Despertar (3ra parte) by Paula

Por suerte la casa nueva que había comprado, era de una sola planta, no tenía idea qué hubieran hecho en una casa con escaleras, si Pedro apenas dando unos pocos pasos se cansaba.

Era temprano todavía, Pedro dormía, él había aprovechado para repasar los papeles que le había dado José del juicio de Camila. Pero pronto sus pensamientos empezaron a dispersarse…

La cara de asombro de Pedro, al ver la nueva casa, al escuchar de Guille “la compré pensando en nosotros”. Esa sonrisa, que podía iluminar una habitación completa.

-“No es muy grande, son sólo tres cuartos, uno pensé que lo podíamos hacer escritorio, para cuando no tenemos ganas de ir al estudio pero hay que trabajar igual”

-“No tuve mucho tiempo para ordenar realmente, la podemos terminar de decorar juntos, si es que querés…”

-“El cuarto grande ya está acondicionado para que duermas vos. Yo mientras me acomodo en el más chico. Beto estos días estuvo haciendo un poco de orden.”

-“No te quiero presionar, seguro que pensás, qué le pasa a este que está tan apurado… pero bueno yo…”- continuaba balbuceando. Un hombre grande, la puta, lo que le provocaba este chiquitín…

-“Basta Graziani!” Lo interrumpió Pedro, que parecía haberse apiadado de su sufrimiento. “Vos te acordás que antes de todo esto, nos íbamos a escapar juntos? Te lo pedí yo, te acordás? no me estás presionando, íbamos a tener una vida juntos y estás totalmente loco si pensás que voy a dormir solo en el cuarto, yo me quiero despertar con vos a mi lado todos los días de mi vida.”

Guille volvió de sus recuerdos con una sonrisa de oreja a oreja recordando el beso que le había dado Pedro ese día, lástima que la salud de Pedro no les permitiera pasar a otra cosas, ya habría tiempo.

Hablando de Pedro, ya era hora de despertarlo, en un rato iba a pasar Beto a buscarlo para ir a la kinesióloga.

Preparó la mesa con el desayuno en el pequeño pedacito de verde que tenía la casa, no era un fondo muy grande, pero a Pedro le había encantado y rápidamente se había convertido en su lugar preferido.

Chequeó que todo estuviera en la mesa y fue hacia el cuarto a despertar a Pedro.

Se detuvo en la puerta, dedicó unos segundos a disfrutar de la vista, “Que lindo que duerme este chico, por Dios!”

Se acercó a la cama y se sentó al lado de Pedro, lo único que asomaba era esa mata de pelo oscuro, despacio le acarició el brazo, -“Amorcito, hora de levantarse”

Pedro no reaccionaba, Guille se sonrió, ya sabía cómo hacerlo despertar, empezó a darle besos en la cara, el cuello, el hombro. Ahí sí asomaron los ojos divertidos de Pedro –“Pero que linda manera de despertar, igual me parece que todavía no estoy bien despierto, necesitaría unos besos más”

-“Ah, pero sos un atorrante vos”- Guille le dio un beso más y se levantó de la cama.

-“Dale vamos, que en un rato pasa Beto a buscarte y tenés que desayunar”

-“Y vos adónde vas? No me acompañás?”

-“Tengo que ir a Tribunales, no puedo acompañarte”

-“Ah, sí? No sabía que ya tenías un caso”

-“No, no, en realidad estoy ayudando a Gaby, viste como es, a veces necesita que la guíen”. Guille rogaba para sus adentros, que Pedro no siguiera con el tema, porque iba a terminar hablando del caso Salustiani para zafar… la puta madre como le costaba mentirle al chiquitín.

Pedro, no preguntó nada más, se levantó lentamente de la cama, los movimientos bruscos y rápidos, le provocaban mareos. Guille estaba listo para ayudarlo, pero Pedro día a día parecía mejorar y ya casi no necesitaba ayuda. Hoy definitivamente iba a ser un buen día.

Desayunaron tranquilos, conversaron sobre las noticias del diario que estaba leyendo Guille.

Sonó el timbre, era Beto que puntualmente pasaba a buscar a Pedro.

Mientras Pedro se bañaba, Beto le preguntó cómo iba el asunto con el fiscal.

-“Ahora voy a verlo, le dije a Pedro que tenía un caso con Gaby, tengo que ver bien con él el alegato de insanía que quiere hacer la defensa. José insiste con que Pedro tiene que declarar, no sé, está complicado el tema”

-“Guille mirá, yo se que querés proteger a Pedro a toda costa, pero él es grande, vistes? Me parece que lo tendrías que hablar con él.”

Guille no llegó a contestarle, porque en ese momento salió Pedro del baño, listo para ir a su sesión de kinesiología con Beto.

-“Cuidate amorcito”- le pidió Guille.

-“Sos una mamá gallina ¿sabías?”- le dijo Pedro riendo mientras le daba un beso y salía.

En cuanto cerró la puerta Guille, salió disparado a cambiarse, ya estaba demorado para encontrarse con José.

Sentado en el taxi, camino a la oficina de José, se relajó un poco, tenía que calmarse, porque sino iban a terminar a los gritos como la última vez…

-“Vos querías verme? Acá estoy”

-“Buen día Guillermo. Tampoco vendría mal un Buen día José”

-“Dejate de joder y vayamos directo al grano, no estoy para bromas…”

“Bueno, no querés andar con vueltas, necesito que Beggio declare”

Guille abrió los ojos y lo miró incrédulo, “Espero que sea otra de tus bromas, sabés perfectamente que Pedro no está en condiciones de declarar.”

-“Eso lo estás diciendo vos, sobre otra persona adulta, sobre la cual no tenés ningún derecho”- lo atacó José.

-“Ah, no tengo ningún derecho, quién mierda lo cuidó y estuvo con él tres meses en el hospital, a ver, explicame…”- se defendió Guille

-“No tenés ningún derecho jurídico, sabés perfectamente de lo que hablo Guillermo, no te combina hacerte el estúpido. Quiero hablar con Beggio.”

-“No, no, no vas a hablar con Beggio, porque Beggio lo que necesita es tranquilidad absoluta, orden de los médicos y consigo ya un certificado médico para que no te puedas acercar a él.”

José respiró profundo para tranquilizarse, pelear con Guillermo no lo iba a acercar más al objetivo.

-“Por favor pensalo, vos y yo queremos que Camila vaya presa por lo que hizo, pero si Beggio no declara lo veo muy difícil… Te dejo esta carpeta, acá están los antecedentes y los datos más relevantes de la investigación. Fijate si se te ocurre algo para que no tenga que declarar, yo no veo salida.”

Guille lo miró sorprendido, realmente no esperaba que fuera a confiar en él.

-“Quién es abogado de Camila?” preguntó

-“Un tal Franco Azarre, se que se dedicaba a la docencia, es un desconocido en Tribunales. Seguramente Camila lo contactó porque conocía a Moravia.”

 -“Hay que averiguar algo más, de ese abogado, si tenía contactos con Moravia, seguramente no es trigo limpio. Voy a revisar lo que me pasaste y nos volvemos a reunir en unos días, dale?”

La brusca frenada del auto, lo sacó de sus cavilaciones, cuando levantó la mirada vio que José ya lo estaba esperando en la puerta del bar.

-“Buen día José”

-“Buen día, tenemos un avance, por lo menos me saludás. Nos sentamos?”

-“Dale. Disculpame por lo del otro día, todo lo de Pedro me tiene muy nervioso.”

-“No hay problema. Contame a qué conclusión llegaste después de leer lo que te pasé.”

-“Esto no es emoción violenta ni insania, la hija de puta esa, le disparó a Pedro, limpió el arma, la escondió, agarró su cartera, cerró la puerta de su casa CON LLAVE y dejó a Pedro para que se muriera. Decí que llegamos con Beto, sino no estaríamos hablando de intento, si no de asesinato directamente. Además después se hizo la desesperada con Gaby y si Beto no se hubiera avivado de lo del arma de Mondragón, me hubiera matado a mí. Mucha sangre fría tiene esa mina.”

-“Pero, lo tenemos que probar, es muy difícil, muy endeble, dejame hablar con Beggio, para ver que se acuerda, qué le dijo antes de dispararle, si el decl…”

-“Basta!” –lo cortó Guille –“No sé qué mierda se acuerda Pedro, porque no lo hablé con él, sabés qué? Me gustaría que no se acuerde de nada, para que no tenga que revivir ese dolor.”

-“Por Dios Guillermo!, dejá de protegerlo!”- esta vez fue el turno de José de interrumpirlo. “Beggio es un abogado penalista, no una criatura indefensa. Si Camila queda libre, acordate que va a ser tu culpa. Quién te dice que no va a volver a intentarlo y quizás la próxima vez tenga éxito.”

-“Pensalo” – le dijo José mientras se levantaba –“en tu afán de proteger a Pedro, vas a terminar haciéndole un mal mayor. Llamame cuando tengas una decisión tomada.”

Guille se lo quedó mirando mientras se iba, con una pregunta en su cabeza, era realmente correcta la estrategia de proteger a Pedro a toda costa?

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Beto, cuando terminó la sesión de kinesiología de Pedro, lo llevó al estudio, quería saludar a todos y viendo su buen semblante y su sonrisa, no le pudo decir que no.

Abrazos, lágrimas y cariño, lo recibieron. Todos estaban felices de verlo.

Beto salió un minuto para comprar algo, Sonia fue a preparar café y Marcos la siguió rápidamente.

Pedro quedó solo con Cuca.

-“Ay, nene, que alegría que hayas venido cómo andás?”- le preguntó Cuca.

-“Bien, la verdad, mucho mejor, por eso vine, los quería saludar a todos, los extraño.”

-“Bueno entonces, te quedás un ratito más, no? Para saludarla a Gaby que está en reunión con un cliente en el despacho de Guille.”

-“Gaby está acá? Guille volvió con ella de Tribunales?” – la cara se le iluminó a Pedro mientras preguntaba.

-“No nene, Guille hace un montón de días que no viene al estudio y Gaby está acá desde la mañana”- le aclaró Cuca.

-“Pero, no tenía una audiencia Gaby esta mañana… con Guille?”- dudó Pedro.

-“Nooo, debés estar confundido, Gaby tuvo dos reuniones acá en el estudio y a Guille, lo estaba buscando desesperado ese tal José Miller, me parece que escuché a Sonia y a Marcos decir que se iba a encontrar con él hoy.”

-“Nene, te sentís bien? Estás un poco pálido!” – Pedro se había puesto blanco mientras Cuca hablaba.

En ese momento volvió Beto de la calle y Pedro dándose vuelta le pidió: -“Beto, no me llevás por favor a casa, que no me siento bien .”

-“Pero qué pasó? Estabas bien antes…”- se preocupó Beto.

-“No sé”- empezó Cuca –“se empezó a poner pálido mientras hablábamos.”

-“Bueno dale vamos, en el camino le aviso a Guille…”

-“No, no, por favor no le avises nada a Guille, se ve que fueron muchas emociones juntas y es simplemente cansancio, por favor Beto…”- le rogó Pedro. Necesitaba tiempo a solas para pensar. –“No lo llames se va a preocupar al pedo.”

Beto finalmente aceptó, lo dejó en la casa solo con la promesa de Pedro de que iba a descansar.

Pedro, se sentó en el sillón del living, se tapó con una manta, no podía dejar de temblar, ni de pensar… Qué le estaba ocultando Guille? Su cabeza no paraba, lo asaltaban dudas e inseguridades. Finalmente el cansancio lo venció y se durmió.

Continuará.....