Enamorarse era un error? (2da parte) by Elena

Dolor.

Un llanto convulsionado sacudía entero el cuerpo de Guillermo en los brazos de Alberto. Pedro estaba muerto. Lo habían arrancado para siempre de su vida, vaciando por completo su alma y su cuerpo. No entendió, no pregunto por qué no pudo verlo, abrazarlo, besarlo, despedirlo, no podía pensar más allá del inmenso dolor que lo atenazaba con fuerza.

“Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.”

Camila reconoció el cuerpo en la morgue, mientras que él ni allí pudo verlo. A la espera de la autopsia no hubo entierro, ningún lugar para hablarle, para despedirse, nada.

Un fuego helado lleno cada rincón de su corazón y su cuerpo dejándolo ausente, anestesiado, completamente solo y aislado en un huracán de dolor. Pasaron los días sin que pudiera comer ni dormir, lo veía en la cocina, a su lado en la cama durmiendo, esperaba oír su voz cada vez que el teléfono sonaba……como creer, como “saber” que Pedro ya no volvería mas. Lo que apenas, apenas maravillosamente había comenzado le había sido arrancado para siempre.

“Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.”

Pero el tiempo, inexorable, pasaría….a su edad no era la primera, ni seria la última, perdida, y Guillermo sabía que, con el tiempo, todo ese dolor quedaría guardado en algún rincón de su alma y que entonces aflorarían los recuerdos de los escasos momentos compartidos. Y luego, en una realidad por ahora inimaginable, solo eso quedaría, recuerdos cuidados, mimados como un tesoro, solo eso tendría.

No podía volver al estudio, no podía pasar la agonía de esperar velo al llegar para darse cuenta luego de que ya no estaba ahí, todavía no.

-     - Pa, llamaron de la universidad

-     - Sí, hijito

-     - Porque no llamas, mira que ya llamaron un montón de veces

-     - Después Fabián, después

“Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.”

Mientras tanto Agustín Guzmán era sacado de incognito del país rumbo a Sao Pablo, y de allí a Bogotá.

Continuara….

(Fragmentos de Elegía de Miguel Hernández)

(Tema musical https://www.youtube.com/watch?v=vKPhKUCcIQc)