La mañana después que Guillermo recibiera el disparo
en el brazo, para Pedro fue agotadora. No hubo forma de disuadirlo, insistió en
ir a trabajar a pesar de la orden del medico que hiciera reposo.
A media mañana apareció la madre de Pedro en el
estudio, con reclamos y cuestionamientos absurdos sobre su elección sexual,
fuera de toda lógica.
Y como remate final su socio, con manifiesto malhumor
lo puso entre la espada y la pared:
P: voy a abandonar a Camila!
G: permitime que lo dude!
P: podes confiar?
G: mira yo no pido las cosas. Solo digo lo que quiero
y te quiero ahí conmigo, a mi lado en la cama, cuando me despierto cada
mañana...
Esto era un ultimatum, que Pedro no podía dejar pasar.
Esa tarde se armo de coraje y hablo con Camila, bueno
hablar es una forma de decir... Tomo algunas cosas suyas, ropa, un abrigo, lo
elemental. Ya en la calle puso las valijas en el auto y se encamino hacia el
dpto de su amigo Mauro. Mientras manejaba sonaban aun en sus oídos, los gritos
desgarradores de su mujer. ¡Se sentía tan culpable! al casarse con ella había
prometido cuidarla y protegerla, pero ya no podía ser fiel a esa promesa,
porque ello significaba hipotecar su vida y ser infeliz para siempre.
Nunca pensó que el amor iba a golpearlo sin previo
aviso, dejándolo fuera de combate, aturdido de ansiedad y pasión. Amaba a
Guillermo mas que a nadie en el mundo. Amaba sus berrinches, sus gestos, sus
ojos, su sonrisa, su fuerza...todo. El sabia que no pasaba por un deseo sexual,
era mucho mas que eso, estaba enamorado..."estas enamorado Pedro Beggio y
no hay sentimiento mas fuerte que el amor", se dijo a si mismo.
Miro el reloj y salio disparado, aun tenia mil cosas
que hacer...
Cuando llego al departamento de Mauro pidió las llaves
en la portería y se recordó a si
mismo hacer otro juego lo antes posible. Hacia días que Mauro había viajado a
Europa por una beca de posgrado que duraría un año, dejandole encargado que
buscara un inquilino, ahora ya no iba a ser necesario, quien mejor que el para
ocuparlo.
Por otro lado era el lugar ideal, ubicado en pleno
centro de Buenos Aires, amueblado, y lo mejor de todo, que nadie conocía su
existencia. Eso les aseguraba un lugar seguro para disfrutar de esta nueva intimidad
sin estrenar.
Llamo a Guille y lo invito a cenar, sin darle tiempo a
reclamos o explicaciones, le dio la dirección y corto.
Se puso a cocinar algo rápido, carne al horno,
ensalada, un buen vino, helado y café, listo el menú.
Dio vueltas por el departamento, se aseguro que todo
estuviera en orden, limpio y perfumado. Por ultimo eligió algunos Cd. de música
y dejo todo preparado para cuando llegara su amor.
Sentía mariposas en el pecho y no podía dejar de
sonreír, por primera vez en su vida era completamente feliz.
Cuando sonó el timbre de la calle le dio un vuelco el
corazón.
Abrió la puerta y ahí estaba Guille, con su media
sonrisa, espectante e intrigado, diciendole bajito "Que dificil que es
llegar hasta acá"...
Se besaron a solas por primera vez y el mundo
desapareció. Poco les importo la cena, la música o las explicaciones que ya
tendrían tiempo de darse mutuamente.
Un tumulto de sentimientos, sensaciones difíciles de
frenar los arroyo. Besos, caricias, el calor de los cuerpos, el descubrirse de
a poco, suavemente al principio y con urgencia después, se unieron en un
apasionado impase, entre el ahora y el después.
Se despertaron tarde, felices de estar juntos.
Renovando una vez más esa unión de cuerpos recién estrenada. Mas tarde desayunaron, charlando, riendo, disfrutando el
momento, sintiendo ambos que ya nada sería capaz de separarlos.
Cuando
llegaron al estudio era casi medio día, por lo tanto Camila, no los
encontró en la casa de Guillermo cuando fue a pedirles ayuda porque estaba
preocupada por su padre. No hubo expediente que buscar, ni llamadas de Orestes
buscando deslindar responsabilidades de su hija. Moravia cumplió con su
destino, el que se había marcado cuando negocio con el diablo. Y para Pedro la
promesa de una noche juntos…de una vida juntos fue una realidad. Aunque
Guillermo tuvo que ir a declarar, pues en el arma homicida figuraban sus
huellas digitales. Pronto se descubrió la verdad y Miguel Angel fue preso, pues
los videos de las cámaras de entrada a la casa lo inculpaban claramente. Y a
pesar de los contactos narcos y de toda la corrupción tribunalicia no logro
librarse de su merecida condena.
Entre una cosa y otra fueron ajustandose a la
convivencia, pronto les fue imposible estar el uno sin el otro.
Llego diciembre y los preparativos para las fiestas
navideñas. Guille manifesto su deseo de uir de todo eso y fue asi que despues
de varios dias de ver folletos turísticos y pensar en distintos destinos se decidieron
por un crucero a Brasil.
De mas esta decir que Pedro desde el primer momento
disfruto de todo lo que lo rodeaba, A Guillermo por supuesto adaptase le llevo
unos dias, pasado ese corto periodo se relajo y ambos pasaron juntos momentos
inolvidables.
A veces se quedaban de noche sobre la cubierta, uno
junto al otro mirando el horizonte, tan solo disfrutandose mutuamente. Otras
veces corrian al camarote con la urgencia de estar juntos de otra manera, mas
pasional.
Fue en una de estas oportunidades que Guille pudo
decirle a Pedro eso que callaba por temor a quedar expuesto o en ridiculo, Se
acerco a Pedro y con toda la ternura del mundo le susurro al oido: "Te
Amo"...
Lo vuelvo a leer, lo releo, lo leo nuevamente y digo mil veces..EXTREMADAMENTE BELLO ESTE RELATO!!
ResponderEliminarMUERTA DE AMOR,LINDISIMO RELATO LILIANA ,TERNURA PURA, CON UN GUILLE DERRETIDO DE AMOR.LOS AMAMOS CON EL ALMA.MONICA DE LANUS.
ResponderEliminarMaravilloso relato!!! así podría haber sido!!! cuánto amor, intimidad... una historia que podría haber durado en pantalla años!! y nosotras disfutándola/ los!! Gracias, por lo que podría haber sido... Susy
ResponderEliminarGracias por tan bella historia, la que todos hubieramos querido para ellos. Te felicito..............
ResponderEliminarSusana
Hermoso tu relato Liliana! Siempre emociona un final como hubièramos deseado en la tele, pero aquì lo tenemos a gusto nuestro. Gracias. Marlene Rodrìguez
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