miércoles, 19 de noviembre de 2014

Sitiados (1era parte) by Lupillar

Capitulo I

El sonido de las sirenas retumba en el aire, los jóvenes corren atemorizados hacia sus casas, el toque de queda de las seis de la tarde es la excusa perfecta para que al día siguiente se encentren alguno que otro muerto en las calles de la ciudad.

La consecución de la dictadura  desde hace tres años tiene diezmada y acorralada  a la población, los diálogos entre las guerrillas insurgentes y el gobierno actual mantienen en vilo la posibilidad de retomar la democracia del país, mientras tanto se sobrevive con la políticas impuestas, algunos como Pedro Beggio se resguardan a través de los contactos y amistades de alto rango que le debían favores en retribución a su defensa por  diferentes crimines cometidos en diversos ámbitos, todo una pantomima armada.

Vivía al Norte, en una de las zonas más lujosas de la capital, andaba sin restricciones de ninguna especie, se movía como pez en el agua, y la confianza ganada en los altos mandos le daban  acceso a información y a lugares que muy pocos tenían.

Su "buena vida" siendo un consentido del Nuevo Régimen le pasaba factura; los viejos amigos, los reales, los que aún quedaban vivos le daban la espalda avergonzados. Familia…le debía a su padre el contacto con varios magistrados y los inicios de relaciones con personajes claves, pero nada más lejano a una palabra tan grande como familia, él no la tenía, hacía mucho tiempo. Así que la consigna era clara: Nada que perder y sí mucho que ganar.

La mañana del siguiente día lo sorprendió desde temprano entre folios, fotocopias y mucho café, quien iba a pensar que en la Corte Suprema se daría el mejor café de la ciudad. A través del humo del cigarrillo lo ve pasar. “¿No dormís?” Se pregunta. Joaquín, el guarda, le comentó que al tomarlo de sorpresa el toque de queda se había quedado la noche durmiendo en la oficina, y ahora lo veía andar por los pasillos dos horas después, recién bañado y con una tasa de café amargo “como te gusta”.

Se ensimisma viéndolo, las cochinas casualidades de la vida le habían asignado una oficina frente a la suya. Otro motivo de discusión el día que Guillermo le reclamó que hacia allí teniendo una oficina lujosa en un edificio lujoso con una secretaria lujosa, “Prefiero verte a vos, sos de lo más interesante” había sido su ácida respuesta, que de cínica no tenía nada y sí mucho de verdad.  En aquel momento se había dado cuenta del verdadero color de los ojos de Graziani, no era negros, eran de un marrón profundo que se tornaban oscurísimos cuando se hallaba en punto de ebullición.

Guillermo lo odiaba a muerte. “Sos un vendido, un chupaculos” alguna vez le gritó. Desde entonces no cruzaban palabras, se evitaban al máximo. Pero eso no impedía conocer uno a uno sus horarios, su agenda de lunes a lunes, su amante de turno. Toma aire, le molesta pensar en eso, se toma el café y de nuevo lo observa. Teme por su seguridad. Graziani es uno de los “incorruptibles” un grupo de intelectuales que se encontraban en cargos públicos en el momento del golpe de estado constitucional y que continuaban siendo acérrimos enemigos del actual régimen. Durante los últimos seis meses misteriosamente cinco de sus miembros se habían suicidado. Pedro aún no lograba saber qué motivos estaban detrás de esas muertes, estaba seguro que eran homicidios dirigidos, autorizados  y ocultos bajo un manto de mentiras Todos amigos o cercanos de Guillermo Graziani.

El sonido de mensaje recibido en el celular lo sorprende, tira la colilla del cigarrillo.
                                                    
Rebeca. 17. ¿Un café?

Mierda. Hacía semanas no se contactaban. Allí estaría. De nuevo lo mira antes que Guillermo baje la persiana, lo último que ve; el brillo del anillo en su dedo anular.

 *  *  *

La Plaza de la Rebeca preservaba aún los vestigios de la magia cuando los artesanos vendían orfebrería y tejidos, objetos de segunda mano y arte en toda su expresión. Ahora la zona estaba invadida de bares, restaurantes y prostíbulos costosos. Llega a las 17 horas en punto y se acerca al bar de la esquina, solicita un café negro y barre con la mirada el lugar viendo a Marcial al final de la barra disfrazado con una ridícula peluca de color caoba.

-¿Recordás esto? - Marcial desliza sobre la mesa la insignia de un puño negro alzado sobre un fondo naranja.
-Si, ¿qué pasa?
-Volvieron. La limpieza comenzó cerca de hace seis meses, ¿te suena algo?

Pedro recuerda los suicidios. Y el rostro de Guillermo se le hace casi real.

-Anoche hubo una matanza. En el sector de Copacabana. Mataron 15 travestis y dos estudiantes, uno de derecho y uno de filosofía.
Marcial nervioso como pocas veces lo ha visto, mira hacia la puerta del local insistentemente.

-¿Hay algo más?- sabe que el hombre no se arriesga para sólo contarle algo así.
-Es sólo un rumor…pero
-¿Qué pasa?
-Esto te lo dirá tu “jefecito”. Para el miércoles se planea ubicar un auto bomba sobre la Séptima. A las diez de la mañana. Lo que ni él sabe es que será frente a la Corte. Un “susto” , un mensaje para los “incorruptibles”.

Pedro traga saliva, desliza los dedos por el cabello. Puede aguantar que lo tachen de traidor a la patria, de corrupto, de vendido pero nunca de asesino.

-Gracias.
- Así que tené cuidado.
- Chau

Se levanta, paga la cuenta pero antes de salir escucha de nuevo a Marcial detrás en un murmullo.

-Ah otra cosa.
-¿Qué?
Mendoza sospecha de vos y si Graziani pasa del susto no creo que la otra semana se la perdone. Chau Pedro.
“no creo que la otra semana se la perdone”.

Mira el reloj, 5:38. Alcanza a llegar, cambiarse y hacer una visita en medio de la noche.

 *  *  *
- Hijo, ya te dije, acá no regresas. 
Pero papá, entonces salí del país ¿Qué haces allá? ¿Esperas a que te maten?comencemos acá una nueva vida, vos y yo, no me dejes solo.
- Fabian…

Guillermo sabe que su hijo tiene toda la razón, pero una mezcla de egocentrismo y verdad le impiden dejar el país. Ha visto desmadejarse una estructura en la cual creía y apostaba, no se trata de moral, él más que nadie tiene grietas en ese aspecto, se trata de justicia y valor.
Agotado suspira y mira a través del ventanal los cerros verdes que perfilan la ciudad, una niebla se extiende en el cerro “La Guadalupe” anunciando el final de la tarde con lluvias y lo vé a lo lejos caminar por el estacionamiento. Pedro. Joven, brillante como abogado, una decepción en su vida al verlo vendido al Régimen. Recuerda cuando lo conoció y el impacto que le provocó perderse en los ojos cristalinos y la sonrisa más bonita que haya visto. Pedro  precioso. Pedro lejano. Pedro traidor.

Ahora con el Régimen más que nunca ocultaba sus gustos particulares, sabia de ciertos grupos de derecha extrema se dedicaban a perseguir  gente “anormal”. El por lo menos en su posición utilizaba ciertas facultades para ocultar su pasado.

Los suicidios dentro del grupo lo tenían en constante vigilia, Juan su amigo más íntimo antes de morir le hizo llegar unos videos y fotografías de una construcción a siete horas de la Capital. Evidencia fidedigna de crímenes de lesa humanidad cometidos por el Partido Rojo.
Guillermo era consiente que sus días de libertad estaban cercanos al final pero no confiaba en nadie y no podía involucrar a su hijo. Se hallaba en una encrucijada.
Mira el reloj, 5:38, toma el saco y las llaves, no quiere dormir de nuevo en el sofá de la oficina.

Llega  sobre las seis a la casa. La hora justa para preparar algo de comer antes que la energía se vaya. Otra táctica del Régimen para controlar y entorpecer a la población. Cena a oscuras rodeado de sombras y recuerdos de los tiempos pasados. Su hijo, la mujer que alguna vez tuvo, los miles de amantes, los grandes amigos muchos de los cuales ahora estaban muertos y otros desaparecidos.

Decide no dejar paso a la nostalgia. Escucha un ruido de vidrio quebrado en el segundo nivel, toma el revolver que porta a disgusto desde hace unos meses, sube despacio y observa lo que puede del lugar. La ventana rota, la cortina ondulante y el reflejo de la luna sobre toda la habitación. Al fin la lluvia se disipó.
Siente sobre la nuca el frió de un objeto, el temor le corta el aliento, cierra los ojos y su pensamiento se va con Fabián, espera el tiro de gracia pero escucha una voz liquida, suave.

-Guillermo, solta el arma.

¿Es su voz? , la sorpresa no deja que los dedos sobre el revolver reaccionen y de nuevo lo escucha, más pausado, más claro.

- Solta el arma, no te voy a hacer daño, pero solta el arma.
- ¿Pedro?
-Sí, soy yo, soltala te digo, y girate despacio, necesito hablar con vos.
- Me sorprendes cada vez más ¿ahora también sos asesino?

Guillermo hace lo que indica Pedro, se gira y le ve claramente el perfil a la luz de la noche, apuntándole.

- Jamás he matado a nadie. Sentate.

Se ubica sobre el borde de la cama, lo mira retroceder, bajar el arma y arrastrar la silla unos dos metros justo frente a él.

-El miércoles habrá un atentado frente a la Corte.
-¿Qué?
- Lo que escuchas, no preguntes porque sólo lo diré una vez más. Sólo escucha. En horas de la mañana, a las diez. Será un susto, un petardo, una advertencia para los de tu grupo.
- A mí no me jodas Beggio. ¿Qué querés con esto? ¿Qué querés a cambio?
- Nada, sólo ponerte sobre aviso.
- No me trates como a tus putas, decime de frente qué querés.

Pedro lo conoce bien y sabe que nada lo hará entrar en razón, se ha jugado el pellejo yendo a su casa, pero era la única posibilidad de cercanía sin correr el riesgo a un escándalo y sin levantar sospechas.
Se levanta empuñando el arma.
- ¿Recordas la “mano negra”?     
- Que querés decir…
- Están operando nuevamente, están detrás de los supuestos suicidios de tus colegas     
Ya sabía que había algo…  
Y ahora van por vos…

El frio de la noche se cuela por las ropas haciéndolo estremecer, pero es la mención del nombre del grupo anarquista lo que lo intimida realmente, ha escuchado los métodos y la manera en que han sembrado el terror en todas las esferas.

-Te dejo acá la dirección de un lugar. Seguime el consejo, yo que vos mañana mismo me iría de la Capital. Este lugar -le extiende el papel- es seguro.

Guillermo ve como retrocede, no lo puede dejar ir, no logra entender como uno de los niños consentidos del Régimen se haya arriesgado a tanto para venir a avisarle algo que le valdría la tortura y muerte a manos de sus propios jefes.
-    
     - ¿Porque lo haces?
     - Eso a vos no te importa, sólo agradece que te lo dije
     - ¡Cómo que no me importa hijo de puta, si es mi vida la que está en riesgo!
     - ¡Shh, cállate! vos siempre en pie de guerra, nada te gusta, siempre criticando todo. Que el puto café esta dulce, que el escándalo de la oficina, que el fiscal es un imbécil…nada te gusta a vos…al gran Guillermo Graziani nada en esta puta vida lo llena ni le parece.

Pedro pierde la concentración, baja el arma de nuevo y la ira se apodera y lo enceguece, ¿acaso no ve lo que arriesga por advertirle?
Y Guillermo sin que Pedro lo noté en su retahíla se acerca, aprovecha la defensa baja y se abalanza sobre el cuerpo, lanza un golpe certero al costado izquierdo que lo hace doblarse y soltar el arma, otro golpe sobre la mandíbula haciéndolo perder el equilibrio y caer de lado, se gira y ve el brillo del arma distante en el pasillo. No alcanza a ir  por ella. Mira de nuevo a Pedro arrodillado sobre el suelo, lo trata a levantar del brazo y obligarlo a levantarse apresándolo contra la pared, impidiéndo que se mueva con una pierna entre las suyas y el antebrazo sobre el cuello.
Apenas con la respiración agitada lanza de nuevo la pregunta.

- ¿Qué querés de mi, decime? Porque ésto gratis no es.

Pedro sin aire y con un rastro de sangre de su boca, lo mira perplejo. Los ojos cristalinos, “¡No me mires así Pedro!” piensa Guillermo perdido con la cercanía.

- Contéstame Pedro. ¿Qué querés?

Los ojos verdes se humedecen, y ve el reflejo claro de temor en ellos, ahora Guillermo es quien pierde la concentración, afloja el agarre sobre el cuello y los sorprenden las palabras a media voz, esa voz suave de chiquillo que amo desde la primera vez que lo escuchó.

- Te quiero a vos Guillermo, siempre te quise a vos.


Continuará....






16 comentarios:

  1. Felicitaciones que buen comienzo espero mucho mas

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  2. !Uau!, qué hermosa historia. Preciosa Lupillar, y en un marco histórico. Me encanta. Saludos.

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  3. aaaa buenoooooooo, esta historia ya me atrapo! magaly

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  4. Hermoso es decir poco. Si Pedro dice "Te quiero a vos Guillermo, siempre te quise a vos." yo, de mi parte, digo "Quiero más!"

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  5. Lupilar opino igual que las otras niñas.....QUIERO MÁS......es hermosa....Me cautivó....Esas últimas palabras de Pedro me mataron..."Te quiero a vos Guillermo,siempre te quise a voz"Gracias por esa Fics.

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  6. Me encanto...un comienzo brillante como seguramente serán los próximos capítulos..Muchas gracias Lucero!!!

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  7. uhhhhhhhhhhh Dios!!!! enloquecida por este comienzo!!! volvió Lucero!!! que hermoso quiero mas ...y mas...y mas..!!!! piedaaaaaaaaad!!!! Silvana (Barby)

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  8. Lupillar. Fantastica historia ha comenzado, ansiosa por ver como sigue!!! Te re felicito y agradezco tu tiempo y ganas de escribir !!!! Adelante Manuela Valle

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  9. Qué lindo esto de no tener tregua entre una historia y otra... nos tienen totalmente espectantes, ansiosas, enamoradas de estos personajes y sus recorridos. Gracias!! Sitiados realmente espectacular!! Gracias por regalarnos este gran primer capítulos, primero de muchos más, espero. Felicitaciones!!! Susy

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  10. Detrás de una historia dura, el corazón de Guillermo, se asoma cautivado: " ahora Guillermo es quien pierde la concentración", ante un Pedro, osado e intrépido como siempre: "te quiero a vos Guillermo, siempre te quise a vos". Me quedo ansiosa por saber como sigue Lucero. Gracias! Marlene Rodrìguez

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  11. ¡Ay Lucero, mi alma, pero donde nos hemos metido niña! En un tiempo y un espacio tristemente reconocibles, cuando todo estaba hiriendo a flor de piel, sin mañana, encima ESTOS DOS!! ¿resistirá la trinchera? Mirá que resultamos ser nosotras las aguantadoras! Arranque espectacular!!

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  12. Me encanta leerte Lucero!! Gracias por este nuevo comienzo!!!

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  13. Exelente comienzo! Ansiosa por leer pronto el próximo capítulo. Gracias

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  14. BUENO, BUENO, BUENO QUE COMIENZO, EXCELENTE, CARGADO DE INTRIGA CON UN CIELITO ATREVIDO, OSADO Y UN GRAZIANI, A PURO BERRINCHE, MAL HUMOR.
    FELICITACIONES, ATRAPANTE HISTORIA, EN TIEMPOS CONVULCIONADOS... PERO EL AMOR TODO LO PUEDE, Y ESTOS DOS JUNTOS SE INCENDIANNNNN Y NOS INCENDIAN.
    GRACIAS POR TANTO.MONICA DE LANUS.

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  15. gracias a ustedes por tomarse un tiempo para leer, son ellos en otro ambiente que conocemos casi todos. hacerlos mas real, si se puede.

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  16. como siempre impecable lucero!!!!!.................majo

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