CAPÍTULO
I
D
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eshecho por el fallecimiento de
su esposa poco después del parto, confió el cuidado del niño a su tía y una
legión de institutrices bien pagas y, sin nada mejor que hacer, se sumergió de
lleno en el trabajo. Terminada la Gran Guerra con la caída del imperio
austrohúngaro, la floreciente economía del país beneficio los negocios de su
banco, diversifico las inversiones, granos, carnes, tecnología y en poco más de
dos años amaso una pequeña fortuna y se convirtió en el viudo más codiciado de Buenos
Aires.
Señoras, señoritas, viudas y
solteras de todas las clases sociales lo pretendían. Artistas y políticos
también se esforzaban en cultivar su amistad. Enfrascado en el trabajo,
rechazaba una tras otras las invitaciones a fiestas, eventos sociales y
espectáculos; era ya famosa su eterna frase “-Si quieren verme, que vengan a mi
oficina”.
Termino tarde las reuniones que
le permitirían, por fin, tomarse unas merecidas vacaciones y se dirigió a cenar
a la casa de la tía, para terminar, además, de organizar los cuidados del niño.
Al día siguiente partió rumbo a
Esquel en su biplano, un hermoso avión último modelo. Aprovecho el viaje para
pasar por varias estancias y pueblos a visitar inversionistas, contactos y
cerrar, de paso, algún negocio más.
Después de varios días en el
pequeño pueblo, y aburrido de no hacer
nada, partió un día cualquiera para volar sobre la cordillera, tal vez bajar
cerca de un lago o visitar la pequeña colonia galesa de Trevelin, la tía sabría
apreciar las excelentes tortas y dulces.
Fue un error, estupidez o
temeridad salir a volar sin pedir consejo sobre una zona de la que no conoce ni
la geografía ni el clima. Los vientos fuertes cruzados silban entre los cables
y hacen crujir los tirantes de las alas, y las nubes adelante presagian
tormenta. Decide bajar tratando de mantener firme el timón. No ve ningún lugar
lo suficientemente llano para el biplano. Solo piedras y árboles. Acorralado
entre la tormenta y el suelo, intenta aterrizar en un espacio claramente
insuficiente. Las ruedas tocan tierra a demasiada velocidad y el avión se
sacude, un ala se destroza contra una saliente, gira sin control directo hacia
los árboles. Escucha el avión destrozarse, los restos de chapa, vidrio y ramas
contra su cuerpo, con un poco de suerte, tal vez la hélice no lo mate, el dolor
en la pierna, y nada.
~•~•~•~•~•~
Abre los ojos acostado
entre mantas en un camastro de cueros apilados. Se palpa el cuerpo desnudo y
cubierto de vendajes, una pierna entablillada hasta arriba de la rodilla. Está
vivo, pero ¿donde? Se incorpora con cuidado para inspeccionar el lugar en
semipenumbra. Una pequeña cabaña de madera y caña, sin más abertura que una
puerta. Las brasas arden en el fogón del centro y hay una cama más del otro
lado. Esta solo. Una mezcla de utensilios aborígenes y europeos están
desparramados en el piso o cuelgan de las paredes, y en un rincón una colección de piedras y
huesos.
Intenta aclarar sus
pensamientos. Recuerda el viento y la tormenta, el aterrizaje forzoso, a un
hombre joven que lo saco de la carlinga y, tal vez el mismo, que le hablaba y
le daba de beber. Suspira. Solo espera que no sea un indio o algo así. Debe
haber tenido fiebre. Se viste con lo que encuentra entorpecido por la pierna
entablillada y la debilidad, un pantalón cortado, una camisa y una especie de
túnica que está cerca de su cama. Alcanza a ver algunas de sus cosas rescatadas
del avión, algo de ropa, herramientas, el libro de bitácora, no mucho para un
viaje que no debía durar más de un día.
Se arrastra hasta la pared y
apoyándose en ella, intenta levantarse. El dolor le impide apoyar el pie y
caminar
-Estas despierto por
fin – dice el hombre que entra en ese momento – hasta dentro de diez días no vas a poder caminar – y sin esperar
respuesta pasa un brazo por su cintura y lo ayuda a volver a la cama – te fracturaste.
Acento chileno. Es el mismo que recuerda. Joven, alto y
delgado, pelo castaño y barba
-¿Hace cuánto?...
-Una semana más o menos. De casualidad te
vi, te podrías haber matado
Lo mira hacer. Reaviva el fuego, pone un par de ollas con
agua y prepara varias hierbas – ¿Qué día es hoy?
-16 de diciembre creo. Tengo que cambiarte
las vendas
-Dame, lo hago yo
-Usa esto
-¿Qué es? –
desconfiado
-Plantas medicinales
-¿Yuyos? Ni loco
-Topa topa, es para que cicatrice mejor
Las acepta de mala gana y después de varios intentos
fallidos decide dejarse ayudar y acepta lo que parece ser un té. Escupe de
inmediato el primer sorbo en el piso – ¡Es
asqueroso esto!
-Es té de palo piche –
contesta riendo – tómalo, es analgésico
Se recuesta y cierra los ojos, agotado por el esfuerzo. Los abre
al rato y mira el techo – Deberías
despedir a tu arquitecto – gira la cabeza, sonríe y le tiende la mano – Guillermo Graziani, gracias.
-Pedro Beggio – le alcanza un pedazo de
pan y pescado
-¿Y esos huesos?
-Fósiles - lo mira interrogante- soy paleontólogo – agrega bostezando.
Se desviste y acuesta – ahí te deje un
tacho por si necesitas…
La respiración lenta le indica que ya está dormido antes de
que se le ocurra una nueva protesta. Suspira. Mantiene los ojos fijos en la
espalda calma hasta que el fuego merma y al fin se duerme.
Continuará....
Lo esencial es....creer.
ResponderEliminar#Amarte Elena!
gracias Lili por la edición e ilustración!
Eliminarwow!!! que hermoso!!! siii Lilita #Creer (marfueguina)
ResponderEliminar“Haz de tu vida un sueño, y de tu sueño una realidad.” Antoine de Saint-Exupéry
ResponderEliminarEs verdad, lo esencial es creer... ¡y yo creo, quiero creer!
#AmarteElena!
Otra hermosa historia asoma bajo tu maravillisa pluma, Elena! Nos hacés soñar y no importa donde los llevés... sigo viéndolos...Lo
ResponderEliminarescencial es creer...y con vos todo es posible..!! Gracias ❤
Gracias Elen!!! Donde estos dos hombres estén, yo deseo estar con ellos. Hermosa esta nueva historia!!
ResponderEliminarDe tu mano, adonde los lleves, yo Voy. GRACIAS Elena! ♥
ResponderEliminarNueva historia, gracias Elena, Lilita. Ya nos harán sufrir!.Pero tengo confianza en el amor que los ha elegido desde mucho antes y en estos encuentros fortuitos y predestinados. Gracias! Marlene Rodríguez
ResponderEliminarNO PODIA NO PASAR. CUESTION DE FE.
ResponderEliminarA SOÑAR SE HA DICHO, LLEGA LA MAGIA, LA ILUSION, EL AMOR.
ETERNAMENTE VIVOS, ETERNAMENTE ELLOS.
ESE BIPLANO, POR UN MOMENTO RECORDE LA PELICULA AFRICA MIA, ¿LA ESCENA? SI, LA MISMA, SUBLIME, ETEREA, INFINITA, ATEMPORAL. Y ESA MUSICA...
"ACENTO CHILENO" EL UNICO
¿YUYOS? NI LOCO. NO HAY OTRO.
DIFERENTES ESCENARIOS, OTROS TIEMPOS, EL MISMO AMOR.SE LOS PUEDE RECONOCER, OLER, OLFATEAR, PALPAR...SIN DUDAS PEDRO Y GUILLERMO, GUILLERMO Y PEDRO.
Y EL DESTINO, LAS VUELTAS DE LA VIDA LOS VUELVEN A UNIR, PORQUE SON Y SERAN EL COMPLEMENTO PERFECTO, DOS EN UNO, INEVITABLES.
GRACIAS Y MIL GRACIAS POR TANTO.FELICITACIONES. SI ALGO FALTABA ERAN FOTOGRAFIAS, ILUSTRACIONES, TODO DICHO, TODO ESCRITO.
ESPERO ENTERA TRANQUILA EL PROXIMO CAPITULO, ¡QUE LINDOOOOOOO! MONICA DE LANUS
Siiiii... historia nueva... iupy... y como no podía ser de otra forma, de aventuras!!! Ay Guillermo, qué de naturaleza vas a tener que soportar... no sé, digo yo... y Mónica tiene razón: Elena es nuestra guionista de Hollywood!!!
ResponderEliminarchaquexageraste!
EliminarGracias Elena por regalarnos una nueva historia, un nuevo universo, el mismo amor... Muy, muy interesante este encuentro que han tenido, me encanta como nos hacés volar con tu imaginación!!!
ResponderEliminarLeía, leía, ansiosa de ver como se iba a dar Él encuentro... y fue hermoso como todos Sus encuentros. Hermosa nueva historia, felicitaciones!! Esperando a ver como hace Graziani para sobrevivir en esos territorios... con un paleontólogo!!!! Que capacidad Elena!!
ResponderEliminarUna nueva historia, ya me enamore!!!!!!!!!! Magaly
ResponderEliminarQue genial Elena!!!!! mmmm Graziani con bichos y manejando un avión.....solo a ti se te ocurriría esta genialidad.....Y un Pedro Paleontólogo.....es increíble tu pluma.....espero ya el próximo capitulo......No me quiero perder al Gran Graziani en esos lugares....jajajajajaaj......Y gracias por unirlos ....ellos siempre lo estarán en nosotros que los amamos....Gracias.Mirta Ardemagni
ResponderEliminarmuchas gracias!
ResponderEliminarQué belleza! Esta nueva historia me parece fantástica! Adoro cuando sus vidas son tan distintas, pero siempre su amor es el mismo. Gracias Elena por este nuevo comienzo.
ResponderEliminarHermoso y exotico inicio, muchas gracias por este nuevo inicio. Felicitas
ResponderEliminarSEGUIR UNA Y OTRA VES LEYENDO TE
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