Huesos (12vo capítulo) by Elena

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CAPÍTULO

XII

En los años siguientes la red de supermercados se extiende por toda la Patagonia y el Banco Graziani abre varias sucursales. Las exportaciones de lana, inversiones en medios de transporte e industrias aumentan, y los viajes se suceden uno tras otro entre Museos, estancias y facultades, mientras continúa la extracción de fósiles de uno de los yacimientos más grandes jamás encontrado en Trelew, y una cantidad de fondos son canalizados para el desarrollo de la educación y la ciencia, apoyo a las comunidades aborígenes, bibliotecas y centros de salud a través de la Fundación Géminis.

-Guille despertate, ya está el desayuno.

-No…

-Es sábado, tenés que ir a ver a Fabián.

-¿Cuándo te vas?

-El lunes a Córdoba a dar unas conferencias y después vuelvo a La Plata para retomar las clases y organizar la exposición de los Titanosaurios. Levántate. Te acordaste de comprarle el regalo, ¿no?

-Sí, sí. Cumple diez años ya, como pasa el tiempo… no tenía ni tres cuando…

-Llévale esto de parte mía.

-¿Por qué no se lo das vos? Veni a almorzar mañana, la tía hace unas pastas espectaculares.

-¿Te parece?

-¿Qué no puedo invitar a mi socio a comer?

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Lee el diario pipa en mano y los mira jugar al fútbol a la tardecita en el patio mientras la tía borda sentada cerca de él.

-¿Desde cuándo fumas?

-Hace un tiempito.

-Este muchacho, tu socio, ¿no piensa casarse, tener hijos?

-Que se yo tía, mire lo que me pregunta.

-Deberías dejar de viajar tanto y sentar cabeza

-¿A qué viene eso ahora?

-Me gustaría que vuelvas a casarte, no es bueno que estés solo. Me preocupa lo que vaya a pasar cuando yo no este, quien se va a ocupar de la casa, de Fabián, ya estoy grande y…

Se levanta, besa la frente de la anciana – Pero si está hecha una piba, ¿le preparo un té?

-Si querido, gracias.

Y grita – ¿Quién quiere torta?

-¡Yo!

-¡Yo!

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La Plata, 28 de junio de 1928.

Estimado Guillermo, tengo el enorme placer de comunicarte que van a nombrarme Jefe del Departamento de Paleontología del Museo. La ceremonia va a realizarse el 20 de Julio junto con la inauguración de varias salas. Tanto a Pascual como a mi nos gustaría contar con tu presencia ya que no hubiera sido posible hacerlo sin tu apoyo permanente. Me mude a una casa más grande que cuenta con una habitación con baño privado para tu uso exclusivo. Ni se te ocurra ir a un hotel. Te espero. Te amo. Pedro.

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La casa del Bosque de La Plata 1928

Lo abraza y susurra – ¿Así que Pascual quería verme, pedazo de atorrante?

-También – contesta riendo – dame tus cosas que las mando a mi casa; esta por allá, anda a saludarlo.

Escucha apenas los discursos mientras lo observa, a través del humo de la pipa, sonreír y dirigirle alguna que otra mirada de soslayo. Agradece las placas que destacan el apoyo constante del banco y la fundación, y se pasa la tarde recorriendo, entre la multitud, los salones llenos de piezas que conoce de memoria.  Empieza a impacientarse cuando corren las horas sin que logre estar con él ni un minuto a solas – ¿Falta mucho?

-La cena nada más.

Que se extiende en una larga sobremesa plagada de rocas, Eras y períodos, y sin los único huesos que quiere cerca, mientras la urgencia cede paso a la desesperación y al más negro mal humor.

-¿Cuál es la habitación? – pregunta interrumpiendo la avalancha de besos y caricias.

-Veni…

-La que dijiste que tenías para mí – aclara.

-Esa de ahí Guille pero…

-Mira, estoy cansado, mañana salgo temprano y tengo un montón de reuniones.

-¿Cómo? ¿ te vas?

Besa breve los labios antes de cerrar la puerta – Sí lindo, buenas noches.

Se acurruca adormilado sobre él cuando lo siente meterse bajo las sabanas unas horas después – Haceme un lugarcito, precioso. Che…

-¿Qué?

-¿Por qué mierda no compras una cama más grande?

-¿Te quedas?

-Claro

-Mañana la cambio

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Diciembre, 1928.

Las ruedas del biplano tocan tierra a demasiada velocidad en el camino de entrada de la estancia de Trelew, el avión se sacude, se inclina peligrosamente a derecha e izquierda y desacelera muy lentamente hasta detenerse demasiado cerca de la línea de arboles

-Un poco bestia, ¿no?

-Tenés que bajar la velocidad mucho más antes de tocar tierra, llega a haber algo en el piso y…

-Encuentro un paleontólogo.

-Te mato.

-Me llevo el auto, este año terminamos con la excavación.

-Bueno, cuando acabe la esquila te alcanzó.

Un par de semanas después llega al campamento el camión con los suministros, el correo y…

-¿Qué tenes ahí?

-Nada.

-Mostrame.

-Después, Pedro.

Cargan los fósiles con destino al Museo y para cuando el vehículo se pierde en el horizonte los brazos ya están rodeándolo y empujándolo hacia la tienda, los labios en los suyos, la lengua apoderándose de su boca – Espera, lindo, mira esto.

-¿Una escritura? – mientras las manos se cuelan por debajo de su ropa.

-Presta atención – lo aparta un poco y extiende el mapa sobre la mesa – esta es mi estancia, ¿sí?

-Guille ahora…

-Escúchame, lee el papel, ¿qué dice?

-Está a mi nombre – estudia el mapa y sonríe – amor…

-Somos vecinos ahora.

Casa principal de la Estancia. (foto pintada)

Continuara…