LA PESADILLA (TERMINÓ)
Guille y Pedro ya habían “empaquetado” el día, y descansaban
uno en brazos del otro, tratando de relajarse. Los chicos acostados, las luces
apagadas, salvo la del pasillito… Un día largo, un día difícil. Guille captaba
inmediatamente el instante preciso en que Pedro se quedaba dormido, y por eso le
recorría apenas el brazo con la yema de los dedos, acompañando el momento…
ese sólo contacto hasta percibir el dulce cambio de respiración y…
Pedro abrió los ojos de golpe y se incorporó.
-Epa, Pedro ¿de qué te acordaste?
-Brisa llora – alcanza a decir Pedro al tiempo que se
levanta, se pone los pantalones del pijama y sale disparado de la
habitación.
Guille ni intenta detenerlo. Él no escuchó nada, pero Pedro
nunca se equivoca.
En su camita, Brisa llora un llanto chiquito, escondido,
incontenible, quedamente inaudible… pero no para su papi…
-Shh, shh, shh, shh, ya estoy acá, ya estoy acá, papi está
acá… vamos mi amor – dice Pedro desde que entra a la habitación hasta que se
mete adentro de la cama y abraza a su hija dormida que se estremece en sus
brazos– vamos “mihijita”, vamos Brisa, nada puede ser tan malo, mi amor…
Ese modo que tiene Brisa de llorar a escondidas le parte el
alma, le perfora el cerebro… lo recuerda tan bien. Desde el tiempo en que lo
negaba, que se desmoronaba y le costaba respirar, hasta que encontró en los
brazos de Guille el lugar para enfrentar su dolor, sin pudor, sin temor… claro
que sí: ahí, donde se le escapan las palabras. Lo daría todo por quitarle a su
hija cualquier signo de dolor, y viéndose a sí mismo niño y hombre hoy frente a
ella, se fortalece: tiene que estar ahí, para su hija. Sabe, porque lo lleva
adentro, lo que ella necesita: una voz que la arrulle, unos brazos que la
abracen, el calor que la proteja de todo… Y es algo que él puede darle, que él
sabe darle, que él quiere darle, y no puede agradecer más esta oportunidad que
la vida le regala. Porque es en brazos de su hija, que él, niño, encuentra su
propio consuelo.
-No pasa nada, vamos, mi amor, tranquila mi amorcito, su papi
está acá… su papá también está acá, con Ud, y con Dieguito, y siempre vamos a
estar acá, a ver, que vengan imágenes bonitas, que vengan recuerdos lindos… - y
la abraza y la besa y no la despierta, porque él sabe que no puede borrar todo
“eso” que siente que ella está padeciendo, reviviendo… pero sí que lo puede
transformar en “esto”, en este hogar construido con Guille, para ellos y sus
hijos.
Y Brisa, sin abrir los ojitos, se va aquietando, aferrada a
los brazos de su papi que la contienen con toda su ternura… y Pedro sabe captar
el instante en que la respiración de su hija cambia. Ahora, Brisita sueña.
………
Guille está parado, vaya uno a saber hace cuanto tiempo, en
la puerta de la habitación de Brisa, con un vaso de agua en la mano.
Mira a la nena, ahora durmiendo pacíficamente, y a Pedro,
arrancándole una dulce revancha a la vida.
Se acerca despacio, para no despertarlos. Le
acaricia la frente a su hijita, le acaricia la frente a su Pedro, en idéntico
gesto. Hay cosas que le gusta decirle con la voz interior, la que no tiene
límites, pero hay otras que le gusta escucharse diciéndole en voz alta, palabras
que nunca imaginó algún día iba a pronunciar.
-Precioso, qué orgulloso me ponés… Sos tan profundamente
bello, te admiro, te quiero.
-Graziani, estoy despierto – y Guille se rie, porque ya no
hay in fragantis entre ellos; poco a poco se está acostumbrando a vivir con este
hombre a corazón abierto.
-¿Venís? – dice acariciándole el brazo.
-Mejor me quedo un rato, ¿y si me muevo y se despierta?
-Vamos a tener que cambiarle la camita a esta chica: si esto
sigue así, vas a quedar doblado… ¡no entrás!
-¿No te molesta si me quedo un ratito?
Y Guille se inclina sobre él y “para no despertar a la nena”
le susurra en el cuello: -Ella te necesita… vos la necesitas, mi amor. Lo besa
en el hombro, deja el vaso de agua en la mesita de luz y se
va.
………..
Guille pasa por la habitación de su hijo a chequear que todo
esté bien. Dieguito duerme. Regresa a su cuarto, se acuesta en su cama y se toma
todo el espacio. Sabe que Pedro no va a volver por esta noche y piensa con una
sonrisa en los masajitos de la mañana, para sacarle el dolor de cuello.
Guille se estira con un bostezo fuerte cuan
largo es… Se agarra las dos almohadas, y se atraviesa en la cama. Satisfecho.
¿Contento de dormir solo? Guille disfruta de esta nueva versión de sí
mismo. Esto es real, esto le está pasando y si está a la altura, es suyo… para
toda la vida.
Me encantó la historia, estoy feliz de poder vivir la historia de Guille y Pedro a través de uds. que pueden expresar los sentimientos con la escritura. Te felicito Ilgora.
ResponderEliminarGracias Ari!!
EliminarPedro es mi papá favorito!!!!! la dulzura de Cielito me enloquece, mi debilidad :) Lau
ResponderEliminar"Nuestra" debilidad...
EliminarMuchas gracias por compartir estos relatos maravillosos, tiernos, posibles y muy reconfortantes para la imaginacion. Disfruto mucho pasear en ellos con mi mente y ver que otro mundo es posible a pesar de todo !! Gracias y un muy pero muy gran abrazo!!
ResponderEliminarAbarzo para vos también!
EliminarComo siempre Ilgora, dulce, tierno, veraz y palpable, el amor de Guille y Pedro siempre esta ahí, ahora extendido a su familia que haces tan cotidiana a nosotros como lo son ellos. Gracias por cada historia, las disfruto mucho, eso si que también vuelva Ilgora Red!!! Besos, Marisa.
ResponderEliminarJajaja, volverá... pero como sabés, los chicos ocupan tanto espacio! :)
EliminarHermosisimo Ilgora, bellísimo. como proyecta pedro en brisa todo su sufrimiento y a la vez toda su redención . me saco imágenes tan nítidas de ellos dos, me moriría por ver estas escenas en la vida real. graciassssss por esto.
ResponderEliminar¿Verdad que sería lindo verlos? Abrazo grande!
EliminarPapi me tiene loca de amor! Porque tal cual, así, me lo imagino a Pedro papá. Tan enamorado de sus hijos, tan dulce, tan pendiente. Y sanando sus heridas ayudando a sanar las de sus hijos. Es un placer creciente leer estas historias Ilgora.Mil gracias y ojala siempre sigas escribiendo. MIMI
ResponderEliminar:)
EliminarIlgora cada vez mejor estas historias de la familia Graziani Beggio. Estos dos chiquitos completaron la felicidad de Pedro y Guille. Es delicioso leerte, todo rebosa de ternura.
ResponderEliminar¡Es tan lindo imaginarlos así!
Eliminar"Guille captaba inmediatamente el instante preciso en que Pedro se quedaba dormido, y por eso le recorría apenas el brazo con la yema de los dedos, acompañando el momento… ese sólo contacto hasta percibir el dulce cambio de respiración " Ilgora, esta descripción del "saber dormido a Pedro" , me parece una escena de amor inolvidable: sólo alguien que ama profundamente capta ese momento de entrega del otro, de "dejarse" caer,, porque poder dormirse del modo en que vos lo escribís, implica entrega, abandonarse en la confianza.. y descansar. sabés que me encantan estos fic!!! abrazo
ResponderEliminar¡Qué bueno es saber que pude transmitir exactamente lo que sentía! ¡Gracias Nora! :)
EliminarIlgora sabés que amo profundamente a la flia. Graziani-Beggio y leer estas escenas de su vida cotidiana, tan reales, tan humanas y tan bien llevadas por tu pluma, me llena el alma de ternura y emoción. Estoy completamente enamorada de Pedro en rol de papi y de esta posibilidad que le da tu historia de curar heridas y tener revancha a través de sus hijos y de Guille. Tenés una sensibilidad muy especial para captar la esencia de estos momentos mágicos que se viven a través de los niños y de su influencia fresca y alegre en el mundo de los adultos. Te admiro mucho y te agradezco de corazón!!! María Elena
ResponderEliminar¡Muchas gracias María Elena!
Eliminarilgora amo a la flia gRAZZIANI bEGGIO,me encanta esta cotidieneidad,y vos la describis de manera hermosisima,gracias por tanto amor desparramado en estas paginas,bello de verdady pleno de ternura....majo
ResponderEliminar¡Majo!
EliminarIlgora... inexplicable la ternura y calidez q transmite ese 'papi' con su chiquita, con ese instinto de escuchar su llanto aún en lo inaudible, y sintiéndose identificado con su propia historia... Dieguito tmbn lo ve así (los abraza igual q mamá, los besa igual q mamá)...El amor de Guille x los chicos (el día más importante de nuestras vidas) y la comprensión, y admiración que siente por SU Pedro, y su asombro x estar pasando x esto en la madurez de su vida, cosa q lo emociona profundamente... Bellísimos tus relatos, como ya lo he dicho mil veces!!! me 'encantan' y me emocionan mucho... GRACIAS!! Carina
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario Carina. Todo eso que contás, está ahí...
EliminarTe pido permiso para traer un momento de 'vida real' porque leer este interludio en la familia Grazziani-Beggio cobra otra dimensión después de ver el tuit de Papi Benjamín. Hay dolores que nunca deberían conocerse, y mucho menos los niños. Se me estruja el cuore con ese llanto de Brisa. Pero me reconforta que gracias a tu pluma, tenga su ángel para protegerla de ahora en adelante. Seguís hilvanando historias como estrellas, Ilgora.
ResponderEliminarExactamente en la misma pagina, Alessa... Abrazo grande...
EliminarYo también pedo traer algo de la "vida real" como Alessa... me hiciste reflexionar con este fic, y me di cuenta que tengo que ser feliz de que mis hijos si tienen una pesadilla pueden venir gritando como condenados a la cama de mamá y papá y encontrar su refugio, no tienen que llorar en silencio, como Brisa y como Pedro. Me partió el alma esa imagen. Amé que en tu historia la vida le haya dado revancha a Pedro, ojalá se la diera a todos los Pedros del mundo...
ResponderEliminarPrecioso comentario, y comparto tu deseo, Paula... :)
EliminarQue la vida le permita a Pedro "sanar" sus heridas y las de su hija, es el mejor regalo como padre. Y Guille conteniendo a ambos, vigilando sus sueños, no dando lugar a más dolor. Entiendo perfectamente qué nos enamora, qué nos emociona, qué nos hace querer tanto a Guille y a Pedro. No es más ni menos que el amor en su estado más puro, entregado y vivido de uno a otro, con todo lo que eso implica y con todo lo que ello genera. La vida da segundas oportunidades, no todo está dicho y cicatrizar un pasado tan doloroso sólo puede lograrse con amor, con amor del más puro y en cantidades que desbordan. Tal como ocurre en esta familia y como deseo que ocurra en todas las nuestras.
ResponderEliminarGracias Ilgora, nuevamente !!!
Exactamente Sol, la arrolladora fuerza transformadora del amor.
EliminarMuchas gracis por tu comentario!