“Dejame que busque la forma … teneme paciencia” … eso
le había dicho a Pedro, pero sabía que no era tan fácil. Hasta ahora había
manejado su doble vida sin inconvenientes porque ninguna relación había pasado
de una noche, a lo sumo un fin de semana.
Pero eso era antes de Pedro, porque después que
apareció él en su vida nada quedó en su lugar, puso la vida de Guille
literalmente de cabeza. No contaba con esta novedad que le cambió la vida de un
día para el otro y por eso mismo no sabía cómo armar todo de nuevo.
Era claro que Pedro no aceptaría algo a medias tintas,
que lo acomode como si fuera un un adorno en la repisa y tampoco Guille lo
quería de esa manera, era demasiado importante para él.
Lo necesitaba como el aire, los días que no lo veía
pasaban en cámara lenta, interminables.
No podía dejar de pensarlo, las noches se dividen
entre ayudarlo a Fabián con las tareas y soñarlo a Beggio.
Lo urgía la intimidad con él, como a Pedro tampoco a
él le alcanzaba ya con esos encuentros robados, siempre a medias entre el deseo
que ya no podían frenar y el miedo a que los descubriesen.
Lugares había … obvio que él lo sabía … pero no … no
quería una habitación de hotel ni un escondite sórdido en un lugar de mala
muerte.
Así como Pedro era diferente para él, así de diferente
debía ser el lugar donde pudieran estar juntos.
Sentía que la presencia de Pedro en su vida lo había
devuelto a lo mejor de él, que lo hacía mejor persona … que él era mejor hombre
cuando estaba con Pedro. Las aristas de su espíritu nacidas de su profunda
soledad, Pedro las suavizaba sólo con mirarlo, sólo con sonreírle, sólo con
existir.
Volver a su casa esa noche después del encuentro con
Pedro en las escaleras de la facultad era un trago amargo, como ir del paraíso
al infierno sin escalas. Lo único importante en esa casa para Guille era Fabián
y el único motivo por el que volvía, aún cuando de haber podido se hubiese
llevado a su hijo con él a vivir a cualquier lado, lejos de la creciente locura
de Ana.
La atmósfera de la cena es pesada, asfixiante. Fabián
le da vueltas una y otra vez a la comida.
-Fabián … comé hijito … - le pide Guille con ternura
Se restriega los ojos y los rulos se le llenan de
puré.
Ante eso Ana impaciente golpea con los puños la mesa.
-Pero mirá lo que hacés nene! … todo el día en esta
puta casa matándome para que vos y tu padre tengan la casa limpia, la cena
lista y mirá lo que hacés … -
-Ana … Ana … calmate … - le pide silencio con el gesto
– calmate por favor … hijito … ¿no tenés más hambre? … mmm? …
-No … - dice Fabián corriendo el plato prácticamente
sin tocar – puedo mirar tele?
-No me gusta hijo que mires tanta tele …-
-Un ratito nada más … dale … -
-Bueno … media hora
… nada más … después te bañás y a
la cama … mañana tenés colegio … -
Fabián se levanta y va hacia Guillermo, lo abraza y se
va hacia el sillón del living. Se escucha el sonido del televisor que se
enciende …
-Y vos? … dónde estabas? …-
-En la facultad … - responde Guillermo y sigue
comiendo sin mirarla.
-A esta hora? … -
-Si … a ver … - la mira cansado – querés llamar para
preguntar? …
-Ay perdón … qué quisquilloso está el señor! …- dice
mientras termina el segundo vaso de vino de la cena.
Guille toma el plato, el vaso y se levanta …
-¿Adónde vas? –
Guille se da vuelta …
-A comer al lado de mi hijito … me descompone verte
tomar Ana … no tenés límites … -
Se sienta al lado de Fabián. Deja el plato en la
mesita, ya no tiene hambre.
Suena el teléfono, Ana se le adelanta y responde:
-Hola … hola! … quién es? –
Cuelga.
-Quién era? … - pregunta Guille.
-Número equivocado … ¿esperabas algún llamado mi amor?
… - con desprecio
-No … “mi amor” – le responde irónico sin mirarla.
Ana vuelve a la cocina, insultándolo en voz baja.
Guille no le hace caso.
-Qué estás viendo hijo? … -
-Toy Story-
-Mmm … - acaricia la cabeza de Fabián con ternura – y
qué es?...
-Son unos juguetes que cuando nadie los ve cobran vida
… está buenísima…
Fabián le sigue contando y Guille se da cuenta que se
está transformando en un chico solitario como lo fue él, aniñado muchas veces,
refugiado en los libros, en las películas. Definitivamente no es la vida que él
deseó para su hijo. Eso lo llena de pensamientos sombríos que le anudan la
garganta.
Entonces piensa en Pedro y la angustia cede.
Y mira Toy Story con su hijo y se ríe y piensa que tal
vez él sea como esos muñecos de la película, que vuelve a la vida cuando nadie
lo ve … en el baño de una confitería, en la biblioteca, en el descanso de una
escalera … donde sea que lo encuentre el
mago de enormes y bellos ojos y sonrisa brillante como el día.
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-Guille mi amor … ¿te traigo café? …
-Si … gracias Cuca! … no doy más …
Cuca le tira besos.
-Esperá Cuca! … - le hace señas para que se acerque – conseguime
el teléfono del cliente de la inmobiliaria … ay! cómo era que se llamaba? … que
lo salvamos de una muy muy brava … ehhh
… Prisma me parece … el dueño era un tal Ríos creo … ¿me buscás el teléfono? …
dale? …
-Ya te lo busco! …
-Ah! Y el café también! … - le grita mientras Cuca se
va.
-Ché Guille … ¿tenés un minuto? – se asoma Marcos
-Sí … ¿vino al final la viuda de Moretti? … la esperé
toda la mañana y no apareció … espero que no se haya arrepentido de declarar …
con todo el trabajo que llevó …
-No … todavía no vino … son las siete de la tarde así
que no creo que venga … pero te quería hablar de otra cosa …
-Qué … qué pasó? … - pregunta Guille mientras busca
entre los papeles – puta madre! … nunca encuentro nada … esto es un quilombo
Marcos! …
-Es que ya no … ya no se puede Guille … estamos
desbordados … Cuca es un amor viste pero está grande y a veces mezcla todo …-
-Qué querés decir? … -
-Lo que te dije el otro día … tenemos que sumar a otro
abogado para que se encargue de los casos menos complicados … -
-Vos querés asociar a alguien? … yo no tengo cabeza
para eso Marcos … no tengo ganas de ponerme a mirar currículum …
-Yo me encargo … dejame que yo me encargo … pero
necesitamos a alguien … sí o sí … yo me ocupo … ¿me dejás que yo me ocupe? –
Guille suspira derrotado.
-Hacelo, pero vos lo elegís y después te encargás vos
de ponerlo en tema. Pero no lo quiero como socio principal. Va a ser empleado
del estudio y después veremos si lo
asociamos … pero no me convence Marcos … nosotros dos venimos trabajando bien
todos estos años solos …
-Decime … ¿vos querés seguir dando clases y ejercer
como abogado? … -Guille asiente – bueno … entonces necesitamos reforzar el
estudio …
-Está bien … está bien! … encárgate … yo me voy …
-Adónde vas? …
-Vos lo dijiste … son las siete de la tarde … estoy
acá desde las ocho … me … voy … nos vemos mañana …
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Llega a la facultad con la intención de ver a Pedro
pero para su sorpresa nuevamente no lo encuentra, aprovecha a hacer unos
trámites en la secretaría de la Facultad y cuando termina vuelve … pero Pedro
sigue sin aparecer … a riesgo de quedar en evidencia se acerca y le pregunta al
muchacho que está en ese momento.
-No, Pedro no está viniendo …
-Le pasó algo? … cuándo vuelve? – trata de que no se le
note la preocupación en la voz
-No sé … - dice el joven con indiferencia – a mi me
llamaron para que lo venga a cubrir hasta que vuelva … ¿lo puedo ayudar en
algo?
-No … no … eh … le había encargado un trabajo y … -
atina a inventar una excusa
-Digame … se lo busco …
-No … no te preocupes … igual no había apuro … -
Y se va. La angustia lo gana.
“Qué pasa Pedro? … qué te pasa?”.
No le importa nada, va al centro de estudiantes pero
le dicen lo mismo que el pibe de la fotocopiadora. Entonces va al departamento
de alumnos de la facultad, trata de mantenerse calmo.
-Lo puedo ayudar? –
-Si … emmm … estoy tratando de averiguar sobre un
alumno … - finge buscar entre los papeles – Pedro Beggio se llama … es alumno
mío en la cátedra de Investigación Penal y necesito contactarme con él …
-No sabría decirle … -
-Trabaja en la fotocopiadora pero me dijeron que no
está viniendo … y a mi me urge ubicarlo … -
-Sí, la verdad que no tengo idea … imagínese que acá
son muchos los estudiantes … pero no me han dejado nada dicho.
-Está bien … gracias …
No sabe dónde ir, ni dónde preguntar …
-Profesor! …
Se da vuelta y una mujer mayor se le acerca …
-Lo escuché que andaba preguntando por Pedro …
Bendita mujer! – Sí … necesito ubicarlo … y –
-El que lo conoce es Elías, es de maestranza y se
encarga de la limpieza del piso donde trabaja este chico y siempre charla con
él … no sé si le sirve el dato …
Guille quisiera abrazarla
-Muchas gracias! …
-Si va ahora lo va a encontrar …
Encuentra al hombre barriendo el amplio pasillo.
-Sr. Elías? – ansiedad en la voz
El hombre lo mira con curiosidad.
-Disculpe, me dijeron que ud. conoce a Pedro Beggio,
el estudiante que trabaja en la fotocopiadora …
-Si … por? – desconfiado
-Es alumno mío … - le sonríe para tranquilizarlo –
necesito ubicarlo pero me dijeron que no está viniendo a trabajar …
-Ah sí … sí … pobre Pedro …
El corazón le da un vuelco.
-Le pasó algo? …
-Me llamó el viernes a la noche a casa para que avise
acá que iba a faltar unos días …
El viernes a la noche. Pero fue cuando él y Pedro
tuvieron aquel encuentro que no lo dejó dormir en todo el fin de semana. ¿Qué
pudo pasar después?.
-Le pasó algo? – insiste intentando mantener la
compostura y no delatarse.
-Problemas con la familia … lo llamó la mamá … él no
quiere saber nada con el padre pero la madre lo convenció y tuvo que viajar esa
misma noche …
-Los padres viven en Buenos Aires? …
-Nooo! … en Pergamino … es gente bien … mucha plata …
pero usted sabe cómo es esto, a veces son los que más líos tienen … y Pedro al
padre no lo quiere ver ni en figuritas … pero no sé qué habrá pasado …
Guille se tranquiliza un poco. Al menos Pedro está
bien.
-Cuál profesor es usted?
- Graziani … -
-Ah sí! … encantado! – le tiende la mano – Pedro
siempre me habla de usted … lo admira mucho … usted lo necesitaba para algo? …
-No … era para comentarle de un práctico … pero puede
esperar … - le sonríe – muchas gracias Elías – y le estrecha la mano.
-Faltaba más … - lo saluda y retoma la limpieza.
Baja el ascensor intentando recuperar el aliento.
“Qué te pasó? Dónde estás precioso? piensa.
Continuará....
esperaba un momento juntos!!!! seguimos esperando la continuacion, el numero 6....besos!
ResponderEliminargraciela..... Parece que vivo dentro de tu historia , tengo una impaciencia y preocupacion igual que Guille ..... No nos hagas esperar el 6to capitulo x fis ..... :( Graciela CT
ResponderEliminarwow que ansiedad como siempre magnificamente relato graciela sigo leyendo .....mariana ch.
ResponderEliminaresta excelente quiero mas historias
ResponderEliminarQue maravilla Graciela Liliana!! Que maravilla! Los puedo ver, los puedo escuchar, los puedo sentir!. Gracias por tanto! Gracias... infinitamente gracias por secar mis lágrimas con tu maravillosa pluma. Voy por el sexto capítulo... ya! (Sandra F / Guillermina Pedris)
ResponderEliminarLo veo a Guille Graciela, le veo la cara de felicidad contenida cuando el maestranza le dice que Pedro le habló de él... y quien hace sonreir al "maestro", me hace sonreir a mí... Seguí con la historia...!!!
ResponderEliminarIlgora te cuento que me encanta que percibas esos detalles. Te lo agradezco de corazón. Es muy generoso de tu parte. Un abrazo.
Eliminar;)
EliminarUn capítulo entero sin Pedro es una agonía, aunque en cierto modo, nos habló a través de Elías. Graciela... no seas malita y traélo pronto! Voy al 6º!
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