Viñetas: No te bajes by Marlene

No te bajes– dice mientras lo toma del brazo, antes que Guille logré salir del auto- necesito que me escuches, sin interrumpir. 
- Pedro, ¿qué te pasa?...Ya hablamos, para que prolongar esto, no tiene sentido!
- Escúchame, después te bajás... 
Y como si un dique, se hubiera abierto, las palabras comenzaron a brotar y Pedro ya no pudo detenerse... 
-Me cansé…no, no puedo seguir, ya no me importa Camila, ni Ana, ni Fabián, ni Miguel, ni nadie en este mundo. 
No quiero saber nada de la abogacía, del estudio, de los clientes. 
No me importa si mañana me extrañás, o me seguis queriendo. No me importa…, sí es el fin del mundo. No quiero saber si no tenés tiempo, si no tenés edad. Si estás decepcionado o encantado. No me interesa. No tienen sentido las palabras, ni la vida misma. Pasado, futuro, religión, infinito…nada me importa.
Guillermo es un bloque de desconcierto.
-Que se estrelle todo, que se caiga el mundo. No me interesa sostener, ni disimular. Que se sepa, que no se sepa. Que nos vean, que no. No me interesa. Ya sé que lo hablamos ayer, que lo razonamos. No me importa. No quiero pensar si no querés volver a verme, ni tus razones. Hoy no me pesan los temores, ni me siento cobarde.
No me interesan las barreras, los valores, el peso específico, la ética, la superpoblación...o lo que mierda se te ocurra.
No me interesa la vergüenza que estoy sintiendo…
Hoy, quiero, -casi suplicando- hoy quiero que estemos juntos…solos, sin que nos importe nada. 
Quiero que me ames -con voz grave y lenta- quiero estar con vos. Ahora. Sin esperas. Quiero tu amor, urgente... quiero un beso de veinte minutos y un abrazo que dure lo que quiera durar...Quiero lo imposible, lo que desconozco y hasta lo que no estés dispuesto a dar. 
Te lo ruego...
Te provoco, si querés, " pedime lo que quieras, meteme al rincón y no me dejes salir más"...
Quiero lo mismo que tu corazón grita…
El silencio gana el interior del auto.
-Listo, terminé. Podés bajar.

Guillermo mudo, enrojecido, abrió la puerta. 
Salió disparado del auto, dando un portazo.
Y entró al estudio.
Pedro, recostado en el respaldo del asiento, con los brazos lánguidos y los ojos cerrados, se recupera, mientras trata de contener las lágrimas que se escapan. De pronto el sonido del celular y el display con el nombre conocido.
- ¿Ya te fuiste?-
-No-
-Esperame que salgo-
Guillermo entró al coche. Sin ira. Y mostrándole una llave dijo: - Vamos, yo te digo adonde- 
El auto, arrancó suavemente y empezó a alejarse, (- también podemos almorzar, si querés....tenemos toda la tarde-.) hasta que se hizo un punto azul, en el fondo de la calle...