CAPÍTULO
XIV
Busca entre el correo la
única caligrafía que le interesa leer, abre el sobre, calienta la carta hasta
que ve aparecer las letras marrones, sonríe y ordena a los empleados de la
estancia preparar el avión.
Comodoro Rivadavia,
Noviembre de 1932.
Guillermo,
encontramos unos fósiles muy interesantes cerca del pequeño pueblo de
Nacimiento o Lago Buenos Aires (1), Santa Cruz, que me van a mantener ocupado
todo el verano. Confío en que te ocupes de mis ovejas ¿Podrás
venir cuando termine la esquila?
Y de la rentabilidad de la estancia Estamos
muy lejos de ese promedio de seis meses en el cielo y seis en el infierno
a ver si podemos mejorarla Te extraño.
~•~•~•~•~•~
Se apea del caballo y
camina ni bien divisa la tienda al borde de la excavación, se acerca despacio
hasta que lo ve, como siempre, desenterrando huesos con un pincel – ¿Cada vez más lejos tengo que venir a
buscarte? – y el abrazo casi lo derriba, los labios ahogándole la
respiración mientras lo arrastra al interior de la carpa – ¿No me vas a mostrar los huesos? – Murmura bromeando mientras le
saca la ropa – Los de afuera, digo.
-Hay
huevos y crías, son muy chiquito.
-Después - interrumpe antes de que se entusiasme.
Recorre con la mirada el cuerpo desnudo y, entre beso y beso, registra las
huellas de su ausencia.
-Estas
muy flaco
-No
tengo cocinero
-¿Acá
que te paso?
-Me
pelee con un puma, no mentira –
aclara riendo ante el ceño fruncido - me
caí y me raspe.
-¿Y
acá?
-¡Ay!
Acaricia la marca que
acaba de dejarle con los dientes
-¿El
Guillermosaurus es carnívoro?
-Sí,
y tiene hambre - repasa
con la palma cada curva, hueco y saliente; con la lengua el vientre que
retrocede y el sexo turgente; escucha la respiración acelerada en el pecho
agitado y su nombre en un quejido, la sangre corriendo hasta hacerle perder el
sentido en el ritmo enloquecido del deseo postergado, la boca adueñándose de la
suya, el sabor de la saliva y el sudor, los gemidos incontenibles reverberando
en el horizonte, en el instante eterno que es de ellos, cuando la piel se
incendia y sobra, fundidos, los dos, en uno. Delinea despacio las cejas y los
labios rojos mientras yacen entrelazados, exhaustos y húmedos – no te muevas – en un susurro, los dedos
vagando por su espalda hasta el final - ni en mil años precioso – el calor que lo invade y la necesidad
renaciendo en la cadencia perezosa de un tiempo sin límites.
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Mientras continúan las
extracciones del yacimiento con destino al Museo de La Plata, se abren nuevos
supermercados en Santa Cruz y Tierra del Fuego.
-¿Que
pasa, cielito? –
pregunta cuando un beso y un abrazo sin entusiasmo lo reciben en la excavación
-Son solamente crías,
algunas plantas, pero ningún adulto
-¿Y?
-No los puedo clasificar
así, las proporciones son distintas…
-Nunca te lo dije, ¿no?
-¿Con
palabras? – responde,
ruborizado, súbitamente sorprendido en la profundidad de los ojos negros – No.
-Te
amo
-Yo
también
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La Fundación Géminis
continua su labor apoyando museos, escuelas y universidades, y Trelew se
convierte en el centro lanero de la zona
-Esto
va a terminar mal –
comenta para sí mismo leyendo el diario “La Nación. 29 de abril de 1938. La
medida sobre los bienes judíos del Reich: a cambio de su dinero, los judíos recibirán
títulos del gobierno” - La puta madre
-Don
Guillermo, disculpe
Levanta la vista y deja el
periódico sobre la mesa – Sí, decime.
-Un
hombre, un indio quiere verlo.
-Que
pase – extiende la mano
hacia el extraño con rasgos que le resultan familiares
-Ñancucheo,
hijo de Minchequeo
-Bienvenido,
¿cómo está tu padre?
-Falleció
hace unos años
-Lo
lamento
-Me
dijo que siguiera el rio hacia el este para encontrar al hombre que busca
huesos, o a usted
-Tuteame. El vuelve en marzo. ¿Qué necesitas?
-Trabajo
-Claro
– entonces repara en la
mujer que espera afuera con el pequeño bebe en brazos – ¿y ellos?
-Mi
esposa y mi hijo, Coliqueo
-No
te preocupes, enseguida te acomodamos
Y la guerra estalla
nuevamente en Europa
-Pero papá, a usted le parece irse a vivir a
la estancia…
-Hijito,
la ciudad ya está demasiado grande y ruidosa para mi, y… tengo cosas que cuidar
allá
-Pero
el Banco…
-Trabajas
conmigo hace años Fabián, y todos los empleados son de confianza, cualquier
cosa que necesites me escribís o me llamas – carga el equipaje en el auto – Dale, che – agrega palmeándole el hombro – llevame al aeródromo que me voy.
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Sobrevuela la estancia
vecina El Michay sin que nadie salga a saludarlo, sonríe y traza un círculo
sobre la suya, Orión, avisando que llega. Carretea hasta el hangar abierto y no
llega a quitarse las gafas antes de que las manos lo arranquen de la carlinga
aprisionándolo contra el fuselaje, y los labios llenos recorran su cara – Llegaste por fin vecino, mi amor.
-¿Estamos
solos?
-Totalmente.
Hoy es feriado, les di franco a todos. Feliz aniversario
-¿Aniversario?
-De
la tormenta Guille… - explica
- veni, hice cordero
-¿Vos?
Cenan en la inmutable
compañía de la luna y las estrellas, un plato y una copa, Pedro recostado
contra él, la espalda apoyada en un árbol.
-¿Donde nos quedamos?
-Géminis
-Decime una cosa, hubo
tormenta allá?
-Una de meteoritos que
casi casi, por un poquito así – hace el gesto con los dedos - no les aplasta la cabaña
-Ruca,
lindo. Así que están de aniversario también
-¿Cómo
les habrá ido en todos estos años?
-Si
el aviador no estuvo recorriendo toda la luna atrás de su busca huesos, seguro
tiene más pelo que yo
-Me
gusta mi banquero medio calvo –
finge un intento de huida atrapado entre sus piernas - te voy a matar – y su boca
-¿Que
estarán haciendo?
-Mmm…
comiendo a la luz de la Tierra llena y pensando en nosotros
-¿Y
que les dirías?
-Que
fuimos felices y comimos perdices
-¿Perdices
Guille?
-Cordero,
michay o lo que quieras
-Guillermosaurus
Besa la sonrisa que ama y
susurra en sus labios – Vamos adentro atorrante…
FIN
Próximo Capítulo: Epilogo
No hay derecho Elena y Lilita, hoy es viernes! y el agobio de la semana no colabora con mi sensibilidad... No sólo lloré como una niña, los ví y los amé; sino que esto me condena a un fin de semana totalmente invadida de Ellos!
ResponderEliminar... Y no pasa, pasa el tiempo pero Esto no, que se le va a hacer... que viva la trinchera!
Gracias profundas por el inmenso amor de Huesos.
Mina
Elena es una de las historias más lindas que nos han regalado en todo este tiempo, estuve completamente enamorada de ella y de ellos desde el primero hasta el último capítulo. Lo único que me queda es decirte GRACIAS y ojalá que nunca te canses de escribir. Recién veo lo del epílogo!!! buenísimo, todavía nos queda un poquito más! María Elena
ResponderEliminarElena puse en el 13,un nuevo comentario, que habia leido y releido todos los capítulos.....Ahora este ....tan hermoso,tan dulce,tan emocionante que estoy llorando...Bueno nos queda el Epilogo al menos.....Que lástima terminó....pero lo bueno siempre termina antes.....Gracias .....pocas veces he leído algo tan maravilloso....estoy impresionada.Si ya los amaba ahora los idolatro......significan mucho para mi....Gracias ...de todo corazón gracias....Mirta..
ResponderEliminarGracias por Huesos Elena. Gracias por el amor y el ingenio desplegados en esta historia, es muy reconfortante saberlos felices por esos parajes lejanos. Marlene Rodríguez
ResponderEliminarGracias , muchas gracias por este bella historia!!
ResponderEliminarElena, me saco el sombrero, aplaudo de pie, silbo, festejo... todo junto... Gracias por esta hermosa, tierna, simple, fantástica historia!!! Rendidas a tu pluma!! Felicitaciones!! Susy
ResponderEliminarElena, no logro plasmar en palabras todo lo que disfrute esta historia, pero espero que logres sentirlo. Valoro muchisimo el trabajo de recoleccion de datos que evidentemente hicieron de este relato un texto unico. Siempre me pasa que cuando llego al final de las hsitorias me vuelve a agarra esa congoja de saber que se camino una senda que ya nunca vas a poder volver a recorrerla con los ojos virgenes, y mas cuando se trata de historias de ellos, (los nuestros) porque creo que el dolor que nos dejo esa historia con su final nos la estamos curando poquito a poco con todos los maravillosos relatos que ustedes tienen la generosidad de regalarnos. Asi que esta vez (y agradeciendo por adelantado la existencia de Epilogo que esperare mas que ansiosa) en lugar de encerrarme en tristezas, me quedo con las frases que mas risas me dibujaron:
ResponderEliminar" -¡Ay!
Acaricia la marca que acaba de dejarle con los dientes
-¿El Guillermosaurus es carnívoro?
-Sí, y tiene hambre -"
Nuevamente Elena, gracias, gracias y mas gracias por los retorcijones de corazon que me generaste. Aplauso de pie!! Felicitas
Excelentísimo final para una historia de amor única en su tiempo, porque para mí es la única que existe. Gracias por dibujarnos esos matices mezclados con la Patagonia, cuna de miles de historias, cuentos, leyendas. Elena tu pluma emociona, y traspasa y se queda revoloteando en el corazón, mil gracias por deleitarnos en cada capítulo y que viva la ficción!!
ResponderEliminarElena, definitivamente es una de las historias más bellas que he leído sobre ellos, con un final divino! La voy a releer muchas veces en el futuro porque me llena el alma y el corazón. Gracias por regalarnos "esto".
ResponderEliminarELENA ENORMES GRACIAS POR QUE LO QUE TE SALE DEL CORAZON ES IMPRESIONANTE Y LO MEJOR ES QUE LO COMPARTIS A MANOS LLENAS CON NOSOTRAS.....SOS ILIMITADA Y PORFA JAMAS DEJES DE ESCRIBIR GRACIAS AGAIN!!!!!! majo
ResponderEliminar" MIRAN EL CIELO Y PIDEN UN DESEO, CONTIGO LA NOCHE MAS BELLA..."
ResponderEliminarY UNA LAGRIMA ASOMA POR MI MEJILLA.
SU MAJESTAD, COMPLETAMENTE CONMOVIDA POR ESTA HISTORIA. NO PODIA NO PASAR, CUESTION DE FE.
Y ENCONTRARON LA FORMA... CLARO CUANDO SE QUIERE, DE VERDAD, SIEMPRE SE ENCUENTRA EL CAMINO.
FELICITACIONES , ESPERANDO EL EPILOGO, TRANQUILA. ENTERA
P/D EN EL CAPITULO 12 NO SOLO COMENTE SI NO QUE TAMBIEN PROVOQUE UN POQUITO, TAL VEZ, QUIZAS, LA PLUMA MAGICA DE ELENA...MONICA DE LANUS.
gracias a todos!
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