(esa, la que escribimos juntos, la nuestra) – primera parte
Con gracias, gracias, gracias a Lilita y Nora, lectoras infatigables…
******
¿Franco y José juntos en el estudio? ¿José reclamándole amor y diciéndole que ponía siempre en el medio a Pedro? ¿Y Franco revoloteándole? ¡En qué mierda se había convertido su mundo! ¡Ay Pedro, mi amor, te necesito conmigo, ya!
Guille se retorcía en su cama, tapado completamente por las sábanas tratando de escapar a esa realidad que lo aniquilaba. Pugnó por quedarse quieto y estiró el brazo, buscando la tranquilidad que sólo él sabía darle y ya no. Evocó cada instante del delicioso vértigo que lo envolvía hasta tocarlo, el lento movimiento de su brazo, la anticipación hasta el contacto, tan dolorosamente bella y de pronto, la suave e intensa piel de un hombro bien formado al alcance de su mano.
Guille pegó un respingo, espantado, pero la superficie al tacto era demasiado hipnótica como para abandonarla y apelando a todas sus fuerzas y a que su propio pánico no lo paralizara, movió la mano alcanzando un cuello aterciopelado, una espalda musculosa, una cintura perfecta. Un canto de sirena… La puta madre, ¡que mente de mierda! Cómo soy capaz de torturarme así, y pegó un pellizcón, para despertarse…
-Aya! – y el cuerpo se movió. –Guille, ¿qué te pasa? ¡Me dolió! A ver si a vos te gusta que… -dijo Pedro dándose vuelta y viendo a Guille dormido se empezó a reír -Así que hasta dormido me pellizcas… a ver qué te parece esto… - y muy suavemente comienza a cosquillearlo.
Guille, por su parte, está paralizado. Lo ve, lo escucha, no puede creerlo. Todo es tan real. Como ascendiendo en cámara rápida desde el fondo de la nada, se incorpora de golpe en la cama y se toma la cabeza con las manos con desesperación… LPM,LPM, LPM, repite balanceándose desesperado.
-Guille – Pedro trata de contenerlo, imposible… -Guille, mi amor…me estás asustando… Guille
-Ay, Pedro ¿sos vos? ¿de verdad sos vos? - balbucea Guille agitado, sin sacarse las manos de la cara…
-Pero claro, mi amor que soy yo, ¿quién más va a ser? – dice tratando de tomarlo de las manos…
-LPM, LPM, LPM… -casi grita Guille sin poder relajarse por mucho que Pedro trate…
- Tranquilo, mi amor, es una pesadilla, estamos acá, juntos, en casa… fue una pesadilla, Guille…- pero Pedro está preocupado… piensa que esta nueva vida lejos de casa, lejos de los afectos, está afectando a Guille más de lo que él creía…
-¡Una pesadilla horrible Pedro! -Insiste Guille hundido en su desesperación.
-¿Tan horrible como vivir semi escondidos en un país extraño, lejos de casa, con playa, arena, calor, bichos y sin que nadie entienda lo que queremos en la verdulería? – pregunta Pedro con tono bajo, con temor…
Guillermo se incorpora, se descubre la cabeza y con tono de reproche retruca: -Ay Pedro, horrible de tener cientos de chongos lloviéndome sobre la cabeza con intenciones de violarme.
-Ah, bueno – Pedro ve la seriedad cerrada en el rostro de Guille y trata de contener la sonrisa, - Pero eso hasta puede ser divertido…
-Y vos no estabas por ningún lado – sentencia Guille.
-Ah, entonces, horrible, claro que sí… – concluye Pedro.
- Y encima Fabián embarazado, una total pesadilla Pedro…! – completa tomándose la cara Guille…
-Pero, mi amor, Fabián sí tiene un niño… ¿qué tiene eso de pesadilla?- y se acerca a Guille y le toma la cara..
-Ay, no, no me siento bien, no me siento bien… no sé quién soy, no sé donde estoy, Pedro, no sé donde estoy…
-Bueno –abrazándolo- a veces yo tampoco sé donde estoy, pero te veo, y sé que estoy con vos, y sé que las cosas no pueden estar tan mal… no? - Y Guillermo le toma las manos y se las besa, en ese gesto tan de ellos, que los hace sentir únicos…
-Ay Pedro, tranquilizáme, por favor…
-Dale, vamos, tranquilo mi amor…
-No, así no, contáme la historia.
-¿La historia, otra vez?
-Sí, la historia, me tranquiliza…
-Sos como un chico, Graziani… pero si te hace bien – Guillermo asiente con la cabeza - …te cuento la historia… es larga, ¿desde donde arranco?
-Desde donde más te guste.
-Entonces arranco desde que me juraste que dejabas todo por mí.
Y Guillermo, siempre sentado en la cama, semitapado por las sábanas, asiente otra vez. Y Pedro también le toma las manos, se las besa, e inclinado sobre Guille comienza a contar…
-Y entonces, justo cuando estaba al borde de la desesperación, me juraste que te ibas conmigo, casi gritando, dos veces. Adónde fuera. A la mismísima mierda. Y yo salí corriendo. Corrí, corrí, corrí, agotado, asustado, feliz…
Guillermo acompañaba el relato con pequeños gestos, de alegría, de dolor, de sorpresa, y asentía al ritmo que Pedro contaba.
-Y llegué a la orilla del río, y rebusqué en los bolsillos, y saqué una moneda y la tiré al río, lo más lejos que pude, con rabia, al grito de “ya no te revoleo más, la monedita, ya no te revoleo más la monedita, él me quiere, él me quiere y se viene conmigo, no te necesito más monedita”…
-¿Eso dijiste? – le preguntaba Guille, siempre lo mismo, en el mismo lugar…
-Eso dije. Y me fui a la pensión donde me hacían el aguante y recogí mis pocas cosas y me di cuenta que no tenía casi nada, que el viaje iba a ser largo, y decidí pasar a buscar cosas por mi casa y te llamé…
-No me lo recordés.
-Pero también es parte de la historia.
-Dale, seguí.
-Y te llamé. Y vos me dijiste que no te gustaba nada que yo fuera a mi casa, y te dije que no fueras supersticioso, que estaba todo bien.
Guille lo mira con cara de reproche – Sos un cabeza dura… -Pedro reacciona.
-¡Y qué querés! Te tenía, me sentía invencible, me querías… no pensé que nada malo nos pudiera pasar… pero vos sonabas tan preocupado, y preguntaste si había algo que pudieras hacer para disuadirme. Y no supe escucharte, yo seguía en la mía, y quedamos en un lugar para encontrarnos. Y antes de colgar, me dijiste: TE AMO.
En este punto Guille, con la mirada baja, sonríe pudoroso…
-Y yo seguí como enloquecido, obnubilado por la idea de una vida para siempre juntos, “esto no puede no pasar”, ¿te acordás?- Guille levanta la cabeza y lo mira - Y tu TE AMO me cayó como un rayo partiéndome la cabeza, y además… -ahora Pedro lo está mirando directo a los ojos- recordé el poema de Heberto Padilla, ese, que te había contado una vez que un profesor del colegio me lo había enseñado -y poniendo la voz grave, sabiendo que a Guille le encanta y se desarma cuando su voz se le empasta, le recita,-“Di la verdad, di al menos tu verdad. Y después, deja que cualquier cosa ocurra: que te rompan la página querida, que te tumben a pedradas la puerta, que la gente se amontone delante de tu cuerpo como si fueras un prodigio o un muerto”
Guille lo mira, palpitando cada imagen de la historia como si estuviera allí…
-No me estabas diciendo solamente ¡solamente! Te amo: te estabas jugando el as de espadas en una mano caliente… ¡y vos no jugás! me estabas gritando que no fuera… y yo… si estaba dispuesto a vivir mi vida con vos… podía empezar por escucharte, ¿no?
Y a Guille se le afloja la cara, se acerca y sin soltarse con una mano, le acaricia la cabeza, el pelo, la frente con la otra.
-Y largué las llaves y todo al piso y salí corriendo para tu casa… ¿estás llorando?...
-No, pelo cebolla. Sí pelotudo, en esta parte siempre lloro… seguí…
-Bueno, y llegué corriendo a tu casa, y ahí casi nos quedamos sin viaje y sin historia porque me abrazaste tan fuerte que se me vaciaron los pulmones y creímos que me habías roto varias costillas…
-Mirá que sos…
Pedro le sonríe con hoyuelos. -¿Querés que siga? Si sabés todo, si a partir de ahí no nos separamos más…
-Seguí contando que me gusta escuchar todas las pelotudeces que tuve que hacer para estar con vos, dale, seguí…
-Y bueno, nos fuimos a tomar esa lancha, ese dato que te dio tu cliente, pero al llegar algo no te gustó, así que fuimos a la terminal de micros y nos fuimos a Gualeguaychú. Pensábamos que con todo el tema de los ecologistas y tal iba a ser más canuto cruzar, pero, algo no te gustó y nos tomamos un remis a Concordia. Llegamos pero algo en el puente no te gustó, y nos tomamos otro micro a Santo Tomé. Ahí, no sé si porque me viste exhausto o porque te dije que me quedaba a dormir en el banco de la plaza si no nos íbamos, fue que finalmente transaste con el de la balsa y cruzamos a Sao Borja Brasil. Ahí fue cuando te diste cuenta, que hacía demasiado calor, que tenías los zapatos llenos de tierra colorada, que hubiera sido mejor salir por Chile, pero que bueno, que ya estábamos ahí… y de ahí la seguimos… ¿sigo?
-Sí.
-¿Con los detalles decadentes?
“No, no, no”, hizo Guille con la manito, ya semisonriente y más relajado.
-Ok. De Sao Borja a Foz de Iguazú; de Foz a Paraná; de Paraná a Manaos; de Manaos a Leticia; de Leticia a Iquitos, para desorientar…
-A esa altura el único desorientado era yo…
-De Iquitos a Puerto Francisco de Orellana en Ecuador; de Francisco de Orellana a La Dorada de nuevo en Colombia; de La Dorada a Manizales, siguiendo los pasos de Gardel. Y en Manizales pensamos: ¿a qué lugar nunca vendría Guillermo Graziani? A una playa, calurosa y llena de gente… y así encontramos nuestro hogar: Cartagena de Indias, mucho sol, mucho mar, pocas preguntas… y vivieron felices para siempre…
Guille no puede más que sonreírse - ¿Estás seguro Pedro? ¿Vivieron felices para siempre?
-En mi versión sí… ¿en la tuya?
-Sos un pelotudo…
-Sí, soy muy boludo- le responde Pedro como sólo él sabe hacerlo para derretir a Guille… y Guille le toma la cara y lo besa, lo besa profundo, porque está con él, porque lo sabe suyo y cada kilómetro, cada bicho, cada pieza inmunda valió la pena si lo trajo a este momento…
-¿Estás mejor mi amor?
-Un poco… sí…
-Y el día no puede más que mejorar…hoy llega Fabián, vas a conocer a tu nieto, vas a conocer a tu nuera…
-Menos información Pedro, menos información…
-Dale, mi amor, que hoy es un día feliz… ¿te ayudo a relajarte un poco más antes de empezar el día?
-Esperé todo un cuento de miles y miles de kilómetros para que me lo preguntaras Pedro… sí claro que sí, ¿qué esperás?... Pero Pedro ya no estaba precisamente esperando…
¿Franco y José juntos en el estudio? ¿José reclamándole amor y diciéndole que ponía siempre en el medio a Pedro? ¿Y Franco revoloteándole? ¡En qué mierda se había convertido su mundo! ¡Ay Pedro, mi amor, te necesito conmigo, ya!
Guille se retorcía en su cama, tapado completamente por las sábanas tratando de escapar a esa realidad que lo aniquilaba. Pugnó por quedarse quieto y estiró el brazo, buscando la tranquilidad que sólo él sabía darle y ya no. Evocó cada instante del delicioso vértigo que lo envolvía hasta tocarlo, el lento movimiento de su brazo, la anticipación hasta el contacto, tan dolorosamente bella y de pronto, la suave e intensa piel de un hombro bien formado al alcance de su mano.
Guille pegó un respingo, espantado, pero la superficie al tacto era demasiado hipnótica como para abandonarla y apelando a todas sus fuerzas y a que su propio pánico no lo paralizara, movió la mano alcanzando un cuello aterciopelado, una espalda musculosa, una cintura perfecta. Un canto de sirena… La puta madre, ¡que mente de mierda! Cómo soy capaz de torturarme así, y pegó un pellizcón, para despertarse…
-Aya! – y el cuerpo se movió. –Guille, ¿qué te pasa? ¡Me dolió! A ver si a vos te gusta que… -dijo Pedro dándose vuelta y viendo a Guille dormido se empezó a reír -Así que hasta dormido me pellizcas… a ver qué te parece esto… - y muy suavemente comienza a cosquillearlo.
Guille, por su parte, está paralizado. Lo ve, lo escucha, no puede creerlo. Todo es tan real. Como ascendiendo en cámara rápida desde el fondo de la nada, se incorpora de golpe en la cama y se toma la cabeza con las manos con desesperación… LPM,LPM, LPM, repite balanceándose desesperado.
-Guille – Pedro trata de contenerlo, imposible… -Guille, mi amor…me estás asustando… Guille
-Ay, Pedro ¿sos vos? ¿de verdad sos vos? - balbucea Guille agitado, sin sacarse las manos de la cara…
-Pero claro, mi amor que soy yo, ¿quién más va a ser? – dice tratando de tomarlo de las manos…
-LPM, LPM, LPM… -casi grita Guille sin poder relajarse por mucho que Pedro trate…
- Tranquilo, mi amor, es una pesadilla, estamos acá, juntos, en casa… fue una pesadilla, Guille…- pero Pedro está preocupado… piensa que esta nueva vida lejos de casa, lejos de los afectos, está afectando a Guille más de lo que él creía…
-¡Una pesadilla horrible Pedro! -Insiste Guille hundido en su desesperación.
-¿Tan horrible como vivir semi escondidos en un país extraño, lejos de casa, con playa, arena, calor, bichos y sin que nadie entienda lo que queremos en la verdulería? – pregunta Pedro con tono bajo, con temor…
Guillermo se incorpora, se descubre la cabeza y con tono de reproche retruca: -Ay Pedro, horrible de tener cientos de chongos lloviéndome sobre la cabeza con intenciones de violarme.
-Ah, bueno – Pedro ve la seriedad cerrada en el rostro de Guille y trata de contener la sonrisa, - Pero eso hasta puede ser divertido…
-Y vos no estabas por ningún lado – sentencia Guille.
-Ah, entonces, horrible, claro que sí… – concluye Pedro.
- Y encima Fabián embarazado, una total pesadilla Pedro…! – completa tomándose la cara Guille…
-Pero, mi amor, Fabián sí tiene un niño… ¿qué tiene eso de pesadilla?- y se acerca a Guille y le toma la cara..
-Ay, no, no me siento bien, no me siento bien… no sé quién soy, no sé donde estoy, Pedro, no sé donde estoy…
-Bueno –abrazándolo- a veces yo tampoco sé donde estoy, pero te veo, y sé que estoy con vos, y sé que las cosas no pueden estar tan mal… no? - Y Guillermo le toma las manos y se las besa, en ese gesto tan de ellos, que los hace sentir únicos…
-Ay Pedro, tranquilizáme, por favor…
-Dale, vamos, tranquilo mi amor…
-No, así no, contáme la historia.
-¿La historia, otra vez?
-Sí, la historia, me tranquiliza…
-Sos como un chico, Graziani… pero si te hace bien – Guillermo asiente con la cabeza - …te cuento la historia… es larga, ¿desde donde arranco?
-Desde donde más te guste.
-Entonces arranco desde que me juraste que dejabas todo por mí.
Y Guillermo, siempre sentado en la cama, semitapado por las sábanas, asiente otra vez. Y Pedro también le toma las manos, se las besa, e inclinado sobre Guille comienza a contar…
-Y entonces, justo cuando estaba al borde de la desesperación, me juraste que te ibas conmigo, casi gritando, dos veces. Adónde fuera. A la mismísima mierda. Y yo salí corriendo. Corrí, corrí, corrí, agotado, asustado, feliz…
Guillermo acompañaba el relato con pequeños gestos, de alegría, de dolor, de sorpresa, y asentía al ritmo que Pedro contaba.
-Y llegué a la orilla del río, y rebusqué en los bolsillos, y saqué una moneda y la tiré al río, lo más lejos que pude, con rabia, al grito de “ya no te revoleo más, la monedita, ya no te revoleo más la monedita, él me quiere, él me quiere y se viene conmigo, no te necesito más monedita”…
-¿Eso dijiste? – le preguntaba Guille, siempre lo mismo, en el mismo lugar…
-Eso dije. Y me fui a la pensión donde me hacían el aguante y recogí mis pocas cosas y me di cuenta que no tenía casi nada, que el viaje iba a ser largo, y decidí pasar a buscar cosas por mi casa y te llamé…
-No me lo recordés.
-Pero también es parte de la historia.
-Dale, seguí.
-Y te llamé. Y vos me dijiste que no te gustaba nada que yo fuera a mi casa, y te dije que no fueras supersticioso, que estaba todo bien.
Guille lo mira con cara de reproche – Sos un cabeza dura… -Pedro reacciona.
-¡Y qué querés! Te tenía, me sentía invencible, me querías… no pensé que nada malo nos pudiera pasar… pero vos sonabas tan preocupado, y preguntaste si había algo que pudieras hacer para disuadirme. Y no supe escucharte, yo seguía en la mía, y quedamos en un lugar para encontrarnos. Y antes de colgar, me dijiste: TE AMO.
En este punto Guille, con la mirada baja, sonríe pudoroso…
-Y yo seguí como enloquecido, obnubilado por la idea de una vida para siempre juntos, “esto no puede no pasar”, ¿te acordás?- Guille levanta la cabeza y lo mira - Y tu TE AMO me cayó como un rayo partiéndome la cabeza, y además… -ahora Pedro lo está mirando directo a los ojos- recordé el poema de Heberto Padilla, ese, que te había contado una vez que un profesor del colegio me lo había enseñado -y poniendo la voz grave, sabiendo que a Guille le encanta y se desarma cuando su voz se le empasta, le recita,-“Di la verdad, di al menos tu verdad. Y después, deja que cualquier cosa ocurra: que te rompan la página querida, que te tumben a pedradas la puerta, que la gente se amontone delante de tu cuerpo como si fueras un prodigio o un muerto”
Guille lo mira, palpitando cada imagen de la historia como si estuviera allí…
-No me estabas diciendo solamente ¡solamente! Te amo: te estabas jugando el as de espadas en una mano caliente… ¡y vos no jugás! me estabas gritando que no fuera… y yo… si estaba dispuesto a vivir mi vida con vos… podía empezar por escucharte, ¿no?
Y a Guille se le afloja la cara, se acerca y sin soltarse con una mano, le acaricia la cabeza, el pelo, la frente con la otra.
-Y largué las llaves y todo al piso y salí corriendo para tu casa… ¿estás llorando?...
-No, pelo cebolla. Sí pelotudo, en esta parte siempre lloro… seguí…
-Bueno, y llegué corriendo a tu casa, y ahí casi nos quedamos sin viaje y sin historia porque me abrazaste tan fuerte que se me vaciaron los pulmones y creímos que me habías roto varias costillas…
-Mirá que sos…
Pedro le sonríe con hoyuelos. -¿Querés que siga? Si sabés todo, si a partir de ahí no nos separamos más…
-Seguí contando que me gusta escuchar todas las pelotudeces que tuve que hacer para estar con vos, dale, seguí…
-Y bueno, nos fuimos a tomar esa lancha, ese dato que te dio tu cliente, pero al llegar algo no te gustó, así que fuimos a la terminal de micros y nos fuimos a Gualeguaychú. Pensábamos que con todo el tema de los ecologistas y tal iba a ser más canuto cruzar, pero, algo no te gustó y nos tomamos un remis a Concordia. Llegamos pero algo en el puente no te gustó, y nos tomamos otro micro a Santo Tomé. Ahí, no sé si porque me viste exhausto o porque te dije que me quedaba a dormir en el banco de la plaza si no nos íbamos, fue que finalmente transaste con el de la balsa y cruzamos a Sao Borja Brasil. Ahí fue cuando te diste cuenta, que hacía demasiado calor, que tenías los zapatos llenos de tierra colorada, que hubiera sido mejor salir por Chile, pero que bueno, que ya estábamos ahí… y de ahí la seguimos… ¿sigo?
-Sí.
-¿Con los detalles decadentes?
“No, no, no”, hizo Guille con la manito, ya semisonriente y más relajado.
-Ok. De Sao Borja a Foz de Iguazú; de Foz a Paraná; de Paraná a Manaos; de Manaos a Leticia; de Leticia a Iquitos, para desorientar…
-A esa altura el único desorientado era yo…
-De Iquitos a Puerto Francisco de Orellana en Ecuador; de Francisco de Orellana a La Dorada de nuevo en Colombia; de La Dorada a Manizales, siguiendo los pasos de Gardel. Y en Manizales pensamos: ¿a qué lugar nunca vendría Guillermo Graziani? A una playa, calurosa y llena de gente… y así encontramos nuestro hogar: Cartagena de Indias, mucho sol, mucho mar, pocas preguntas… y vivieron felices para siempre…
Guille no puede más que sonreírse - ¿Estás seguro Pedro? ¿Vivieron felices para siempre?
-En mi versión sí… ¿en la tuya?
-Sos un pelotudo…
-Sí, soy muy boludo- le responde Pedro como sólo él sabe hacerlo para derretir a Guille… y Guille le toma la cara y lo besa, lo besa profundo, porque está con él, porque lo sabe suyo y cada kilómetro, cada bicho, cada pieza inmunda valió la pena si lo trajo a este momento…
-¿Estás mejor mi amor?
-Un poco… sí…
-Y el día no puede más que mejorar…hoy llega Fabián, vas a conocer a tu nieto, vas a conocer a tu nuera…
-Menos información Pedro, menos información…
-Dale, mi amor, que hoy es un día feliz… ¿te ayudo a relajarte un poco más antes de empezar el día?
-Esperé todo un cuento de miles y miles de kilómetros para que me lo preguntaras Pedro… sí claro que sí, ¿qué esperás?... Pero Pedro ya no estaba precisamente esperando…
(continuará)
Ay, Ilgora! Recién llego y me entero de la noticia de que Pedro vuelve, y encima veo que publican este hermoso comienzo de una nueva historia, LA historia. Cuánto agradecimiento tengo para todos los que forman parte de este hermoso rincón, por dejarme ser partícipe y compartir este sentimiento que tenemos por Pedro y Guille.
ResponderEliminarEnormemente agradecida por poder leerlos todos los días.
Hermoso relato, una nueva vuelta a la historia, Pedro conteniendo a Guille, Guille pidiéndole a Pedro contención. Precioso!
Espero YA la próxima parte!
Saludos !!!
Gracias Sol, ya viene! :)
EliminarAy Ilgora, en un dia como hoy leer una historia tuya y mas esta historia es un mimo al alma. Que no daría por que esto se trasladase al mundo de Farsantes, que tu dulzura y amor por Pedro y Guille los inspire, y sea el final soñado. Hoy estamos felices y emocionadas, vuelve Benjamin y nos devuelven a Pedro, ojala que sea para tener el final feliz por el que luchamos y nos merecemos, como el que acabas de regalarnos. Un placer leerte, como siempre, y un placer leerte en este espacio, de fruta encendida, de libertad y de amor, donde conoci a gente hermosa que en un momento difícil y doloroso nos unimos para salvar esto, lo nuestro. Las quiero, un beso enorme Marisa Zamorano.
ResponderEliminarMarisita!!! Sos mi compañera en tw!!! Mirá que la hemos pasado mal... pero resistimos y aquí estamos!! Felices!! Y vamos por más!!!!
EliminarIlgora Ilgora ... en este precioso día feliz, literalmente me devoré tu historia La Historia. Qué poesía mujer tu relato. Qué belleza. Tienen tanta encarnadura Pedro y Guille en tus manos, están tan vivos, tan amándose. Este Guille a veces tan frágil y Pedro que le cuenta la historia como debería haber sido. Me reí mucho cuando Pedro contando la huida dice "y algo no te gustó" en varias ocasiones. Y viven en Cartagena de Indias, lugar que siempre me atrajo para conocer. "porque está con él, porque lo sabe suyo y cada kilómetro, cada bicho, cada pieza inmunda valió la pena si lo trajo a este momento", perfecto. Gracias Ilgora gracias por La Historia, tu historia, nuestra historia y quedo pegada al continuará. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Graciela!!! Viniendo de una maestra!!! Y a disfrutar a pleno este final feliz y de los que vendrán de la mano de todas las chicas de Acto de Fé!!!
EliminarAyy Ilgora. Que más puedo agregar después de los dichos de Sol; Mariza y Graciela.? Imperdible tu historia de hoy, que llega en este momento en que todo esta revolucionado por el regreso de Benjamín que nos trae al dulce Pedro. Gracias por la perseverancia. Gracias por la tan repetida frase de "Pedro y Guille Juntos. Final feliz para Pedro y Guille." Me estoy pelliscando por que casi no lo puedo creer lo que se ha conseguido, Si es verdad de Benjamín vuelve.
ResponderEliminar¡Claro que vuelve! Y vuelve literalmente arrastrado por la fuerza del amor que su Pedro y Guille supieron despertar en todas nosotras... y lo estamos devolviendo!! :)
Eliminar"Dale, vamos, tranquilo mi amor…
ResponderEliminar-No, así no, contáme la historia.
-¿La historia, otra vez?
-Sí, la historia, me tranquiliza…"
Dale, Ilgora, seguí contándonos esta historia, porque como a Graziani, tu historia nos tranquiliza. Y nos da felicidad! Ansiosa, la segunda parte, espero,,,
Es que en los brazos de Pedro y Guille me siento una nena otra vez... fascianda por la historia que ellos nos han contado!!!
EliminarUna historia muy tierna, muy nuestra, con toques de humor a tono con un día de alegría como el de hoy...un verdadero placer para mí llegar a esta hora del día y disfrutar LA HISTORIA verdadera contada por vos a través de nuestros amados protagonistas. Gracias Ilgora! María Elena
ResponderEliminarGracias María Elena! Feliz de aportar con mi ladrillito a la construcción de este universo!!
EliminarEn shock todavía, después de haber recibido el tuit de Lilita con la noticia del regreso de Benjamín trayendo a Pedro al lugar de donde nunca debió salir, y llega el aviso de nuevo post, y vengo y me encuentro con esta ‘Historia’ que me hizo cerrar un ojo con las primeras líneas y volverlo a abrir de repente cuando escuché ese Aya! Y a partir de ahí todo fue perfecto, mi alma mochilera se regocijó con ese derrotero por nuestra geografía latinoamericana, se me escapó una carcajada con los ‘algo no te gustó’ marca Graziani registrada, me enamoré de esos detalles tan domésticos que solo una relación afianzada se permite: los rezongos mimosos de Guille, las respuestas no exentas de humor y aún así, pacientes, de Pedro; deliré con la resignación por la verdulería. Y si Pedro no espera, yo sí, feliz de esperar el ‘continuará’ de esta ‘historia’ que es tan de ellos como nuestra. Gracias por otra estrella en este cielo de de finales felices, Ilgora, encantadora de historias. Te abrazo con el
ResponderEliminar...me encantó lo de "otra estrella en este cielo de finales felices"...Hermosa imagen! María Elena
EliminarAlessa... captaste el espíritu mochilero totalmente!!! Y gracias por tu"Noche Estrellada" envidia del propio Van Gogh!! :)
EliminarDespues de dos dias intensos, la noticia mas linda de todas, y el insomnio... aca estoy leyendote.... Como lo estamos viviendo, nos mostras una alternativa simple, estaba soñando!!!! Amo tus situaciones cotidianas, como describis ese conocerse todo, los escucho hablar... Gracias por esta vuelta de tuerca a la historia... me encanto como todas las anteriores!!! Lau
ResponderEliminarInsomnio por casa también!!! Gracias Laura!!
EliminarGracias Igora hermosisimo tu relato!!! y ese Grazziani auténtico, jajaja tan aparentemente fuerte y a la vez tan necesitado de contención!!! y Pedro siempre dulce y apacible, siempre para él... hermoso hermoso todo!!!!
ResponderEliminarEllos son hermosos e inspiradores!
EliminarEs tan lindo verlos juntos, y sobre todo cuando esta relatado por vos Igora, que lo haces tan bien! Esperamos una continuación prontito! Gracias por esta nueva historia. Euge
ResponderEliminar¡se viene la continuación! Gracias Euge!
EliminarHAY POR FAVOR QUE HISTORIA HERMOSAAAA, ME CAEN LAS LAGRIMAS, SENTIMIENTO DESDE BIEN ADENTRO BROTAA, AYER SOÑE A LA SIESTA CON JULIO Y A LA NOCHE CON BENJA....ESTE AMOR ME TIENE MAL!!!!! TENDRIAN QUE ESCRIBIR USTEDES PARA POLKA GENIAS!!!!
ResponderEliminar¡Hola Soñadora! ¡Tenés que contar tus sueños!!!!!
EliminarAaayyyy Ilgora!! q belleza!! q lindo leerlos juntos felices siempre, vivos y a salvo los 2! ya espero ansiosa la 2da parte!!! como dije una vez, esta pag es una caricia al alma!! GRACIAS!!!
ResponderEliminarGracias a vos Cele!!
EliminarIlgora, qué hermoooso!! me encanta cómo rescatás y describís los detalles que los hacen tan ellos. Me los imagino perfectamente, con sus gestos, sus voces, sus salidas! Y la historia, maravillosa, con un Pedro vivo junto a Guille, tal cual lo queremos. Gracias!!! San
ResponderEliminar¡Final feliz para Pedro y Guille! Gracias San!
Eliminarque suerte que va fabian! :)
ResponderEliminarSí, verdad? Y con su familia!
EliminarIlgora!!! que fantástico relatoooo!! morí de amor con cada palabra! me imaginé todoooooo! hasta el acento de Pedro, todo! y los pelotudo de Guiiie!!! Amé La historia, amé tu relato y no puedo más que pensar que Pedro y Guille se merecen un final feliz! GRACIAS X TANTO!!!!! Diossss ando entre la risa y el llanto leyendo todo estooooooo!!! GRACIASS!!!
ResponderEliminarEllos ya tienen su final feliz con nosotras, Carina, y por qué no, en la tira también! Gracias por el comentario!
EliminarNena, como siempre todo lo que escribís es mágico...me encanta ese Pedro que protege a Guille, es una linda vuelta de tuerca. Todo el capítulo es de una dulzura y una cotidianeidad inmensa. Muchas gracias!!! Acá en la trinchera, espero el próximo
ResponderEliminarRecién veo este comentario, Paula, precisamente releyendo rumbo al próximo... premonitorio!! Abrazo!!
ResponderEliminarDescubriéndote, querida Ilgora.
ResponderEliminarComo siempre, es un gran placer leerte.
Gracias a Acto de fe por volver a postear esta historia en este día lluvioso.
Amo imaginarlos que están juntos y en un bello lugar.
Gracias, Ilgora por tan hermosa escritura. No me canso de decirlo. Beso enorme!!
Ilgora sos magia absoluta...en este día de lluvia releo esta maravilla preparándome para la continuación... Raro volver a leerlo en este momento, bastante diferente al de la primera vez ...pero siempre es un placer...música para los oídos...verlos, sentirlos, ese Guille tan indefenso, Pedro apuntalándolo...Amo tus pequeños detalles...amo como escribís y punto Bss
ResponderEliminarMe encanta lo que escribis y como lo haces! Muchas gracias!!
ResponderEliminarIlgora, tu pluma es adorable, lo leo por primera vez, pero ese Graziani auténtico con la dulzura de Pedro y esta historia alternativa me encantaron. Además tiene una chispa de humor que me arrancó sonrisas, cosa no fácil en mí, gracias.
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