miércoles, 24 de septiembre de 2014

Embrujo (2da parte) by Elena & Antonia


“La puta madre, con el informante desaparecido, dos meses de investigaciones se van a la mierda”

Guillermo furioso empieza a dudar sobre la incorruptibilidad de sus colaboradores. Algo imposible de pensar hace unos días. Pablo con el que trabaja hace tantos años, un hombre medido, de pocas palabras, perspicaz a pesar de su juventud, con la capacidad de adelantar las respuestas antes que se formulen las preguntas.  Alma,  abogada y experta en comunicaciones, completamente fiel, con la maestría  de recuperar cualquier dato existente en la red, a veces de forma no tan lícita. De Lourdes no puede sospechar, además de colega, es una amiga incondicional; dispuesta a ayudarlo en el momento que lo necesite, en lo profesional y personal. Todos los demás no tienen acceso a las informaciones reservadas o son inofensivos.

Guillermo es consciente que es respetado y hasta temido; sabe que se corren bromas en la Oficina, sobre que su humor está conectado estrechamente con el clima del lugar: una sonrisa y las cosas están calmas, una tensión de la mandíbula y entonces, sálvese quien pueda porque se viene  el huracán. Lo sabe y juega con eso para evitar ser molestado.  Ama trabajar sólo, pero le gusta saber que puede contar con sus colaboradores. Aunque no sea de los que piden ayuda.

Esa mañana, cuando llegó al despacho, entró deprisa saludando apenas, pero alcanzó a  registrar la puerta abierta del despacho de Mezcal.

Había llegado el momento…

Afloja la corbata  y literalmente se deja caer en el sillón de su escritorio.

"Volver a empezar la investigación... ¿Cuántas veces me van a obligar a hacerlo?.. pero juro que no se las voy a hacer  fácil.. quien quiera que sea el espía en este despacho. Juro que lo voy a encontrar y que me lo como en desayuno, la putisíma madre…y vos Beggio, vos me vas a conocer"

Los ojos todavía cerrados, la cabeza apoyada  en el respaldo, no necesita mirar para saber que la que acaba de entrar, es Lourdes.

-¿Ninguna pista?
-Ninguna.. ese hijo de puta se esfumo en el aire.
-¿Qué vas a hacer?
Furioso - ¿¡Entendés que los datos que me paso no me sirven de nada sin él?! Lo otro  es confirmar que todo sea una mentira para despistarme, ya no sé que pensar.
-Lo mismo tenés que controlarlo
- ¿Alma?
-Ocupándose de lo que le pedíste
 Se acomoda en el sillón, incomodo -La puerta de enfrente esta abierta.. ¿Llego?
- Hace un momento

*  *  *
Lourdes había sido la responsable de darle la noticia, Pedro Beggio había sido nombrado para reemplazar a Mezcal.  No es que tuviera una relación de particular afinidad con Mezcal pero este nombramiento lo ponía a la defensiva. Pablo y Alma se encargaron de investigar todo lo referente a él.

-Sabía que nos iba a pedir informaciones; nos pusimos a trabajar en cuanto supimos quien iba a ser el reemplazo.
-¿Es informal?
-Todo rigurosamente informal. Esto no aparece en su curriculum- dice  Pablo mientras le alcanza una carpeta.
Recuerda que nada de lo que leyó le gusto; aunque, a nivel profesional, no se le podía hacer ninguna crítica, pero lo personal estaba lleno de puntos oscuros, parecidos a los de su propia vida, y eso no podía significar nada bueno.

*  *  *
-¿Ya lo viste?-dice Lourdes
-Sólo una vez…
Recuerda el momento donde se vieron, y lo particular de su mirada, la que lo siguió durante toda la ceremonia, profunda, enigmática; Guillermo se esforzó por ignorarlo. 
Cuando lo vio acercarse, se fue; una huida, con el pretexto de asuntos impostergables, pero sabe que fue “esa” mirada la que lo empujo a irse.


Mientras tanto  Pedro Beggio, sentado en su nuevo despacho, recuerda la tarde cuando presto juramento en el Salón de los Bustos. Repasa las caras de los asistentes mientras se entonan las estrofas del Himno Nacional,  durante el acto,  donde él y otros funcionarios asumen sus cargos. Aunque no conoce a todos intenta rápidamente hacerse una idea de quién es quién. Senadores, diputados, ministros, secretarios, observa con detalle a cada gesto, saludos, miradas, atento a los invisibles hilos de poder que los unen, en tanto mantiene la fachada de estar concentrado en los discursos. Al fin llega el momento de su jura. Firma y observa con cuidado a los asistentes sentados en la primera fila. Al lado del Fiscal de Control Administrativo de la Oficina Anticorrupción, el Director de investigaciones, Guillermo Graziani, la persona  a la que debe investigar. Cincuenta y pico, sobrio y elegante, sentado como si estuviera solo en la sala llena de gente, aun cuando inclina ligeramente la cabeza escuchando algún cometario del Fiscal. Siente un estremecimiento recorrer su columna en el instante en que cruza la mirada con los ojos negros, inteligentes, decididos y con algo más que no logra definir. Un hombre interesante.
Atiende amablemente a la prensa mientras lo ve alejarse presuroso en cuanto todo termina, y repite las promesas que escucho tantas veces: luchar contra la corrupción, tolerancia cero, transparencia en la función pública y bla, bla, bla.
Termina esa misma tarde de derivar los casos que puedan suponer algún conflicto de intereses con su nueva función, trabaja hasta tarde en un intento de sacar de su mente el recuerdo de los ojos oscuros, sabiendo que irremediablemente los volverá a encontrar todos los días.
Sonríe irónico, será el recuerdo de "esos" ojos oscuros lo que lo empujaron a vestirse elegante, tal vez demasiado ó  llegar temprano a la oficina en su primer día.

Un ambiente cordial, amable y cerrado, en el que claramente sobra.

Pedro se sacude de los pensamientos y se esfuerza de hundirse en el trabajo. Pasa la mañana revisando carpetas y expedientes mientras estudia el movimiento de los empleados a través de la puerta entreabierta de su despacho, planificando la estrategia a seguir. Apenas ve a Guillermo salir dos o tres veces de su oficina para dar instrucciones a sus subalternos a quienes adivina fieles, y desvía la vista cuando lo ve mirar en su dirección. Almuerza allí mismo. Transcurre la tarde sin mayor novedad. Espera hasta que se retira, tarde a la noche,  y lo intercepta, casual, en la puerta.

-Llueve, ¿te llevo?

Guillermo lo mira  largo, por fin se aleja sin decir una palabra; de repente cambia de idea, vuelve sobre sus pasos  y lo enfrenta...

-No confraternizo con desconocidos y vos, para mí, sos un desconocido…..

Y se va dejándolo parado en el mismo lugar, bajo la impiadosa lluvia.

*  *  *
Pasada una semana, Pedro se da cuenta que la situación es más delicada  de lo que pensaba. Los colaboradores de Mezcal removidos de sus cargos, los archivos de la computadora del despacho borrados. Ningún efecto personal, nada. Investiga las noticias de la muerte. Accidente de tránsito, ningún antecedente de infracciones. Intenta ubicar la pericia médico-forense pero el caso fue rápidamente cerrado y archivado, y queda fuera de su jurisdicción. Algo huele muy mal.
Para empeorar las cosas le es imposible acercarse a Guillermo que lo esquiva permanentemente, mientras sus colaboradores interponen un amable e infranqueable cerco a su alrededor
Revisa por enésima vez los extensos archivos, ordena las carpetas y entonces, la ve; una pequeña marca, casi invisible, en algunas de ellas.
Cierra con llave la puerta y las separa. Declaraciones patrimoniales del Jefe de Gabinete por un lado; y por otro listas de empresas, canales de televisión, radios, periódicos y sociedades anónimas, algunas de las cuales conoce. Nombres y números desperdigados al azar en causas sin conexión, escondidos en un rompecabezas. Y la sospecha. "La puta madre. ¿Mezcal investigaba al Jefe de Gabinete y está muerto? Pero, ¿porque me piden investigar a Graziani? ¿Qué es lo que sabe él?".

Se mueve rápido. Pasa todo el día copiando los datos en su notebook y en dos memorias más, una con destino a una caja de seguridad en un banco y la otra para un periodista amigo.
Tipea una investigación ficticia en la computadora, archiva carpetas falsas, vuelve a guardar todo y ordena el escritorio.
Sale de la oficina tarde, ya de noche. Se dirige a la salida cuando escucha el ruido de la puerta de Guillermo y ver pasa a una mujer casi corriendo, no la reconoce. Se detiene y acerca despacio al despacho, lo ve sentado en su escritorio, con la mano apoyada en la frente, visiblemente consternado.
Golpea despacio el marco.

-Perdón Guillermo, necesito hablar con vos.

Continuará....

13 comentarios:

  1. No crean que me resulta fácil.....el ambiente.....el trabajo distinto.....pero imagino lo que pronto viene y espero con ansias........seguro muy interesante,lo que pasa es que soy impaciente y ya quiero algo de miradas y algo de lo que "ellos" suele darnos......pero se esperar y doy gracias por esta historia tan interesante.Gracias Elena y Antonia.Feliz de leerlas.Genias.Mirta.

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  2. Mmmm què historia inquietante,mucha tensiòn en el aire...Mis partes favoritas: " lo personal estaba lleno de puntos oscuros, parecidos a los de su propia vida, y eso no podía significar nada bueno."

    " Cincuenta y pico, sobrio y elegante, sentado como si estuviera solo en la sala llena de gente, aun cuando inclina ligeramente la cabeza escuchando algún comentario del Fiscal. Siente un estremecimiento recorrer su columna en el instante en que cruza la mirada con los ojos negros, inteligentes, decididos y con algo más que no logra definir. Un hombre interesante...." Este Graziani me enloquece...

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  3. Gracias chicas por esta nueva historia. A este Graziani tan recio y mal humorado, con sus "puntos oscuros" y muy muy lejos de la ternura, me intriga saber que le puede pasar en un futuro.Espero la continuación prontito. Muchas gracias. Marlene

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  4. Que historia que presiento que me va a movilizar desde los pies hasta la cabeza,me inquieta, es sugerente y sensual...me gusta mucho!! En espero de lo que vendrá...Gracias!!

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  5. No es justo!! Dejarnos así... Cuánto suspenso e intriga, felicitaciones, han logrado una vez más que nos enamoremos de los personajes y sus historias... Esperando la continuación!! Susy

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  6. Interesante relato.Ese efecto Graziani me encantò: "Sonríe irónico, será el recuerdo de "esos" ojos oscuros lo que lo empujaron a vestirse elegante, tal vez demasiado ó llegar temprano a la oficina en su primer día...."#entregado
    "No confraternizo con desconocidos y vos, para mí, sos un desconocido…." jejeje por ahora.-

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  7. ¡Qué intriga! ¡Qué suspenso chicas! Puntos oscuros, desconocidos, un Grazziani en estado puro, en cambio, cuando no, Cielito ya cayó por su propio peso... qué lo parió... vamos por mas!!

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  8. mmmmmm Anto creo que se vienen aquellas miradas,roces...deseo mire donde mire te veo

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  9. Ayyy! Acà va a arder Troya..." trabaja hasta tarde en un intento de sacar de su mente el recuerdo de los ojos oscuros, sabiendo que irremediablemente los volverá a encontrar todos los días...." #atrapado en las redes del gran Graziani...y quièn no?

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