Espías
en familia
Gracias
a Ilgora y a Antonia, y a Diego, Brisa y Daniel, sus maravillosas creaciones
Helsinki
Esperan en la estación la llegada del
resto, Guillermo ocupa el asiento del acompañante, besa la sonrisa debajo de las gafas oscuras –
todo bien Álvarez?
-
Perfecto mi amor
Deja la mano sobre la pierna de Pedro
mientras retoman la carretera – y ahora?
-
A Helsinki
-
Viste el incendio?
-
Precioso
-
Guille…
-
Hermoso
Fin de la conversación. Murmura un
ininteligible “la puta madre” y se ruboriza. Siente los ojos de Guillermo fijos
en él, la impaciencia de los dedos tamborileando en su muslo y la suya propia.
Pisa el acelerador, después de todo, que importa una multa por exceso de
velocidad en Finlandia. Apenas logran llegar a la habitación del hotel, se
necesitan con urgencia. Boca contra boca, piel contra piel. Se desvisten apenas
lo necesario, lo quiere suyo, contra la puerta a oscuras, sin previa,
exorcizando los días de enojo, incertidumbre y miedo. Después tendrán tiempo de
ducha juntos, caricias y besos lentos hasta la locura y conversaciones
susurradas. Ahora no.
-
Espero que no tengas mas amigos
que rescatar
Y la respuesta en la sonrisa cómplice –
Graziani, si el después de las misiones es así, creo que encuentro alguno mas
---------------------------------------------------------
Lo despierta el sonido del celular, busca a
tientas el interruptor de la luz y tarda unos instantes en recordar donde esta,
el brazo de Guillermo cruzado sobre su cuerpo, un hotel, Helsinki, mensaje de
Maidana – Guille, amor, despertate
-
No – le responde sin abrir los
ojos
-
Tenemos que llevar a Maidana al
aeropuerto, se vuelve a casa
-
Hace falta?
-
No seas malo
-
Tengo mejores ideas amorcito –
responde abrazándolo
Sabe bien qué
hacer para que se levante - bueno, no te preocupes, voy yo – sonríe y aguarda
la respuesta en un gruñido
-
Esperame
----------------------------------------------------------------------------------------
Aeropuerto de Vantaa
-
Mi amor, lo mareaste con tantas
recomendaciones – acaban de dejar a Maidana en la puerta de embarque
-
Alguien tiene que ser
responsable, Pedro
-
Porque no aprovechamos y
comemos algo por acá? Me muero de hambre
Almuerzan tranquilamente, “demasiado
tranquilo” y después se entretiene mirando negocios “que se trae entre manos
ahora?”
-
El auto no quedo para el otro
lado, amorcito?
-
Mira para allá – le es imposible
ya ocultar la amplia sonrisa en su rostro
-
Que hace Marcial acá?
-
Ahí – señala
-
Que dijimos de falsificar mi
fir….
-
No hice nada! No es mi culpa si
no revisas lo que te doy para firmar!
-
Papa!
-
Papi!
Y casi caen al suelo bajo el abrazo de Brisa y Diego. Más atrás camina Marcial con las valijas
- Pudieron resolver el caso? – los ojos grandes como platos interrogando - Papa lo resolvió - Hijita trajiste lo que te pedí? - Yo me quedo unos días por acá y después me voy vamos a Paris. Gracias Guillermo Estrecha la mano que le ofrece Marcial – sabes si están bien? - Si, toda la familia en Marruecos – y dicho esto se despiden y se van Le entrega el pequeño paquete que le dio Brisa - Esto es tuyo Grazziani"
- Pudieron resolver el caso? – los ojos grandes como platos interrogando - Papa lo resolvió - Hijita trajiste lo que te pedí? - Yo me quedo unos días por acá y después me voy vamos a Paris. Gracias Guillermo Estrecha la mano que le ofrece Marcial – sabes si están bien? - Si, toda la familia en Marruecos – y dicho esto se despiden y se van Le entrega el pequeño paquete que le dio Brisa - Esto es tuyo Grazziani"
Lo abre – creí que no estaba usted casado
caballero - y coloca la alianza en su dedo anular al tiempo que lo besa y le
deja un “te amo” sin palabras en los labios – volvemos al hotel Pedro?
-
Shhhh papa! Le tenes que decir Agustín
Hijita – se agacha y mira esos ojos tan negros
como los suyos – para papa, papi siempre va a ser Pedro
Aun después de tantos años no logra
sustraerse a la sensación que le produce el milagro cotidiano de comer todos juntos,
sea en casa o en el restaurant de un hotel en cualquier lugar del mundo, Guillermo
sentado enfrente de él con los chicos a los costados, mostrándoles en la
computadora el largo itinerario del viaje y las distintas ciudades que
visitaron y las que faltan por ver y explicándoles porqué las noches son tan
claras en Finlandia en verano – así que hay que ir a dormir a la misma hora que
en casa aunque sea de día todavía- levanta la vista y repara en los húmedos
ojos marrones al otro lado de la mesa –
todo bien, hermoso? – acerca una silla y se sienta a su lado, le acaricia la
frente y las mejillas, besa los parpados cerrados y los labios temblorosos –
veni, veni - lo abraza estrechándolo contra su pecho hasta que oye el suspiro y
siente el leve sacudir de los hombros, lo retiene un poco más para estar seguro
de que logro calmarse, lo mira y sonríe – ya paso?
Asiente en silencio
-
Todos a la cama entonces
-----------------------------------------------------------------------------
-
A donde vamos hoy? – desayunan
los cuatro en la habitación más grande
-
A Linnanmäki
-
Otra vez?
-
Ah…- un guiño cómplice a los
chicos- me olvide que papa le tiene miedo a las montañas rusas
-
Miedo yo? Quien te dijo?
-
Entonces podemos ir? – atrapado
-
Hay mejores cosas para hacer
que andarse dejando revolear de un lado para otro
Se ríe - no te animas
-
Ah no? Vamos a ver quien
aguanta mas
-
Apostamos?
-
Hecho
-
Vas a perder….
Unas horas después espera apoyado en el
marco de la puerta del baño a que termine de vomitar – te dije que te iba a
ganar, amor
-
Andate a la mierda, Pedro
-
Y te dije también que no
comieras
-
Claro….tengo que ser el único
que se queda sin comer
-
Sos el único que se marea
-
Que nos falta? – como si no
conociera la respuesta
-
El Sea Life?
-
Hay que ir a ver todos esos
bichos?
-
No me vas a decir que no te
gustan los caballitos de mar….
-
Ni los de mar, ni los de la
calesita ni….. – lo interrumpe un beso que le corta la respiración y el peso
del cuerpo de Pedro empujándolo contra la pared. Mira alrededor antes de
corresponderle
-
Después me podes pedir lo que
quieras
-
No me provoques….
-
Lo que quieras, amor…
En los días siguientes visitan la ciudad
costera de Porvoo con sus casa rojas y las tiendas de decoración, la fortaleza
de Suomenlinna, picnic incluido bajo protesta Grazziani y el resto de la
ciudad, vuelven cansados de la visita al zoológico, y después de la cena….
-
Te quedas con los chicos
mientras yo me doy a dar una vuelta, amorcito?
-
Qué!?
-
Que!? – imitándolo
-
Solo?
-
Dijiste lo que quisiera…
-
Lo que quisieras conmigo…
-
No….ese no fue el trato…
-
Adónde vas?
-
A caminar por ahí…. Que se yo, footing,
running – le deja un beso en los labios – vuelvo en un rato
Diego y Brisa duermen en la habitación de
al lado, mientras él da vueltas sin poder conciliar el sueño, “porque tarda
tanto?”, llamo varias veces y no contesta, solo respondió a un mensaje de texto
“acóstate, cielito, en un rato vuelvo”. Tira el celular sobre la mesa, se
sienta en la cama y apoya la cabeza en sus manos, intenta no pensar, la vida
nocturna en la ciudad es intensa, mas en verano, “la puta madre”, y si va a
buscarlo?, pero adonde? Y no puede dejar a los chicos… repasa los días
anteriores…todo parecía estar bien “a que mierda se tiene que ir solo?” Se
acuesta cuando lo escucha llegar, controla la respiración, no va a preguntar,
no quiere quedar como un idiota otra vez.
Deja las bolsas sobre la mesa – Pedro, dormís?
– susurra. Sabe que probablemente no, y si no contesta seguro esta enojado,
sonríe y se acuesta, cierra los ojos y simula dormir, hasta que escucha el
ruido de los paquetes – no toques eso
-
Qué es?
-
Regalos
-
Para quien?
-
Fabián, Valeria, Daniel, Beto,
Gaby – explica divertido
-
Y desde cuando le compras
regalos a Beto?
-
Celoso?
-
No seas pelotudo y respondeme
-
Desde que se queda a cargo del
estudio mientras yo te sigo por todo el planeta, lindo. Porque no venís a la
cama?
Se recuesta al lado sin dejar de protestar,
resopla frustrado – adonde fuiste?
-
Ya te explique
-
A qué lugar?
-
Como voy a acordarme con los
nombres tan raros que tienen acá? – lo besa y espera la pregunta
-
Para mi compraste algo?
-
Mañana vamos y elegís lo que
quieras
-
Anda a cagar Guillermo –
responde entre dientes antes de darse vuelta y acostarse.
Esta solo cuando se despierta a la mañana
siguiente, escucha las voces en la habitación de al lado, desayunan, se levanta
y busca el paquete debajo de la almohada. Se dirige hacia la mesa – buen día! –
besa el siempre desordenado cabello de su esposo y deja el regalo al lado de su
mano – tenemos planes para hoy?
-
Vamos a andar en bici por toda
la ciudad! – a coro Brisa y Diego
Suspira, idea de Pedro, seguro. Lo ve sonreír
mientras desenvuelve el celular, último modelo recién lanzado en Europa – era
ese el que querías?
-
Justo este, amor! No había en
azul?
-
Vos me estas cargando?
-
Este color esta perfecto
-------------------------------------------------------------------
Pasean por las extensas ciclovías de la
ciudad – Pedro, deja ese teléfono y mira para adelante, te vas a caer
-
No pasa nada – pero lo guarda-
les juego una carrera
-
Estas en pedo
-
Dale Graziani, doscientos
metros, te doy cincuenta de ventaja
Da la señal de largada, calcula la
distancia y arranca a toda velocidad, cuando se está acercando Diego cierra
filas para impedirle el sobrepaso, maniobra hacia el otro lado rozando apenas
la pierna de Guillermo al pasar. Frena bruscamente unos metros más adelante
cuando escucha los insultos y el estrepito de la bicicleta contra el asfalto –
Guille, estas bien? – pregunta a los gritos mientras regresa rápido, el rostro pálido
no es solo enojo y se sostiene la mano derecha – que te paso?
-
Que me paso, pedazo de bestia?
Que me tiraste!
-
Dejame ver
-
No, no me toques, creo que me rompí
la mano – levanta la vista hacia el semblante descompuesto y estira la mano
sana para sentarlo de un tirón – estas bien?
-
Me siento mal
-
A ver, llama al hotel, hay que
devolver las bicicletas y tengo que ir a un hospital….Pedro! – pero no logra
hacer que reaccione – Agustín!
-
Si – parpadea y sacude la
cabeza intentando despejarse – decime
-
Llamá por teléfono, querido
-----------------------------------------------------------------------------
Abordan al día siguiente el vuelo a
Londres, Guillermo enyesado se sienta junto a Brisa y atrás viajan Pedro y Diego, solo tres horas
de vuelo
-
Papa, me está pateando el
asiento
-
Hijo, por favor, enseguida
llegamos
Y al rato siente los pies en su respaldo,
pega un manotazo en las piernas de Agustín, quince minutos después lo mismo.
Suspira y se levanta – veni hijito, pasate adelante. Y vos correte para la
ventanilla.
Besa el hombro del brazo en cabestrillo y
apoya la frente en el – te duele?
-
Un poco, pero no te preocupes –
sonríe y acaricia su mejilla – siempre podes firmar por mí, no?
-----------------------------------------------------------------------------------
Londres
Almuerzan en la Abadía de Westminster
después de pasear toda la mañana – Guille, voy hasta Buckingham a buscar las
entradas para mañana que no las pude sacar por internet, me esperan acá?
-
Tardas mucho?
-
No
Regresa una hora después, atrasado por la
gran cantidad de turistas, no los encuentra en el bar, llama por teléfono,
apagado “la puta madre”. Recorre a paso rápido la Abadía sin encontrarlos.
Revisa la última ubicación del gps, es de esa mañana. Vuelve a revisar los
salones. Nada. Se comunica al hotel “no responden en la habitación”. Empieza a
preocuparse. Se suponía que luego irían al palacio de Westminster y al Big Ben.
Llama de nuevo sin resultado. Sigue casi corriendo el itinerario que tenían
planeado mirando para todos lados, sin dejar de revisar el celular. Vuelve una
vez más a la abadía y al bar, no están ahí. Empieza a faltarle la respiración y
un sudor frío le cubre la frente. Apoya la espalda contra la pared y cierra los
ojos intentando controlar las nauseas. Llama al hotel sin resultados. Están
perdidos. Repite el recorrido sin encontrarlos y sigue después por cualquier
calle. Camina al azar por el barrio chino. No sabe como llego hasta ahí. Toda
la preocupación se transforma inmediatamente en ira cuando los ve sentados en
un restaurant, Guillermo, Brisa y Diego hablando con un desconocido que al rato
se levanta, saluda y se va. Cruza a zancadas la distancia que los separa sin
reparar en nada a su alrededor
-
Papi!
-
Pedro! Por fin aparac….
-
Quien era?
-
Nos estaba indicando como
lleg…..
-
Y tu teléfono? Te llame mil
veces
Frunce el ceño, el tono no le está
gustando, revisa el móvil – ah, me quede sin batería
Y entonces estalla – me queres decir para
que mierda te doy un celular en cada país al que vamos si “te olvidas” de
cargarlo!? – grita
-
Para, para… Ustedes quédense acá
– lo saca a empellones a la calle – no podes hablarme así, y menos delante de
los chicos
-
Hace horas que los busco,
porque no me esperaron
-
Se aburrieron y seguimos
caminando, me desoriente un poco y paramos aca para que descansen y tomen algo.
Estaba pensando si volver al hotel o ir directamente a la salida del tour. No
es para que te pongas así.
-
Ah no! Estas con una mano rota,
con mis hijos, sin teléfono en Londres; te das cuenta que tengo un documento
falso y que si pasa algo no puedo ir a la policía?
-
Pero no paso nada
-
Eso es lo que siempre crees
vos, que no te va a pasar nada
-
Podrías confiar un poquito en
mi
-
Una sola cosa te pedí, que me
esperes, ni eso podes hacer
-
No me trates de estúpido
-
Ahí tenes tus entradas
-
Adónde vas?
-
Al hotel
-
Pero, amorcito…
-
Toma mi teléfono
-
Sos un boludo, no te voy a
llamar
Vuelven tarde, después del tour nocturno de
Jack el Destripador, Pedro duerme en la cama de Brisa, acuesta a los chicos en
la de ellos y él ocupa la de Diego. Lo oye dar vueltas toda la noche, murmura
palabras ininteligibles, su nombre de vez en cuando, tiene pesadillas. Acerca
un sillón y se sienta al lado, apoya la mano en la almohada “mañana voy a estar
molido” piensa, y cierra los ojos cuando lo ve al fin dormir tranquilo.
Recorren lo que queda de Londres al día
siguiente, todavía está enojado y apenas habla pero al menos esa noche se
acuesta en su cama. Ensaya una caricia en el brazo – no me toques
Desliza un dedo a lo largo de su espalda y
sonríe ante el leve estremecimiento - te dije que no – se levanta y se desploma
en el sillón cercano. Suspira y va tras él, con una mano en el mentón le
levanta la cabeza para estudiar el fondo de los ojos marrones, miedo – no te
tenes que asustar así, tranquilo Pedro, no te asustes.
Niega en silencio, le retira la mano y baja
la mirada – anda a dormir, yo me quedo acá
------------------------------------------------------------
Vestirse con una mano se le está haciendo
complicado. Desechó la camisa y opto por una remera pero los cordones le están
ganando la batalla. Busca sin encontrar a Brisa y Diego cuando ve salir a Pedro
del baño a medio vestir y pregunta – Brisa y Diego donde estan?
-
Desayunando en el restaurant – y
al rato agrega – que necesitas?
-
Ayuda con los cordones
-
A ver, dejame
-
Que hac….Pedro los chicos….
-
Son grandes…- responde mientras
le saca el otro zapato - saben que tienen que golpear – y las manos están ya en el cierre de su
pantalón. Cierra los ojos y se pierde en las sensaciones que le provoca el
cuerpo de Pedro contra el suyo mientras le saca la remera, los dientes y los
labios que siguen murmurando explicaciones que ya no escucha – además les deje
la notebook…así que tenemos tiempo
Le gusta esa forma de amar de Pedro. Suave
y profunda, meciéndolo lento como mece los lotos el rio que él tanto adora. Y
conoce el estado de ánimo que la acompaña. El mal del sauce, y una sola cura –
mañana volvemos, amorcito – demasiados kilómetros, demasiado tiempo fuera de
casa. Lo cubre de besos y en un intento de hacerlo sonreír agrega – adonde
queres que vayamos hoy? Debe haber algún parque de diversiones por acá, supongo
– y lo logra
-
Ya vomitaste bastante en
Helsinki, vamos a caminar por ahí nomas.
Terminan de vestirse justo antes de
escuchar los golpes en la puerta
-
Ya vamos!
-
Cielito, los cordones….
----------------------------------------------------------------
Alberto los recibe en Ezeiza como siempre.
Brisa y diego corren a su encuentro – y Rincón? Y Mucio?
-
Los esperan en casa – abraza a
Guillermo – todo bien Guille?
-
Perfecto Betito, perfecto
-
Que te paso en la mano?
-
Preguntale a aquel – señala a
Pedro que camina más atrás trajinando con el carro lleno de valijas – alguien
me puede ayudar? Beto!
-
Estoy con Guille…
-
Tiene una mano rota nada mas,
puede subir solo al auto
-
Es un hombre grande Pedro – y
entra al coche antes que lo vea reírse
-
Un hombre grande y la puta madre
Continuara…..
¡Epa! Sencillamente maravilloso compartir cama y mesa con esta familia extraordinaria. Aunque, esta vez, Diego es Brisa han hecho sol acto de presencia. Maravilloso caminar por calles ya conocidas redescubriendo mundos nuevos. Maravilloso dejar Platòn a casa...
ResponderEliminarDiego y Brisa son de Ilgora...yo solo los tomo prestaditos
EliminarElena espero que puedas seguir con esta historia tan entrañable. (por favor también dormí) Gracias por compartir sus cotidianidades, sus viajes y mantenerlos en ese amor tan único e irrepetible. Marlene Rodríguez
ResponderEliminarEs una familia genial, gracias por traerlas a que compartan nuestras vidas!!
ResponderEliminarPoco importa si era 16 o 18: está bárbara!!! esta familia y sus itinerarios son geniales!!!!!!!!! Felicitaciones!!! qué siga,qué siga!!! Susy
ResponderEliminarMira lo que produces cuando Platon te deja escribir!!!...Cuanta belleza, amor, ternura y pasión salen de tu pluma. Adorarlos y agradecerte eternamente por hacerlos tan felices, juntos.
ResponderEliminargracias!
ResponderEliminarElena que maravillosa historia, repleta de ternura, amor, miedo, diversión, y cuántas cosas más!!! Cada vez más perfecta, más única. Cada vez agradecer más el eterno "Continuará" que nos colma de ilusión!!! Gracias!!!
ResponderEliminarFelicitaciones!! eterno continuará... muy buena historia!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarComo me gusta esta historia!!! cuanto amor, preocupación, complicidad... las diferencias lejos de separarlos los nutre y une cada vez más... qué siga!!!
ResponderEliminar