viernes, 5 de septiembre de 2014

Viñetas: Encuentro (1era parte) by Elena


I Encuentro


Lo observa dormir un rato antes de levantarse. Pasa por sobre el lomo de unos de los perros y otro. Cómodos. Inmutables. Remera, campera y sale. Camina por las calles del barrio, las manos en los bolsillos, y un poco más allá, en la despejada y fría noche de julio en Buenos Aires. Si al menos pudiera encontrar a alguien que no lo reconozca, o que simule no hacerlo. Mira de a ratos el cielo con luna creciente, los arboles y su sombra, o la de un extraño?
Atraviesa la plaza por costumbre; ensimismado casi tropieza con las largas piernas del joven recostado en el banco
-      ¿ Tenes fuego? – acento extranjero
Y la costumbre de llevar un encendedor aunque hace años que ya no fuma.




***

II Encuentro


Sabe que debería descansar, mañana graba temprano; pero no puede dormir. Sale a caminar por las calles húmedas de una ciudad que no es la suya, fría, desconocida. Saca un cigarrillo y palpa sus bolsillos buscando el encendedor que no encuentra. No importa. Camina, con el cigarrillo apagado entre los dedos largos, hasta la plaza. Ve al hombre, el mismo de la vez pasada, sentado en el banco, los antebrazos apoyados sobre las piernas, dos perros.

-  Tenes fuego?
Reconoce al joven que se sienta a su lado, le alcanza el encendedor.
-¿ No es tarde para pasear a los perros? – recoge el palito que deja uno de ellos y lo tira lejos.
- Lo mismo que para salir a fumar.


***

 III Encuentro


Corren hacia la puerta en cuanto agarra las correas

- ¿Adónde vas?
- Los saco un rato
- ¿Te acompaño?
- No, enseguida vuelvo


Sale del hotel y camina hasta la plaza con un par de porrones de cerveza en la mano, agarra el palito que le trae el perro, lo tira, se sienta en el banco y le ofrece un cigarrillo– ¿queres?



     - No, gracias, deje hace rato – acepta la cerveza y le presta el encendedor. Lo ve estirarse cuan largo es, recostado contra el respaldo, mientras fuma y juega con el perro.
No se cansan nunca, ¿no?
- Este no. La otra es más tranquila
- ¿Es la madre?
- Aja - Tira la botella en el cesto un rato después y se levanta.
Lo acompaña hasta la vereda y se detiene – yo voy para… - indicando la dirección contraria y sin saber bien porque, agrega – me voy mañana, vuelvo en un mes.

***

IV Encuentro


Lo conoce de memoria a fuerza de mirar las publicidades que tapizan la ciudad mientras viaja en taxi. Cambio el itinerario del paseo, cansado de ver a los perros buscarlo. Un mes.
Espera recostado en el banco de la plaza, los pies cruzados, la vista fija en el halo que rodea la luna anunciando lluvia, hasta que siente el aliento húmedo del perro en su rodilla y el palito mojado que mancha su pantalón.

- Disculpa, siempre hace lo mismo, es un asco.
- Está bien, no te preocupes, no me molesta – y tira la ramita lo más lejos que puede. Acepta el encendedor a cambio de la cerveza y prende el cigarrillo. Exhala despacio el humo.

- ¿Cenaste?
- No.
- Me imagine. Toma
Sonríe, se limpia la mano en la ropa y agarra el sándwich – Gracias


Un rato después camina a su lado acompañándolo en el regreso. Lo siente detenerse cuando advierte la cantidad de gente que puebla los negocios que rodean su casa.
-¿ Cómo haces?
- Normal. Saludas y listo
- Todavía no me acostumbro
Pasa apenas rozando el pulgar por el borde de la barba – Anda entonces – y espera hasta verlo desaparecer, como una ilusión, en la oscuridad de la noche.


***

V Encuentro 
                                                                                                                              

       Llueve, vayan a la terraza – para que se molesta si sabe que cuando se les mete algo en la cabeza… - están muy malcriados ustedes – campera, paraguas y afuera. Va camino a la plaza cuando se paran en un umbral – vamos! – y ve los dedos largos sobre la cabeza del perro – paseando con lluvia?
-          Querían salir, y vos?
La sonrisa y la respuesta que adivina en la calle vacía. Una vuelta a la manzana, medio protegidos por el paraguas compartido – pasa, tomas algo?
-          Lo que tengas
-          Whisky?
Lo ve recorrer con la mirada el lugar – pintas?
    -  Aja
Acercarse a la biblioteca para leer los títulos
    -  Y vos?
    - Yo qué?
    - Además del trabajo, digo
Y escoger un libro – salgo a correr, leo. Me prestas este?
    -  Sí, te quedas a cenar?
    -  No puedo, salgo en un rato para Entre Ríos, para hacer unas fotos y vuelvo. Estoy en el Buenos Aires Tango, en el quinto piso. Me lo quedo entonces?
      -   Llevalo 


***

Encuentro VI

Deja el taxi un par de cuadras antes. Se levanta las solapas y aprieta el paso. El frío típico de Buenos Aires después de la lluvia.

Llama y atiende algo rápido, casi como si lo estuviera esperando
-          Traje un vino, está bien?
Lee la etiqueta – perfecto, y los perros?
-          No sabía si podía…
-          La próxima traelos, ya te dije que no me molestan. Pasta está bien?
-          Cocinaste?
-          No… - y se ríe – las compre. No te molesta no? No se cocinar muy bien
Con esa sonrisa ni falta que hace
-          Dame el abrigo – y el apenas roce sobre sus hombros lo estremece – ponete cómodo
Recorre el departamento con la mirada, algo chico, impersonal – tendrías que decorarlo un poco, no?
-          Si me quedo, sí – le alcanza una copa – pero nunca sé adónde voy a parar
-          Te ayudo con la mesa?

Continuará...

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