(Un día en la vida de Pedro y Guille
visto a través de los ojos de Pedro, de esa vida que ellos tanto merecen).
Uno de los momentos del día preferidos de Pedro, cada
mañana, es ese par de minutos en que espera a que Guille se despierte, y sólo
con mirarlo, se arriesga a adivinar cómo será el día de hoy. Hace pocos meses
que Pedro y Guille, finalmente! lograron vivir juntos, y Pedro adora pensar que
con sólo ver si Guille remolonea, o se despereza, o se queja, o golpea el
despertador para apagarlo, que viendo ese primer instante en que Guille abre
los ojos junto a él, puede saber cómo será el resto del día… y pilotearlo.
Hoy Guille se despierta de golpe, se sienta en la cama, besa
la parte del cuerpo de Pedro que tiene más a mano, en piloto automático, y se
va al baño… Oh, oh, peligro!, este puede llegar a ser “un día de aquellos”.
Pedro se levanta rápidamente y baja a la cocina. Cualquier
cosa que le depare el futuro, siempre mejorará frente a una taza humeante de
buen café y unas tostadas recién hechas. El desayuno transcurre entre legajos y
pocas palabras: Guille prepara una audiencia que no lo pone del mejor humor.
“El chofer de Guille”, así lo consideran algunos de los
colegas… De hecho hoy, Pedro no se queda en la audiencia, sólo lo lleva. Ya no
lo acompaña siempre. Al principio le molestó, hasta que se dio cuenta de que
Guille lo estaba cuidando. No es que a Guille le importe un comino lo que digan
o piensen los demás, pero, ¿para qué exponerlo a las tonterías de pasillo?
Porque desde que están juntos, son el centro del comentario; los que los
consideran “una aberración” no cuentan; pero después están los otros, los que
opinan: que Guille lo tiene de mascota, que se siente obligado porque el pibe
se comió todo el quilombo de Miguel Angel, que lo vampiriza, y que un día se va
aburrir; y están los que no entienden como Pedro puede haberse enganchado con
el viejo, por la clientela, por la posición, y que un día también se va a
aburrir… y después está Juan y algún otro que los miran con una mezcla de envidia
y cariño, pero Pedro prefiere no pensar porque simple y llano está celoso de
cualquiera que haya tenido aunque sea por un minuto a Guillermo. Y punto.
Y así, casi sin intercambiar una palabra, llegan al juzgado,
donde Alberto ya está esperando en la puerta. Saluda con un gesto de cabeza,
que Pedro responde. Guille levanta la vista del expediente, se da cuenta de que
llegaron, se baja los anteojos, relojea brevemente alrededor, le roza a Pedro
los labios con un brevísimo beso y baja del auto. ¡Tanto! Tal vez, este no sea
un día de aquellos…
Pasado el mediodía, Guille y Alberto regresan al estudio.
Sólo con verlos entrar, la cara de Alberto y el portazo que Guille pega en su
despacho, está oficialmente confirmado que hoy, SÍ, es un día de aquellos. Un par
de horas después, Guille ya se puteó por lo menos dos veces con cada uno de los
miembros del estudio: que prefiere comer un sándwich en su escritorio, que todo
es un desorden y está sucio, que todo el trabajo está atrasado, Alberto no da
el piné, Marcos está en cualquiera, Gabriela no entiende nada…
“-Che, Pedrito –se acerca a decirle Marcos- no es que quiera
tirarte el bardo, pero, ¿no te lo llevás a casa temprano, así se deja de
romper?”.
En el camino de vuelta a casa, que no es “temprano” Guille
está absorto en sus pensamientos.
“-¿Qué tenés ganas de cenar hoy?”, pregunta Pedro.
“-¿Te parece que tengo cabeza para pensar en la cena? ¿Cómo
voy a saber si no sé que tenemos en casa?”
“-Bueno, preguntaba, también podemos pedir algo…” Pero, por
la cara que pone Guille, Pedro entiende que la conversación se da por
terminada. Imagínenselo.
Ya en casa, Guille toma un whisky, camina por la sala y mira
distraídamente la tele, le ofrece un sorbo a Pedro el mismo vaso, mientras
Pedro cocina. Hoy no habrá lección del maestro, pero las lecciones ya recibidas
alcanzan para una cena cálida. Sabemos que Pedro es un excelente alumno. La
charla, casual, bien podría estar publicada en el diario: noticias principales
del día, algunos detalles, lo usual. Pero poco a poco, Guillermo se fue
relajando, sonriendo, se comió todo. Al terminar le dice a Pedro: “-Me baño y a
la cama, dale?” Y Pedro sabe entender una señal. Y no desperdiciarla.
Cuando Guille sale del baño, en bata, secándose el pelo,
Pedro entra y se pega un duchazo ultra rápido, para a los pocos minutos,
encontrarse con Guille ya acostado, dándole la espalda. Muy despacio, se
desliza entre las sábanas, se asegura de no tener las manos frías y muy
suavemente, empieza a acariciar a Guille en los brazos, los hombros, la espalda…
ninguna reacción. Entonces se le pega dándole apenas besitos en el cuello, la
cabeza… ninguna reacción. Y entonces, Pedro se detiene y se aleja:
¿malinterpretó la señal?
“-Che, precioso, ¿te vas a quedar quieto justo ahora? ¿No
sabés qué esto es lo único que estuve esperando durante todo el día, desde que
me desperté? Le dice girando, y mirándolo a los ojos con una ternura y una
pasión infinita, Guille lo envuelve en un beso interminable. Y Pedro se deja
perder en los brazos, en los ojos, en los labios de Guille. Hoy no habrá juego
previo; el aire está cargado de anticipación y urgencia: rápido, intenso,
Guille, hoy, lo necesita así… Y Pedro es de Guillermo. Y es como si todas las
cosas cayeran en su lugar, más el placer absoluto de escuchar el más maravilloso
sonido en el mundo: Guillermo musitando su nombre al explotar en sus brazos…
Boca arriba en la cama, Pedro trata de recobrar el aliento.
Tiene la mano apoyada en la espalda de Guille, incapaz de perder el contacto
con ese cuerpo que ama y lo aferra a la vida. Guille lo toma del brazo y lo
arrastra muy fuerte contra él.
“-Venga para acá… mi amorcito…-“ le susurra con ese tono tan
suyo, que lo derrite… Porque Guille quiere más. Y no tiene ni que pedirlo. Y
Pedro sabe que no parará hasta dejarlo sin aire, fundidos los dos en uno solo.
Y calladamente agradece, el poder compartir con su hombre, una vez más, un día
de aquellos…
Ahhh, pero bueno, me sorprendiste con el blog!!, yo hace un par de años que tengo mi blog personal, pero no puedo hablar de Farsantes porque la mayoría de mis seguidores no son de mi país y no entenderían que estoy escribiendo, además saldría de la temática de mi blog, aunque muchos venezolanos, colombianos y españoles ven la tira. Yo te voy a aportar con una historia de Guillermo y Juan, porque en mi vida me tocó de cerca una historia como la de ellos y cuya relación hoy es como la muestran en la tira. Tendrías que agregar en la columna lateral derecha , un gadget para tener seguidores. Me encantó lo que escribiste y las otras historias también.Si picás en mi nombre Mabel de este comentario te llevará a mi blog. Besotes. Soy Mabel Orellana, me has visto en la página del Club de Fans
ResponderEliminaryo si te puedo seguir jajajajaja, no soy de argentina pero soy fiel a pedro y guille.
Eliminarlucero
Realmente me ha gustado mucho, tu historia y a medida que leia iba proyectando en mi mente las caras y cuerpos de Guille y Pedro, como me gustaria ver eso reflejado en la pantalla, es para que sea asi ya que lo que nos vendieron desde un principio pintaba de esa manera,,De cualquier modo he visto con mis ojos internos lo que has plasmado con tus palabras...Muy bueno y breguemos por una historia asi gracias....
ResponderEliminarGuau. Leí todo lo que escribieron de un tirón. Impresionante. Es una maravilla cómo escriben chicas. Estoy emocionada. En estos días les envío lo que voy a ir escribiendo. Igual no creo superar lo que han escrito, es sencillamente maravilloso e imaginar a Guille y Pedro en "un día de aquellos" me hizo feliz. Gracias gracias gracias ...
ResponderEliminares tan real, es tan farsantes en sus primeros capítulos, asi es nuestro GUILLE, ese hombre recio, maduro, fuerte pero que con ero se doblega y con pedro no es el hombre de mando con pedro es fiel sirviente, con pedro se transforma, con pedro vive cada instante, con pedro la vibra d la vida la siente en cada caricia, ese es nuestro GUILLE Y PEDRO. ya sabes Ilgora que enloquecí cuando leí esto y para mi esto es el desenlace de la historia, después del 80. mil gracias, por darnos estas alegrías.
ResponderEliminarLUCERO
Lupillar, hoy publicamos Un Día de Aquellos,visto por los ojos de Guille! Ojalá encuentres en él nuestro Guille que tan bien describís!!!
ResponderEliminarEste es el Farsantes que nos quitaron. Gracias chicas por devolvèrnoslo con estas maravillosas historias. Hermoso y emocionante!!!
ResponderEliminarllgora blue chicas todas se superan me encanto este relato viaje con Pedro y Guille gracias segui escribiendo!!!!
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