viernes, 24 de enero de 2014

Después del Disparo (Final) by Antonia

Capitulo Anterior:

El pasado que vuelve y la comparación a distancia con Guillermo

Un pequeño sorbo y apoyo la botella de whisky al lado mío, no sabría decir cuánto tiempo llevo sentado en el piso, los hombros contra la casa, mirando el agua correr lenta.
Todos mis días son así, todos, no sabría decir cuantos... he perdido la cuenta de cuando volví a la casa del Delta.
Todavía me quema no haber logrado tomar aquel avión que me habría llevado fuera de todo y todos, pero a última hora no fui capaz de cercenar los hilos que me tienen todavía atado a mi pasado.
A él qué todavía está demasiado presente en mis recuerdos.
-Sabía que te iba a encontrar acá.
La voz me agarra desprevenido, decididamente me sorprende que José Miller me haya encontrado.
-Tardaste demasiado tiempo para ser un fiscal. ¿Perdiste la mano o el olfato? ¿O bien te convino más que hubiera desaparecido definitivamente de la vida de todos y particularmente de la de Guille?
Me mira serio, con una mirada triste, mientras que medita cuidadosamente la respuesta que está a punto de darme.
-No. Vos lo sabes. No me conviene y nunca me convino que desaparecieras de este modo. Es importante que vos vuelvas por el juicio.
-No te cubras detrás del juicio. Y además, no me interesa el juicio, Que hagan lo que les parezca.
-¿No sabés que si no venís a testificar dejarán de nuevo libre a Miguel Angel? ¿Lo sabés, verdad?
-Miguel Angel no cuenta en mi vida. No me importa nada de él.
Vuelvo a hablar con descuido.
-Si no venís lo liberarán y sabés perfectamente que va a ir atrás de Guillermo.
-Guille sabe como defenderse, no me necesita mí.
-Guillermo no puede protegerse 24 horas sobre 24. Hay necesidad de hacer limpieza. De eliminar el cáncer que infecta la vida de Guille, de eliminar a Miguel Angel de su vida.
-No me interesa.
Y lo pienso con todo el cansacio del mundo que pesa sobre mis hombros en este momento.
-¿Entonces, asumís la responsabilidad de estos? ¿Asumís toda la responsabilidad por las consecuencias que, indudablemente, surgirán?
-¿De qué tengo que ser responsable? Guille sabe defenderse. Y si no bastara, puede siempre llamar a sus amigos..
Mi voz es ahora desdeñosa.
-¿A quién, al doctor Nazarre?
Sabe ir directo al punto José, casi casi lo admiro por su tenacidad, tiempo atrás yo también era así, ahora no más..
-¿Ves que estás al corriente de la historia? ¡Entonces si estás al corriente, sabrás por qué ya no quiero involucrarme en esta historia que, fundamentalmente, sólo me ha lastimado, que te parece!
-¿Tampoco por Guille?
Decididamente ha olido el olor de mi sangre y quiere verla correr.
- Guille no me necesita, te lo dije, si por tu razonamiento, llegás a las conclusiones que preferís vos, a mí qué me importa...
-No es justo. No podés decir eso. No podés negar todo lo que ha pasado entre ustedes dos.
La furia se ha despertado, dentro de mí y estalla repentina.
-No lo niego pero, como ves, otro hombre ocupó mi lugar. Por lo tanto que piense él mismo en proteger Guille. ¿Qué querés que haga? ¿Qué salga a proteger su relación como una mamá gallina? No soy Juan Arismendi, no te olvides.
-No es así Pedro, te equivocás.
Me levanto con un chasquido repentino y lo enfrento cara a cara. Ojos en los ojos.
-¿Qué no es así? ¿Que Guille me haya reemplazado con Nazarre? ¡Yo mismo vi como pasó la noche entera con él, y te aseguro que no para jugar a las cartas! ¿Dónde me equivoco, decime dónde está el error? En confiar, quizás. En no ver la realidad, quizás. Indudablemente en el no haber sabido escuchar lo que Guille me dijo entre líneas, quizás. ¡La noche entera! Sabés qué quiere decir esperar una noche entera, en la calle, con un frío en el alma que te enceguece. Esperando haber entendido mal, de no haber visto bien, de haber malentendido todo. ¿Sabes qué quiere decir darse cuenta que te quedaste solo? ¿Y de la peor manera posible? No, vos no podés saberlo.
Giro los hombros y me alejo. Me sigue como un sabueso.
-No. Es verdad, no puedo saberlo pero puedo imaginar por lo que pasaste. Pero te equivocas en dar mucha importancia a Nazarre, él no cuenta en la vida de Guille. Él mismo me lo confirmó.
Me doy vuelta, y con toda la ironía que nunca supe que poseía, le contesto con decisión.
-¡Pero de veras! ¡Pero qué extraño! ¿Qué es, te dijo que el sexo y el amor son dos cosas diferentes?
-Es asì, sólo fue sexo para Guille.
Solamente recordar lo que ha significado aquella noche en mi vida, sólo el pálido recuerdo del tormento que me ha devastado…
Ya no quiero hablar de él. No hay vuelta atrás. Ahora sólo necesito ir adelante, como puedo, después de esta quiebra.
-Tenés que darle la posibilidad de explicarte..
-¿Tengo? Quien sos vos para decirme lo que debo o no debo hacer. Por otra parte, si no recuerdo mal, también vos aspirás a convertirte en un sucesor del llorado Pedro. ¿Para qué volverme a llamar a la vida? No tiene sentido.
Veo dolor en sus ojos pero en este momento no tengo piedad por nadie, menos por él que me ha obligado a esconderme en un rincón del que no logro huir.
-Tiene sentido. Guille te quiere.
Entro a la casa, seguido atrás por José.
-¡Extraño modo de querer!
-Lo único que le ha quedado. Pedro reexaminá todo, te ruego.
-Lo voy a pensar, pero mi respuesta no cambia; no iré a testificar porque no volveré jamás en ciudad. Y no quiero nunca hablar de Guille. Guille ya no existe para mí.
No soporto su cara comprensiva, no soporto que entre así a fondo en mis pensamientos.
-Estoy convencido de lo contrario.
Mira alrededor mientras me observa con falsa indiferencia.
-Estas cosas son para vos, usalas. Date a vos mismo una posibilidad Pedro. No seas tu peor enemigo.
Apoya un pequeño grabador sobre la mesa y un juego de llaves; luego se acerca a la puerta.
-Me voy. No le voy a decir a nadie que te vi porque te toca a vos decidir si volver a tu vida o cambiarla para siempre. Pero, cualquier cosa que vos decidas, te ruego: antes escuchá la grabación, escuchala porque te sorprenderá su contenido.
Se va afuera, sin volverse atrás. Yo me siento en el mismo sitio, tratando de olvidar que José ha puesto patas arriba mi vida.
El pequeño grabador ha quedado sobre la mesa, donde José lo ha dejado, por horas; la tarde ha cedido el paso a la noche y la noche al alba.
No tuve el ánimo de tocarlo, sólo mirarlo de vez en cuando para controlar que todavía estuviera, para estar seguro que la conversación que había tenido con José no había sido una alucinación.
Cada vez, me he sobresaltado cuando comprendí que todo era verdadero.. que debía echar las cuentas con el pasado si quería lograr hacer las paces conmigo mismo.
El frío del alba me empuja a buscar un abrigo; por primera vez después de semanas me doy cuenta de haber tomado y vestido la chaqueta de Guille.
La que me había dado cuando me convertí en un prófugo.
La conservé sobre una silla junto a la cama, pero no logré tocarla nunca más, no después de aquella noche; ahora me la encuentro encima, parece que mi mente, inconscientemente, me ha hecho superar todos aquéllos límites que me impuse.
Siento su perfume y mi corazón agoniza.. una sed inmensa quema mis labios.. comprendo que José ha alcanzado su objetivo.
Tengo que escuchar la grabación; tengo que afrontar aquellos fantasmas que para José tengo solo en mi.
Porque la duda se ha vuelto de nuevo mi compañera, porque la esperanza, tímidamente, ha emergido de las tinieblas del forzado olvido.
Con un movimiento de rabia me pregunto como es posible que, después de todo lo que ha sucedido, que he visto y oído, todavía busco poder creer en algo.. en Guille.. en el amor que no ha dicho nunca de tener por mí, si no en aquella última llamada antes que el mundo me estallara alrededor.
Basta ya, basta ya con este tormento.. mis manos, con decisión, toman el pequeño grabador y oprimen la tecla play.
La voz de José me sorprende.
-Estaba seguro que ibas a escuchar la grabacion. Estaba seguro que por más que  estuvieras decepcionado y enfadado, ibas a escuchar en todo caso esta grabación. No, no la apagues y escuchame hasta el final. Yo no sé que pasó después de que huiste del hospital. Indudablemente algo grave. Nada ni nadie. te habría mantenido lejos de Guillermo por mucho tiempo. Cuando la enfermera que te cuidaba por la mañana me confesó que había hecho una llamada a Guillermo por vos, encajé la última pieza que me faltaba. Habías sabido de Nazarre. También  entendí que, en aquel preciso momento, habías decidido que era el momento de volver al lado de Guillermo, independientemente de los riesgos que corrías en primera persona. Luego supe que la historia con Nazarre había ido adelante, por decir así, y entendí que vos también te habías enterado de esto. No por parte de Guille que seguía sin saber nada de vos, no de Nazarre que, en un primer momento, pensé habías enfrentado, pero de Sonia. ¿Por qué justo Sonia? Porque es la única, más allá de Cuca, que da informaciones por teléfono, la única que no te conoce bien y que no es capaz de reconocer tu voz por teléfono. Entendí que debía remediar lo que había provocado. Para poder estar en paz y por Guille. Sí, por Guillermo que, más que todo, soportaba el peso de tu falsa muerte. Así que fui a verlo. No fue fácil. Para nada fácil. Cerrado como una ostra, duro con todo y en defensiva, tuve que padecer por dos horas antes de poder superar las barreras que se había impuesto. Al fin logré forzarle la mano y logré hacerlo hablar a rienda suelta sobre de vos, sobre todo, a hacerlo decir aquello que, estoy seguro, tenés interés en saber más que tantas otras cosas, más que el hecho de si se acostó o no con Nazarre. ¿Por qué no había querido ver tu cuerpo? ¿Ves que logro sorprenderte? También yo, en tu lugar, habría querido saber esto antes que cualquier otra cosa. Escuchá cuidadosamente, antes de juzgarlo, te lo ruego.
Es verdadero, todo auténtico, aquello que dice José.
“Ciertamente, quiero también saber si Nazarre y Guille.. o no lo quiero saber.. no, lo quiero saber.. necesito saber, por fin, la verdad.”
Reanudo la grabación y soy alcanzado enseguida por la voz de Guille; mis ojos se llenan de lágrimas mientras oigo la voz afligida de Guille contestarle a José.
-Ver su cuerpo. ¿Te volviste loco José? ¿Cómo podés preguntarme eso? Ver su cuerpo… nunca lo habría logrado sin destruirme el solo pensamiento de quererlo hacer. Verlo muerto significaba aceptar su muerte.. y yo.. yo no podía, no puedo, sencillamente no puedo. Cada fibra de mi cuerpo se niega a aceptarlo. Él está vivo. Aquí, en mi corazón y en mi mente. Siempre vivo, siempre presente.. tanto que a veces me falta el aire si sólo pienso que no es que huyó lejos, que ..
-¿ Huir lejos? ¿Qué querés decir?
-Ahora puedo decirtelo. Le proporcioné unos documentos falsos, para usar en caso de necesidad, en la hipótesis que ya no fuera posible que se quedara en la ciudad.
-¿ Pedro estaba de acuerdo?
-¿Pedro? ¿Pedro, de acuerdo? ¡Más fácil pensar que llueve con un sol que parte las piedras por el calor! Pedro no estaba de acuerdo. La única cosa que le interesaba era saber si lo iba a estar esperando. ¿Cómo podía decirle que sí? ¿Cómo? Me miraba con aquellos ojos suplicantes y yo tuve que hacerme fuerte y decirle que no podía contestar que sí, porque la vida es así, imponderable.
-¿En cambio?
-Lo habría esperado toda la vida, si era necesario. ¿Estoy esperándolo ahora que está muerto, pensás que no lo habría esperado estando vivo?
-¿Por qué no se lo dijiste a él?
-No habría huido nunca. Lo conozco.. Sé como funciona su mente. Cuando me preguntó estaba, indudablemente, decidido de simular su salida.. una semana y habría vuelto.. dos días y habría llamado por teléfono. No, no podía arriesgarme. No fui realmente convincente porque se quedó en la ciudad, yo no logré decirle que no lo habría esperado.
-Aquel día estuvo a punto de partir...
-Es mi culpa. No tendría que haberle permitido volver a su casa. En aquel entonces bajé las defensas. Estaba claro que no podía hacer nada más si no aumentar el riesgo para ambos huyendo con él. Pero no podía rechazar el hecho de irme con él. Justo no podía..
-¿Por qué? ¿Qué sucedió?
--Él había decidido entregarse a la policía. No lo dijo expresamente pero sus ojos hablaron por él. Tuve miedo. Y después, qué querés que te diga, yo quise ir con él. Ya no logré estar frío para ambos, no logré cercenar nuestra relación de modo irremediable, no logré, sencillamente, resignarme a estar lejos de él. Ésta es la verdad. Nada más importaba para mí. Ni siquiera Fabián. Me dio miedo aceptarlo, aceptar este cambio enorme en mi vida. Pero es así. Todo, habría dado todo, para estar con él. Con él que dio todo por mí, cuidarlo bien, que dio todo sin que se lo pidiera.
-¿Por qué decís esto?
-¿Por qué? Porque no se habría encontrado en medio de aquel quilombo si no hubiera sido por Miguel Angel, por el odio que Miguel Angel tiene por mí; porque la mujer no lo habría matado si no se hubiera enamorado de mí. Porque yo no lo  protegí  y no pensé en las consecuencias cuando lo dejé volver a su departamento.
-No es tu culpa. Guillermo te equivocas al pensar así.
-Y que importa si me equivoco o no. Lo pienso. Todos los días de mi puta vida pienso esto. Y no puedo. No puedo mas ir adelante de este modo.
- Sin embargo aparentemente parece que rearmaste tu vida sin problemas. La facultad, la historia con Franco.
-¿La historia con Franco? ¿Pero cuál historia? Me parece que fui muy claro sobre eso. ¿No te acordás? Una vacación.. una tentativa de no pensar. Algunos beben... otros desahogan así el deseo de no pensar. De no pensar. ¿Pero sabes qué gané?
-¿Qué?
-Náusea. Asco y sentido de culpa infinita. Porque Pedro, en mi lugar, no lo habría hecho nunca y yo, una vez más, me equivoqué. Náusea infinita que sigue ahogándome. ¿La Facultad? No logré estar en el estudio. Ésta es la verdad. Todas las cosas de Pedro han quedado allí, en espera de su vuelta, yo mismo quise eso. No permití a nadie sacar nada y conservamos todo. Sólo que él no volverá más.. y yo no logro aceptarlo. Cuando estuvimos separados, en la época en que Camila creyó estar embarazada, tuve la certeza de poderlo recuperar si hubiera querido, bastaba con decirle: volvé y él habría vuelto. De hecho resto es así como ha sucedido. Le tuve que decir de volver, porque él quiso volver.. ¿Ahora a quién le digo: volvé?.. ¿a quién?.. ¿Volver cada día al estudio? No. Me habría vuelto loco si no hubiera sido por el hijo que Fabián espera. Me habría vuelto loco. Pero también así… José basta, me duele recordar aquello que la vida me ha robado. Basta ya. Andate. Tengo mucho trabajo. Necesito trabajar ahora. No pensar. Perdoname. Nos vemos pronto.
Por cuanto tiempo me he quedado con la respiración retenida, por cuanto tiempo mis manos han apretado este grabador como si fuera un ancla de salvación, por cuanto tiempo he llorado silenciosamente.. obligándome a seguir el hilo de los pensamientos de Guille.
No lo sé.
Pero no es importante saberlo porque aquel único resquicio se ha vuelto una grieta cada vez más grande y lo siento.. lo sé.. ha pulverizado todas mis resistencias.
El escenario ha cambiado, el timing ya no es el mismo y mis pensamientos giran vertiginosamente en espera de encontrar una disposición definitiva.
Enciendo de vuelta el grabador.
-Si llegaste a este punto entonces significa que logré lo que buscaba en mi intento. Pensá en Guillermo, pensá en lo que le ha costado toda esta historia. Y si ha tenido un instante de debilidad .. ¿Es en fin importante para ti? ¿Es importante si te quiere hasta a este punto?.. No dejes que muera lentamente. Que envejeces en la añoranza. Está esperándote sin tener la esperanza que volverás.. ¿No merece que vos olvides un instante de debilidad? Pensalo Pedro. Pensalo bien porque ahora todo está en tus manos. Te dejé las llaves de la casa de Beto. Él todavía está en cárcel, luego te contaré el por qué, pero se ha puesto muy feliz de saber que estás vivo y de ayudarte a vos y a Guillermo. Andá allá, el sitio es seguro. Llevé ya todas tus cosas, las encontrarás ordenadas en las valijas junto a la cama. Pensalo. Te lo ruego. Te espero en la audiencia. No permitas que la voluntad extraviada de Miguel Angel los mantenga separados para siempre.
Ahora son dos los objetos que aprieto en mis manos: un grabador y un manojo de llaves.
De repente río.. río.. y me fijo en el cielo.
Porque mi cerebro ha encontrado descanso y una imagen precisa se ha formado. Bien definida. Indeleble. Porque siempre ha existido. Guille. Solo Guille cuenta y aquel hijo de puta de José tuvo razón en preguntar: ¿qué es importante para vos? La respuesta siempre ha sido una. Siempre. Guille. Porque Guille es toda mi vida y él lo sabe.
La decisión de de volver en la ciudad y de seguir las instrucciones de José es tan natural que me encuentro en la puerta de la casa de Beto sin saber como llegué allí.
El día se está convirtiéndo en noche. Entro y miro alrededor. Ya estuve en lo de Beto, cuando dejé a Camila, por lo que conozco bien la casa. Sobre la mesa está la citación para la audiencia de mañana. Pero antes, tengo que hacer algo.
Una ducha caliente, para sacarme todo lo sucio de encima, me visto de negro, el usual gorro con visera, y salgo.
No tengo dudas, la casa de Guille me atrae como la luz siempre atrae una polilla.
Me acomodo frente a la puerta, veo bien la casa y veo que las luces están apagadas, incluida la del dormitorio.
Me siento un muchachito en las primeras experiencias amorosas, mientras trato de ver más allá de los vidrios cerrados.
Mañana será un gran día, lo siento; un gran día y nada me separará de Guille.
Porque volví, porque tengo intención de luchar por él, donde sea necesario.
Pero no será necesario porque él me quiere sólo a mí.
Tomo una moneda del bolsillo y me digo que, si cuento hasta diez y Guille se asoma de la ventana de su dormitorio, quiere decir que ha sentido mi presencia y me quiere; si tiro una moneda y sale cara, entonces está seguro que me quiere y que me perdonará por no haber tenido confianza en él.
Lanzo la moneda y la detengo sobre la palma de mi mano mientras lentamente cuento “Un, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho..”
Una ventana, de repente, se abre, y Guille se asoma en el frío de la noche.
¡Dios, que cara cansada que tiene!
También de lejos siento su respiración alterada.
¡Como quisiera correr hacia él y abrazarlo fuertemente!
De golpe, como si hubiera advertido mi presencia, se da vuelta hacia mí; juraría que dijo mi nombre, suave, pero lo dijo.
Me escondo en una zona de sombra y, lentamente, me voy.
No sin haber mirado la moneda que he lanzado en aire.
Cara, ha salido cara, y sonrío a la luna.
Luis de la Vega ha muerto, Pedro Beggio ha vuelto a vivir.
Todo estará bien… todo estará bien porque nos lo merecemos después de tanto dolor.
Desde mañana, te lo juro Graziani, nadie podrá separarnos más.
- -continúa con El amanecer de un nuevo día -

Lingua originale

Dopo lo sparo – sesta parte: il passato che ritorna ed il confronto a distanza con Guillermo -
Un piccolo sorso e poggio la bottiglia di whiskey di fianco, non saprei dire da quanto tempo sono accasciato a terra, le spalle contro la casa, a guardare l’acqua scorrere lenta.
Tutti i miei giorni sono così, tutti, non saprei dire quanti.. ho perso il conto… da che sono tornato nella casa del Delta del Tigre.
Ancora mi brucia non essere riuscito a prendere quell’aereo che mi avrebbe portato via da tutti e tutto, ma all’ultimo momento non sono stato capace di recidere i fili che mi tengono ancora legato al mio passato.
A lui… che è ancora tanto presente nei miei ricordi.
-Sapevo di trovarti qui.
La voce mi coglie di sorpresa, decisamente mi sorprende che José Miller mi abbia trovato.
-Hai impiegato troppo tempo per essere un fiscale. Perso la mano o il fiuto? Oppure ti conveniva di più che fossi definitivamente sparito dalla vita di tutti e da quella di Guille in particolar modo?
Mi guarda serio, con uno sguardo triste, mentre riflette attentamente alla risposta che sta per darmi.
-No. Tu lo sai. Non mi conviene e né mi è mai convenuto che sparissi in questo modo. E’ importante che tu torni per il processo.
-Non coprirti dietro al processo. E poi, non mi interessa il processo, Che facciano quel che gli pare.
-Lo sai che se non vieni a testimoniare lasceranno di nuovo libero Miguel Angel? Lo sai, vero?
-Miguel Angel non conta nella mia vita. Non mi importa nulla di lui.
Riprendo a bere con noncuranza.
-Se non vieni lo libereranno e sai perfettamente che se la prenderà con Guillermo.
-Guille sa come difendersi, non ha bisogno di me.
-Guillermo non può proteggersi 24 ore su 24. C’è bisogno di fare pulizia. Di eliminare il cancro che infetta la vita di Guille, di eliminare  Miguel Angel dalla vostra vita.
-Non mi interessa.
E lo penso con tutta la stanchezza del mondo che pesa sulle mie spalle in questo momento.
-Te ne assumi la responsabilità, dunque? Ti assumi tutta la responsabilità per le conseguenze che, sicuramente, ne scaturiranno?
-Di cosa devo essere responsabile? Guille sa difendersi. E se non bastasse può sempre chiamare i suoi amici..
La mia voce è sprezzante adesso.
-Chi, in professor Lazarre?
Sa andare dritto al punto José, quasi quasi lo ammiro per la sua tenacia, tempo addietro anche io sono stato così, adesso non più..
-Vedi che sei al corrente? Se sei al corrente allora saprai perchè non voglio più essere coinvolto in questa storia che, fondamentalmente, ha leso solo me, a quanto pare!
-Nemmeno per Guille?
Decisamente ha annusato l’odore del mio sangue e vuole vederlo scorrere…
-Guille non ha bisogno di me, te l’ho detto, per cui trai tu stesso le conclusioni che preferisci, a me cosa importa...
-Non è giusto. Non puoi dire questo. Non puoi negare tutto quello che c’è stato tra voi.
La furia si è, ormai, svegliata dentro di me e scoppia improvvisa.
-Non lo nego ma, come vedi, un altro uomo ha preso il mio posto per cui che ci pensi lui stesso a proteggere Guille. Cosa ti aspetti che faccia? Che mi metta a proteggere il loro rapporto come una chioccia. Non sono Juan Arismendi, non lo dimenticare.
-Non è così Pedro, ti sbagli.
Mi alzo con uno scatto improvviso e lo affronto faccia a faccia. Occhi negli occhi.
-Cosa non è così? Che Guille mi abbia sostituito con Lazarre? Io stesso ho visto come ha trascorso l’intera notte con lui, e di certo non per giocare a carte! Dove mi sbaglio, dimmi dov’è l’errore? Nel confidare, forse. Nel non vedere la realtà, forse. Sicuramente nel non aver ascoltato quello che Guille mi diceva tra le righe, forse. L’intera notte. Sai cosa vuol dire aspettare una notte intera, per strada, con un freddo nell’anima che ti acceca. Sperando di aver compreso male, di non aver visto bene, di aver frainteso tutto. Sai cosa vuol dire rendersi conto di essere rimasti soli? E nella peggiore maniera possibile? No, tu non puoi saperlo.
Giro le spalle e mi allontano. Mi segue come un segugio.
-No. E’ vero, non posso saperlo ma posso immaginare quello che hai passato. Però sbagli nel dare tanta importanza a Lazarre, lui non conta nella vita di Guille. Lui stesso me l’ha confermato.
Mi giro, e con tutta l’ironia che non sapevo di possedere, gli rispondo con decisione.
-Ma davvero! Ma che strano! Cos’è, ti ha detto che il sesso e l’amore sono due cose differenti?
-E’ vero, è stato solo sesso. Guille.
Soltanto ricordare quello che ha significato quella notte nella mia vita, solo il pallido ricordo del tormento che mi ha devastato…
-Non voglio più parlare di lui. Non c’è ritorno. Adesso ho solo bisogno di andare avanti, come posso, dopo questo fallimento.
-Devi dargli la possibilità di spiegarti..
-Devo? Chi sei tu per dirmi quello che devo o non devo fare. D’altra parte, se non ricordo male, anche tu aspiri a diventare un successore del compianto Pedro. Perché richiamarmi alla vita? Non ha senso.
Vedo dolore nei suoi occhi ma in questo momento non provo pietà per nessuno, meno per lui che mi ha costretto in un angolo dal quale non riesco a fuggire.
-Ha un senso. Gulle ti ama.
Entro in casa, seguito a ruota da Josè.
-Strano modo di amare!
-L’unico che gli è rimasto. Pedro riconsidera tutto, ti prego.
-Ci penserò, ma la mia risposta non cambia; non verrò a testimoniare perché non ritornerò mai più in città. E non voglio mai più parlare di Guille. Guille non esiste più per me.
Non sopporto la sua faccia comprensiva, non sopporto che entri così a fondo nei miei pensieri.
-Sono sicuro del contrario
Si guarda intorno mentre mi osserva con finta indifferenza.
-Queste cose sono per te, usale. Datti una possibilità Pedro. Non essere il peggior nemico di te stesso.
Poggia un piccolo registratore sul tavolo ed un mazzo di chiavi; poi si riavvicina alla porta.
-Vado via. Non dirò a nessuno di averti visto perché tocca a te decidere se ritornare alla tua vita o cambiarla per sempre.  Però, qualsiasi cosa tu decida, ti prego: prima ascolta la registrazione… ascoltala perché ti sorprenderai del suo contenuto.
Va via, senza voltarsi indietro. Io mi risiedo nello stesso posto, cercando di dimenticare che José ha rimesso a soqquadro la mia vita.
Il piccolo registratore è rimasto sul tavolo, dove José l’ha lasciato, per ore; il pomeriggio ha ceduto il passo alla notte e la notte all’alba.
Non ho avuto il coraggio di toccarlo, solo guardarlo di tanto in tanto per controllare che c’era ancora, per essere sicuro che il colloquio avuto con José non fosse stata una allucinazione.
Ogni volta ho sobbalzato nel rendemi conto che tutto era vero.. che dovevo fare i conti con il passato se volevo riuscire a far pace con me stesso.
Il freddo dell’alba mi spinge a ricercare un riparo; per la prima volta dopo settimane mi accorgo di aver preso ed indossato la giacca di Guille.
Quella che mi ha dato quando sono diventato un profugo.
L’ho conservata su una sedia accanto al letto, ma sono riuscito più a toccarla, non dopo quella notte; adesso me la trovo indosso, a quanto pare la mia mente, inconsciamente, mi ha fatto superare tutti quei limiti che mi ero imposto.
Sento il suo profumo… il mio cuore agonizza.. una sete immensa brucia le mie labbra.. comprendo che José ha raggiunto il suo scopo.
Devo ascoltare la registrazione; devo affrontare quei fantasmi che per José sono solo miei.
Perché il dubbio è diventato di nuovo il mio compagno, perché la speranza, timidamente, è riemersa dalle tenebre del forzato oblio.
Con un moto di rabbia mi chiedo com’è possibile che, dopo tutto quello che è successo, che ho visto e sentito, ancora sento di poter credere in qualcosa.. in Guille.. nell’amore che non ha mai detto di avere verso di me se non in quell’ultima telefonata prima che il mondo mi esplodesse intorno.
Basta… basta con questo tormento.. le mie mani, con decisione, prendono il piccolo registratore e premono sul tasto play.
La voce di José mi sorprende.
-Ne ero sicuro. Ero sicuro che per quanto tu fossi deluso ed arrabbiato, avresti comunque ascoltato questa registrazione. No, non spegnerla ed ascoltami sino in fondo. Io non so cosa sia successo dopo che sei fuggito dall’Ospedale. Sicuramente qualcosa di grave. Niente ti avrebbe tenuto lontano da Guillermo ancora per molto. Quando l’infermiera che ti assisteva al mattino mi ha confessato di aver fatto una telefonata a Guillermo per te ho compreso il tassello che mi mancava. Avevi saputo di Lazarre. Ho capito anche che, in quel preciso momento, hai deciso che era ora di ritornare accanto a Guillermo, indipendentemente dai rischi che correvi in prima persona. Poi ho saputo che la storia con Lazarre era andata avanti, per così dire, ed ho capito che anche tu ne eri venuto a conoscenza. Non da Guille che continuava a non sapere nulla di te, non da Lazarre che, in primo momento, pensavo avresti affrontato, ma da Sonia. Perché proprio Sonia? Perché è l’unica, oltre Cuca, che da informazioni per telefono, l’unica che non ti conosce bene e che non è in grado di riconoscere la tua voce per telefono. Ho capito che dovevo rimediare a quello che avevo provocato. Per poter essere in pace e per Guille. Sì, per Guillermo che, più di tutti, aveva sopportato il peso della tua finta morte. Così sono andato da lui. Non è stato facile. Per nulla facile. Chiuso come un’ostrica, duro con tutti ed in difensiva, ho dovuto penare per due ore prima di poter superare le barriere che si era imposto. Alla fine sono riuscito a forzargli la mano ed ho incominciato a farlo parlare a ruota libera su di te, soprattuto a fargli dire quello che, sono sicuro, hai interesse a sapere più di tante altre cose, più del fatto se sia o non sia andato a letto con Lazarre. Perché non aveva voluto vedere il tuo corpo. Vedi che riesco a sorprenderti? Anche io, al tuo posto, avrei voluto sapere questo prima di ogni altra cosa. Ascolta attentamente, prima di giudicarlo, ti prego.
E’ vero, tutto vero quello che José dice.
Certo, voglio anche sapere se Lazarre e Guille.. o non lo voglio sapere.. no, lo voglio sapere.. ho bisogno di sapere, finalmente, la verità.
Riaccendo il registratore e sono subito raggiunto dalla voce di Guille; i miei occhi si inumidiscono di lacrime mentre sento la voce accorata di Guille rispondere a Josè.
-Vedere il suo corpo. Sei impazzito José? Come puoi chiedermi questo? Vedere il suo corpo… non ci sarei mai riuscito senza distruggermi al solo pensiero di volerlo fare.  Vederlo morto significava accettare la sua morte.. ed io non posso, non posso, semplicemente non posso. Ogni fibbra del mio corpo si nega ad accettarlo. Lui è vivo. Qui ,nel mio cuore e nella mia mente. Sempre vivo, sempre presente.. tanto che a volte mi manca l’aria se solo penso che non è fuggito lontano, che…
-Fuggito lontano? Che significa?
-Adesso posso anche dirtelo. Gli avevo procurato dei documenti falsi da usare in caso di necessità, nell’ipotesi che non fosse più possibile rimanere in città.
-Pedro era d’accordo?
-Pedro? Pedro d’accordo? Più facile pensare che possa piovere con un sole che spacca le pietre per il calore! Pedro non era d’accordo. L’unica cosa che lo interessava era sapere se lo avessi aspettato. Come potevo dirgli di sì? Come? Mi guardava con quei suoi occhi supplicanti ed io ho dovuto farmi forza e dirgli che non potevo rispondere di sì, perché la vita è così, imponderabile.
-Invece?
-L’avrei aspettato tutta la vita, se necessario. Lo sto aspettando adesso da morto, vuoi che non lo avrei aspettato da vivo?
-Perché non glielo hai detto?
-Non sarebbe mai andato via. Lo conosco.. So come funziona la sua mente. Quando me l’ha chiesto aveva, sicuramente, deciso di far finta di andar via.. una settimana e sarebbe tornato.. due giorni ed avrebbe telefonato. No, non potevo rischiare. Non sono stato ugualmente convincente perché è rimasto in città, ma proprio non sono riuscito a dirgli che non lo avrei aspettato.
-Quel giorno stava per partire..
-E’ colpa mia. Non avrei dovuto permettergli di tornare a casa. In quel momento avevo abbassato le difese. Accettato che non potevo far nulla di più se non aumentare il rischio per entrambi andando via con lui. Ma non potevo rifiutarmi di andare con lui. Proprio non potevo..
-Perché? Cos’era successo?
-Lui aveva deciso di consegnarsi alla polizia. Non lo aveva detto espressamente ma i suoi occhi parlavano per lui. Ho avuto paura. E poi cosa vuoi che ti dica, io volevo andare con lui. Non riuscivo più ad essere freddo per entrambi, non riuscivo a recidere il nostro rapporto in modo irrimediabile, non riuscivo, semplicemente, a stare ancora lontano da lui Questa è la verità. Nulla contava di più per me. Neppure Fabian. Mi dava paura accettarlo, accettare questo cambio enorme nella mia vita. Ma è così. Tutto, avrei dato tutto per stare con lui. Con lui che aveva dato tutto per me, bada bene, dato tutto senza che glielo chiedessi.
-Perchè dici questo?
-Perché? Perché non si sarebbe trovato in quel casino se non fosse stato per Miguel Angel, per l’odio che Miguel Angel prova per me; perché la moglie non lo avrebbe ucciso se non si fosse innamorato di me. Perché io non l’ho protetto e non ho pensato alle conseguenze quando l’ho lasciato tornare al suo appartamento.
-Non è colpa tua. Guillermo, sbagli nel pensare questo.
-E che importa se sbaglio o no. Lo penso. Tutti i giorni della mia inutile vita penso questo. E non ce la faccio. Non ce la faccio ad andare avanti in questo modo.
- Eppure apparentemente sembra che hai riarmato la tua vita senza problemi. La facoltà, la storia con Franco…
-La storia con Franco? Ma quale storia? Mi pare che sono stato molto chiaro su questo. Non lo ricordi? Una vacanza.. un tentativo di non pensare. Qualcuno beve.. altri sfogano così il desiderio di non pensare. Di non pensare. Ma sai cosa ci ho guadagnato?
-Cosa?
-Nausea. Nausea e senso di colpa infinita. Perché Pedro, al mio posto, non l’avrebbe mai fatto ed io, ancora una volta, ho sbagliato. Nausea infinita che continua a soffocarmi. La Facoltà? Non riuscivo a mettere piede allo studio. Questa è la verità. Tutte le cose di Pedro sono rimaste lì, in attesa del suo ritorno, io stesso ho voluto questo. Non ho permesso a nessuno di toglierle e conservarle. Solo che lui non ritornerà più.. ed io non riesco ad accettarlo. Quando ci siamo separati, nel periodo in cui Camilla credeva di essere incinta, avevo la certezza di poterlo rivedere se avessi voluto, bastava dirgli: torna e lui sarebbe tornato. Del resto è così che è successo. Ho dovuto dirgli di ritornare allo studio, perché lui voleva ritornare.. Adesso a chi lo dico torna?.. a chi?.. Ritornare ogni giorno allo studio? No. Sarei impazzito se non fosse stato per il figlio che Fabian aspetta. Sarei impazzito. Ma anche così… Basta Josè, mi fa troppo male ricordare quello che la vita mi rubato. Basta così. Vai. Ho molto da lavorare. Ho bisogno di lavorare adesso. Di non pensare. Scusami. Ci vediamo presto.
Per quanto tempo sono rimasto con il respiro trattenuto, per quanto tempo le mie mani hanno stretto questo registratore come se fosse un’ancora di salvezza, per quanto tempo ho pianto silenziosamente.. costringendomi a seguire il filo dei pensieri di Guille.
Non lo so. Ma non è importante saperlo perché quell’unico spiraglio è divenuta una fessura sempre più grande e lo sento.. lo so.. ha polverizzato tutte e mie resistenze.
Lo scenario è cambiato il timing non è più lo stesso ed i miei pensieri girano vorticosamente in attesa di trovare una sistemazione definitiva.
Riaccendo il registratore.
-Se sei arrivato a questo punto allora significa che sono riuscito nel mio intento. Pensa a Guillermo, pensa a quello che è costato a lui tutta questa storia. E se ha avuto un attimo di debolezza… è poi importante per te? È importante se ti ama sino a questo punto?.. Non lasciare che muoia lentamente. Che invecchi nel rimpianto. Ti sta aspettando senza avere la speranza che ritornerai.. non merita che tu dimentichi un attimo di sbandamento? Pensaci Pedro. Pensaci bene perché adesso tutto è nelle tue mani. Ti ho lasciato le chiavi della casa di Beto. Lui è ancora in carcere, poi ti racconterò il perché, ma è stato molto felice di sapere che sei vivo e di aiutare te e Guillermo. Vai lì, il posto è sicuro. Vi ho già portato tutta la tua roba, la troverai sistemata nelle valigie accanto al letto. Pensaci. Ti prego. Ti aspetto in udienza. Non consentire alla volontà deviata di Miguel Angel di separarvi per sempre.
Ora sono due gli oggetti che stringo nelle mani: un registratore ed un mazzo di chiavi.
All’improvviso rido… rido.. rido.. e guardo al cielo.
Perché il mio cervello ha trovato riposo ed un’immagine precisa si è formata.
Bene impressa. Indelebile. Perché c’è sempre stata.
Guille.
Solo Guille conta e quel figlio di puttana di Josè ha avuto ragione nel chiedere: cos’è importante per te? La risposta è sempre stata una, sempre. Guille. Perché Guille è tutta la mia vita e lui lo sa.
Decidere di ritornare in città e di seguire le istruzioni di Josè è talmente naturale che mi ritrovo sotto casa di Beto senza sapere come ci sono arrivato.
Sta diventando notte. Entro e mi guardo intorno. Ci sono già stato da Beto, quando ho lasciato Camilla, per cui conosco bene la casa. Sul tavolo c’è la citazione per l’udienza di domani. Però prima, devo fare qualcosa.
Una doccia calda, per togliermi tutto il sudicio da dosso, mi vesto di nero, il solito berretto con visiera, ed esco.
Non ho dubbi, la casa di Guille mi attira come la luce attira sempre una falena.
Mi apposto di fronte al cancello, vedo bene la casa e vedo che le luci sono spente, compresa quella della camera da letto.
Mi sento un ragazzino alle prime esperienze amorose, mentre cerco di vedere oltre i vetri chiusi.
Domani sarà un gran giorno, lo sento; un gran giorno e nulla mi separerà da Guille.
Perché sono tornato, perché ho intenzione di combattere per lui ove fosse necessario.
Ma non sarà necessario perché lui ama solo me.
Prendo una moneta dalla tasca e mi dico che, se conto fino a dieci e Guille si affaccia dalla finestra della sua camera da letto, vuol dire che ha sentito la mia presenza e mi ama; se tiro una moneta ed esce testa, allora è proprio sicuro che mi ama e che mi perdonerà per non aver avuto fiducia in lui.
Getto la moneta in aria e la fermo sul dorso della mano mentre lentamente conto
Uno, due, tre, quattro, cinque, sei, sette, otto..
La finestra, all’improvviso, si apre, e Guille si affaccia nel freddo della notte.
Dio, che faccia stanca che ha! Anche da lontano sento la sua respirazione alterata.
Come vorrei correre da lui ed abbracciarlo stretto!
All’improvviso, come se avesse avvertito la mia presenza, si gira verso di me; ci giurerei, ha detto il mio nome, piano ma l’ha detto.
Mi nascondo in una zona d’ombra e, lentamente vado via.
Non senza aver guardato la moneta che ho lanciato in aria.
Testa, è uscito testa, e sorrido alla luna.
Luis de la Vega è morto, Pedro Beggio è tornato a vivere.
Andrà tutto bene… andrà tutto bene perché lo meritiamo, dopo tanto dolore.
Da domani, te lo giuro Graziani, nessuno ci potrà più separare.
- Continua con El amanescer de un nuevo dia-



9 comentarios:

  1. Gracias Antonia, por este tan maravilloso texto que nos ha tenido ha mantenido en vilo, precioso final, exquisita pluma!

    ResponderEliminar
  2. diez de la mañana y llorando, sigo leyendo....

    ResponderEliminar
  3. Antonia hermoso! "Cada fibra de mi cuerpo se niega a aceptarlo. Él está vivo. Aquí, en mi corazón y en mi mente. Siempre vivo, siempre presente.. tanto que a veces me falta el aire si sólo pienso que no es que huyó lejos" "Lo habría esperado toda la vida, si era necesario. ¿Estoy esperándolo ahora que está muerto, pensás que no lo habría esperado estando vivo?" las palabras de Guille....o las nuestras.....esperando....esperando siempre a Pedro

    ResponderEliminar
  4. Antonia,Antonia,maravilloso tu texto!!!!!mil gracias por este regalo....yo ya lo había elegido al que viene como mi final,y te lo expresé oportunamente y hoy ya definitivamente lo vuelvo a elegir.....

    ResponderEliminar
  5. Antonia !!! lloro, lloro y sigo llorando ! que texto mas maravilloso ! ...y el final , extraordinario !!!

    ResponderEliminar
  6. EMOCIONADISIMA ME SIENTO!! QUE BUENA HISTORIA..EXTAORDINARIA!! EN ESPERA DEL PROXIMO!!

    ResponderEliminar
  7. Antonia... ojala nos den un final como el tuyo... nosotras como Graziani no vamos a preguntar por que? solo vamos a estar felices si Pedro esta vivo. Hermosa la historia, me gusto mucho como encontraste un porque para cada hecho que hemos visto desde el dia que mataron a Pedro... Me gusto muchisimo leer de nuevo tu primera historia, ahora el final de esta... gracias!!!!

    ResponderEliminar
  8. antonia ya lo decidi .... Este es el final que quiero ..... Ya no me importa otro y menos el que nos quieren ensoquetar en la tele ... Que dulzura y que ternura la tuya al escribir .... Leo y tengo paz ..... Ahora El amanecer de un nuevo dia , ya lo espero ...... Graciela CT

    ResponderEliminar
  9. Me encanta como escribís Antonia, una historia hermosa que no podía dejar de leer. Con un final hermoso y con un futuro mejor.

    ResponderEliminar