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Si un cuerpo actúa sobre otro con una fuerza (acción),
éste reacciona contra aquél con otra fuerza de igual valor y dirección,
pero de sentido contrario (reacción).
Tercera Ley de Newton. Principio de Acción y Reacción.
Guille, se acomodó en el sillón de su despacho para volver a repasar el
expediente que estaba leyendo.
Sólo dos minutos le duró la concentración, se sacó los anteojos, y su
mirada otra vez se vio atraída hacia el nuevo sillón que decoraba su oficina,
se preguntó por enésima vez por qué había ahora un sillón de dos cuerpos en su
oficina, gruñó… Sabía que si preguntaba no iba a obtener respuesta, “órdenes
del médico” del día anterior: nada de preguntas y respuestas directas, porque
el cerebro necesitaba ejercitarse, esforzarse por recordar. O sea nada de “¿qué
carajo hace ese sillón ahí?” ni de “¿cuándo empezó a trabajar Sonia en el
estudio?” y mucho menos un “¿cómo fue que me enamoré de vos y cambió toda mi
vida?”
Se paró, caminó de un lado al otro, dudó en consultar uno de los tomos
de “La Ley”, pensó en ir a prepararse un mate cocido, al ver la puerta cerrada
de su oficina, desistió del intento y se volvió a sentar.
No, no quería ver a nadie…esa puerta estaba cerrada con una clara
intención, mantener a todos alejados… especialmente a Pedro.
La vuelta al trabajo autorizada por el médico, lo había ayudado en su
propósito de escapar de Pedro como fuera.
Mucho trabajo atrasado, muchos expedientes para estudiar, nuevos
clientes que atender.
El día anterior, Pedro había pasado el día entero en Tribunales, antes
que volviera le dejó el mensaje que se iba a cenar con Fabián y su novia,
sabiendo que sería el último lugar al que Pedro lo acompañaría después de la
escena en el sanatorio.
Cuando volvió a la noche, Pedro ya estaba en su cuarto, ¿despierto?
¿dormido? No lo sabía… y no pensaba averiguarlo.
Hoy su táctica había sido otra, gruñirles a todos, esconderse bajo la
máscara del enojo y no dejar a nadie acercarse.
Los golpes en la puerta dieron cuenta que su estrategia no había sido
tan exitosa como pensaba.
Sin esperar respuesta de su parte, la puerta se abrió y entró Beto.
-“Guille, quiero hablar con vos…”- lo encaró.
-“¿Qué pasa Beto? Que sea rápido porque estoy muy ocupado”- lo apuró
Guille.
-“¿Cómo están tus cosas con Pedro?”-
-“Beto, no tengo nada que hablar con vos sobre ese tema…”
-“¿Tan mal?”-
La mirada de Guille fue fulminante.
-“Estoy… estamos… con Gaby, ¿viste? preocupados por Pedro…”-
-“Ajá”- fue la escueta respuesta de Guille.
Al ver que el silencio se prolongaba, agregó –“¿Y?-
-“¿Cómo y? ¡¿Cómo me decís eso?!”- el enojo de Beto era palpable.
-“Beto, ¿qué querés qué te diga? ¿Qué querés que haga? A ver decime por
favor… porque todos parecen saber de mi vida más que yo, entonces decime, ¿qué querés
que haga?”-
-“No sé, hablá con él… no lo veo bien… “-
-“En este momento no tengo nada que hablar con Pedro y te pido por favor
que no me rompas más las pelotas.”- tomó aire y continuó –“si tan preocupado
estás, hablá vos con él.”
Guille de pésimo humor agarró el saco, abrió con furia la puerta del
despacho y con paso decidido fue hacia la calle.
Un Beto preocupado fue lo que se encontró Gaby que lo esperaba afuera,
negó con la cabeza… -“tenemos que hacer algo más …”- fue lo único que le dijo.
La salida como una tromba del estudio no le impidió a Guillermo ver un
destello de unos ojos marrones que no podían esconder el dolor de su dueño.
Decidió ignorarlos… Esas cuatro palabras pronunciadas por Pedro 48 horas atrás,
lo habían aterrado y lo único que había hecho desde ese momento era huir, aún
intuyendo el sufrimiento que provocaba, lo prefería a la alternativa.
No podía aceptar esa entrega absoluta de Pedro… no podía aceptarla, él
no tenía nada a cambio para ofrecerle, no podía permitirse que la felicidad de otro
dependiera de él. No quería esa responsabilidad. ¡¡¡No la quería!!!
Caminó, dio vueltas varias horas, entró a un lugar cualquiera para
cenar, lo más importante era estar el menor tiempo posible en su casa…
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Pedro se miró al espejo del baño del estudio y sintió que se cruzaba con
un extraño, cara demacrada, ojeras pronunciadas, aunque intentara, era imposible
de disimular que estaba cansado, mejor dicho agotado, se sentía un pelotudo por
haber abierto la boca, la distancia que le estaba poniendo Guille lo estaba
destruyendo… doblemente pelotudo por depender de alguien de esa forma.
Lo había escuchado a Guille volver la noche anterior, tarde, tardísimo,
tuvo ganas de encararlo, preguntarle que mierda iban a hacer con “esto”… pero
desistió, el miedo a la respuesta lo paralizó.
Sintió de vuelta la puntada en el pecho, nunca había desaparecido desde
esa noche del sanatorio. Se negaba
sistemáticamente a volver a tomar el remedio, recordó las palabras del médico
de casi dos años atrás “tenés que tratar
de evitar las situaciones de estrés y si aparece algún episodio y no querés
tomar el medicamento, vas a tener que buscar la forma de bajar las
revoluciones, con técnicas de relajación, de respiración, lo que sea, pero no sometas
a tu cuerpo a esa situación más de lo necesario, porque va a ser peor.” Peor
ya era… irónicamente quién le provocaba su mayor estrés era normalmente su
fuente de calma.
Escuchó que Gaby lo llamaba desde afuera. Se lavó la cara y con un último
vistazo al reflejo del espejo, salió.
En el mismo instante salió Guillermo de su despacho, cruzaron miradas
por un segundo, pero enseguida desviaron la vista.
Gaby traía una pila de carpetas y parecía ansiosa.
-“Que suerte que están todos acá”- dijo mientras veía acercarse a Marcos
y a Beto.
El plan que habían urdido la noche anterior con Beto, estaba por ponerse
en práctica…encontrar un caso en el que tuvieran que trabajar todos juntos fue
muy fácil, la clienta de esa mañana se lo había facilitado. La parte más
complicada iba a ser salirse ella del caso y dejarlos trabajando solos a Guille
y a Pedro.
-“Acabo de ver a la nueva clienta y el caso viene muy complicado. No voy
a poder yo sola.”-continuó.
-“Bueno vamos, vamos a reunirnos”- decidió Guille y caminó hacia la sala
de reuniones.
Todos se fueron sentando alrededor de la mesa y Gaby, repartió unas
carpetas con la información básica del caso.
-“Bueno, nuestra clienta está por iniciar un juicio por la tenencia de
sus sobrinos contra su cuñado, su hermana murió hace un mes.” – empezó
explicando Gabriela.
-“Ajá… pero es muy difícil que le den la tenencia a ella, estando el
padre de los chicos vivo.”-aclaró Guille.
Antes que pudiera continuar Gabriela, Marcos interrumpió –“Si me
disculpan, este tema no es lo mío y tengo que ir a ver a un cliente en un rato,
veo que ya son varios y no creo que me necesiten.”
-“Sí, andá Marcos, cualquier cosa vemos si necesitamos algo.”- acotó
Guille.
-“Bueno, sigo… la clienta quiere disputar la tenencia de los chicos
porque tiene pruebas de que su cuñado los maltrataba, y les pegaba, y a su
hermana también… si se fijan en la carpeta pueden ver algunas fotos de las denuncias
que hicieron en su momento.”- continuó Gaby, mientras ponía en orden sus
papeles.
Pedro se puso pálido, había abierto la carpeta y visto las primeras
fotos. Antes que Gaby pudiese continuar hablando, anunció,
-“Yo tampoco puedo seguir en este caso, por favor les pido que me
disculpen.”- y se levantó de la silla con intención de irse.
-“Pará, pará, acá no se pueden ir todos porque se les da la gana,
paremos un poco viejo.”- acotó Guille de muy mal humor.
-“Guille, por favor yo no puedo ayudar en este caso, te lo pido por
favor…”-
-“Dame una razón para que no puedas seguir en este caso y te podés ir.”-
Pedro negó con la cabeza y no dijo nada.
-“No me podés decir nada, entonces ¿qué es esto? ¿Un capricho? Por favor
somos gente grande…”
-“Guille, por fav…”- trató de razonar Pedro.
-“Basta Pedro, comportate como el profesional que sos, sentate y sigamos
con el caso.” – el fastidio de Guille era más que evidente.
Pedro abatido volvió a sentarse en la silla.
A medida que Gaby seguía con las explicaciones del caso, el dolor en el
pecho se hacía más pronunciado, habitualmente Guille lo protegía de estos
casos, él ni sabía que llegaban al estudio. Ahora tenía que enfrentar, solo,
sus fantasmas.
Finalmente no aguantó más, se levantó bruscamente y salió al patio,
tenía la ilusión que al aire libre iba a poder respirar mejor, pero era en
vano, no podía controlar su respiración.
La salida brusca de Pedro, dejó sorprendidos a los otros tres.
-“Te dije que Pedro no estaba bien”- el tono acusador de Beto era muy claro
mientras miraba a Guillermo.
-“Voy a ver qué le pasa”- dijo Gaby y dejó a los dos hombres solos.
-“Vos sabés que el que tendrías que estar en el patio viendo que le pasa
a Pedro sos vos, ¿no?”-
-“Beto…” – la advertencia en la voz de Guille sonó muy clara.
-“No, basta de “Beto”… Guille, vos sabés que yo te quiero mucho y te lo
tengo que decir. Vos sos muy inteligente, viste, pero en este momento no te
sirve de nada la inteligencia. “
-“¿Qué querés que haga Beto? Yo a Pedro ni lo conozco.”- contestó Guille
muy despacio.
-“Pero, es ahí donde te equivocás… vos a Pedro, lo conocés. Lo conocés
más que a vos mismo…”-
Ante la mirada de incredulidad de Guille, Beto siguió, -“No escuches lo
que te dice tu cerebro, muy adentro tuyo, tus entrañas te están diciendo algo y
vos no las estás escuchando, estás negándolo, pero vos a Pedro lo conocés y
sabés muy bien lo que tenés que hacer. Tenés que confiar en tus instintos.”
-“No puedo, no sé qué hacer…”-
-“Te voy a decir algo, si en este momento, alguien te da un golpe en la
cabeza y recuperás la memoria como en las películas, te morirías de vergüenza y
no podrías creer como estás tratando a Pedro, es corta la bocha… andá, él te
necesita, vos vas a saber qué hacer.”
Por unos minutos, Guille se quedó estático en donde estaba parado,
después dio media vuelta y salió al patio.
Vio que Gabriela estaba arrodillada al lado de Pedro, tratando de
ayudarlo, parecía no haber tenido éxito.
-“Gaby, andate por favor…” –pidió Guillermo.
-“Guille… no me parece…”-
-“Gaby, por favor… necesito estar con Pedro, podés por favor, hacer lo
que te estoy pidiendo”- viendo la seriedad y la firmeza de Guillermo, Gabriela
se paró y con un apretón en el hombro de Pedro, se fue adentro y los dejó
solos.
Guille acercó una silla y se sentó frente a Pedro, tocándose las
rodillas. Respiró profundo, no sabía realmente que tenía que hacer, pero
decidió confiar en su instinto. Con mucha suavidad apoyó sus manos sobre las de
Pedro, que estaban estrujando su camisa a la altura del pecho.
-“Guille, por favor, no… dejame.”- el dolor se sentía en cada palabra
pronunciada por Pedro.
-“Shhh, calmate, decime que te duele.”
Un silencio de labios apretados fue la única respuesta.
-“Pedro, por favor…” –le rogó.
-“La cicatriz… y me está costando mucho respirar…”- admitió finalmente.
-“Ni siquiera voy a preguntar por esa cicatriz, porque sospecho que no
me vas a querer contar, órdenes del médico...”
La broma tuvo el efecto deseado porque Pedro no pudo evitar sonreír y su
respiración se hizo más pausada.
Guille con mucha paciencia y lentitud finalmente llevó su mano al pecho
de Pedro, mientras con la otra lo abrazaba y lo acercaba hacia él.
Otra vez volvió a rogar que sus instintos fueran correctos, porque Pedro
pareció tensar todo su cuerpo al entrar en contacto con el suyo, pero al cabo
de unos momentos se relajó y apoyó la cabeza en el hombro de Guille.
-“¿Podés tratar de seguir el ritmo de mis respiración?”-
-“Puedo intentarlo…” – reconoció Pedro.
Mientras sincronizaban el ritmo
de sus respiraciones, Guille le masajeaba la espalda con suaves
movimientos circulares.
Cuanto tiempo estuvieron así, no lo sabía, podían haber sido unos pocos
minutos o muchas horas. Cuando vio el cielo gris sobre sus cabezas, y que Pedro
estaba mucho más calmado, dijo –“Vamos adentro precioso, que está por empezar a
llover y creo que ya descubrí para qué puede servir ese sillón nuevo en mi
oficina.”
Sus palabras hicieron reaccionar rápidamente a Pedro- “Ese sillón no es
nuevo y por favor, no me digas así Guille, por favor”- le suplicó.
-“¿Por qué no te puedo decir así? ¿No te digo nunca precioso?”- le
preguntó Guille con dulzura y le dio la mano para que caminaran juntos a su
despacho.
-“Me lo decís todo el tiempo…”- concedió Pedro, mientras se sentaban en
el sillón adentro de la oficina.
-“¿Y entonces?”-
Pedro agachó la cabeza y negó –“Precioso, me dice todo el tiempo mi
Guille.” Tragó saliva y agregó –“vos no sos mi Guille.”
Guille lo abrazó y la cabeza de Pedro descansó contra su pecho, suspiró
profundo, él había causado ese dolor, era consciente… -“Pedro, aunque no lo
parezca sigo siendo tu Guille, estoy un poco perdido y asustado, pero soy yo.”
– le dio un beso en la frente, Pedro pareció relajarse y finalmente se quedó
dormido.
CONTINUARA…
Por Dios Paula... Cuanto ama Pedro a Guillermo... y cuanto depende de él!!! Amo profundamente esta historia!!! Cande
ResponderEliminarQue bueno poder leer esto, precioso capitulo. Mucho dolor pero ya comienza a disiparse la tormenta; y después de la tormenta siempre sale el sol!!!.
ResponderEliminarFelicitaciones Paula ! Me encanta cómo escribís ! gracias por mantener viva esta hermosa historia de amor ! Esperando con mucha ansiedad el próximo capitulo...
ResponderEliminarPaula no podes hacernos sufrir así... entre la demora y lo que estas haciendo sufrir a Cielito... decí que adoro leerte!!! Hablando seriamente, me fascinan tus historias, por favor apiádate de nosotros y no te demores con la continuación!!!
ResponderEliminarPaula, a mi tambien robaste el aliento!!!
ResponderEliminarDespues llegué a “Precioso, me dice todo el tiempo MI Guille” y no pude contener las lagrimas ... decime que todo este dolor de nuestro Cielito va a ser recompensado con intereses, porque no puedo parar de leerte, pero, si sigo así, me muero de ternura, tristeza y ganas de tomar Guille por los hombros y ... llevarlo al exorcista! ;)
Muerta de amorrrrrrrr asi quede con este capítulo!!!! Beto tenía razon, cuando Guille dejo de pensar y solo se concentro en sentir volvio a hacer lo que Pedro necesita!!! Las descripciones de esos ataques de pánico que sufre Pedro me ponen la piel de gallina, son tremendamente exactos, y tambien es tan entendible el miedo de Guillermo en ese mundo que no entiende del todo..... Precioso capitulo, ya estoy empezando a ver la luz al final del tunel, y eso me devuelve la alegria. Miles de gracias por esto!!!! Quedo expectante del proximo capitulo!! Felicitas
ResponderEliminarTe quiero Paula, eso :-) Marisa #DesdeLaTrincheraAgradecida
ResponderEliminaroh Dios !!! porque tanto dolor para cielito!!!! Guillermo va a tener que sufrir un poco para equiparar me parece.....Paula....me enternece el Pedro de esta historia y le pegaría una linda sacudida al Guille que por pura cobardía se muestra el mas cabrón de todos.....así no lo recuerde podría ponerse un minuto en el lugar de otro che.......pero confío.....confío en tu maravillosa pluma...y espero....Tranquila....entera.....(aun) jaja no se cuanto me va a durar!!!! amo Recuerdos!!! GRACIAS Barby
ResponderEliminarPorfavor cuanto ama cielito a guille y guille a cielito aunque no se acuerde!!No quiero que sufra más!!
ResponderEliminarPorfavor paula pronto la continuidad.
Paula me tiene totalmente atrapada esta historia, es especial!. No puedo soportar ver sufrir así a Pedro, me causa una inmensa sensación de angustia e impotencia...suerte que apareció Beto (otro personaje con el que te estás luciendo) para poner a Guillermo un poco en su lugar porque sino me estaba por meter en la historia y agarrarlo yo misma del cuello para que reaccione! Espero que Graziani empiece a recordar o por lo menos a seguir un poco más su instinto porque sino a Cielito nos lo traemos a la trinchera y no se lo devolvemos más! Ahora en serio Paula sos una genia y espero ansiosa la continuación. María Elena
ResponderEliminarSERA POSIBLE, TENGO QUE AGUANTAR HASTA DESPUES DE COCINAR Y COMO POSTRE CHAN, CHAN, RECUERDOSSSSSS.A DIFRUTAR.
ResponderEliminarBellisima historia..!!Gracias!!
ResponderEliminar–“Precioso, me dice todo el tiempo mi Guille.” Tragó saliva y agregó –“vos no sos mi Guille.”
ResponderEliminarOk.Basta para mí, Avísenme por favor cuando sigue, así entro al blog. Mientras tanto, trato de seguir respirando... respetuosamente...!
Puedo solo decir que morí con este capitulo..totalmente perfecto. Este es mi Pedro, siempre tan entregado a su Guille. Gracias Paula por devolvernos esto amor...
ResponderEliminarAyyyy Paula!! No tenes una idea lo que estuve esperando esta continuación y lo eterna que me va a resultar la espera hasta la próxima entrega!!
ResponderEliminarQué hermoso Paula! qué precioso capítulo qué bella historia. Qué hermosa manera de narrarla tenés. Quedé totalmente fascinada. Pedro es una herida en carne viva y este Guille duro, aterrado, que no sabe cómo manejarse, que no quiere sentirse responsable, totalmente cerebral hasta que el gran Beto le dice lo que le tiene que decir y "Guille con mucha paciencia y lentitud finalmente llevó su mano al pecho de Pedro, mientras con la otra lo abrazaba y lo acercaba hacia él". Esa escena en el patio Paula es magistral. Volví a respirar cuando Guille le dice a Pedro “Vamos adentro precioso, que está por empezar a llover y creo que ya descubrí para qué puede servir ese sillón nuevo en mi oficina.” y luego "Pedro, aunque no lo parezca sigo siendo tu Guille, estoy un poco perdido y asustado, pero soy yo.” – le dio un beso en la frente, Pedro pareció relajarse y finalmente se quedó dormido". Me mantuviste en estado de emoción durante todo el capítulo, cosa que ya me pasó con los anteriores, pero la historia va in crescendo. Felicitaciones Paula.
ResponderEliminaresta preciosa...pero lo llore, sobretodo cuando –“Precioso, me dice todo el tiempo mi Guille.” Tragó saliva y agregó –“vos no sos mi Guille.” tuve el corazón en la mano todo el tiempo, no me gusta ver a Pedro asi!!!!!!!!!.....me entiendes? linda pero muy dolorosa!
ResponderEliminarPaula, increíble esta historia, cada cap termina con lágrimas jajaja, es increíble saber que Pedro ama tanto a Guille, espero que esto, este abrazo y este consuelo, sea el principio, y Guille se de cuenta de cuanto ama a su precioso
ResponderEliminarMe voy sintiendo mejor de que Guillermo haga por lo menos el intento, de recordar. Pobre Pedro, no quiero que sufra...el chiquitín. Atrapante y hermosa historia. Marlene
ResponderEliminarHermosísima historia Paula, la estoy disfrutando mucho, la escena del patio, impecable.
ResponderEliminarte felicito ! Abrazo!
POR FAVORRRR, VAN A CONSEGUIR QUE ESTALLE MI CORAZON DE TANTA DULZURA Y TERNURAAAAA.PAULA, PRIMERO FUE"DUERMO ABRAZADO A VOS",MORTAL, AHORA"PRECIOSO, ME DICE TODO EL TIEMPO MI GUILLE", "VOS, NO SOS MI GULLE" ME QUERES MATAR, AGUANTO TANTO SUFRIMIENTO POR QUE ESTOY SEGURA QUE LO MEJOR ESTA POR VENIRRR, QUE ASI SEA, YO ESPERO, TRANQUILA, ENTERA NO ME IMPORTA NADA CONTAR DE SENTIR LA FELICIDAD DE PEDRO CUANDO TODO SEA, UN FEO RECUERDO.
ResponderEliminarGUILLE COMO TE CUESTA DEMOSTRAR LOS SENTIMIENTOS, PERO CON PAULA NO VAS A PODERRRR.GENIAAAA, GRACIAS ES POCO.
QUIERO MUCHOSSS MIMOSSSS, BESOSSSSS,CARICIAS, TODOOOOO.
Y PEDRO SOS EL SER, EL CHIQUITIN LINDO, MAS BONITO QUE UNA PERSONA PUEDA IMAGINAR.TE AMAMOSSSSSSS.
Me encanta como sigue esta historiaaaa! creo que no existe el amor sin algo de dolor,no me gustan los relatos color "rosa",el tuyo es fantàstico por eso...su amor trasciende,no importa lo que pase. Mis partes favoritas: “¿cómo fue que me enamoré de vos y cambió toda mi vida?” "No podía aceptar esa entrega absoluta de Pedro… no podía aceptarla, él no tenía nada a cambio para ofrecerle, no podía permitirse que la felicidad de otro dependiera de él..."
ResponderEliminarMe muero de amor...esta historia tiene todo lo que me encanta, a Pedro con su ternura, Guille testarudo y protector, Beto haciendo simple lo difícil. Te adoro Beggi ♥
ResponderEliminarQuè manera de sufrir Paula, yo sufro junto a cielito. El es asì, tan amoroso, tan sensible, tan apasionado. y tan dependiente de Guille que podria morirse de pena si no lo recuerda. Bien por Beto y su sacudida a Guille. Ya empezò a reaccionar, ahora falta que vuelva a recordarlo.
ResponderEliminarPreciosisimo capitulo Paula! hermoso hermoso!
ResponderEliminarQue ternura mas absoluta, cuanto dolor y cuanto amor has podido reflejar y transmitir. Esperaba ansiosa la continuacion y ahora espero mucho mas la que sigue!! No nos hagas esperar tanto!! Cariños. Silvana.
ResponderEliminaray Paula , cuando lei Recuerdos no sabia como empezar a leer , hijole que mucha fue la espera.... Que belleza mujer como escribis .... Me encanta , me emociona Pedro , me enternece Gyille intentando al final hacer algo y cuando le llamo precioso mori de amorrrr .... paula no tardes en la continuacion .... Dios como espero que ya recuerde este hombre y sean felices .... Graciela CT
ResponderEliminarPaula, no lo hagas sufrir mas, porque nos morimos con el dolor de Pedro.... Ojala Guille vea pronto la luz y se enamore otra vez, la vida le esta dando esa posiblildad de volver a elegirlo... Lau
ResponderEliminarMe lei los 5 al hilo! Hermoso! Tenía razón Ela, es hermoso! Qué lindo escribis. Se me están cayendo las lágrimas. Precioso!!! Cómo aguanto hasta el 6 ahora??
ResponderEliminarGracias infinitas a todas, estoy muy atravesada con los tiempos como para contestar individualmente. Es una alegría enorme recibir tantos y tan lindos comentarios. El 6 no va a tardar, no se preocupen, mi musa estuvo algo dispersa, pero logré encaminarla! Un abrazo a cada una...
ResponderEliminarPAU!!! ENTRO AL BLOG ESPERANDO ENCOTRAR LA SEXTA PARTE DE RECUERDOS!!! POR FAVOR,REGRESA PRONTO CON ESTA MARAVILLLOSA HISTORIA QUE NOS CUENTAS Y QUE NOS ATRAPA, NOS ENAMORA UN POQUITO MAS DE ESTOS DOS GENIOS! GRACIAS! ESPERAMOS ANSIOSAS!BSITOS
ResponderEliminarTernura el sufrimiento de Pedro!! dan muchas ganas de correr a abrazarlo... Esperando el sexto!!!!
ResponderEliminarMe encanta esta historia mucho. Espero que se publica la siguiente parte pronto. Gracias.
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