El
torneo sigue su curso. Durante la mañana, blancas y negras libran encarnizadas
batallas sin tregua en un campo de sesenta y cuatro casilleros. Por la tarde,
cada ejército revisa su estrategia a solas. A la noche, dos reyes desarmados se
aman en una u otra habitación. Y los días de descanso pasean lejos del hotel, a
salvo de miradas indiscretas.
Tras
las doce partidas oficiales continúan empatados.
-
Serias el bicampeón mas joven de la historia
-
Y tu libro?
-
Si no les interesa puedo buscar otra editorial o costearlo yo mismo –
recorre con la mano la espalda desnuda – además soy capaz de ganarte
perfectamente sin que me des ventaja. De que te reis?
-
Tengo que recordarte que estamos empatados? Ay, che, para!
-
Mira, aychepara – besa la marca que acaba de dejarle con los dientes
en el hombro – yo te voy a decir lo que te va a durar el empate…
Cuatro
partidas semirrapidas después el marcador continúa igualado. El público está
exultante, los organizadores satisfechos. Hace años que un campeonato no había
resultado tan reñido. El sistema para definir la corona es el Armagedón. El
ganador del sorteo elige el color pero las blancas están obligadas a ganar.
Cenan esa noche, juntos, en la habitación del aspirante
-
Que me decías del empate? – bulón
-
Anda a cagar
-
Vas a incluir este juego en tu libro?
-
Si me ganas, sí. Qué color elegirías?
Se ríe
– no te voy a decir – y se levanta
-
Ya te vas?
-
Mañana es la final, tenemos que descansar
-
Te voy a hacer mierda, chiquito
Recibe
el beso y la amenaza sonriente en sus labios – voy a destrozarte
Lo
empuja hacia la salida – anda, raja de acá – cierra tras él, apoya la espalda
contra la puerta y suspira, rey vencido.
Al día
siguiente el sorteo favorece al joven, que escoge las negras. Los ceños fruncidos,
concentrados, la vista clavada en el tablero, movimiento tras movimiento se
lucha un sangriento combate a muerte. Ejércitos destrozados, murallas
derruidas, posiciones ganadas y perdidas sin piedad. Tablas. Retiene el titulo.
El dos
veces campeón del mundo afloja los músculos tensionados, sonríe y levanta la
mirada que choca sin freno contra el muro frío del pálido rostro de ojos negros
de su rival que abandona la sala sin saludar.
Enroca
durante la entrega de premios y se mantiene a salvo en una esquina del recinto.
Evita por todos los medios cruzar los ojos marrones. Discursos, saludos,
entrega de cheques, la copa para el ganador, la bandeja para el perdedor.
Recibe el paquete que le entrega su representante.
Ya en
la habitación prepara el equipaje. Hora de volver a casa. Solo, como siempre.
Abre el sobre, un caballo negro “que vamos a hacer con esto?”.
Se
dirige con pasos rápidos a la alcoba del campeón, la puerta se abre antes de
que llegue a golpear – pasa
Deposita
como respuesta su torre blanca en los largos dedos temblorosos – vamos a tener
que cambiar uno de los pasajes, no?
Busca
una moneda en el bolsillo de su saco – cara, Santiago. Que elegís?
-
Cruz
Fin
Genial !! Lamento que se termine este juego de ajedrez, pero me tranquiliza saber que ya entre ellos dos ha empezado otro tipo de encuentro y otra partida se pone en juego,...UNA VIDA JUNTOS!! Excelente!! Gracias!!
ResponderEliminar¡Como es excitante poder elegir! Tener la posibilidad de cambiar el curso de la vida por un amor que, contra todo y todos, siempre vence. Acabar un desafío, que ha unido dos soledades, para poder iniciar un nuevo desafío contra la vida. Un nuevo principio, que sea cara o cruz no es importante, dónde los dos reyes están animados por un único deseo: vivir, sin barreras, el amor que los une. ¡Una vez más, gracias Elena para nos haber regalado este "particular partido" de la vida!
ResponderEliminarque hermoso final , que buena historia y que dulzura de personajes !!!!!! Gracias !!! Graciela CT
ResponderEliminarExcelente historia con un final digno de reyes! Gracias. Marlene
ResponderEliminarQué linda historia!! felicitaciones!!! ternura y complicidad... valentía en el juego del amor!! Felicitaciones. Gracias por seguir escribiendo!!
ResponderEliminarSusy
Espectacular Elena!!!! Y ya estoy googleando Ar,agedón-ajedrez, porque seguro que me estoy perdiendo de algo!!!
ResponderEliminarMa super encantó esta historia!
el que gana el sorteo elije el color, las blancas tienen 5 minutos para mover pero estan obligadas a ganar, las negras 4 y con tablas ganan. Que conviene mas?
EliminarA-CHA-LAY... demasiado para mí... genial!!! No me mencioné que tu frase: "Lo empuja hacia la salida – anda, raja de acá – cierra tras él, apoya la espalda contra la puerta y suspira, rey vencido" es una joya...
EliminarDigno final, uno de los pasajes tenia que cambiar de destino, el destino de ellos ya habia cambiado. Gracias Felicitas
ResponderEliminarQue agregar cuando con este relato uno se queda sin palabras... Siempre me gusto el ajedrez, pero ya no va a ser lo mismo mirar esos sesenta y cuatro casilleros de la misma forma... Gracias por este beggio regalo Elena!!
ResponderEliminargracias!
ResponderEliminar