lunes, 25 de noviembre de 2013

Enamorarse era un error? (3ra parte) by Elena

Madre

El timbre del teléfono la despertó a mitad de la noche. Llamada de Los Ángeles, problemas, sí ella los solucionaría. Se levanto y se dirigió a la cocina, se sirvió un vaso de whisky, bebió un sorbo y lo estrelló contra la pared, prendió un cigarrillo y se sirvió de nuevo.
No es que no le hubiera pasado antes, pero justo ahora, y justo él. Agustín es su hombre de confianza, su mejor agente. Lo había reclutado joven, rescatándolo de una infancia de maltrato y de un futuro de drogas, lo contuvo, lo apuntalo, lo entreno, hizo que estudiara abogacía y lo ingreso en la agencia, lo especializo en tráficos de todo tipo, drogas, armas, fauna, lavado de dinero, trata de personas, lo que fuera. Carente de un pasado que valiera la pena, él simplemente se sumergía en la vida que se le daba y actuaba, no sin romper de vez en cuando las reglas pero…después de todo, qué agente no lo hacía. Ella misma era una experta.
Y ahora esto…..rumores en los tribunales de Buenos Aires hablaban de que Agustín se había enamorado y mantenía una relación con uno de los socios del estudio…..no es que tampoco nunca hubiera pasado con otros agentes; pero ella sabía, porque lo conocía hasta la medula, que en este caso era distinto.
Decidió enviar a Marcial como “primo” de Pedro a investigar la situación y el reporte fue francamente preocupante, por primera vez Agustín estaba real y profundamente enamorado, la causa Moravia estaba en peligro, los agentes infiltrados en distintos puntos de la organización estaban en peligro, y el propio Agustín, aun sin saberlo, también; así como los civiles del estudio Grazziani.
Tomo un avión a Buenos Aires y con cautela arreglo una cena con Camila a la que Pedro nunca llego, por estar cuidando a Guillermo, quien había sido víctima de un disparo. La misma Camila la puso al corriente de la situación “se enamoro del socio, y me va a dejar a mí, por el socio, entendes que asco”. De manera que al otro día decide ir y enfrentarlo en el mismo estudio, pedirle explicaciones y hacerle saber que la misión (padre, hermanos, sobrinos en el idioma previamente acordado) corre serio peligro por su “descuido”.
Interpreta a la perfección su papel, madre tradicional, esposa maltratada, inquietada por la posible homosexualidad de su hijo. Increpa a Grazziani, y en esas pocas palabras puede ver al hombre maduro traspasando sus propios límites. El claro desafío de Agustín “de mi vida me encargo yo” le hace saber que perdió el control sobre su agente y que, en efecto, la causa Moravia está en peligro. El fino hilo de la seguridad está a punto de cortarse.
Se instala en Buenos Aires, y empieza a tejer la fina trama de la red que le permitirá salvar la vida de Agustín una vez más.

Continuara….



8 comentarios:

  1. Me morí!!! o sea que la madre de Pedro es en realidad su jefa?? ahhhhh y Marcial otro agente??? INCREIBLEEE!!!!
    Por favor ... continuemos yaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!

    ResponderEliminar
  2. Me gusto lo del reporte "francamente preocupante"... se nos enamoró profundamente! sigo leyendo el q sigue!

    ResponderEliminar
  3. La madre de Pedro es un agente también, es "M" como en James Bond, me gusta este guiño (aún si fuera un producto de mi imaginación).

    ResponderEliminar
  4. Buenisimo! Me encanta como le encontras otra coherencia a lo que vimos en la pantalla!!! Euge

    ResponderEliminar
  5. Tres hurras por tu "M", Elena! Desató todas mis fantasías de espías. Desde el vamos esta partida de ajedrez que planteaste me atrajo como un imán. Ni siquiera me atrevo a aventurar hipótesis. Me limito a agarrar mi paraguas y a salir corriendo hacia la próxima entrega!

    ResponderEliminar