Y si la historia hubiera empezado mucho antes? 2da parte By Graciela Liliana

Los personajes pertenecen a Polka y sus autores

(2da. Parte)

-Cuánto te debo?

-Dos pesos – cobra – listo chau

-Hola –

Pedro escucha la voz, se da vuelta sobresaltado y se encuentra con la sonrisa sorprendida de Graziani

-Vos estás en mi clase ¿no? – sonríe

-Si- un poco nervioso. Pone hojas en  la fotocopiadora, se acomoda un poco el pelo que le cae sobre los ojos y lo mira.

“Hermoso” piensa Guille

-Necesita fotocopias? –

-Si, te dejo estos libros, acá tenés el detalle de las páginas que necesito que fotocopies, hacé 23 juegos –

Pedro toma los libros y el papel.

-Es de la cátedra nuestra? –

-Si , es de nuestra cátedra – remarca “nuestra”

-Perdón- se intimida – quise decir de su cátedra

-No … todo bien – Pedro no sabe cómo interpretar la mirada

-Bueno, contame, ¿qué te pareció la materia? –

-Me gusta, me interesa la investigación de la parte penal y los materiales son muy interesantes y … - lo mira

-Qué? –

-No, que si empiezo a hablar no paro … -

-El entusiasmo está bien, ese material que te dejé profundiza los conceptos que vimos el otro día y les va a servir para el práctico que les dejé … -

-Si, ya lo hice …-

-En serio? … tan rápido? … - se sorprende Guille

-Si, en realidad con lo que dijo ud. en clase más algo de material que encontré en biblioteca, lo armé … no sé si estará bien …-

-Mirá vos … mi mejor alumno … –

Pedro enrojece (no sabe bien por qué).

-Es un halago ¿eh? – dándose cuenta del embarazo de Pedro - ¿lo tenés a mano? … me gustaría mirarlo … mañana te lo devuelvo. Es más que nada para ver la parte conceptual, tengo miedo de no ser claro y confundirlo –

-No creo que nadie se haya confundido, su clase fue clara, impresionante diría … - se da cuenta de que habla de más, tiene miedo de que Graziani piense que está tratando de quedar bien y se detiene.

Para salir de esa situación Pedro busca en su mochila y le alcanza el práctico

-Bien … bien … gracias … - lo mira con dulzura – y gracias … por lo que dijiste de la clase digo … me puedo quedar tranquilo entonces … -

Pedro sonríe un poco incómodo, se rasca la cabeza.  

-Bueno … no te quito más tiempo … mañana paso a buscar las fotocopias-

“Y a verte” piensa Guille.

Pedro asiente y le sonríe.

Guillermo se aleja y Pedro lo sigue con la mirada, y no se puede explicar por qué está temblando.

“Qué mierda me pasa?” piensa para sí.

-Bueno, traigan por favor estudiado el caso Bonfilio para la próxima clase, yo voy a traer la transcripción del juicio y vamos a trabajar sobre eso … ¿está? …

Todos se van parando para irse.

Algunos se acercan a Graziani para hacer consultas.

-Vamos Pedro, dale que tenemos que ir a lo Marisa …-le dice Mariana

-Andá vos, tengo cosas que hacer antes, después te alcanzo- responde distraído Pedro

-Dijiste que venías … qué es tan urgente?-

-Qué no entendés?, laburo, estoy hasta acá con las últimas materias y estoy preparando finales. Perdoname Mariana pero no puedo ir en medio de la semana a lo de Marisa, siempre que nos juntamos ahí nos terminamos yendo a la madrugada y yo mañana trabajo.-

-No me hagas la del sacrificado Pedro …

-Pensá lo que quieras – dice Pedro mirando sus apuntes como una manera de terminar la charla.

Mariana se va furiosa sin saludarlo.

“Qué alivio” piensa Pedro.

Sin su novia que lo moleste se dedica a su pasatiempo preferido después de clase, observar y escuchar a Graziani mientras responde consultas. Le gusta quedarse hasta el final, ser el último que se va. De esa manera le puede acercar algún escrito, alguna pregunta sobre la clase, comentar algún material, cualquier cosa que le permita charlar con él.

Lo fascina, así de simple, así de loco. Pero decidió permitírselo, ¿por qué no?, lo admira más que a ningún otro docente que haya tenido.

Después de todo está a punto de ser su colega, ¿qué hay de malo en querer charlar con él?, un tipo con su experiencia, siempre es interesante.

Graba las clases de Graziani, pero no para transcribirlas, las escucha y siempre encuentra algo nuevo.

Guille sabe que después de clase llega el momento Beggio.

Acomoda sus cosas en el maletín, lo escucha acercarse … lo espera.

 “Ahora amaga con irse, pero a medio camino se va a dar vuelta y …” piensa Guille

-Ah profesor –

“Y aquí comienza nuestro ritual”

-Si? – no lo mira

Estuve buscando en la biblioteca sobre el tema que trató la clase pasada y escribí algo … no sé …

“Mi mejor alumno”

Saborea ese momento, el mejor del día, de la semana … se ha vuelto dependiente de ese rito tácito entre ellos …

-A ver … - toma el escrito que le alcanza Pedro. Aunque fuera sobre cómo plantar verdura lo leería con la misma unción. Pero no es así, al margen de lo que le pasa con él, Pedro es un alumno brillante, sensible, sabe que va a ser un excelente profesional y a él le gusta sentirse aunque sea una mínima parte de eso.

Los escritos que le ha traído nunca son intrascendentes o mediocres, todo lo contrario, siempre encuentra una vuelta de tuerca a cualquier caso que parece cerrado, sus acotaciones son sorprendentes.

Mirando el escrito – sorprendente que te puedas hacer tiempo para escribir sobre mis clases – lo mira con agradecimiento – sé que estás preparando finales.

-Si … bueno … - sonríe – la investigación penal siempre me fascinó … -“y vos más” piensa y se sorprende de pensarlo.

Guille pareciera haber escuchado los pensamientos de Pedro.

-Ojalá que también te hayan fascinado mis clases- se sonroja por haber ido tan lejos, no quiere incomodarlo – es un chiste ¿eh? –

-No … tus clases son … superiores – lo mira y le sonríe, no se da cuenta del tuteo – por eso no me pierdo ninguna -

Guille lo mira hondo y suspira.

Están solos, es tarde y el silencio en el edificio es absoluto.

Guille ve la señal de peligro y trata de frenarse.

-Bueno Pedro … - mostrándole su trabajo – me lo llevo a casa … ¿te parece bien? …

-Si- un poco cohibido – muchas gracias …

-Bueno – dice Guille con dulzura – es tarde … hay que irse -

-Si … - sonríe tímido – bueno … usted también se va ¿no? … -

Alza su mochila y lo espera

“Graziani … te están esperando”

-Si … vamos –

Dice Guillermo y pasa al lado de él y le palmea muy suave la espalda. Este gesto mínimo y casual provoca una revolución en Pedro, pareciera que toda la sangre se agolpa en su cara. Por suerte Guille no parece haberse dado cuenta.

Hacen el camino hacia la salida en silencio.

Guille llama un taxi, tiene la tentación de decirle que lo acerca pero desiste de la idea, quedaría al descubierto y no se lo puede permitir.

El taxi se detiene

-Bueno Pedro, nos vemos … hasta la próxima clase

-Hasta la próxima clase … -

El taxi se lo lleva y Pedro se queda parado sin atinar a moverse.

Llena sus pulmones del aire de la noche y eso lo despeja, pero no tanto.

Se va y lo sigue esa sensación inquietante, como de peligro, como de algo que va a pasar y va a cambiar su vida para siempre.

Lo atribuye a los exámenes, a que se va a recibir en pocos meses …

Pero sabe que no es eso … que es otra cosa …

-----------------------------------

-Ana – suspira – Ana por favor, dejalo tranquilo a Fabián … dejalo tranquilo a Fabián! –

-Ya me estás gritando, le estás dando la razón a este … pendejo – las palabras salen con dificultad, como empastadas – solamente le dije que tiene que comer a horario porque sino mañana soy yo la que tiene que andar a las corridas para que se despierte, pero claro, hace lo que quiere porque vos le das siempre la razón -

Fabián permanece en silencio.

Guille trata de bajar un poco el tono

-Hijito – con ternura – andá … andá a tu habitación … después voy … después voy … andá –

Quedan solos

-No le podés gritar así Ana! … no podés … es un chico … no sé qué te pasa … vos no eras así … -

-Vos sabés qué es lo que me pasa … o mejor dicho sabés qué es lo que no me pasa … hace rato sabés – desafiante

-No Ana, no sé ni me interesa – baja la voz para que no lo escuche Fabián - Entre vos y yo está todo más que claro, así que no me rompas las pelotas y no lo uses a Fabián para desquitarte conmigo … no uses a mi hijo para hacerme la guerra porque no te lo voy a permitir … -

-Claaaaro … tu hijo … -

-Ana … vos sabés que yo te agradezco de corazón lo que has hecho por Fabián … siempre te voy a estar agradecido … pero si no te gustan las condiciones de nuestro matrimonio no hay problema … se termina acá … se termina acá … yo no voy a permitir de ninguna manera que mi hijo sea castigado por un tema que es exclusivamente nuestro … tuyo y mío … - suspira - ¿soy claro? … reitero … es tu decisión …

Cierra los ojos “por favor, que se termine esto” piensa

-No te lo voy a hacer tan fácil Guillermo – sonríe con hastío – yo no me voy a mover de acá … -

-Muy bien … - harto – entonces ojo con lo que hacés con Fabián … te voy a estar mirando y a la primera que vea que le podés hacer daño te doy una patada en el orrrto y no me va a importar nada. A mí decime lo que quieras … con Fabián no … con Fabián no …-

Guille sube a la habitación de Fabián y lo encuentra acostado, hecho un ovillo

-¿Estás bien hijito? – se sienta en la cama y le acaricia el pelo, las lágrimas asoman entre los rulos que le tapan los ojos

-Vení mi amor –

Fabián se trepa a sus brazos y se queda ahí oculto en los brazos de su padre.

-Perdoname hijo … perdóname … - murmura con la voz quebrada mientras besa la frente de su hijo.

--------------------------------

-Qué  hacés Pedro? – se despereza Mariana - ¿Adónde vas? –

-Hay clase en la facultad –

-Qué? … es sábado ¿cómo que hay clase? …-

-Clases de consultas –

-¿Estás en pedo Pedro? … llueven baldes … no va a ir nadie … dale metete en la cama – trata de agarrarlo pero Pedro la evade

-Es importante

-¿Qué clase es? … ¿por qué no me dijiste nada? –

-Dijiste que no te interesaba – miente

-Vos y tus clases … me tenés podrida loco … desde hace un tiempo te la pasás todo el día en la facultad … -

-Quiero recibirme cuanto antes Mariana … no entendés – tengo que aprovechar estas oportunidades – vos quedate si querés … - dándose vuelta – igual a la tarde cuando vuelva voy a necesitar el departamento libre, tengo examen el lunes –

-Ah bueno … ¿por qué directamente no me decís que no me querés ver más, que te deje tranquilo? … -

-Después hablamos – rehuye Pedro que toma su mochila y se marcha.

---------------------------

Realmente el día no se presta para salir. Son las nueve de la mañana cuando Pedro llega a la facultad totalmente pasado por agua.

Pedro se cruza con poca gente y le escapa a la charla que pueda surgir.

Llega agitado a la puerta del despacho que le han prestado a Graziani para las clases de consulta que comienzan este sábado y que él ha ofrecido a sus alumnos como complemento de las clases de la semana.

Está a punto de entrar pero se detiene, por la puerta entornada ve a Guillermo acodado en el escritorio, concentrado en la lectura de un libro, abstraído del mundo. Contiene la respiración mientras lo observa.

Le gusta poder mirarlo sin ser visto. Estudia sus gestos, sus manos volteando las páginas, su respiración acompasada, su ceño fruncido.

Para que Guillermo no se de cuenta de que lo estuvo mirando, va de nuevo hasta el fondo del pasillo y vuelve tratando de hacer un poco de ruido para que él sepa que alguien viene.

Llega, toca la puerta y abre.

-Permiso-

“Contra todos los pronósticos hoy no va a ser un día de mierda” piensa Guille.

-Pasá … pasá … - le hace señas

-Era a esta hora ¿no? … digo … la clase de consulta –

-Sí – sonríe enigmático – a esta hora era … sí … pero estás empapado –

-Me agarró la lluvia –

-Si querés podés pasar al baño a secarte, hay toallas –

-Buenísimo … permiso –

Entra al baño y se seca el pelo, se mira en el espejo y se pregunta qué hace ahí …. sabe de sobra que no necesita clase de consulta porque de hecho tiene prácticamente aprobada la materia y con las mejores notas … suspira … se arregla un poco el cabello que le cae rebelde sobre la cara y sale … el corazón le late a mayor velocidad de lo usual

-Querés un café? – le ofrece Guillermo llenando una  taza

-Me vendría bien … sí - 

Se la acerca.

-Bueno, comencemos … -

-No esperamos al resto? – descolocado

-Es que no creo que vengan … vos y yo somos los únicos que nos hemos animado a salir me parece … igual no tenía mucha expectativa cuando ofrecí esto, pero me parecía que podía ayudar … en fin … - lo mira directo a los ojos – decime …

-Qué … qué cosa? –

Lo mira divertido – Son clases de consulta … pregunto … ¿qué consultas tenés? –

Pedro enrojece, no sabe qué decir. Busca en su mochila para hacer tiempo de enhebrar alguna pregunta coherente y no …

“Tranquilizalo Guille … no seas malo … mirá cómo está” piensa Graziani.

-No te preocupes, me imagino el lío que tenés en la cabeza, con la preparación de exámenes … no sabés para dónde agarrar ¿no? –

Aliviado – Si … la verdad que sí … -

-Sabés qué vas a hacer? … digo … cuando te recibas –

-Bueno, empezaré a buscar, a tirar currículum por todos lados –

-Tenés un buen promedio, muchos estudios te van a querer tener –

-Y usted? – al segundo se arrepiente

“Atrevido el nene” – yo qué? – entrecierra los ojos

Es inútil, ya empezó a hablar – No sé … en su estudio también me querrían? –

“Yo sí te querría, te llevaría ya conmigo”

-Mi estudio es pequeño, creo que en otros ganarías mucho más –

-Si, igual eso no me interesa tanto, quisiera empezar de a poco, tener experiencia –

“Si entraras a mi estudio, no podría trabajar, estaría mirándote todo el día” suspira.

-Está muy bien … está muy bien … -

-Hace mucho que te recibiste? – otra vez el tuteo sin darse cuenta –

-Tenía tu misma edad, ahora tengo cuarenta, hace varios años sí … -

Hay un silencio total. Igual ninguno de los dos escucharía un tren pasando al lado.

-Lo decís como si fueras un viejo … -

-No viejo no … pero tampoco soy un pibe … -

-Yo tampoco … tengo veinticuatro años … -

Guille se ríe con ganas. Pedro se desconcierta

-Qué ... qué dije? … - sonríe

-Veinticuatro años … sí … sos … un pibe … -

-Probame – lo desafía. Las palabras se le escapan sin pensar

Guille acusa el impacto. Cruza las manos y apoya su cabeza. Lo observa sin disimulos.

-Muy bien … - directo - ¿por qué viniste?

-Cómo … por qué vine … no entiendo … -

-Por qué viniste? … vos y yo sabemos que no necesitás ninguna clase de consulta … hiciste todos los prácticos de manera sobresaliente … te he elogiado todos tus escritos … mmm? – se levanta y va hacia el ventanal - … y no sólo eso … viniste en un día en el que nadie saldría de su casa por un buen motivo … - se da vuelta y lo mira

-Eh … no … - se paraliza, no puede enhebrar palabra … no lo mira … el pulso a mil …

Se incorpora temblando. Toma su mochila.

Guille se acerca y se apoya en el escritorio frente a él.

-Mejor me voy … - balbucea Pedro sin poder mirarlo.

-Seguro? … - buscando la mirada

Pedro entonces lo mira directo a los ojos, cercado. La sangre agolpándose en su cabeza.

Guille avanza hacia él despacio. Están muy cerca.

-Seguro? – siente su voz al mismo tiempo que los dedos de Guille rozan su brazo en una caricia leve.

Se siente mareado.

En ese momento alguien toca la puerta. Enseguida los dos ponen distancia.

Vienen a avisarles que debido a la lluvia y por seguridad van a cerrar esa ala del edificio.

Pedro balbucea un saludo y aprovecha para huir.

Guille queda solo. Se sienta un momento en el sillón, él también mareado por la cercanía y por la piel de Beggio que apenas alcanzó a tocar.

Pedro se detiene en la vereda agitado, está temblando y la lluvia lo empapa … mejor … tal vez pueda calmar esa fiebre que la mano de Graziani ha dejado en su piel.

(Continuará …)