UN DÍA DE AQUELLOS 2 (ahora le
toca a Guille)
Un día en la vida (feliz) de
Pedro y Guille, visto con los ojos y los “pensamientos” de Guille…Estos
personajes no son míos. Le pertenecen a Polka, sus autores y demás yerbas… Mía
es la certeza de que son una pareja de las que no terminan “igual”.
Dedicado a Lucero, que tuvo la
idea y a Lilita, lectora fundamental!! Y si leen primero “Un día de Aquellos”
visto por Pedro, creo que se divierten más!
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Uno de los momentos preferidos
del día de Guille, es cada mañana, al abrir los ojos, ver la carita de Pedro a
su lado. ¡Por favor, es tan bello! ¡Y está acá, conmigo! Su Pedro es su pequeño
milagro cotidiano, que se renueva cada día al abrir los ojos. Si Pedro no estuviera allí, despertarse ya no
tendría sentido.
Guille se ha resignado a que su
humor del resto día, depende de cómo ve a Pedro en ese primer instante… si
Pedro duerme le da tiempo de componerse y lucir casual; si Pedro le sonríe y se
levanta antes, él lo persigue y lo “atrapa” en el baño… pero si Pedro lo está
mirando con esa carita y esos ojitos dulces, llenos de adoración… como ahora…
¡zácate! El día está a punto de convertirse en “un día de aquellos”.
Le duelen todos los huesos:
habían estado haciendo el amor casi hasta la madrugada, hasta que su precioso
se quedó dormido. Claro, dormido él. Pero Guille no podía parar y sin tocarlo
para no despertarlo soñó primero despierto y luego dormido en todas las cosas
que querría hacerle… (suspiro profundo… aún en brazos de Morfeo!!).
Pero ahora: arrancado del sueño
justo en el momento en que ahhhh… “Opción 1: Le rompo la boca; opción 2: lo
beso en piloto automático y vuelo al baño a ganar tiempo. Y cuando salgo lo
agarro” evaluó. Opción 2.
Pero al salir del baño, Pedro ya
no está. “Pero la puta con el pendejo abnegado!!, justo hoy se le ocurre hacer
el desayuno… si el desayuno lo hago siempre yo”, masculla Guillermo, “por lo
menos que se haya puesto los pantalones marrón claro… mejoran notablemente la
vista…”
Hoy Guillermo tiene una
audiencia… de mierda. No le interesa para nada. En el desayuno ojea el
expediente sin ver una palabra: es eso o lanzarse encima de su precioso que
delicadamente le unta una tostada con queso blanco y “enchastrarle” esa camisa
celeste, que le queda, como decirlo… perfecta. “Paciencia, Graziani… sos un
hombre de temple, no un desesperado… ya va a venir el pie”.
En el auto, no le quiso sacar
conversación, por temor a que Pedro le reprochara que ya casi no lo lleva a
tribunales. ¡¿Cómo lo iba a llevar!? Porque desde que están juntos, son el
centro del comentario; están los imbéciles que los consideran “una aberración”,
los “opinadores” y sus opiniones pelotudas y los otros, los peores, los que
empezaron a acercarse, a la pesca… “Mariposones, no se dan cuenta que estoy con
el chico..? Punto. Pero, peor: si me tiran los galgos a mí, qué no le dirán a
Pedro… y este nunca me dijo nada… mejor ni pienso…” “Y que por favor no se ponga
a fumar ahora, que me supera… ¿Cuándo me convertí en este viejo baboso,
desesperado por un “culito”? Estamos de acuerdo que el “culito” es “EL culito”,
que me hace sentir más joven y más lindo que nunca… Ay, ¡qué digo! ¡En qué me
estoy convirtiendo!...”
Y así pensando, llegan al
juzgado, donde Alberto ya está esperando en la puerta. Saluda con un gesto de
cabeza, que Pedro responde. “Casual, Guillermo… que es sólo un minuto más…
casual… y ya casi no lo ves hasta la noche”. Guille levanta la vista del expediente,
se baja los anteojos, le roza a Pedro los labios con un brevísimo beso y baja
del auto. “Ya falta un minuto menos… y contando…” dice para sí.
Durante la audiencia, el tiempo
no pasa. El juez habla, el fiscal habla, los testigos hablan… Guillermo la
pilotea pero, en su cabeza ve sólo una imagen que lo desconcentra: la boca de
Pedro. Lo primero que recuerda de Pedro es su boca, aun antes de conocerlo, una
boca desde una foto en un curriculum, que se le “insinuaba” “poco profesional”…
¿Insinuaba? ¿Poco profesional? “Graziani, gagá es poco”. Una boca que desató su
imaginación, y que un día, lo besó. Y Guille, que se las había pensado todas
con esa boca… ante el primer contacto sólo pudo sonreir… con el pudor del
primer beso… porque esa boca le transmitió toda la ternura, toda la dulzura del
mundo mucho más allá de su torpe imaginación… unos labios que con sólo un
toque, se apropiaron de la boca de Guille y lo empujaron a que todo su mundo
cambiara para siempre… inexorablemente… su último primer beso…qué bonito!
-“Dr. Graziani, ¿podemos gozar
ahora del placer de su oratoria?” Exclamó en voz ligeramente alta el juez,
sacando a Guillermo de sus pensamientos. “La puta madre… definitivamente, hoy,
es un día de aquellos”.
Pasado el mediodía, Guille y
Alberto regresan al estudio. Guille sólo quiere que el día termine para estar
con Pedro. Se mete en su despacho con un portazo y ya no sale. Otros días le
encanta estar con Pedro rodeados de gente: las miradas descaradas, los roces
furtivos, los dobles sentidos, lo preparan para una intimidad perfecta. Pero
hoy no es uno de esos días: hoy está tan preparado que explota… sólo quiere,
sólo necesita, estar con él… un día de aquellos.
Putea a todo el mundo
sistemáticamente, a ver si se van temprano…con parcial éxito. Y es agotador. Y
termina cansado y enojado con él mismo…
En el camino de vuelta a casa,
que no es “temprano” Guille está absorto en sus pensamientos.
“-¿Qué tenés ganas de cenar
hoy?”, pregunta Pedro.
“¿Cenar-te? Dijiste cenar-te?
Claro que quiero cenar-te… pero por la boca sólo le sale el reproche… -“¿Te
parece que tengo cabeza para pensar en la cena? ¿Cómo voy a saber si no sé que
tenemos en casa?”
“-Bueno, preguntaba, también
podemos pedir algo…” Pero Guille sabe qué cara poner para que Pedro haga mutis
por el foro. Imagínenselo. Y funciona.
Ya en casa, Guille toma un
whisky, camina por la sala haciéndose el distraído, tratando de lucir contenido
y casual. Prende el televisor. Tiene que bajar un cambio, sino el cuerpo no le
va a aguantar. Le ofrece un sorbo a Pedro, del mismo vaso, mientras Pedro
cocina. Todo su amor, todo su deseo, contenido en ese gesto compartido…y
retribuído… pero ni una palabra. Guille se maravilla de la cantidad de
emociones que el chico le provoca. La cama, (o la alfombra, o la mesa de la
sala, o… ay mi dios!!) son sólo una parte de ese mundo nuevo lleno de guiños, y
complicidad, con el que ni siquiera le había interesado soñar, y en el que hoy
habita… junto a Pedro…
Hoy el maestro disfruta
contemplando a su mejor alumno… adora ver a Pedro cocinar, pero también podría
ser cabalgar, correr, alegar, pelar una naranja… Durante la cena, sólo charla
casual… Guille poco a poco se relaja, sonríe, y se da cuenta que su deseo está
ahí: Lo que más ama en la vida… es suyo.
Al terminar la cena, sin dejar un
bocado en el plato le dice a Pedro: “-Me baño y a la cama, dale?” a buen
entendedor…
Guille disfruta de su ducha. En
algún punto desearía que la puerta del baño se abriera y Pedro se le metiera… pero no. Pedro respeta sus
tiempos. Sale del baño, en bata, secándose el pelo, mientras Pedro toma su
turno al baño.
Guillermo se acuesta de espaldas
a la puerta del baño… La escucha cuando vuelve a abrirse y dibuja en su mente
cada movimiento… “ve” a Pedro salir con la toalla a la cintura, secarse el
torso, secarse la cabeza… sentarse en la cama y delicadamente meterse entre las
sábanas. Todo el día esperando ese momento mágico en que el cuerpo de Pedro
hace contacto con el suyo. Y así Guille se pierde en la sensación de las
caricias de Pedro en sus brazos, hombros, la base de la espalda… el aire se
carga de una anticipación que duele. Disfruta sentir, como si su cuerpo lo
hubiera abandonado y Pedro metiéndosele por los poros… ni pensar en moverse…
Ahora Pedro le da besitos en el cuello, la cabeza… Y Guille absorbe...
demasiado ensimismado como para responderle. Y entonces, Pedro se detiene y se
aleja. La pérdida de contacto golpea a Guille en el medio del pecho. Se
desespera, pero se da cuenta, que estuvo jugando al oficio mudo todo el día. Y
se ríe de sí mismo. Es su turno:
“-Che, precioso, ¿te vas a quedar
quieto justo ahora? ¿No sabés qué esto es lo único que estuve esperando durante
todo el día, desde que me desperté? Le dice enfrentándolo, y mirándolo a los
ojos con una ternura y una pasión infinita, Guille lo envuelve en un beso
interminable. Y Pedro sólo quiere estar atrapado en los brazos, en los ojos, en
los labios de Guille. No habrá juego previo; o mejor dicho, el juego previo
duró todo el día: rápido, intenso, Guille, hoy, lo necesita así… Y Pedro es de
Guillermo. Y es como si todas las cosas cayeran en su lugar, más el placer
absoluto de hacer que Pedro grite su nombre al explotar en sus brazos…
Guille mira como Pedro, tendido
ahora boca arriba, trata de recobrar el aliento, una de las visiones más bellas
que haya tenido jamás. Pedro tiene la mano apoyada en el cuerpo de Guille,
incapaz de perder el contacto con ese cuerpo que ama y lo aferra a la vida.
Guille lo toma con dulzura y fuerza del brazo y lo arrastra hasta él.
-“Venga para acá… mi amorcito…”-
le susurra con ese tono tan suyo, que derrite a Pedro… Porque Guille quiere
más. Y ya no tiene ni que pedirlo. Y no parará hasta dejar a su “lindo” sin
aire, fundidos los dos en uno solo.
-“Pedro…” se escucha casi en un
susurro.
-“Qué?”
-“¿Te dije que te amo?”
Tras una brevísima pausa mientras
le dura la sonrisa de oreja a oreja, Pedro responde en un hilo de voz:
-“Nunca”.
-“Te amo, te amo con locura, y me
banco cualquier tipo de día, mientras sea con vos”.
Ilgora, qué decirte... te felicito, muy jugado!! El mismo momento, dos puntos de vista... excelente!
ResponderEliminar:)
EliminarTE ME HAS VUELTO UNA ADICCION TOTAL MUJER ..NO VEO LAS HORAS DE VOLVER A LEERTE SON TAN EXCELENTES TUS RELATOS QUE ME LOS IMAGINO COMPLETAMENTE ..GRACIAS INFINITAS
ResponderEliminar:)
Eliminarmil gracias por seguir mi idea...jajajjaa....lo leo, lo releo y me parece tan "guille" el relato, el es un hombre sin pelos en la lengua, y lo que hablamos anteriormente, son dos hombres adultos, con una necesidad mutua con un amor inmenso que se traduce en deseo, asi es el ser humano y en esta relación se combinan perfectamente la ternura y la pasión. ¿ recuerdan la escena del " animalito difícil de agarrar?" es una escena con una carga de tensión sexual grandísima, pedro coquetea y seduce a guille, y éste cae rendido a sus pies, si no hubiera pasado el disparo, esa noche se encuentran y tal vez no vayan a la cama aun, porque se necesitan conocer mas, pero si habrían roces, caricias atrevidas, besos arriesgados.
ResponderEliminarque te puedo decir, que es excelente porque ASI ES LA VIDA Y ASI ES EL AMOR, no hay nada de chabacano en expresar deseo, amor, sexo si se describe tan bellamente, ojala no te abandonen las musas para que te sigan inspirando y nos regales mas relatos asi.
Ja, ja,ja,ja... es el resultado de un trabajo en equipo, Lucero! Nunca se me hubiera ocurrido la idea! me encanta que te guste!
EliminarMuy bello. Tan real.. Tan como todos los soñamos... Y nunca los vamos a ver... Pero gracias a ustedes todas esas lágrimas de tristesa se convierten en lágrimas de emoción, de alegria. Por favor no paren nunca. No se cansen. No resignen. Pase lo que pase en la panetalla sigan regalándonos estos hermosos relatos que nos alegran el día y los cuales espero desesperadamente.
ResponderEliminar¡creamos entre todas los lugares para que Pedro y Guille sean felices para siempre! :)
EliminarSencillamente, genial. Me descubro rièndome, suspirando, con el alma en la mano. Las dos caras de una misma escena, tan bien relatadas y seguidas. Te felicito. Al igual que Euge espero con ansias cada relato. Todos los dìas visito la pàgina esperando algo nuevo.
ResponderEliminar:) ... y hoy va a haber "un alguito más"... para sonreir despacito...
EliminarNo podés. No podés haber escrito semejante texto. No tenés perdón porque ya lo leí creo cuatro veces y sigo. Qué genial lo de las dos miradas y las dos tan potentes. Si Un día de aquellos me dio felicidad, Un día de aquellos 2 directamente me elevó y sigo todavía sin aterrizar. Es lo que necesitaba para estar bien hoy. Me hizo muy feliz lo que escribiste, me cambiaste la tarde, el ánimo. Es simplemente una maravilla, un regalo para el alma. De aquí no me muevo hasta ver el próximo regalo que estás escribiendo. Un abrazo gigante.
ResponderEliminarBueno!!!! Cómo diría Guille: "cómo se puede responder a alguien que te dice esto...?"
Eliminar¡Qué sanas que estamos que todavía un puñadode palabras nos pueden hacer sonreír el alma! A seguir escribiendo/leyendo... todo este intercambio me hace muy pero muy bien... ;)
Maestra! Maestra total!! Los veo, los vivo y los disfruto..Los he leido a todos y varias veces cada uno. Gracias Ilgora (Sandra F)
ResponderEliminarSe agradece... y me llena de ganas de seguir escribiendo... :)
EliminarIlgora, impresionante este dúo de historias!! (si, si, DÚO, es música). ¡Qué lindo que nos hagas entrar a un día en sus vidas felices con tan lindas imágenes, bueno, palabras! Gracias por compartirlo. San
ResponderEliminares que ELLOS son el DÚO que todo lo puede, que todo lo desata, que todo lo provoca... Gracias San!
EliminarSencillamente, tremendo lo que han hecho, mejor dicho escrito y lo que nos han hecho vivir a travez de cada palabra. Excelente las 2 caras de una misma moneda y vivir junto a ellos un dia a dia que nos negaron pero como la imaginacion y creatividad no tienen limites , estas historias nos devuelven a Guille y Pedro como queremos , amandose y disfrutando de una vida juntos. Gracias y mil gracias. Me encanta este espacio!!
ResponderEliminar¡Es que este es el espacio para soñar... donde Pedro y Guille viven su felicidad para siempre! :)
EliminarChicas y chicos, los descubrí por twitter y ya están en los favoritos de mi compu. Son geniales todas las historias, las leo y los "veo" a nuestros amados queriéndose, celándose, estando en familia, viviendo, en resumen.
ResponderEliminarLos quiero, no dejen de escribir, ya no veo la novela pero no dejo pasar ni un día sin entrar al blog. Besos para todos. Marisa
es que en Acto de Fé, Pedro y Guille son felices para siempre, Marisa, con todos nosotros!!!
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