Llovía
desde la medianoche. Mirar desde su cama, ver por la ventana los árboles mojados y pensar en Pedro, era lo mismo, no podía sacarlo de su cabeza,
volvía sin obstáculos para ser el único
pensamiento.
Pedro.
El timbre sonó, en el preciso instante en
que había logrado conciliar el sueño. Mientras bajaba la escalera se ajustó el
cinturón, preguntándose quién podía llegar a las cinco de la madrugada a su
casa sin ser precisamente, un problema en puerta.
-Qué hacés acá ¡ Mirá como estás! Voy a traerte algo para que te seques…
Pedro estaba completamente mojado, la lluvia no
había disminuido durante la noche y se notaba que no había reparado en ella. Le
tomó las dos manos y empezó a balbucear una respuesta con ese modo suyo
tan personal cuando la ansiedad lo atrapaba. Guillermo suavemente se soltó mientras Pedro recuperaba el aliento.
-Pienso todo el día en vos. Todo el tiempo.
-¿Y? Lo apuró Guillermo.
- ¿Vos pensás en mí cuando yo no estoy en
el estudio? ¿ Pensás en mí?
Pedro cada vez se acercaba más a Guillermo,
las gotas de lluvia caían desde su pelo y mojaban con lentitud la remera negra de su socio, distraídamente
apoyó su mano sobre sus labios, sus dedos llegaron hasta esa boca que tanto
deseaba de un modo irremediable y la
recorrió con suavidad. El fuego tantas veces aplacado, malherido, apareció.
Guillermo besó sus dedos con ternura
mientras cerraba sus ojos murmurando:
-Claro que pienso en vos… Mucho.
Pedro sacó sus dedos de la boca de Guillermo y lo abrazó
con fuerza y supo que no había nada más que pensar, sólo sentir
a ese cuerpo amado que lo deseaba tanto como él. Sus bocas estaban a punto de tocarse, Pedro lo miró y retrasó
ese momento un segundo, murmurando casi adentro de su boca:
-No
sabés cuánto te deseo, Guille, no tenés idea de lo que siento por vos, no me lo
puedo explicar pero
no me importa…
-Pedro, mi amor…
-Decílo otra vez, por favor.
-Mi amor.
Al escucharlo,
ya sin poder dominarse, sumergió su boca en la de Guillermo y se besaron apasionadamente,
Guillermo buscó el cuello de Pedro, lo
besó con tanta intensidad que Pedro
tembló al empezar a sentir lo imaginado tantas veces. Esta vez era cierto, Graziani lo nombraba, lo llamaba con los nombres
del amor, los que casi ni se atrevía
pensar, mi amor, querido, mi vida, cielito.
Nuevamente buscó su boca, le faltaba el
aire pero no podía soltarlo, Guillermo supo que tenía que tomar las riendas antes que la avidez de
Pedro ganara la partida.
-Vamos
a mi cuarto, mi amor, vení conmigo, Pedro.
Pedro quiso subir pero a la vez no podía separarse de él, lo besaba una y
otra vez, Guillermo lo separó con
dulzura pero con decisión.
-Subamos, precioso, dale, no perdamos
tiempo.
Ya en el cuarto, los dos abandonaron sus ropas rápidamente sin dejar de mirarse, Guillermo sintió un ligero pudor por su cuerpo cansado, pero la
visión del cuerpo de Pedro lo hizo suspirar profundamente, nunca había visto
un hombre tan hermoso, y ningún hombre como él lo había deseado jamás con esa
inocencia casi adolescente, con esa juventud que a Graziani ya empezaba a dolerle. Pedro se dio cuenta que
una sombra había pasado por su rostro. Se acercó despacio, desnudo, con una
sonrisa plena, mientras le decía:
-Ey, qué pasa, Graziani? No te das cuenta
que lo que único que quiero es que ames ahora…
Guillermo no pudo contenerse más, la visión
del cuerpo de Pedro era de una belleza enloquecedora, lo abrazó tan fuerte que
lo tiró en la cama, lo miró a los ojos mientras lo besaba sin cesar,
recorriendo su pecho, bajando hasta la cintura y el sexo.
-Te amo, Guille, quiero amarte y tengo
miedo de no saber …
-Sí , qué sabés, cielito, sólo tenés que
hacer lo que imaginaste en todo este
tiempo, dijo Guillermo mientras sonreía y le daba besos chiquitos y lentos en
la oreja.
Pedro se rió, lo miró con sus ojos de noche profunda y antes de cerrarlos
en ese gesto que a Guillermo lo hacía caer en la desesperación del amor, comenzó
a darse vuelta en la cama. Graziani al ver esa espalda que se le ofrecía sin
reservas, la besó sin interrupción , lentamente, mientras su cuerpo se ajustaba
al de Pedro como un puzzle perfecto.
Le tomó la mano tiernamente, apretándola.
Pedro suspiró mientras Guillermo comenzó a
amarlo como había estado imaginando.
La mañana los sorprendió abrazados, Pedro
se despertó primero, hundió su cara en el pecho de Guillermo, y lo besó.
Graziani, apenas podía abrir los ojos, el cansancio le pedía un rato más de
Pedro entre sus brazos.
-Hola, buen día, dijo Pedro absolutamente
enamorado.
- Buen día, precioso, respondió Guillermo
mientras le besaba la cabeza.
El sol apareció por la ventana del cuarto,
la lluvia había desaparecido.
A lo lejos, se escuchaban bocinazos, el
motor de un colectivo.
El día, perfecto, había comenzado.
Continuará....
Bienvenido George, me quedo colgada en la esperanza del continuará...Gracias por el camino, el pasaje y el viaje: el destino, siempre el mismo el amor!
ResponderEliminargracias a ustedes por publicarlo y permitirme compartirlo. saludos!
EliminarGeorge! Me dejaste sin palabras, cuanto amor, ternura y erotismo en tu maravilloso relato. Espero ansiosa la continuación. Marisa.
ResponderEliminarGracias Marisa por tus palabras, la segunda parte ya está en gestación. Saludos!
EliminarGENTE LINDA YA NO SE QUE ADEJTIVOS USAR PARA ESTA INCREIBLES HISTORIAS!!! GEORGE;ME ENCANTA OTRO ESCITOR FANTASMA,DIVINO ,PURO FUEGO, PASION Y ABSOLUTA ENTREGA ADORE!!!!!PORFA CONTINUACIONNNN majo
ResponderEliminargracias majo, me alegro que lo hayas pasado bien, ésa es la idea. Saludos
EliminarNo me caso se decir GRACIASSS por estos hermosos relatos . QUIERO MAS !
ResponderEliminarNo te cases ni te canses, Cecy Masa... Gracias por tus palabras, Saludos,
EliminarGeorge. Gracias por este encuentro que nos debían. Alto vuelo poético el suyo. Nos trajo a lo mejor de Guille y Pedro y eso se agradece. Un abrazo
ResponderEliminargracias por tus palabras tan halagadoras, graciela, si encontraste poesía en mi relato, es lo mejor que me puede pasar. Un abrazo
EliminarGeorge... cómo que continuará... ¿cuándo? ¿a qué hora? Adoro esta renovada versón de Pedro y Guille... no se guardan nada! Y adoro tu habilidad George, para crear esta nueva bifurcación de la trama "original?", dandole a los personajes la posibilidad de librarse del "yugo" y tener más y mejor vida!!!
EliminarGracias Ilgora, el día, la hora, no dependen de mí... Lo importante es que llegue ese momento.Estos personajes tienen más y mejor vida en este blog, me alegro por estar incluido en esta sumatoria. Y para la espera, nada mejor que un buen whisky... Saludos
EliminarAmén!! digo, salud!!
EliminarGoerge, tu relato tiene un erotismo muy sutil, y eso se agradece especialmente.. Espero la segunda entrega, saludos!
ResponderEliminarAgradecido, Nora. saludos
EliminarMaravilloso relato George, me dejaste suspirando. Espero con ansias la continuaciòn. Y bienvenido a este espacio maravilloso.
ResponderEliminargracias por la cálida bienvenida Marcela, saludos...
EliminarDespertarse y leer esto!...(Aquì son le 7:45 de la mañana)... Voy en la cama a esperar la continuación... Te felicito George, meraviglioso relato.
ResponderEliminarGracias Antonia por tus felicitaciones, Antonia, nos volveremos a encontrar. saludos
Eliminarsimplemente exquisito tu relato lleno de sutileza y erotismo deseo ansiosa la continuidad .me gusta un punto de vista masculino,
ResponderEliminarGracias por tu comentario, me alegra estar aquí tan bien acompañado. Saludos
ResponderEliminarMuy bueno George me encantó. Que bueno volver a ver a nuestros amigos tan entregados, tan enamorados. Y estoy segura que si las cosas hubieran ocurrido así, Pedrito no se engripaba jajaja Mimi
ResponderEliminarProbablemente Mimí, probablemente... Gracias por tus palabras y tu lectura. saludos
EliminarMe encantó, George. Muy delicado tu relato. Sinceramente, me gustó muchísimo muchísimo. Gracias!:
ResponderEliminarMuchas gracias a vos, Andrea, saludos!
EliminarPrecioso. Me encantó ese giro que le hiciste a la versión original de esta escena. Muy bien ilustrada, con las palabras justas. Guille y Pedro para siempre. Se merecen el uno al otro.
ResponderEliminargracias por tu comentario, las palabras justas: ojalá. Muchos saludos
EliminarHermoso George, un relato con sexualidad y erotismo que no molestan, que expresa amor en cada una de sus frases. Gracias por estas historias que hacen que Guille y Pedro sigan juntos como se merecen y que cada uno de nosotros la vivamos con cada sus relatos. Espero ansiosa la continuación.
ResponderEliminargracias a vos, Ari ,por tu comentario, me alegro que te haya gustado. saludos
Eliminarwow george me encanto tu relato cuanto sentimiento seduccion erotismo suave y contundente !atrayente sugestivo ::::mariana ch.
ResponderEliminargracias mariana por tu lectura, qué bueno que te gustó, hasta la próxima...
ResponderEliminarQuiero el resto!!! yaaaa, resolviste toda la tensión de ese capítulo 37, y de que forma lo resolviste!!! Te felicito.
ResponderEliminarMe quedo con esta frase que me encantó, la de un Pedro decidido y jugado "-Ey, qué pasa, Graziani? No te das cuenta que lo que único que quiero es que ames ahora…"
Gracias, gracias, gracias, abrazo,
Paula, gracias por tu entusiasmo, qué bueno que te haya gustado...
EliminarEl resto... ya vendrá. Gracias a vos y un abrazo.
Sencillamente, HERMOSO!!! Casi una conjuncion perfecta, un relato romántico pero sutilmente sensual a la vez.
ResponderEliminarFelicitaciones George!!! y espero ansiosamente la continuación
Roxana, gracias por tu atenta y halagadora lectura. Nos reencontramos en la próxima entrega... Saludos
EliminarMe deja sin aliento tu versión de esa madrugada de lluvia, George! Siempre que veo ese capítulo y Guille le pone la mano en la frente, pienso "ahora, ahora lo besa y...". Y tenía que ser en Acto de Fe donde se hiciera realidad, y de tu mano. Impecable escena de 'alcoba'.
ResponderEliminarGracias por unirte a este universo!
MARAVILLADA CON ESTE RELATOS COMO CON TODOS LOS DEMAS QUE ACABO DE LEER!! TE LO AGRADEZCO PROFUNDAMENTE!! ABRAZO!!
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