Los personajes pertenecen a sus autores y a Polka.
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La pregunta insiste en su cabeza mientras
la voz de la cajera del supermercado le
recuerda el importe, ha pasado por allí a elegir personalmente algunos vinos de
la marca que sabe le gustan a Guillermo, porque a pesar de todo lo hablado en
el estudio, no quiere perder la esperanza de que asista al asado chiquito, piola donde no pasa nada,
organizado por Marcos como despedida de soltero a su medida, intentando disipar
esa angustia que se ubica centrada en su pecho cada vez que recuerda la charla
y su silencio; lo atormenta no haber podido responder cuando Guillermo lo apuró
con sus preguntas, esa frontalidad
áspera tan típica de su socio le hace transpirar las manos, escuchar los
latidos de su corazón desbocado del mismo
modo que le ocurre cuando cabalga y logra alejarse de su vida, la que ya no
responde a sus mandos naturales, la que buscó un atajo, el día en que aceptó
trabajar en ese estudio jurídico.
Toma el vuelto, las bolsas con las botellas
de vino y vuelve al estudio, casi sin
cruzar palabra con Marcos , las deja en la cocina, sabe que Guillermo ya no
está en su escritorio.
Y sí, finalmente su socio va al asado y él se avergüenza de ese nudo en el
estómago que aparece cada vez que Guillermo entra a algún lugar después que él
, qué es lo que me está pasando con este tipo, piensa, reconocer esa
aceleración de su cuerpo cada vez que la cercanía de Guillermo se le impone, le
provoca un temblor que teme va a delatarlo, tomar una copa, encender un
cigarrillo, es un problema, las manos dicen, su cuerpo se adelanta y habla por
él. Piensa que se está volviendo loco al ver señales parecidas a las suyas en Guillermo,
como cuando lo mira ladeando ligeramente la cabeza, ese gesto tierno y viril tan
típico en él que lo deja perplejo, y si yo no quiero despedirme de vos, otra
vez el recuerdo de esa pregunta y el deseo difuso, apenas cercado, pero
Guillermo está casado, tiene un hijo, como puedo estar pensando en esa pregunta
de este modo, insiste, y de pronto el brindis lo trae a la mesa, a esa noche
que no quiere que termine porque están juntos, ahí en el patio y percibe que él
lo mira de un modo distinto, con una insistencia grave, los ojos se posan en los suyos mientras Guillermo se toma las manos
y las hace descansar detrás de su nuca y no queda más remedio que esquivar,
buscar otro par de ojos donde descansar de esa mirada que lo envuelve al
escuchar que Guillermo pide, Guillermo casi ruega que no se case, y en el
encuentro de sus ojos ocurre la verdadera despedida, la despedida de la amistad
prefabricada de compañeros de trabajo, es una broma, dice, y el mundo se cae
sobre la mesa porque descubre que si lo hubiese pedido así, en el despacho,
durante la tarde, no hubiese quedado nada en pie: el casamiento, la fiesta, los
invitados, Camila; la despedida sigue con los rituales esperados, sacarle la ropa al
novio, emborracharlo, abandonarlo en cualquier bar, él, un hombre joven con
ropa escasa, la cabeza dada vuelta por el alcohol y las preguntas, solo, ahí,
hablando con extraños cuando su palabra se suelta, Guillermo dice, Guillermo
piensa, Guillermo propone y los acodados de siempre en la barra, se ríen
diciendo que disfrute de esa noche de soltero cuando lo llama para que lo
busque ,el frío lo encuentra sentado en el piso del baño, lo ve entrar con esa frazada para cubrirlo
mientras le acaricia la frente con la mano diciendo, mirá como estás, y él siente
que la frente le arde mientras le da la mano con fuerza, se levanta y lo
envuelve con la manta, piensa cómo será estar los dos así, cobijados bajo una
manta, cualquier noche de invierno, ocultos de las miradas que interrogan y
logran salir a paso lento cuando se decide, esta vez él ruega, él dice no quiero volver a casa y
el alcohol lo anima, le arroja lejos las dudas mientras suavemente acomoda su
cabeza mareada en el hombro de Guillermo y el perfume en su cuello, el nuevo,
le impregna su boca y no puede detenerse, comienza a recorrerlo, un beso tras otro, hasta mirarlo a los ojos
mientras escucha su nombre susurrado al oído y los labios de Guillermo buscan
los suyos cuando el abrazo que le quita la respiración le avisa que no, que esa
noche no volverá a su casa, ni a otros brazos, y no hace falta una moneda que
decida el destino, porque ya no hay despedida, cielito, sólo esta noche, esta
manta y este beso que no acaba, no
termina.
hermoso mujer! tantas cosas que se podrían haber hecho, tantas palabras que se podrían haber dicho....este momento donde ya no había reversa en sus sentimientos, muy lindo, gracias por este regalo.
ResponderEliminargracias a vos por tu lectura, lupillar! me alegra que lo disfrutes, de eso se trata este espacio que abrió Lili... escritura, lectura y disfrute! Abrazo
EliminarSin palabras ó si: "si lo hubiese pedido así, en el despacho, durante la tarde, no hubiese quedado nada en pie" fin de la cita diria Rajoy. Y el lector cae con la cabeza sobre el monitor preguntandose: Porque no fue asi!!!. Genia Nora, admiro tu trabajo!
ResponderEliminargracias por tanto! y yo te admiro a vos por crear este espacio de encuentro, donde la ficción resiste y se va de boca... abrazo!
EliminarNoraaaaa!!! morí de amor. Gracias por "esto". "No hace falta una moneda que decida el destino", fantástico. Nunca como hoy necesitamos este texto, volver a pasar por el corazón diría Galeano aquellas escenas pero darle un giro y que suceda lo tantas veces deseado: Guille y Pedro amándose para siempre. Gracias otra vez. Un abrazo
ResponderEliminaracá estoy Gracielaaaa!!! Gracias a vos por tu lectura atenta, por compartir la cita de Galeano! Y por todo lo vamos construyendo desde la palabra aquí! otro abrazo para vos!
EliminarNora, me encanta el ritmo de tu relato... esa cadencia suave y coloquial, pero arrolladora, que va haciendo que se deslicen las palabras, y uno cosa lleva a otra y a otra y a otra más... hasta verlos fundidos el uno con el otro... me encanta de verdad!! Y en el día de hoy... ni hablar!! Relato/momento indispensable!!
ResponderEliminarGracias Ilgora por tu lectura y tus relatos! me alegra mucho que todos estos textos que vamos escribiendo, arrojen otra historia, otro final, otro destino para estos personajes tan queridos... un abrazo!
ResponderEliminarcomo haces para escribir asi mujerrrrrrr!!!!!! impactante!!!!!!! Gracias!!!!!!y espero que se repita
ResponderEliminargracias! seguiremos intentándolo...
EliminarNora, qué maravilla!! estos dos personajes ya son tan "nuestros", y vos logras que me pueda imaginar su gestos, sus tonos de voz, sus miradas... Genialmente relatado! Gracias!
ResponderEliminargracias a vos por tu comentario! me alegro que hayas disfrutado!
EliminarBellisimo!!!
ResponderEliminargracias Adriana!
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