014/07/hosteria-17va-parte-by-elena.html

Una sonrisa así
En complicidad con Paula



Sujeta sus manos contra la pared ni bien entran a la habitación del hotel – ¿Cómo hiciste los trámites para salir con la lancha si…
-          No sos el único que puede falsificar una firma
-          Pero son personales y me conocen
-          Callate…
Y comienza la milimétrica tarea de desvestirlo y recorrerlo lo más lento que puede. Conoce su cuerpo tan bien como al propio. Y siempre encuentra un detalle diferente. Sabe dónde y con qué fuerza besar, donde rozar con el borde de las uñas, las yemas de los dedos o acariciar con la palma plena. Puede anticipar el cambio en el ritmo de la respiración – cielito, esos puntos son lo más anti… - La lengua en su boca lo interrumpe – shhhh…seguí – Donde alcanza solo con el aliento o hacen falta los dientes para arrancar el primer gemido. Y como hacer que los músculos se tensen y el cuerpo se cubra de una fina capa de sudor antes de volver a los labios entreabiertos y los ojos cerrados. Se separa solo lo suficiente para que un poco de aire lo estremezca de frío, apenas sostenido por la pared y los puños crispados – Guille, que esperas
-          ¿Qué esperas, vos?

Lo ve abrir los ojos ennegrecidos por las pupilas dilatadas y estirar los labios en una sonrisa ancha y se deja arrastrar a la cama, sacar la ropa a tirones y envolver en el ritmo siempre cambiante de las caderas de Pedro, una tormenta indómita que se derrama sobre él y se acurruca, después, mansa entre sus brazos.
-          Amor
-          Mmmm
-          ¿Porque Colonia?
Besa en silencio el pelo, la frente y las mejillas
-          Guille
-          Mmm
-          No me vas a distraer tan fácil
-          Me esmero mas entonces…

Se despierta con el olor del desayuno y la vista de Graziani vestido y estudiando folletos de turismo
-          ¿Tan temprano? – se despereza
-          Es cerca del mediodía, levantate que se enfría
-          Mira que no me olvide eh!
-          ¿De que, lindo?
-          ¿Porque Colonia?
-          Te contesto si me decís a que rubia se refería Marcial el otro día – responde sin levantar la mirada
Abre la boca y, tras un instante de pensarlo mejor, la cierra, exhala un bufido y se refugia en el baño – que no te vea reírte.

Caminan por las calles del casco antiguo, el pulgar de Guillermo en el bolsillo trasero del pantalón de Pedro. Esta bastante acostumbrado a que las mujeres y algún que otro hombre se volteen a verlo, pero lo de esa pelirroja de allá es demasiado. Estrecha el abrazo cuando la ve acercarse.
-          ¿Que pasa, amor?
-          ¿Agustín?
-          ¿Katia?
La abraza. Bingo.
-          Te presento, el es Gui…
-          El famoso Graziani, un gusto
-          Igualmente
-          ¿Que haces acá?
-          Trabajando, cuidando algunos… detalles…
-          Te dejo la dirección de casa – sin hacer caso a la mirada furiosa de Guillermo – así pasas a visitarnos
-          La tengo, Marcial me la dio, un día de estos voy
Se despiden y siguen camino, o más bien prácticamente lo arrastra a una calle desierta y lo arrincona contra la pared – Guille creí que en público no…
-          No seas boludo. Me explicas YA quien es esa mujer y que es eso del famoso Graziani
-          Te dije que con el quilombo que arme con la causa Moravia eras más famoso que James Bond – beso
-          ¿Y ella?
-          Investigaba la conexión acá en Uruguay, se encontró con Marcial en Paris y… bueno…
-          Creí que estaba con…
-          Rompieron, por eso dejo el estudio y se fue a Chile
-          ¿Porque no me contaste?
-          Siempre me decís que no te interesa la vida privada de los demás
-          ¿Y desde cuando me haces caso?
-          Siempre – otro beso – casi. ¿Vamos a la playa?
-          Sabes que no me gusta la playa
-          Dale, vamos…por favor...

Suspira; no, todavía no puede decirle que no casi a nada cuando sonríe así, y ya está arrastrándolo por las calles de la ciudad hacia la costa – ¿podemos caminar como gente normal? – pésima frase porque lo rodea con sus brazos atrayéndolo y lo besa dulce y apasionado como solo él puede hacerlo –Pedro, esta todo el mundo mirándonos – y los labios otra vez peligrosamente cerca – está bien, está bien, ya entendí, vamos.
Contempla el rojo atardecer sobre el rio, de pie en la playa, apoyado contra el pecho de Pedro
-          ¿No nos podemos quedar unos días más?
-          Tenes turno con el médico el lunes y yo…
-          ¿Qué?
-          Nada
Lo obliga a incorporarse y a mirarlo, las cejas fruncidas sobre los ojos marrones – tengo una audiencia en la causa del cliente de Juan.
-       ¡Tenes una capacidad tan grande de arruinar cualquier momento!
-       ¡Espera! ¡No me hagas correr! ¡Pedro! – lo alcanza, agitado, bastantes metros más adelante – te invito a cenar, ¿queres?
-          A cenar ¿y que mas?
Le agarra el mentón y besa los labios perfectos, sonrisa – no me provoques…
-          ¿Nos podemos quedar?
Entrecierra los ojos y responde – depende como te portes
Y, demás está decir, que se porto muy bien. No protesto por la elección del vino y dejo que elija el postre, claro que a esa altura de la noche, pidió su favorito. Y llegados al hotel… - dijiste que te podias soltar de casi todo?
-          Guille no…
-          Amorcito, ¿vos te queres quedar unos días más?
Y no se desato.
Duerme intranquilo, agitado por una pesadilla…el departamento ocho…sangre en la pared… la bolsa negra…y se despierta sentado en la cama, temblando, sofocado y transpirado, estira la mano para tocarlo sin animarse a mirar y al fin respira y reconoce la habitación del hotel en Colonia. Ata cabos a toda velocidad, Camila, la casa de Orestes en Montevideo, la conexión en Uruguay, “trabajando, cuidando unos detalles” – Pedro, despertate
-          ¿Que pasa, amor? – se despabila de golpe cuando ve el estado en el que esta – ¿te sentís bien? ¿Te traigo agua?
Lo aferra de la muñeca – te quedas acá, decime la verdad
-          No te entiendo
-          ¿Quien es Katia? ¿Que hace acá? Y no me mientas
Traga saliva y explica balbuceando – el ultimo domicilio de Camila era en Montevideo, pero hace unos días le perdieron el rastro, tal vez no sea nada, pero estando tan cerca…
-          ¿¡Sabias que veníamos a Colonia y así y todo me hiciste creer que te estaba dando una sorpresa!? – grita
-          No, no. Me aviso Marcial esta mañana
-          ¡Se supone que tengo que creer eso!
-          Revisa mi celular si queres, tranquilizate
-          ¡No tengo que revisar tu teléfono para saber cuándo me mentís!
-          ¡No estoy mintiendo! Prefectura le aviso de la salida de la lancha y…
-     ¡No me trates de estúpido! Desde cuando Prefectura le informa a Marcial nuestros movimientos!
-          A Marcial o a Maidana mi amor, siempre, por seguridad, y mandaron a Katia por …
-          ¡Y cuando pensabas decírmelo! No necesito que me cuiden vos ¡y tu dichosa agencia!
-          Guille…no…se preocupan por nosotros nada mas
-          Nos volvemos, ¡ahora!
-          Dijiste que nos podíamos quedar…
-          No me importa, levantate y vestite
-          Hay aviso de tormenta
-          ¡Ya, Pedro! ¡Ya! ¡Después soy yo el que arruina las cosas…la puta que te pario!
-          Guillermo… la lancha no puede cruzar el rio con tormenta
-          ¡Levantate, ahora!
La tormenta los alcanza a mitad de camino. Las olas inclinan peligrosamente la lancha hacia uno y otro lado amenazando volcarla, la lluvia cae torrencial y el viento azota
-          ¡Andate adentro!
-          ¡Decime en que te ayudo!
-          ¡Entra! ¡No puedo controlar la tormenta, la lancha y a vos!
-          ¿¡Busco la bomba de achique!?

Aferrado al timón resiste el embate del agua que barre la cubierta y mira alrededor – ¡¡Guille!! ¿¡Donde estas!?-grita


Continuará...

lunes, 25 de agosto de 2014

Viñetas: Las diferentes Ideas del amor by Ilgora Blue

#FragmentosDeLaVidaCotidiana


Las diferentes Ideas del amor
By Ilgora Blue, 
gracias a Ma_Euge82,
 gran fotógrafa!

Pedro lee al abrigo de la galería tachonada de ceibos en flor y florcitas amarillas, mientras Guillermo hace lo propio caminando entre los frutales que rodean la casa. Luisito, el hijo de Cura, acaba de traerles diarios y correspondencia que su madre recibe por ellos, junto con algunas provisiones. Guille está exultante: desde que logró convencer a Fabián de lo entrañable de la letra manuscrita, ama recibir esas cartas casi ininteligibles que su hijito “odia” escribir, bendecidas por los dibujos de Guillito y los manchones garabateados de Azucena, que todavía no aprendió a decir abu. Se detiene a cada paso, se ríe, disfruta. Y Pedro levanta la vista de los documentos que los “muchachos” le siguen mandando de tanto en tanto para su opinión y consejo, y lo mira, lo envidia, lo ama. Atento al infaltable cruce de miradas para avisarle con la mano que venga, que ya está el agua.
Comparten mate y los buñuelos que les mandó Cura sentados a la vera del río, en uno de los lugares preferidos de Pedro que ahora lee el diario *.
-Amor, ¿Idea Villariño es la del libro chiquito de tapa como de terciopelo bordó?
- “Piel, Fuerte en las piernas             
Blanda en las mejillas             
Y vibrante                         
Caliente                           
Llena de fuegos                   
Viva” –
recita Guillermo sin levantar la vista de los dibujitos de sus nietos – Sí, es ella.
-¿Y Juan Carlos Onetti es el de la película del burrero y Lady Macbeth?-
-Sí – ahora mirando a Pedro con sonrisa satisfecha – “El infierno tan temido”**, muy bien.
Porque “Educando a Pedro” incluía la más ecléctica lista de películas argentinas que sólo Guillermo podía armar. Y Pedro había resultado ser un alumno muy aplicado. Nunca lo dudó.
-Se amaron apasionadamente toda la vida. Dos monstruos – leyendo conmovido.
-Mirá vos, no lo sabía.
-Y nunca lograron estar juntos por mucho tiempo, ¿solamente nueve veces en veinte años? – suspiro.
-Idiotas. Ellos se lo perdieron.
-No seas malo y leé la nota. Ella es increíble. Esa mujer sí que supo ponerle el cuerpo al amor – convencido, con admiración.
Guille lo mira entre divertido e incrédulo. En su imaginario amoroso, el no compartirse en todo con su cielito, impensable. Se sacó los anteojos y se sentó a su lado. –¡Mirá quien habla!


                             (...) "—No. Pero no se trataba de deseo;
 si no, no sentiría esta horrible 
ternura que siento por vos, dijo." (…) 
Juan Carlos Onetti, vía @ma_euge82

*Y para los que quieran leer el artículo que está leyendo Pedro:
http://www.ronniearias.com/nacio-de-mi/compendio-boludeces/desgarradora-pasion_27116.html

** “El Infierno tan temido” film dirigido por Raúl de la Torre en 1980 – protagonizado por Alberto de Mendoza y Graciela Borges, basado en el cuento homónimo de Juan Carlos Onetti, de no más de 330 líneas o 5.300 palabras, si prefieren. Cumple con su promesa: es inquietante. Y una buena película casi desconocida.
Lo de Onetti, se resume en una sola línea: “…Lectura a propio riesgo…”

 Gracias Euge por la foto
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La desgarradora y prohibida pasión que dos escritores mantuvieron en secreto durante toda la vida 
04/05/2013 

“—¿Nos moriremos sin aprender a hablarnos?, pregunté.
—Siempre nos costó, dijo.
—Te acordás de aquella vez que llegaste, después de tanto tiempo y estuvimos veinte, treinta minutos sin hablar. Me inhibiste siempre en todo.
—Sí, dijo.
—Vos también, dije.
—La primera vez que te vi quedé loco por vos. Nunca entendí lo que me pasaba; pero estaba loco por vos.
—Nunca me lo dijiste.
—No. Pero no se trataba de deseo; si no, no sentiría esta horrible ternura que siento por vos, dijo.
Y me miraba por momentos; por momentos volcaba la cabeza; se mordía el labios superior, con una expresión de impotencia, de desesperación”.
… de desesperación…

Todo esto está escrito por Idea Villariño, la poeta. Sobre (y para) Juan Carlos Onetti, el escritor. Estuvieron juntos sólo nueve veces en veinte años. Pero su historia de amor duró cuarenta. El se murió, claro. Ella también.
Uruguay. Comienzo de los años 50. Ella era amorosa. El, maldito. Almas gemelas. El encuentro, ese encuentro, se produjo en un café del centro de Montevideo. “Onetti estaba seduciéndome a fondo con lo mejor de sí mismo. Tanto que yo me quedé convencida de que aquello era la séptima maravilla. Esa misma noche me enamoré de él. Me enamoré, me enamoré, me enamoré”.
Y desde ese día, nunca más se separaron. Hasta que se murieron. O en realidad, lo único que hicieron desde ese día fue separarse. Desde ese día y hasta el último, estuvieron juntos pero separados. Mágicamente, porque podría decirse que la magia del amor fue un componente importante. Se mataban en la cama y después de días y de noches de encierro, le venían meses o años sin saber nada el uno del otro. Se mandaban al carajo. Y volvían a estar juntos. Una y otra vez. Ella se refugiaba en sus escritos, le escribía poemas, libros enteros, su vida. Él, él callaba. O andá a saber…
“Fue el último hombre del que debí enamorarme. Sí. Porque éramos lo más imposible de juntar que había. Nunca entendió el ABC de mi vida, nunca me entendió como ser humano, como persona. Y así teníamos nuestros grandes desencuentros. Si yo hablaba de algo sumamente delicado, él me salía con una barbaridad. Decía cosas que me hacían echarlo, imposibles de soportar. Una noche me llamó desesperado para que fuera a verlo. Yo estaba con alguien que me amaba y lo dejé sólo por ir a pasar una noche con él. Una única noche de amor con él”, contó Idea, antes de morir.
Inevitabilidad, se llama. Dos que se despiden sólo porque saben que van volver a juntarse. Un mismo amor. El mismo desencuentro. O no. Quizás, sólo quizás, existan almas que vibran juntas a pesar, incluso, de lo que ellas mismas traten de hacer para separarse. Pese a todo – aclaró Idea – “Onetti fue el hombre más importante de mi vida”. Cuando él murió, ella se enteró de la noticia sin sorpresa. Ya sabía lo que iba a sentir. No sólo porque ya lo había presentido. Sino, además, porque ya había escrito algo para ese momento…
Ya no será
ya no
no viviremos juntos
no criaré a tu hijo
no coseré tu ropa
no te tendré de noche
no te besaré al irme
nunca sabrás quién fui
por qué me amaron otros.
No llegaré a saber
por qué ni cómo nunca
ni si era de verdad
lo que dijiste que era
ni quién fuiste
ni qué fui para ti
ni cómo hubiera sido
vivir juntos
querernos
esperarnos
estar.
Yo no soy más que yo
para siempre y tú
ya
no serás para mí
más que tú.
Ya no estás
en un día futuro
No sabré dónde vives
con quién
ni si te acuerdas.
No me abrazarás nunca
como esa noche
nunca.
No volveré a tocarte.
No te veré morir.