En estos días tan aciagos, nada mejor que aferrarse a lo que
todavía puede ser. Como bien Lilita llamó a este blog, esta pequeña historia,
es un Acto de Fé.
*************************************
Guille esperaba sentado en el sillón con un vaso de whisky
en la mano, tratando de concentrarse en beber en pequeños sorbos la bebida,
tratando de contener el temblor… pero temblaba como un chico… esperaba.
No era la primera vez que esperaba a Pedro, ni la primera
vez que Pedro dormía en su casa, pero hoy, era la definitiva. Miró a su
alrededor esperando encontrar todo en su lugar… sin tener demasiado en claro
que significaba “todo en su lugar”… ¿Quería causar una buena impresión? ¡A su
edad! Definitivamente, el “chico” lo ponía de la cabeza…
Se sobresaltó al escuchar el timbre. ¿No le había dado las
llaves a Pedro? No, no se las había dado. Nota mental: darle las llaves a
Pedro. Otro timbrazo. Bueno, al menos, no era el único alterado. Fue hasta la
puerta de calle y la abrió. Y allí estaba, Pedro, de pie, con un par de bolsos.
Sonreía. No es que esperara verlo a Pedro con un tremendo camión de mudanzas a
su espalda, pero algo lo sorprendió: estaba… tranquilo, entero, esperando… -“Y,
me vas a dejar pasar? Guille reaccionó y se hizo a un lado. Pedro entró
diciendo: -“Un pequeño paso para el hombre, un gran paso para la humanidad,
no?” y volvió a sonreír… “Ah, bueh… el lindo se tragó un payaso” se dijo Guille
cerrando la puerta.
Ya en la sala, Pedro
dejó los bolsos en el piso, y se volvió hacia Guille, que aún no había dicho
una sola palabra. Se tomó todo el tiempo para mirarlo, otra vez le sonrió con
toda la cara y le tendió los brazos, y como Guille casi ni se movió, fue Pedro
el que lo envolvió en un conmovedor abrazo. –“Bienvenido, Graziani, mi amor…
bienvenido a nuestra nueva vida…”
“¿Acaso el chico no le había robado su línea?” y Guille,
rendido y exhausto… de amor, se entregó
totalmente al abrazo, y hundiendo la cabeza en el cuello de Pedro, empezó a entender,
que tenía que acostumbrase a que más de una vez el chico dijera lo que él,
Guille pensaba, y descubrirse haciendo él mismo cosas que Pedro sólo soñaba…
porque tal vez de eso se trataba en
parte el ser una pareja, lo cual lo aterraba, y considerando que su vida
hacía unos meses se había convertido en una montaña rusa, (bendito curriculum),
este era el preciso momento de la caída libre… pero estaba aferrado en cuerpo y
alma a su Pedro… y lo aterrorizaba mucho
más, imaginar, hoy, una vida sin él.
Corrección. Nota mental: el “chico” no lo ponía de la
cabeza: tal vez, un poco, cuando le faltaba, pero mirando, ovillado al cuello
de Pedro, todo a su alrededor… sí, finalmente, todo estaba en su lugar…
Ay ay ay Ilgoraaaaaaaa!!! me mataste. Me mató Guille ovillado al cuello de Pedro. Esa imagen se quedó pegada en mi corazón. Y sí, así sí Ilgora ... todo está en su lugar. Un abrazo grande y gracias porque este nudo que tengo en la gargante es de emoción y no de pena. Gracias!
ResponderEliminarGracias Graciela!! A escribir, que se acaba el mundo...! :)
Eliminarcomo me gustan las historias de este blog, y ellos son divinos juntos!!!!felicitaciones!!!!!
ResponderEliminarme hiciste reir con el comentario del astronauta" -“Un pequeño paso para el hombre, un gran paso para la humanidad, no?” jajajaja, divino ese pedro!!!!!!!!!!!!!!!!!!! hemosho!
ResponderEliminar:) tal vez un poco joven Pedro, para el comentario, pero creo que él siente que es paso igante... Gracias por el comentario!!!
EliminarGracias Ilgora: leyendo por una rato se queda quieto mi pendular estado de animo...Merci!!!
ResponderEliminarEl poder de la palabra!!!
EliminarCada "acto de fe " que leo me revive un poquito...stella simplemente graciassss
ResponderEliminarObjetivo cumplido. Gracias Stella!!
EliminarFelicitaciones que mas se puede desir
ResponderEliminar