domingo, 17 de noviembre de 2013

Noche de amor en el Delta by E.F.


El sonido lo alerta y se acerca a la puerta despacio, el corazón enloquecido de terror.
¿Lo habrán descubierto? … seguro el hombre leyó el diario, lo reconoció y lógico … lo había denunciado.
Si era así bien … que se terminara todo de una buena vez … pero ¿y Guille? … ¿y si no podía estar con él nunca más?... ese sólo pensamiento le lastima el corazón.
Abre apenas la puerta de chapa y el miedo deja paso a la felicidad en menos de un segundo.
Guille había tomado todas las precauciones para llegar al refugio donde estaba Pedro, el viaje había sido toda una odisea, para despistar a los que lo seguían primero, el bote en la noche luego.
Pero la idea de Pedro sólo en medio de la nada era insoportable, no verlo, no saber de él era una tortura.
Siquiera esa primera noche de Pedro ahí en ese lugar olvidado Guille quería estar con él, ya vería después qué estrategia armaba, aunque sin Pedro cerca no podía concentrarse, se volvía errático, indeciso, inseguro, lo dominaba la angustia de lo que pudiera pasarle si él no estaba con él para protegerlo y esa angustia lo paralizaba.
El viaje hasta allá fue una pesadilla, tenía miedo de no encontrarlo, que le hubiese pasado algo, que por un error de él  pudieran haberlo descubierto y el pensamiento más aterrador: que Miguel Angel lo hubiera encontrado. Decidió desechar este pensamiento porque allí sí que su angustia no tenía límite.
Baja del bote, el hombre se aleja hasta desaparecer en la noche.
Guille se acerca despacio al pequeño ranchito, tratando de no asustar a Pedro que seguro debe estar durmiendo, agotado luego de la pesadilla.
Afuera apenas está iluminado.
En eso siente el ruido de la puerta de chapa que se abre apenas.
Cuando Guille ve asomar el rostro lleno de miedo de Pedro, la camisa aún manchada de sangre, su corazón se paraliza de amor, de ternura, de deseos de protegerlo.
Están solos en el mundo, los dos en medio de la noche, sin embargo no hay nada más fuerte que ellos dos juntos en ese lugar perdido.
La sonrisa de Pedro ilumina la noche, corre hacia él feliz, ya no importa si lo descubren, si lo llevan a la cárcel, lo único que él quiere y necesita son los brazos de Guille que ahora lo estrechan, lo abrigan, lo desarman, lo protegen del dolor de afuera.
Los besos comienzan desesperados, desenfrenados, necesitados. Se besan como dos locos hambrientos de una pasión que los desborda. Se besan con ansias, con un anhelo largo tiempo postergado.
Las manos acompañan torpes las primeras caricias afiebradas, buscándose la piel.
Así van sin despegarse, tropezando, sin soltarse hacia el interior de la casita, apenas iluminada por una lámpara a kerosene.
Las caricias se vuelven más suaves y a la vez más intensas, más urgentes.
Con ternura Guille desabrocha la camisa ensangrentada de Pedro, tratando de liberarlo en ese gesto del horror que los persigue.
Pedro ya no piensa ni en persecuciones, ni en la policía, ni en el peligro, ni en nada, besa la frente de Guille y busca se boca y se hunde en ella, y es rica y deliciosa como la primera vez de aquella noche … hace siglos.
Un estremecimiento lo recorre cuando siente las manos de Guille quitarle la camisa. Hasta este momento sólo hubieron besos (inolvidables), caricias robadas al pasar, los abrazos infinitos, provocarse todo el tiempo, mirarse sin límites.
Pero esta es la primera vez que Pedro siente las manos de Guille recorrer su piel y eso lo hace temblar. El deseo postergado lo recorre en oleadas que lo marean.
El también quiere tocarlo y con ternura y con urgencia le quita el saco y a medida que va abriendo la camisa de Guille va besando la piel amada recién descubierta.
Lo empuja hacia la pared, Guille muerde y besa sus hombros, sigue por su cuello, el nacimiento de ese mentón que lo enloquece, los hoyuelos de su rostro y otra vez las bocas buscándose, explorándose insaciables. En el piso caen los cintos y las manos desabrochan lo que queda de la ropa que estorba.
La cama ni siquiera es cama, es un catre desvencijado, pero a ninguno de los dos les importa cuando caen desnudos uno en brazos del otro.
Pedro encima de Guille muerde su cuello, lame el lóbulo de la oreja y lo siente estremecerse.
Lo mira enamorado, descubre sus ojos humedecidos y los besa.
-Qué pasa mi amor? – susurra
Con los ojos llenos de lágrimas –Nada … es que … sos mi vida Pedro … sos mi vida … sos mi alma precioso … estás tatuado a fuego acá … - y pone una mano sobre su corazón.
Pedro acerca sus labios al oído de Guille.
-Te amo Guille … te amo con locura …-
-Me gusta cuando decís mi nombre …-
Y Pedro le repite una y otra vez – Guille … Guille … Guille …-
Guille gira y queda encima de Pedro que lo mira sonriendo agitado.
Se besan, de devoran.
-Tenés miedo?-
-No, yo soy tuyo,-responde Pedro – con vos no tengo miedo de nada.

Se besan otra vez profundo.

Continuará...

19 comentarios:

  1. Gracias por esto! Te quiero mucho! :)

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  2. E.F. tenés mi gratitud y mi admiración por toda la eternidad. Tengo el corazón desbocado de felicidad. Tus palabras le dieron vida a esa primera noche de amor que cruelmente nos negaron.
    "estás tatuado a fuego acá … - y pone una mano sobre su corazón". Así los siento a ellos, tatuados para siempre en mi corazón. Gracias, gracias, gracias!

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  3. Que maravilla el relato me hizo llorar de emocion ,podia verlos y sentirlos juntos gracias por escribirlo .te felicito y espero la continuacion

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  4. Y si algo le faltaba a esta trremenda noche ,llega esta impresionante historia de amor en el Delata p o r f a v o r ,mi corazon no puede mas !!!jajajajaja magico,increible,GRACIAS E.F me moriiii mas mas mas queremos massssssssssssssssss

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  5. E.F. gracias por este maaravilloso relato!! Cande

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  6. E.F. q maravillosas palabras con las q construiste aquel momento c: ,en verdad me emocioné , se espera el próximo capitulo con ansias!

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  7. Impresionante!!! Pusiste en palabras lo q tanto imaginé, con la ternura, con la pasión, con la urgencia q este amor tan fuerte requería. Infinitas gracias E.F. Entre todos van armando lo q debió haber sido y nos negaron. Gracias otra vez!!! MIMl

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  8. ETERNAMENTE GRACIAS QUE TE TOMAS EL TIEMPO DE REGALARNOS A LAS QUE NOS ENAMORAMOS DE ESTA PAREJA TAN PROFUNDAMENTE TIERNA NOS COLMA EL CORAZON ENCONTRAR EL REFUGIO QUE NOS NEGARON EN ESTAS HISTORIAS....GRACIAS GRACIAS GRACIAS

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  9. Otra mirada a hurtadillas al interior de la casita del Delta... ¡Qué lujo! te leo y los veo... no dudo ni por un momento que son ellos, vivos en tus palabras... precioso!!!

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  10. Estoy llorando de la emociòn. Es la primera vez que lloro a leer estos hermosisimos relatos. Es que me llegaste al alma. Pude imaginar cada palabra, cada beso, cada caricia. Me dejaste sin aliento. Es lo que todas hubièramos querido ver. Te felicito y espero màs. Gracias.

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  11. Esta mirada puesta sobre la "casita del Tigre" es deliciosamente sutil y encantadora.... Gracias E.F

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  12. belleza EF .... Los senti y revivi ese maravilloso capitulo .... Y lo complete .... como hacia falta lo que nos estas brindando , amor desde que Pedro abre esa puerta hasta ese continuara que espero con ilusion . Graciela CT

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  13. EF, qué bueno que hayas escrito tan lindo sobre LA noche en la casa del Delta! Me quedo esperando el resto! Gracias por compartirlo. San

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  14. Bello..... lo que todos y todas queremos leer y hubiéramos deseado ver......

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  15. Calor...amor.... todo todo!!! hermoso...

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  16. Hermoso relato sobre la noche de amor en el Delta que todas soñamos para nuestro Guille y Pedro.!!!!

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  17. E.F., muchas gracias por habernos regalado el relato completo de esa noche que nos dejó sabor a poco. Pudimos ver corriendo un poquito la cortina, el amor y la pasión que se tiene esos dos, muchas gracias!!!

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  18. Genial la historia. Que ternura, que locura, que increíble lo que ha generado este amor que es de ficción pero ha traspasado la pantalla. Muchas gracias y felicitaciones por la hermosa manera en que has logrado transmitir tan vívidamente esos momentos tan esperados y ciertamente tan escasos. Sencillamente impresionante.

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