viernes, 20 de diciembre de 2013

Si no sobrevive (3ra parte) by Lupillar

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La luz de la tarde se desvanece lentamente sobre el horizonte, las sombras de colores naranjas se proyectaban al compás sobre las blancas paredes perfilando el rostro de Pedro dándole una imagen casi etérea, su mente divaga entre diversos recuerdos mezclados entre dolor, furia, amor, soledad que llevaba cargando a cuestas con la esperanza que tiempo lo sanara.
-          Hola.- le susurra Magnolia suavemente.

Magnolia, siempre ahí, siempre latente, siempre consiente. En aquellos momentos de soledad ella se hacía presente, en momentos de tristeza ella se hacía esperanza, en momentos de dolor ella se hacía soporte.
Cuando su vida se transformó en una eterna fuga no encontró consuelo en nadie, refugiado en otro país, aun enfermo por los vestigios de las heridas, y con otro nombre saboreo la soledad y casi la desesperanza. Apunto estuvo muchas veces de contactarse con Guillermo, necesitaba escuchar esa voz, sentirlo como una caricia en el alma. Llegó a marcar el número de su casa en  unas cuantas ocasiones pero era demasiado el riesgo y hasta allí llegaba su intento.  Así que al año y medio de vagabundear por tierras extranjeras donde se sentía como un paria contactó a su familia; a los únicos que consideraba familia. Marcial y Magnolia sus primos y confidentes.
Fueron criados bajo el mismo régimen, limitados, sin afecto. Desde niños fueron un apoyo mutuo y así lo demostraron cuando pedro llamo en su auxilio, siempre allí, presentes, los dos.

Marcial incorregible, mujeriego, de alma libre pero siempre con una palabra precisa, Magnolia sensata, cerebral, confidente pero absolutamente enamorada del amor.

-          ¿Pedro?, ¿ojitos? Che, bájate de la nube que se me hace imposible seguirte.
-          Perdóname, estaba distraído.
-          ¿De verdad?- la chica lo enfrenta risueña y mudamente le pide a Pedro que hable.
-          Bajé la guardia con Guillermo…no solo el día de la borrachera…- suspira algo acongojado.
-          Y hace una semana. – lo interrumpe Magnolia. -cuando te recogí. Si las miradas mataran, tu Guillermo ya estaba encanado  por asesinarme (se rié)
Se hace silencio y Pedro piensa en el curso que ha tenido su vida en los últimos cuatro años, camino difícil cuando se está absolutamente enamorado. Pedro se levanta y se dirige al ventanal y a medida que los colores se difuminan sus palabras se hacen claras.

-          ¿Sabes algo Magno? Antes de regresar, cuando supe que Guillermo ya estaba con alguien fue casi insuperable, fue doloroso, me sentí traicionado, usado, vacío. Recordé a Camila y su amor obsesivo, eso me sirvió de espejo. Me vi a mi mismo reflejado pero con un matiz  totalmente diferente: con opciones,  la vida me daba opciones y aprendí la lección, que mi felicidad no está en manos de otro, está en las mías únicamente.

-          Pero…algo sigue ahí, ¿no es cierto? ¿algo te sigue incomodando?
Pedro suspira, cierra los ojos y admite.
-          Si, que sigo guardando esperanzas en que Guillermo…que tal vez él…sienta… por mi…
-          Pedro.-  éste se gira atento a su opinión. - Estoy de acuerdo con vos, pero no está mal amar y evocar esperanzas en ese amor. No es malo que lo que sentís por Guillermo sea tu bastón, no me imagino una vida siquiera sin conocer un poquito de eso que ustedes sienten… que él siente por vos.
-          Y entonces… ¿porque no logro acercarme, no logro confiar, no logro creer que él me quiere un poquito?
-          ¿Sabes porque? Porque siempre supones, supones de todo, supones que él piensa tal cosa , supones que yo pienso otra cosa , pocas veces vas al fondo de las cosas y no es por falta de interés, es por miedo.
-           
Pedro la mira sorprendido, es como si leyera un libro abierto y admite que en todo tiene razón.
-          ¿qué hago entonces?
-          Habla con él, como al principio, abrirle tu corazón y no supongas nada, de sus sentimientos, preguntarle y no  le des oportunidad a que el miedo de él se transforme en evasivas, porque sus acciones muestran que tiene interés.
-          Estoy cansado de seguirlo, siempre…no sé si deba continuar en esto, debería  irme…del todo, tal vez lo que paso hace ocho días fue simplemente un encontronazo.
-          ¿Viste? Ahí estas suponiendo nuevamente, vivís de la suposición. Están en el juego del gato y el ratón y así jamás van a llegar a nada. Pedro, sé leal con vos mismo, tené convicción, si esto es lo que sentís, deciselo, ya es problema de él si lo toma o lo deja ir.
Tal vez debería enfrentar lo que tanto le aterra; abrirse a Guillermo por completo y estar dispuesto a aceptar de él lo que venga.

-          Guille, no lo buscaste? No hablaron?
-          No. me siento un estúpido, no sé qué hacer, como hacerlo.

Juan observa como Guillermo se hunde en el sofá bebiendo de una copa de vino, como trata de desaparecer y como por primera vez en todos sus años de conocerlo lo encuentra sin rumbo.
-          Ahí está el error, deberías buscarlo. Vamos hombre! Si no te quisiera no dejaría que lo besaras, te habría como mínimo pegado una trompada.
-          Si perfecto, ¿pero la fulana esa quien es y porque corrió desesperado cuando ella lo llamo?
Guillermo se pone de pie, se exaspera, suelta otro botón de su camisa y termina sentándose de nuevo.
-          Pregúntaselo a él. No supongas Guillermo, abrite viejo!
-          ¿Me estás diciendo que lo busque?
-          Si, buscalo. Es ahora o nunca, ¿no me decías hace algún tiempo, cuando él estuvo prófugo que te arrepentiste de haberle dicho que no seguías a nadie?
-          Bfff, no me recuerdes eso, me sentí un imbécil…pero ahora…el no seguirlo, me parece lo mas sensato.
Juan lo mira incrédulo, se ríe de tamaña negación.
-          No seas pendejo Guillermo…
-          ¿Pendejo?, pendejo juan? , tengo 57 años ahora 4 más que en ese momento, y cuando me decidí a seguirlo me lo mataron. No Juan, pendejo no, realista que es muy diferente.
-          Y por ese realismo no ves en esto una segunda oportunidad que la vida te está dando, seguís contra el mundo. No te dije nada cuando iniciaste una relación con Franco porque entendí perfectamente que no  te ibas a negar la posibilidad de seguir viviendo o más exactamente sobreviviendo que es como realmente lo veo, así no te guste escucharlo, pero Pedro regresó, es el amor de tu vida y cuando lo tenes enfrente te acobardas, decime si eso no es ser un pendejo, perdóname pero eso es lo que hay.
Sabe que si Pedro desaparece nuevamente, él ya no podría con su vida, no quiere volver a tener ese vacío, ese dolor y ese odio contra la vida, contra el mundo y contra sí mismo.
-          Guille, la vida es una sola y de verdad sos un privilegiado ante ella, te trajo nuevamente a Pedro.
-          Tengo temor a perderlo…a perderlo nuevamente Juan, la muerte me asusta, sé que en algún momento ella se va a hacer presente pero… hay otras cosas, mi edad…
-          ¿Tenés miedo a que te abandone?
-           pánico a que me mire de otra manera. Soy mayor, mucho mayor .Cuando él tenga mi edad yo ya estaré para un geriátrico. No lo quiero retener, no quiero cortarle las alas, él es hermoso en todo aspecto… ¿y que si lo nuestro no funciona ah?
-          No seas egoísta Guille, ni con él, ni con vos. Si el chico fuera de sentimientos frívolos ya te habría olvidado con tanto que ha sufrido, y con tanta distancia que se han impuesto, ¿Por qué crees que regresó? ¿para ejercer su profesión nuevamente? No, por vos y si vivís pendiente que va a  pasar en el futuro te vas a perder de vivir el presente.



Lunes, 8:00 am

Guille está cansado, no pegó el ojo en toda la noche dándole vueltas a su conversación con Juan pero la ansiedad lo mantiene en pie. Le pidió a Beto el favor de recogerlo ese día en su casa para entregarle unos documentos del estudio y para llevarlo al apartamento de Pedro, esperaba que se encontrara a esa hora, era ahora o nunca.
-          Guille, ¿quieres que te acompañe?
-          No Beto, gracias- suspira nervioso.- esto lo tengo que hacer solo.
-          Perfecto Guille, llámame cuando sea el momento.
-          No tenés clases?-le pregunta Guille mientras arregla su maletín
-          Sí, pero ya sabes, si me necesitas…
-          Nada, ánda tranquilo…ándate.

Guille despide a Beto, lo ve alejarse. Se planta frente a un edificio de unos 5 pisos de paredes azules…azules. Guille sonríe, el color preferido de Pedro. Su ansiedad se hace más evidente, le sudan las manos, siente el corazón en la garganta y le falta el aire, este es el momento y recuerda la frase de Juan: “si vivis pendiente que va a  pasar en el futuro te vas a perder de vivir el presente”. –

Departamento 428, sí que te gusta ese maldito número- piensa guille en el 8 mientras toma el ascensor.
Pasan cinco, diez minutos y aún está Guillermo en el pasillo sin decidirse, se acerca, levanta la mano y toca el timbre, siente que se muere. Nadie contesta, vuelve a tocar cuando escucha a lo lejos la voz de Pedro.
-          Ya voy…ya voy.
Es indescriptible la expresión de Pedro cuando ve a allí a Guillermo, sus ojos no pueden ocultar la sorpresa, se fija en ellos incapaz de esquivarlos.
-          Hola Pedro-
-          Guille….Guillermo, ¿qué haces acá?
-          ¿Podemos hablar?
-          Ehh? Si…si claro…eh ¿queres pasar?
-          ¿puedo?- Guillermo sonríe enternecido por la torpeza de Pedro.
-          Si, si,si, claro…pasa
Guillermo entra con ganas contenidas de salir corriendo. “No tendría que estar acá, mierda, no debería estar aca” se recrimina. Trata de centrarse en algún objeto, por aquello de direccionar su nerviosismo, pero solo palpa la presencia de Pedro, no logra enfocarse, se siente que se le escapa el aire y se le seca la garganta. Mira a Pedro y este parece no estar mejor que él, con esos ojazos que bailan nerviosos entre su rostro, sus manos y el piso.
-          Necesito hablar con vos - logra articular Guillermo, porque de no decir nada está seguro que continuarían en esa posición el resto de la mañana.
Pedro lo mira perdido. -¿hablar, que… que paso?. ¿De…de qué?
Apenas Guille abre la boca; la voz y la presencia de una mujer irrumpen en la sala.
-          Listo Pedro, ¿ si alcanzas a llevarme…? Ah…eh…hola
Magnolia igualmente sorprendida mira de Guillermo a Pedro y viceversa, una sonrisa nerviosa se instala en su boca y al ver la postura y el rostro de Guillermo decide acercarse y presentarse porque esperar que Pedro module palabra en el momento es imposible.
-          Hola, mucho gusto, Magnolia- la chica extiende la mano y recibe un apretón por parte del mayor.
-          Mucho gusto, Guillermo Graziani.
-          Si, ya se quien sos…
-          Ah si?
-          Si, sos uno de los abogados más conocido en los tribunales.
En Guillermo nace nuevamente la furia ciega que experimento en las dos oportunidades pasadas que vio a la chica, así que lo conoce. Definitivamente no debió venir… que día de mierda. Se fija en ella que lo mira abiertamente, de ojos grandes y cristalinos.-no es mala chica, tiene una bella mirada- piensa Guillermo, otra punzada más a su corazón.
-          Creo que vine en mal momento, Pedro disculpame, te molesto en …
-          Noo!, ¡para nada!, Pedro solo me iba a llevar a la universidad, y se devuelve no es así, Pedro?
-          Ah? Ah sí, es que tengo un caso en el que voy a trabajar y pues acá tengo todo…yo…-Pedro se rasca la cabeza con nerviosismo.
-          ¡Listo! Está todo bien! Yo me voy, no te preocupes, me imagino que tienen mucho de qué hablar… de trabajo… en fin.
Magnolia se le ve divertida, salta por toda la sala recogiendo cosas, ninguno de los dos logra entender de qué habla pero cuando Guillermo hace amague de dirigirse a la puerta ella lo toma del brazo sutilmente y con el rostro iluminado por una sonrisa inmensa le planta un beso en la mejilla de despedida.
-          Te deseo toda la suerte Guillermo- le susurra dejándolo perdido con aquella frase.
-          Chao primito bello, ¿nos vemos en la noche si?- le da un beso sonoro a Pedro  y sale dando un portazo, dejando la sensación de haber pasado un aluvión. Nunca antes quedaba mejor un dicho: Después de la tormenta viene la calma y una calma incomoda.
-          ¿Tu prima?- Pregunta Guillermo después de unos minutos de silencio y sintiéndose absolutamente ridículo.
-          Si
-          ¿Así que vivís con ella?
-          No, ella y Marcial, viven en otro departamento en el edificio.
Guillermo sonríe, siente que se ha quitado una tonelada de peso de encima. Su prima; por eso esa cercanía y si ahora lo analiza con cabeza fría, ella y el otro hombre posiblemente el hermano son muy parecidos a Pedro, los mismos ojazos. No, parecidos, porque los de Pedro son más bellos. Como fue tan imbécil…pero los celos lo habían cegado, después de todo no había sido mala idea venir.
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Pedro está en blanco, no puede creer que Guillermo este ahí, en medio de la sala de su casa. Su cabeza no logra enfocarse, Magnolia lo dejo tirado solo en el apartamento, solo y con Guille…con Guillermo…con Graziani.

-          Eh…¿queres tomar algo?
-          ¿Un café?, está helando hoy.
-          Dale, sentate.

Pedro se trata de concentrar en el maldito café; ¿dónde está el café?, ¿dónde están las tazas?, taza grande; recuerda muy bien que Guillermo odia las tazas pequeñas. Y el café: sin azúcar, negro, amargo. A su espalda siente la mirada de Guillermo, intensa y aplastante. Está a punto de hiperventilar. –¡controlate Pedro, controlate!... vino tal vez a preguntarte algo de los tribunales, de Beto…¿ a qué mierda vino?.- se dice a sí mismo.

-          Hermoso el departamento, muy iluminado-
-          Gra…gracias.
Está Pedro tan nervioso que casi salta del susto al escuchar esa voz de Guillermo que tiene la capacidad de colársele hasta las fibras más recónditas de su cerebro y hacerle desconectarse de la realidad... su voz; profunda, llena de matices, de colores...de recuerdos: del beso, del delta…de la huida...
-          Gracias, veo que te acordás como me gusta el café…
-          Ah..eh…bueno, a casi nadie le gusta amargo, solo a vos.
Se miran instantes, milésimas de segundo; Guillermo apreciando la belleza de su chiquitín y Pedro midiendo la razón del porque Guille está allí.
-          De que querés hablar
Guillermo deja la taza, acomoda sus codos en la mesa y se acerca un centímetro más. Tantea el terreno. No se puede ir por las ramas, debe ir al punto, a la razón del porque está allí.
-          Del amor que te tengo Pedro, de lo que nunca te dije mirándote a la cara. De los miles de Te amo que te debo.

Pedro se marea, se le seca la garganta. Es absolutamente imposible controlar el nudo que se le hace en el estómago y aún más imposible impedir que sus ojos se comiencen a llenar de lágrimas.
No tiene palabras y el dolor de su soledad, de su abandono, la rabia por todo lo que tuvo que pasar se hacen más densos.
Guillermo lo mira expectante, con un miedo atroz que lo saque de allí tirándolo por la ventana o lo peor de todo: que lo vea con indiferencia. Se hace silencio, con la mirada de Pedro perdida sobre la taza.
-          Pedro, decime algo- Guillermo trata de buscarle la mirada y con sutileza dirige sus manos hacia las de Pedro, pero éste las esquiva suavemente. Guille siente un pinchazo de dolor agudo en su alma y las retira. Observa como Pedro lleva sus manos al pecho y con gesto de dolor y cerrando los ojos; toma aire.
-          ¡Que frio hace!- exclama y se va hacia el ventanal para terminarla de correr, se inclina con su mano aun en el pecho con más dificultad para respirar.
En el cerebro de Guille se dispara una alarma al ver aquellos gestos.
-          Pedro ¿Qué pasa?
El joven sonríe y por primera vez lo mira directo a los ojos.
-          Consecuencias de los balazos, en días de frio me duele y respirar se me dificulta. Y con lo que acabas de decirme…peor.- se asoma una sonrisa cargada de tristeza.
Guillermo se acerca sin pensar en las reacciones de Pedro  y abraza aquel cuerpo tan amado, siente remordimiento, furia, dolor, pasión, entrega. Éste  se tensiona e interpone sus manos como escudo pero el cuerpo de Guillermo lo abarca y lo presiona sin otra solución a bajar sus brazos y rodearlo tímidamente.
Solo un abrazo que pide perdón, un abrazo que dice te amo, un abrazo que brinda calor y protección, un abrazo como ningún otro en el mundo.
Pedro hunde su nariz en el cuello de Guillermo y aspira su aroma, siente el calor de su pecho que se va apoderando de su dolor, lo disminuye, lo hace desaparecer, lo hace sentir reconfortado, suspira y se abandona en los brazos de Guille.
-          Te amo Pedro, te amo y te amare siempre, perdóname por favor. Siempre te amé, siempre, precioso, mi chiquitín lindo, si pudiera cargar con tu dolor, déjame, permítime acompañarte…
-          Guille…Guille…- Pedro no puede contenerse más, se le quiebra la voz y allí en el lugar más amado y donde se siente pleno deja que el dique se rompa y salgan todas las lágrimas guardadas por tanto tiempo en un llanto incontrolable, un llanto que no se permitió durante cuatro años, un llanto torrencial inundado de dolor.

Guillermo lo sostiene y en una mezcla de  dolor y felicidad acompaña con sus lágrimas a ese ser que se apodero de su vida, de su alma, de su corazón. Su amado Pedro. 

21 comentarios:

  1. ay lucero como me haces llorar que hermoso no soportaba verlos alejados,este es nuestro final el de guille y pedro juntos pese al transcurso del tiempo su amor sigue intacto mas firme,me kedo con este final siempre gracias lucero por este maravilloso cap mariana ch.

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  2. ah al fin! no soporto verlos separados! gracias Lucero! hermoso!

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  3. Cómo me gusta y disfruto tu historia Lucero. Me gusta cómo has trabajado lo que le pasa a cada uno, cómo se piensan el uno al otro todo el tiempo, cómo le es difícil a Pedro dejar de lado el dolor y por otro lado los celos de Guille que dan tanta ternura. Cómo van los dos un poco a ciegas hasta que se derrumban las barreras y al fin se encuentran y se perdonan y se permiten amarse de nuevo. Los dibujaste muy bellamente. Gracias gracias gracias. Abrazo enorme.

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  4. "Pedro no puede contenerse más, se le quiebra la voz y allí en el lugar más amado y donde se siente pleno deja que el dique se rompa y salgan todas las lágrimas guardadas por tanto tiempo"..."Guillermo lo sostiene y en una mezcla de dolor y felicidad acompaña con sus lágrimas a ese ser que se apodero de su vida, de su alma, de su corazón. Su amado Pedro"... Ay Lucero, qué manera de llorar pero de felicidad! Al fin bajaron todas sus defensas, se sacaron las corazas y volvieron a encontrarse. Gracias por esta historia tan hermosa e intensa!!! María Elena

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  5. Totalmente emocionada!!! No tengo palabras, hermoso relato , esos sentimientos tan bien expresados, estoy como ellos con un nudo en el pecho. Te felicto por esta historia que nos estas regalando. Y quiero mas, mucho mas. Gracais!!!

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  6. Ay Lucero, como llorè junto con Pedro!! me encanta que ya estèn juntos! hermosa historia y hermoso como la escribìs. Gracias! San

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  7. Por fin juntos, me entristecia enormemente .... amandose como se aman y estar separados , Lucero que lindo como escribis me emociona .... Gracias mil x eso ..... Graciela CT

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  8. Ay Lucero, Lucero.., bendita sea tu inspiración, porque cada vez que mi ilusión se quiebra me rescata del avismo. Ya te lo dije: soy tu Fans Nro 1. Amé esta historia, con su lógica y su resolución. ¡Que bien logrado! Ese llanto no necesita explicaciones... ese llanto habla por si mismo. ¡Que tus musas jamás se apaguen amiga! Tus escritos son "la mano que despeina las tristezas". Gracias! ( Guillermina Pedris / Sandrix)

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  9. gracias por esos comentarios tan bellos nuevamente...lo hago con mucho cariño por ustedes y por ellos, enamorada de esta pareja, tal vez soy un poco lenta en la resolución pero solo digo que tiene nuestro final feliz como es y siempre será.

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  10. ¡Ays Lucero, que lindo, que mimo para el alma tan vapuleada leer por fin esas palabras que tanto quise escuchar de boca de Guille! "Del amor que te tengo Pedro, de lo que nunca te dije mirándote a la cara. De los miles de Te amo que te debo." Pasó el tiempo pero el amor sigue intacto a pesar del dolor.

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  11. Lucero, te felicito lo has escrito hermosamente. Este es para mi gusto el final feliz que se merecía esta historia. No te privaste de mencionar los miedos de ambos y pones en boca de Guillermo esto: Del amor que te tengo Pedro, de lo que nunca te dije mirándote a la cara. De los miles de Te amo que te debo. Sublime capitulo. Felicitaciones

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  12. Muy bello y conmovedor ..gracias por compartirlo!!

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  13. Hermosìsimo Lucero, al fin Guille se anima a abrir su corazòn ante Pedro, y Pedro con todo su dolor a cuestas decide aflojar y poder desahogarse en brazos de su amor. Que la pròxima sea la reconciliaciòn y el reencuentro de los cuerpos.

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  14. Otro posible final que pasa por los celos de Pedro y Guille, que me encantan. Muy bonito relato, gracias de corazón.

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  15. ayyy,Lucero que hermosura, me estoy poniendo al día con las historias... venía muy atrasada!!! que maravilla lo que escribiste... el dolor en el pecho que siente Pedro, también lo sentí yo, y Guille pidiéndole acompañarlo en su dolor, cuanto se aman, cuanto sufrieron, que bien lo describís!!! Muchas gracias x tu historia, abrazo

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  16. Por favor, Lucero!! Què hermoso!!! Necesito seguir leyendo!!!!
    Me encanta!! Espero ansiosa la 4ta entrega!!! Paula

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  17. Lucero te felicito, hoy leí las tres partes de tu relato, te juro que ni me movi hasta terminar de leerlo, ansiosa por saber que pasaba. Hermosa historia.

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  18. ayn lucero que orgullo que seas parte de nuestra pandilla,no dejo de emocionarme con tus fics las releo una y otra vez y le encuentro nuevas aristas tan bellas y deliciosas ,amo profundamente a estos guille y pedro que vos le diste vida tan humanos tan bellos tan sufridos y amdos,una y otra ves gracias por esto.mariana chavez

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  19. lucerrrrrrrrrrrrrrrrrrrrooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo simplemente te quiero amiga ,sos un ser de luz!!!!!!!!!majo

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  20. Bellísimo!! "Solo un abrazo que pide perdón, un abrazo que dice te amo, un abrazo que brinda calor y protección, un abrazo como ningún otro en el mundo"... sin palabras!! Susy

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