- I -
Guillermo
se despertó sobresaltado, el irrisorio espacio de tiempo en que logra conciliar
el sueño, se transmuta también en el momento más crítico de estos últimos meses.
Su fría, calculadora y, hoy más que nunca, tormentosa psiquis no lo deja
descansar. Lo agobia todo lo que ha pasado, lo recientemente vivido, lo que aún
no deja de padecer.
El
frio sudor en su cuerpo intenta traerlo nuevamente a su apática realidad. Sin
embargo, no logra librarse del envolvente aroma a Pedro, que carga el oxigeno
dentro de su habitación, casi sin dejarlo respirar. Intentando acortar la
distancia entre el mal sueño y la peor de las realidades, se deja caer
nuevamente en la cama, y como rayando la conciencia desde muy adentro de sus
entrañas escucha manifiestamente “yo solo
estoy al otro lado del camino”.
Es
esa voz, que con un tinte tan gracioso como sensual, tan confiado, tan
vehemente, y esa frase en particular, lo persiguen, como esa pesadez en su vida,
hace varias noches, varios días.
Siente
que está rozando bordes muy fáciles de franquear y a la vez, muy difíciles de
volver.
-“No doy más, es que no doy más”-
Se repetía, con palabras, ya dichas, con tan distinto sentido.
El
revoltijo en su cabeza, parece bajar hasta su estomago, y casi sin notarlo
corre al baño, a descargar todo lo que lo carcome por dentro. Vacio
momentáneamente -“aunque no tanto”-
piensa, hay algo más que le esta royendo el alma, una incertidumbre, tan
obsesivamente esquiva, que no logra distinguirla.
Repasa
indisolubles cada uno de los hechos, de los acontecimientos, una y mil veces, y
como un mal eco sólo siente retumbar un cúmulo de recriminaciones. La garganta
se le achica y el desierto de su boca se agiganta ante el más fuerte de los
exhortos que destila todo ese torbellino “no
tuve la suficiente templanza para poder prever todo lo que pasó”.
“Miller…” se dice y la vacilación se acrecienta. Siempre
llegando tarde en cada fatalidad. Siempre llegando, presurosamente antes de
poder hacer nada, antes de poder pensar en nada. De pronto se acuerda de que la
primera vez que dudo de él, fue con la orden de dragado, cuando buscaban el
cuerpo Pedro en el río, cuando fue obligado a saltar. “Porque la orden no la consiguió él, la consiguió Miguel”. El
escalofrió interno no lo deja seguir pensando… no se permite seguir pensando.
Termina
de vestirse con urgencia y bajando las escaleras llama a Fabián. Si bien en
algún punto está logrando ver algo de claridad, hay muchas cosas que lo perturban
lo suficiente como para no “advertir”
que hay mucho más por descubrir.
“Hijito
ayudame a buscar en esa cosa” – señalando la compu – “al otro lado del camino”…
Fabián
lo mira atónito, de un tiempo a esta parte son escasos los momentos en que ve a
su padre emocionarse por algo, así que sin mediar palabra escribe en google y
lo primero que encuentra es la Oración de San Agustín.
Fabián
la lee, sintiendo que el pecho se le cierra, al entender intrínsecamente el
significado de cada frase que proyecta su voz, pero Guillermo solo retiene “San Agustín”.
“Al otro lado del camino - San Agustín,
Al otro lado del camino - San Agustín, Al otro lado del camino - San Agustín”, una y otra vez, como una letanía que lo traslada, que
lo obliga desgarradamente a buscar una explicación, que no sólo lo turba, sino
que intenta anteponerse a la verdad frente a su mente.
Nuevamente
como un mal rayo que lo parte en dos, escucha desde muy adentro suyo… “Miller… siempre en el medio, llegando invariablemente
tarde, sacándome de los espacios, interfiriendo”. Si hasta lo llevo a un
comedor a almorzar, haciéndose el “amiguito”.
Y
es atando cabos que ve caer una a una las claves que antes parecían rehuir de
su mente: las vaguedades de su pobre proceder en la investigación, la muerte de
los testigos casi en sus narices, la alteración de las cámaras de seguridad,
todo se le hacía tan equívoco como claro.
Cuando
entra en la fiscalía, lo encuentra a José gritando a su teléfono: “Yo ya cumplí con mi parte, ahora vos hace
la tuya”.
G:
Que parte cumpliste vos??!!- lo
increpa exasperadamente
J:
Ninguna, no sé de qué me hablas Guillermo
– sintiéndose atrapado.
G:
Pero vos qué crees, que yo soy pelotudo!!
Cuánto tiempo pensas que me ibas a engañar!!
J:
Calmate Guillermo, no sé de qué me
hablas, queres que te traiga algo?
G:
vos realmente pensas que yo me comí todo
este teatro, no querido, conmigo no!!
El
portazo aún retumbaba en el pasillo cuando se da cuenta, de que todo el amor y
la devoción que Pedro le había traído a su vida, ese construir de espacios
comunes que se había vuelto un vicio, y el impróvido dolor de la trampa en la
que habían caído, lo había adormilado, lo había aletargado de tal manera que no
la había permitido sobrellevar todas las situaciones.
No
podía no sentirse culpable por no haber podido separarse de la manera que
normalmente lo hace, como con cualquier caso; dejando que sus instintos, su
vocación y su profesión le indicaran como debía proceder. Se sintió abatido por
la epifanía que ultimaba de despertarlo. Si hubiera dejado que su racionalidad
actuara habría podido, al menos, evitar esta
fracción de realidad.
A
la distancia volvía a repasar fríamente cada hecho, cada desviación que José y
Miguel le habían procurado. Siempre supo que Miguel era un mediocre, y nunca le
dio mayor trascendencia a sus embestidas, pero… “con la ayuda de Miller…” ahora todo cuadraba…
Tácitamente
se alegro de haber llegado a ese punto, pero inmediatamente se le hizo presente
el profundo dolor que le cercenaba su esencia, que no le permitía sentir como una
victoria el camino que empezaba a desandar. Puesto que ni con toda su
racionalidad podía explicarse el impasible hecho de saber que Pedro, a pesar de
todo aún no había aparecido…
Continuará....
Óptimo principio, se empieza a vislumbrar el curso.. y Pedro no ha muerto. Se respira de la historia que empieza a desarrollar. Pedro no ha muerto, osaría decir que sólo ha desaparecido. Resto en espera de su vuelta o bien, cosa más probable, que Guille lo rodee y lo encuentre. Porque si hay alguien que puede encontrar a Pedro éste es, indudablemente, Guille.
ResponderEliminarSe abre el suspenso...
EliminarMe quede encantada con esta historia,es maravillosa!!Quiero saber como sigue!!jesy
ResponderEliminarMe alegra que te guste Jesy!! :)
EliminarOhhhh... Dios Mio! ... Al Otro Lado Del Camino... San Agustin.... esto perfila muyyu interesante! Besos. Cande
ResponderEliminar:)
EliminarMuy bueno Adriana, Guillermo, volviendo a ser Guillermo, despertando de su letargo para encontrara su Cielito. Muy bien planteada la intriga, espero ansiosa la continuación!!!
ResponderEliminarEra la idea Paula, que nuestro Guille vuelva a ser él.
EliminarQué buen comienzo Adriana! Confieso que empecé a leer resignada a sufrir pero parece que le vas a dar una interesante vuelta de rosca a la historia que ya conocemos! Estoy intrigada y espero que continúe pronto. María Elena
ResponderEliminar:)
EliminarSIIIIII !!!!!! NO PODIA NO PASAR, OBVIO ESE MILLER ES EL CULPABLE DE TODO, PARA QUEDARSE CON EL AMOR DE GUILLE, JA, JA, JA !!!!! SE VA A QUEDAR CON LAS GANAS, A GUILLE SOLO LE IMPORTA SU CIELITO, EL NUESTRO EL UNICO. INTERESANTE HISTORIA, CON INTRIGA. GRACIAS ADRIANA .FELICITACIONES
ResponderEliminarGracias a vos por tus palabras!!
EliminarExelente, mas que sublime!! Me encanto leerte!! Gracias
ResponderEliminar:)
EliminarDinámico, interesante....como el Farsantes que vimos hasta el capítulo 57!!!! Excelente!!!! Quiero más! Gracias Adriana! Ceci
ResponderEliminarGracias por tus palabras Ceci!!
EliminarMe alegra que te guste!! :)
ResponderEliminarPor favor la continuación ya!!!!!!!! muy interesante, me dejó totalmente expectante, por supuesto esperando buenas noticias. Felicitaciones!! Susy
ResponderEliminarLo sabìa, el fiscalito siempre me diò mala espina, a desenmascararlo Adriana, urgente! Hermosa historia. Marlene
ResponderEliminar:)
Eliminarexcelente comienzo!
ResponderEliminarGracias Elena!
EliminarMíralo vos al fiscalito d 4ta, arrastrándose siempre, resulto ser todo un guacho!!! Vamos Guille despierte y busque (y obviamente encuentre!1) a su Cielito!! Me encanto este comienzo, espero ansiosa la continuación!! (q no tarde mucho x favor!!) Besos y felicitaciones!
ResponderEliminarMuchas gracias Cele!!
EliminarAdriana, por dior!!! Qué arranque! Quiero leer más, quiero leer más...
ResponderEliminarBuenoooo!!!!! Que lindo comienzo, intriga, suspenso, ansiedad, emoción por lo que vendrá, es lo que despierta la primera entrega de , imagino, una historia que nos enamorara a todos .Pedro , cielito ¿Dónde estas? Todos te queremos con tu Guille. Miller, ya no se como decirlo, te quiero ver rodar de alguna colina, así dejas de molestar, cargosooooo, restreroooo ¡todavía seguís mendigando! Sos la nada misma. Te felicito Adriana
ResponderEliminarExcelente comienzo. "Al otro lado del camino" estamos esperando, acompañando, soñando. Gracias. Mónica de Lanús.
Gracias por tus palabras Mónica!!
EliminarAl principio casi me largo a llorar de nuevo....despues me enamore del relato y de esta nueva esperanza, estoy muy muy ageadecida x este texto y espero su continuacion contando los minutos!! FELICITAS
ResponderEliminarGracias a vos Felicitas por tus palabras
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