El prófugo (2da parte) by Elena

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El timbre insistente lo despierta de madrugada, se viste apresuradamente y baja.

-          Estas seguro que tu cliente es inocente? – entra sin esperar

-          Puedo darme cuenta cuando la gente miente – y en boca de cualquier otro ese comentario sonaría petulante – y que hay de Camila?

-          En cierta forma…puede ser algo tonta o básica, no preguntar….pero nada mas

-          Siempre trabajas así?

-          Así cómo?

-          Son las tres de la mañana

-          Si es inocente no debería estar prófugo

Guillermo sonríe – esa es una visión muy romántica de la justicia

-          Creo que encontré algo que nos puede servir

“Nos” – y para eso viniste hasta acá?

Desvía la mirada acorralado. Sabe que con un llamado hubiera bastado y sacude la cabeza ahuyentado el hecho de que solamente quería verlo de nuevo – hay una operación – balbucea ordenando sus pensamientos – una operación muy grande de compra de soda caustica que se repite regularmente, mira! – se sienta y abre la carpeta, intenta disimula el escalofrío que le recorre la espalda cuando Guillermo se inclina sobre él para leer lo que señala

-          Hay que investigar a los compradores

-          Son varios….laboratorios, farmacias, distribuidores

-          Tiene que haber algo, alguien en común, un socio….preparo café?

-          Por favor. Sabes donde esta?

-          Quien?

-          Tu cliente

-          Sé que está bien – duda – tan bien como se puede estar en una circunstancia así. Azúcar? – pero el joven está dormido en el sillón, agotado por la larga jornada

Le saca los papeles de la mano, busca una manta y lo tapa sin que apenas se mueva. Se sienta en la mesa para revisar de nuevo los documentos, tiene que resolver este caso cuanto antes. Lo mira dormir….siempre le sorprende la facilidad con que algunas personas concilian el sueño, para él eso es imposible. Toma nota de las fechas y los nombres de las empresas, mañana a primera hora tendrá que hacer llamadas para averiguar más. “Tan apasionado y con una idea tan idealizada de la justicia”. No logra concentrarse, sigue escribiendo números y más números, es cuestión de vida o muerte para el prófugo.

Suspira, recoge todo y se levanta de la silla para ir a su habitación, aunque sabe que es inútil intentar descansar….se sienta en el suelo al lado del sillón y apoya la cabeza en el borde del asiento, bosteza, y se duerme

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-          Ey! Despertate – lo sacude despacio hasta que abre lentamente los ojos y entiende en donde esta

-          La puta madre me quede dormido, perdón

-          Levantate que ya está el desayuno

Café y tostadas con mermelada. Observa la decoración de la casa, sobria y masculina, libros por todos lados, algunos cuadros, plantas, mira la mano sin alianza que le alcanza la taza.

-          No estás casado? – pregunta y al instante se arrepiente y se sonroja

-          No – sonríe Guillermo – vos?

-          Tampoco. Y que haces? digo… además de trabajar….

-          Nada, trabajo todo el día y los fines de semana también; vos?

-          Algún que otro hobby…. Y trabajo….

El silencio se hace incomodo - Paso por Flichman y te veo a la tarde en tu estudio para seguir con esto, está bien? – mientras deja las cosas en la pileta de la cocina; se da vuelta y prácticamente choca con Graziani, sus ojos se encuentran por apenas un instante y se separan turbados

-          Sí, anda, te vas a quedar sin trabajo por mi culpa….nos vemos a la tarde

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 Lo ve charlar con otro hombre a través de la puerta abierta de la oficina mientras se acerca, el trato es familiar, sentados uno cerca del otro…..por supuesto conoce lo que se dice de Graziani en los pasillos de tribunales, qué importancia tiene? No es asunto suyo, es evidente que son amigos o….

-          Los presento, el abogado de Camila Moravia, Juan Arismendi el fiscal de la causa

-          Mucho gusto

-          Le estaba contando a Juan lo de las compras de soda caustica, se usa para..

-          Ya lo averigüé – la mirada del abogado es fría y directa – como solvente en la fabricación y purificación de metanfetaminas

-          Como…? – sorprendido Graziani

-          Tengo contactos en la policía. Puedo hablar con vos? A solas? – visiblemente molesto

-          Si claro. Danos un minuto Juan, vamos a la cocina

-          Le estas revelando datos confidenciales de mi cliente al fiscal de la causa? Estás loco?

-          Tranquilo…. Ya te dije que toda mi gente es de absoluta confianza

-          No de la mía

-          Es un amigo

-          Eso ya puedo verlo

Guillermo frunce el ceño sin entender – si confias en mi, confias en mi, nos puede ayudar, dale, afloja un poco – suena su celular y atiende – te dije que no podes llamar….si, quedate tranquilo….estoy trabajando, estamos – lo mira – trabajando para resolver esto lo más rápido posible…..no me dedico a otra cosa…no me llames…yo me voy a contactar – cuelga – vamos a la oficina averiguamos cosas que te van  a interesar.

“Averiguamos” porque ese plural le molesta tanto?

J – todas las empresas que le compran soda a Moravia tienen un socio en común, un tal Materazzi, que a su vez tiene varias causas por estafas y otras yerbas pero, y acá está el problema, está protegido por el juez Fontana

-          El mismo de la causa Moravia

-          Exacto, además este juez esta sospechado de corrupción y de tener conexiones con el narcotráfico, y personalmente, me encantaría que lo destituyan

G – entonces tenemos que averiguar a quien le vende la soda Materazzi y estamos en camino

-          Donde está el expediente?

J – en el juzgado de Fontana, puede ser un camino peligroso…hay que andar con cuidado. Vengan mañana, los ayudo a entrar y lo buscan – se levanta- los veo entonces…

Guillermo lo acompaña hasta la puerta – gracias Juancito – le palmea la espalda

-          Por vos lo que sea Guillote, ya sabes – se ríe y le guiña un ojo - bravo el chiquito….

Lo encuentra caminando de un lado a otro del patio, furioso – decime que gano yo con todo esto?

-          Si Camila declara lo van a tener en cuenta para atenuar su condena, con un poco de suerte ni siquiera va presa

-          Como esta tu cliente?

-          Desesperado pobre, es muy difícil su situación – suspira y se sienta en el banco

Apoya la mano sobre la de Guillermo, en su rodilla – tranquilo….lo vamos a resolver, va a estar bien.

Gira la cabeza para mirarlo a los ojos y se queda ahí, cuánto tiempo? Segundos? Minutos? O toda la eternidad?

-          Te llevo a tu casa?

Continuará....