Sube corriendo las escaleras
de la oficina al día siguiente, arrepentido de haberle dejado las llaves a
Graziani. ¿Y si encontró los legajos? ¿Si se equivoco al confiar en él? Advierte
los susurros que se interrumpen cuando entra al hall y las miradas del personal
por un segundo fijas en el mientras, rápidamente, retoman sus tareas. Agitado,
se arregla el pelo y la corbata y se dirige a su despacho. Sonríe. Cerrado.
Toma aire. Hora de jugar. Apenas golpea y entra, sin esperar respuesta, a la
oficina de Guillermo. Se sienta, relajado, en la silla frente a él y desafía.
-¿Trabajamos o seguimos jugando a los espías?
Con calma, levanta la vista
de los papeles y ve a Pedro sentado, cómodo, al otro lado de su escritorio. Se estuvo
preguntando como enmendar los errores cometidos con él, pero sabe, en su fuero
intimo, que no lo haría de no haber sido descubierto; y aunque su llegada no lo
sorprende, jamás confesaría que lo estaba esperando.
-Cerra la puerta, lo que tengo que decirte es privado.
Aprovecha para registrar,
mentalmente, todo cuanto lo rodea. Advierte el toque personal y masculino en
las pinturas colgadas en las paredes, en el pequeño living junto a las grandes
ventanas, la tablet apoyada con descuido sobre la mesita con el diario abierto,
la taza de café abandonada allí cerca.
-Mezcal fue asesinado, no murió en un accidente. Este es el informe
del perito nombrado por la fiscalía. El verdadero informe. Todos piensan que
murió en un accidente – continua mientras
estudia, con cuidado, sus reacciones – en
realidad lo encontraron muerto, en su coche, por una sobredosis de sedantes.
-¿Sedantes?
-Exacto, todo el mundo sabe que Mezcal odiaba tomar medicamentos, un
error, sin duda de quién lo asesino.
Lee rápidamente el informe,
antes de devolverlo
-Quédatelo, es una copia que hice para vos. Ahora habla, dijiste que
me convenía trabajar con vos y que te preguntara, así que te pregunto, que
sabes?
Resopla.
-Sospecho, solo sospecho –
subraya – que Mezcal investigaba al Jefe
de Gabinete. No sé por qué. Tengo datos, todos sueltos, que hay que corroborar,
investigar y conectar, y no puedo hacerlo solo. También creo que están incompletos.
-Tal vez esto ayude.
Busca en el escritorio un
pendrive y se lo entrega
-Que hay ahí?
-Expedientes recobrados por Pablo y Alma de la notebook de Mezcal
-No había ninguna notebook en el despacho.
-Porque Pablo se la llevo antes. En cuanto supo de su muerte y antes
de descubrir que intentaron “limpiar” todo.
-Limpiar? Es una acusación grave…
-Y cómo definirías la decisión de ocultar la causa real de la muerte
de Mezcal? Eso sin contar…
El sonido del teléfono de
Guillermo interrumpe la conversación – Hola…te
dije que no me llames a este número….no, no puedo hacer eso…te dije que no
puedo..
Su expresión, mirando el
teléfono mudo, abstraído, casi perdido en un pensamiento lejano preocupa a
Pedro.
-Que paso?
-Nada, nada importante, o que no pueda… -
antes de acabar la frase siente la mano presionando su brazo.
-Estoy acá, para lo que necesites, podes contar conmigo.
Inmóvil, toda su vida
concentrada en el espacio de ese apretón; miedo; de repente siente un miedo
desconocido anudándose en su garganta. Libera el brazo y esboza una sonrisa
indiferente.
-Gracias, lo voy a tener en cuenta. Hagamos así, empeza a revisar ese
pendrive con Alma y después discutimos. Tengo la mañana ocupada.
-Pero…
-Por favor Pedro, de verdad tengo otras cosas que hacer.
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Pasea por la oficina
mientras Alma analiza los datos, cruzando los de la notebook de Mezcal con los
archivos que encontró él, sin dejar de echar un vistazo cada tanto a la puerta
de enfrente.
-Ves alguna conexión?
-Me falta tiempo, Pedro, es complicado.
“Quien fue el que llamo a Guillermo? Algo le preocupa pero, qué? Algo
relacionado con la investigación? Recuerda a la mujer que vio salir de su
despacho hace unos días…”
-Porque no me das una mano con esto, en vez de estar caminando como un
loco?
-Si. Me deje unos papeles en la oficina de Graziani, ahora vengo.
Se apoya en la pared, tras
la puerta entreabierta, controlando que nadie esté cerca. Puede verlo sentado de
espaldas en el sillón, hablando con María Lourdes.
-Te llamo de nuevo?
-Si, y estaba con Pedro, hasta él se dio cuenta de que me pasaba algo.
-Y que te dijo?
-Que podía contar con él para lo que necesitara!
-Y vos?
-Que queres que te diga! Sentí…
-Miedo.
-No voy a mentirte… ambos me despiertan recuerdos…demasiado dolorosos.
-Queres que hablemos de eso? Nunca me contaste del todo lo que paso.
-No, perdóname, no puedo hacerlo, no todavía.
-Toma el café, que se enfría. Cuando tenes que volver a ver a Pedro?
-Más tarde…conociéndolo dentro de cinco minutos, esta acá de nuevo.
Alma está trabajando con el ahora.
-Como reacciono cuando supo la verdad sobre la muerte de Mezcal?
Cierra los ojos y apoya,
cansado, la cabeza contra el respaldo del sofá.
-Ninguna, es un excelente actor. Pero estoy seguro de que no sabía
nada y se sorprendió
-Como estas tan seguro?
-De la misma manera en que se que esto va a traer cambios en mi vida,
cambios importantes y de que, por primera vez, no sé qué hacer.
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Pasa el resto de la tarde
revisando los archivos con Alma, sin poder concentrarse. Algo se le escapa,
pero qué?
-Es tarde, Pedro, yo me voy. Seguimos mañana?
-Si, si – responde distraído – anda.
-Te vas a quedar?
-Un rato mas.
Mira hacia la puerta del
despacho de Graziani. No lo vio salir en todo la jornada “Que es lo que oculta Guillermo?”
El día se le hizo
interminable Varias veces levanto los ojos de los documentos esperando, en
vano, los pasos conocidos acercarse y el
llamado ligero sobre su puerta. Tampoco Alma fue a verlo, tal vez intento comunicarse
a su celular, apagado para evitar más llamadas de María. Nunca se había creído
capaz de cometer un error tan tonto el día que, después de muchos años de no
verla, le dio su número privado con la promesa de encontrarse más adelante. María…no,
no quiere pensarlo hoy, pero es consciente de que, antes o después, tendrá que
enfrentar el recuerdo de Luis y dejar que las heridas del pasado, cicatricen.
Completamente distraído por
el deseo de saber si Pedro esta aun en su despacho, guarda, con un suspiro de resignación,
los papeles en la caja fuerte, apaga la luz y se dirige a su oficina. Sonríe al
encontrar la puerta semiabierta “Así que
controlando mis movimientos”
Llama despacio y entra; lo encuentra
absorto en la lectura de un expediente mientras suena Gershwin; escuchar
Rhapsody in blue, una de sus favoritas, lo sorprende, no encaja para nada con
la idea que se hizo de él. Se sienta enfrente, repitiendo los mismos gestos
hechos por Pedro esa mañana.
-Que haces acá? Creí que no tenías interés en trabajar conmigo.
-Por lo de esta mañana? Te dije que no era el momento apropiado, de
verdad tenía otras cosas que hacer.
-Y me dejas con Alma revisando archivos todo el día. No soy tu
empleado, no trabajo para vos.
Se levanta, cansado y de mal
humor, y se dirige a la puerta.
-No tengo ganas de seguir discutiendo, mejor hablamos mañana.
-Espera! discúlpame, es tarde y estoy cansado, no logro encontrar la
conexión de todo esto – señala la pila de papeles y
computadoras de su escritorio – te llevo,
queres?
-No me parece…
-Dale Guillermo, afloja, invitame a cenar.
-Además tengo que invitarte a cenar?
-Sí, vamos? – sonríe – me muero de hambre y necesito despejarme un poco, mañana vamos a
tener que revisar todo de vuelta.
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-Que vino?
-Malbec?
-Si la salsa está hecha con cabernet Guillermo…
-Ah, perdón! Sos especialista en vinos también…
-Especialista no pero… un Malbec está bien
-Cabernet – pide dirigiéndose al mozo.
-De verdad no hay nada en que pueda ayudarte?
-Con la investigación? Ya me estas…
-Con el llamado de esta mañana…vi que te pusiste mal…no me queres
contar?
-¿No te parece que sos demasiado entrometido? No me gusta que me hagan
preguntas personales. - Luego, estremecido por su
mirada, fija sus ojos en él y continua –Digamos
que es un fantasma...Una persona que tenía tu misma mirada.
-continuará-
wow !! Ese final impresionante y ese continuara muy esperanzador . Graciela CT
ResponderEliminarAntonia, Elena, gracias por este dulce enredo que nos están contando. Pero hay buena señal: defensas fisuradas.
ResponderEliminar"jamás confesaría que lo estaba esp'erando", "estoy acá para lo que necesites, podés contar conmigo" El resto dialogos llenos de humo todavía, que deberán disipar Uds. dos. Y George Gershwin en Rhapsody in Blue, me mató! Maravilloso. Marlene Rodríguez
Aaahhh bueno ya va tomando color....Me salta el corazón en el pecho...."tu misma mirada"......eso me gusta.Muy buena Fics,muy buen lio,muy buen comienzo de "amistad" que pronto se convertirá en amor....Ya los veo.....Gracias Elena.Gracias Antonia.Mirta.
ResponderEliminarEste Embrujo a cuenta gotas me hace mal!!!! Excelente chicas, me tiene completamente atrapada!!! Felicitaciones a ambas!!!!
ResponderEliminarEsta es otra de las historias que me enloquecen!
ResponderEliminargracias!
ResponderEliminarMe encanta esta historia, graciaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaasssssss
ResponderEliminarBravo, bravo!!! "Una persona que tenía tu misma mirada" me encanto ese remate.... Brillantes escritoras!!!! Cuántos personajes nuevos... historia de mucha intriga... de igual pasión! Aplausos... que siga... Felicitaciones!!! Susy
ResponderEliminarGracias a todas para leer y dejar su comentario, gracias por acompañarnos en este hermoso viaje con Pedro y Guille
ResponderEliminarayyyy intrigaaa
ResponderEliminarCayó Graziani! Cayó Graziani! Cayó Graziani! yeah!!!!!
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