Guille
detestaba esas reuniones entre abogados, pero no había podido negarse a Gabi,
le debía el haberse cargado sobre los hombros uno de los casos que él había
esquivado por mucho tiempo y allí estaban.
Están
entrando y Guille se detiene.
-Mirá
Gabi, yo te entiendo, vos hace poco que estás en esto … pero para mí es una reverenda
pelotudez.
-Por
favor Guille … es un rato nada más, Beto no me hizo pata con esto, no me podés dejar vos también en
banda.
-Está
bien… yo me comprometí y te voy a acompañar pero un rato nada más … no te
abuses … ah! … y por favor: no se te ocurra presentarme como tu novio , la
mitad de este salón se va a cagar de risa de vos …
-Ya
sé Guille: sos mi amigo ¿no puedo venir con mi amigo?
La
toma del brazo – Dale vamos … -
Entran
al salón del hotel. El aire huele a perfumes caros.
Circulan,
Gabi saluda a conocidos, los menos y a desconocidos, los más … sabe que está
con Graziani y que al menos la van a registrar
por eso .
Varios
colegas vienen a saludarlo a Guille, él les sigue la conversación unos minutos
y luego los deja hablando con Gabi.
Se
acerca a la barra, se sirve esos tragos de nombre raros, muy exóticos que no
saben a nada, y con los que al final igual terminás borracho.
Observa
el salón colmado, abogados y abogadas con sus parejas, algunos fiscales, jueces.
En fin, un zoológico jurídico … nada más aburrido que eso piensa Guille.
Con
uno hace contacto visual, es lindo, pero no le llama tanto la atención como
para tomarse el trabajo de abordarlo … estar con Gabi es una buena excusa,
además no bien vea que ya no soporta más
el ambiente se va …
Se
da vuelta y le pide al mozo un whisky.
Siente
la voz de Gaby – Guille, vení , que te quiero presentar … -
Guille
se da vuelta – Pedro Beggio … él es Guillermo Graziani … él es mi ... –
Pero
Graziani ya no escucha la presentación de Gabi.
Esta
vez sí hace contacto visual.
“Deberían
arrestarte por tener esos ojos” piensa Guille.
Gabi
sigue -
es quien está al frente del estudio … ella es Camila novia de Pedro
…-
“Y
a quien le importa?” piensa Guille que apenas hace un ademán de cortesía hacia
ella para volver a ahogarse en los ojos de Pedro.
Beggio
ya no sonríe, sostiene la mirada insolente de Guille entre intimidado y
halagado.
Ni
Camila ni Gabi se dan cuenta y siguen hablando.
-Guille
es abogado penalista - sigue Gabi
-Qué
coincidencia … Pedro también … - responde Camila
-¿Coincidencia?
… ¿vos creés en las coincidencias Pedro? … - lo desafía Guille.
“Voz
seductora” piensa Pedro.
-Si
… por supuesto … - Pedro sonríe nervioso pero sin bajar la mirada.
“Encima
esa voz… ese acento dulce … no tenés derecho Beggio a aparecerte así … estoy en
desventaja”
-Permiso,
vamos a seguir circulando – dice Camila tomándolo del brazo – ¿vamos mi amor? …
papá nos está esperando.
-Si
claro … - dice Pedro sin poder despegarse del efecto Graziani - … permiso …
Y
se alejan.
-Guille
… Guille! … - hasta que escucha a Gabi
-Qué
… qué pasa? … -
-¿Viste
qué pareja divina? … parece que el que organizó todo esto es el padre de ella
que es juez, dale … vamos a saludarlo … -
-Andá
… andá vos Gabi … a mi esas cosas no me gustan … ya sabés … no me siento cómodo
… pero vos andá … -
–
Bueno … - un poco desilusionada - … después te cuento … - le sonríe y se aleja.
Guille
cierra los ojos y suspira.
Toma
su bebida y sale hacia una especie de galería que da a los jardines del hotel.
Beggio
lo tomó de sorpresa y le cuesta recuperarse. Aguantará un rato más por Gabi y
luego si ella quiere quedarse que lo haga, él se va a dormir … eso claro si los
ojos de Pedro se lo permiten.
De
adentro le llega la música, el sonido de conversaciones, se aleja hacia los
jardines. Se sienta en uno de los bancos, apoya su vaso, cierra los ojos. Siente
a alguien sentarse cerca de él pero no tiene ganas de entablar ninguna
conversación … así que sigue así, indiferente … reconoce el aroma intenso de un
cigarrillo …
-Qué
inbancable no?... –
Abre
los ojos y ve a Pedro sentado a muy pocos centímetros de él. Fuma despacio, lo
disfruta.
-Digo
… - mirando hacia adentro - … tanta gente con tan poco para decir … - lo mira y
le sonríe cómplice …
Guille
se da vuelta hacia él, apoya su brazo en el respaldo del banco y lo observa.
Con la otra mano toma el vaso y bebe … lo necesita.
-Y
vos? … -
-Yo
qué? … - suelta el humo sin mirarlo …
-…
tenés mucho para decir? … - la voz se vuelve confidente.
-Tal
vez … - aplasta el cigarrillo, se estira, cruza los pies y apoya su mano sobre
el banco. Cierra los ojos.
Guille
descansa su cabeza en su mano y lo observa. El cabello negro, la barba
prolijamente descuidada, el mentón, los hoyuelos y la boca … se quedaría a vivir
ahí … siente su respiración tranquila …
Deja
su vaso del otro lado, se desliza apenas por el banco acortando distancias. Pedro
sigue con los ojos cerrados, simulando estar ajeno. Los dedos de Guille ensayan
una leve caricia en la mano de Pedro … que no la retira. Nota un apenas disimulado
cambio en la respiración …
La
mano de Guille que se queda ahí unos segundos
Guille
intenta mantener sus pulsaciones dentro de lo normal pero no lo logra. Mira las
manos juntas … los dedos de Pedro ahora atrapando la suya … respondiendo a la
caricia …
De
pronto Pedro se incorpora, sin mirarlo se levanta y comienza a caminar
despacio… pero no vuelve al salón … se adentra en los jardines ... desaparece
entre los árboles …
Guille
mira alrededor, parece que todos están en la fiesta … bien por ellos.
Se
levanta, pero tampoco va hacia el salón, el vaso de whisky queda olvidado en
alguna parte.
Encuentra
a Pedro sentado en un banco, en la misma posición, estirado, los pies cruzados
adelante, la cabeza apoyada en el respaldo, los ojos cerrados, las manos
olvidadas a los costados.
Guille
se sienta al lado, más próximo que antes, acodado en el respaldo.
Sus
dedos nuevamente acarician su mano, suben luego por el brazo, llegan a su
pecho.
Pedro
detiene su mano ahí, abre los ojos, lo mira sin disimulos.
Con
su otra mano acerca a Guille hacia él, busca su boca, la lame y luego hunde su
lengua en ella.
Es
un cielo la boca de Pedro, dulce e inolvidable. Guille la prueba una y otra
vez, la devora con ansias, mientras siente dentro suyo crecer un fuego
incontenible.
Guille
acaricia su nariz, los oyuelos de su sonrisa, besa con unción ese leve
hundimiento entre la boca y el mentón, nuevamente la boca se abre y él sigue
probando esa delicia secreta que la noche le tenía preparada.
Mientras,
la mano de Pedro se desliza por su cuello, le afloja la corbata, desabrocha
lentamente su camisa, busca la piel, sus manos recorren el pecho de Guille, se
deslizan hacia abajo llegan a su estómago que se hunde a su contacto. Guille se
estremece.
Se
detiene en su ombligo, su pelvis, Guille respira entrecortado, Pedro sigue
haciendo maravillas con su lengua mientras su mano sigue su camino en el cuerpo
de Guille y llega a su sexo y allí se detiene, se vuelve suave, lenta,
enloquecedora. Guille se endurece a su contacto, suelta un gemido ahogado y con
el resto de cordura que le queda afloja la corbata de Pedro, abre su camisa, muerde
su cuello, el nacimiento de su pecho,
mientras la mano de Pedro no le da tregua, sus movimientos son cada vez más
frenéticos y cuando parece que se va, los suaviza para hacerlos más intensos de
nuevo. Guille sabe que no va a poder resistir demasiado.
Con
fuerza incontrolable arrastra a Pedro y lo apoya contra un árbol, aplasta su
cuerpo contra él, pero las manos de Pedro siguen provocando placeres
inesperados, venciendo resistencias, llevándose todo a su paso.
Se
miran … salvajes …
Guille
ya no resiste, Pedro se da vuelta, se pone de espaldas, Guille apoya uno de sus
brazos sobre el de él mientras el otro lo despoja de la ropa que estorba.
El
brazo libre de Pedro va hacia atrás y presiona aún más a Guille contra él, con
urgencia.
Pedro
siente el sexo de Guille entrar en él, empujando hacia adentro una y otra vez
irrefrenable, cierra los ojos y se deja ir, luego apoya su rostro en el brazo
de Guille y lo muerde hasta casi lastimarlo. Guille lo posee una y otra vez,
sin respiro, inundándolo de un delicioso placer desconocido hasta ahora. Guille
se mueve cada vez más frenético dentro de él y Pedro siente que no tiene límite
lo que está sintiendo, no quiere que termine, no quiere que Guille se retire de
él. En ese momento siente a Guille explotar dentro de él llevándolo a la cumbre
del placer más absoluto. Gimen, gritan, se incendian. Pedro logra retenerlo aún
unos instantes, no quiere dejarlo ir.
Casi
sin poder respirar y temblando de pies a cabeza, se quedan así pegados el uno
al otro intentando volver pero sin lograrlo. Casi desvanecidos.
Guille
busca los labios entreabiertos de Pedro, hinchados, afiebrados.
Finalmente
Guille se retira de él.
Pedro
se da vuelta, las bocas muerden, las lenguas buscan saciar esa sed recién
inaugurada del uno por el otro.
Se
miran afiebrados, exánimes. Guille toma el rostro de Pedro, besa su sudor,
busca su boca de nuevo, los besos ahora son anhelantes, deliciosos.
Ninguno
quiere volver. Pero deben hacerlo.
Hasta
ahora corrieron con suerte de que nadie los descubra.
Se
alejan un poco apenas y esa mínima distancia ya les duele en el cuerpo, una
angustia desconocida les anuda la garganta. Pero no se lo dicen, asombrados aún
de que aquel deseo que sintieron desde que se vieron no se haya apagado luego
de consumarlo.
Es
más que eso y lo saben: esto los deja confundidos.
Se
miran sorprendidos, ante lo inesperado que les pasa.
El
sexo dejó paso a una intimidad que los desconcierta.
Terminan
de vestirse, igual la ropa no logra cubrir la intensidad de lo que vivieron,
pero tiene un efecto de realidad que lastima.
Necesitan
comprobar que no fue un sueño, una alucinación y se acercan de nuevo y se besan
con apasionada timidez.
Se
miran intensos: no, ni sueño ni alucinación.
Vuelven
hacia el salón, caminando uno junto al otro.
-Guille!
Dónde estabas? … -pregunta Gabi cuando los ve entrar.
-Dónde
te metiste Pedro? con papá te andábamos buscando …- Camila contrariada.
Por
suerte no tienen que inventar una excusa – no podrían articular palabra - porque
en ese momento el padre de Camila hace ruido con su copa reclamando silencio para
comenzar el brindis.
Pedro
y Guille permanecen próximos, abstraídos del resto, las manos buscándose, rozándose
apenas: sus dueños saben que no será la última vez que se encuentren.
Hace falta decir que estoy sin palabras? Hace falta decir que es excelente? Hace falta decir que quiero mas? No?. Igual lo digo, me quede sin palabras, el relato es excelente y definitivamente quiero mas! Gracias, Marisa.
ResponderEliminarenvolvente , sublime , erótico , maravilloso , bello con las palabras hiladas a la perfección creo q está demás q espero con ansias otro capitulo de este escritor fantasmal c:
ResponderEliminarSiento que me pegaron un pelotazo en el pecho y estoy sin aire. Asi me dejo tu relato
ResponderEliminarAMO a pedro que pedro tome la iniciativa.... me encanta!
"... asombrados aún de que aquel deseo que sintieron desde que se vieron no se haya apagado luego de consumarlo"
Ojala se encuentren mas seguido con esta intensidad! y ojala que sea pronto, depende de tu pluma! Aqui estaremos para leerte....
ayyyy dios miooooo!!!!!!!!!!! lo he leído como 5 veces........que calor hace por aca ( aparte de la temperatura normal de la ciudad unos 25 grados) pero esta vez es diferente..........necesito un abanico......uffff................por favor, me estremecí al leerlo.....tengo la garganta seca......cuando me calme , te escribo otra vez.....
ResponderEliminarEscritor fantasma!!!! Nos hacés vibrar con tu pluma. Nos querés dejar insomnes?
ResponderEliminar"Terminan de vestirse, igual la ropa no logra cubrir la intensidad de lo que vivieron, pero tiene un efecto de realidad que lastima." Lo mismo ocurre con sus lectores E.F., después de atravesar sus textos...
ResponderEliminarLlévenos, nuevamente, a esa intensidad.
E.F ... Wow .... Que barbaro leer esto ... Estoy sin palabras .... Wow, impresionante lo que haces sentir al que esta leyendo l .... es tan palpable lo que sintieron desde que se vieron ..... wow nuevamente ..... Y creo que esta de mas decir espero como todo@s otro encuentro ...... Graciela CT
ResponderEliminarINCREIBLE RELATO ESCRITOR FANTASMA ,ME DEJASTE SIN PALABRAS, ESPECATCULAR EL CLIMA QUE SE CREA ,UNA UNION ENTRE pedro Y GUILLE , DONDE SOBRAN LAS PALABRAS...WE WANT MORE!!!!!!THANKS SOO MUCH....MAJO
ResponderEliminarEscritor fantasma tenè piedad de mi que estoy solita, jajajaaaaa. Excelente, me dejaste como a todas sin palabras, y claro que espero màs, mucho màs.
ResponderEliminarSin palabras...
ResponderEliminarsensual provacativo,sublime ,realmente he quedado maravillado con tu relato espero continuacion desde ya su fiel lector..sergio
ResponderEliminarcuanto erotismo bien manejado un relato excelente ,exquisito,un placer leerte Ef .
ResponderEliminarImpresionante pluma, escritor fantasma. Quien sos? Acaso Segade? Acaso Aguirre? No no, definitivamente no. Si Segade o Aguirre fueran capaces de imaginar esto que acabo de leer, la historia que nos ocupa no estaría metida en el bache en que se encuentra hoy. Felicitaciones escritor fantasma, por la intensidad de su pluma, y por supuesto espero mas.
ResponderEliminarPor favor... algunas fics deberían traer un cartel de advertencia... estoy en un bar, no sé que cara tengo pero TODA la gente me mira!!!! M encanta este Pedro aparentemente "diferente" pero totalmente él!! Guille, bueno, es el auténtico Guille... Desde la frase "sin poder despegarse del efecto Graziani", morí!
ResponderEliminarno te imaginas mi cara despues de leer este fic... Impresionante
ResponderEliminarCualquier cosa que diga, es puro piripipí. Si el 'efecto Graziani' me pegó durísimo y la respuesta de Pedro me dejó boqueando, el árbol directamente me dejó sin sentido. Amor a primera vista, rayo, relámpago, choque de planetas, lo que sea... fue absolutamente visceral y necesito otra dosis de lo mismo!
ResponderEliminarWow! EF,muero con este relato y este"efecto Graziani".-Mis partes favoritas: "la mano de Pedro se desliza por su cuello, le afloja la corbata,desabrocha lentamente su camisa,busca la piel."..."Guille afloja la corbata de Pedro,abre su camisa, muerde su cuello,el nacimiento de su pecho,mientras la mano de Pedro no le da tregua."
ResponderEliminarEsas corbatas de Guille....signature de su personalidad,casi un fetiche,en tantas escenas las acaricia,juega con ellas,las ajusta,las afloja...y en el cap 58 se anima a acariciar dulcemente la que Pedro lleva puesta:Too Much!!!
El lo mas hermoso que lei, este relato es la viva expresion del deseo que sintieron Pedro y Guille en Farsantes... el amor de ellos nunca morira y que bien que este este espacio para hacerlo perdudar aun mas alla de la vida... hermoso, muchas gracias
ResponderEliminarHermosa Historia. Excelente descripción. Felicito a la persona que la escribió. Me hizo vibrar. Estas son reamente las historias que me gustan. Saludos Julieta
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