martes, 7 de enero de 2014

Hosteria (5ta parte) by Elena

Afuera llueve y hay tormenta, Guillermo no puede dormir. Mira a Pedro hecho un ovillo contra él durmiendo profundo, “que lindo duerme”; sabe, porque él se lo dijo, que solo duerme así cuando está en su cama, y eso es casi casi siempre, porque todavía le queda esa costumbre, de animalito difícil, de escaparse sin aviso cuando está enojado.
Recorre con un dedo, sin tocarlo, el contorno de su cara, la quijada, el mentón, y aunque no lo toca Pedro se agita, pero no quiere despertarlo, todavía no.
Aún tiene guardada aquella foto del curriculum, “su barco”, recuerda el primer encuentro Postiglione por estafas, “no trabajo los viernes, no recibo órdenes de nadie”, abogado penalista devenido en agente secreto. Visto para atrás todo tiene un significado tan distinto, las dudas de Pedro, el casamiento con Camila, cuando el aún no se daba cuenta de la magnitud de lo que estaba pasando. Como puso Pedro en peligro su propia vida mientras él, Guillermo, pensaba que podía protegerlo, sin saber siquiera a lo que se estaba enfrentando.
Suspira… los días aciagos de su “muerte”, los años perdidos….creyó morir cuando lo vio de nuevo ahí, parado en el estudio. Piensa que si no se murió en ese instante todo lo demás carece de importancia…veinte años escondidos y una vida de mentira no valen la pena cuando estas parado frente al amor de tu vida.
Pasaron apenas algo más de seis años, acaba de cumplir sesenta, es abuelo y padre de dos y está casado con el hermoso caballero que duerme a su lado, ah! si, y tiene la alianza en su mano izquierda, él que no creía en las alianzas, en eso de ser uno del otro.
Se ríe bajito, Pedro, Agustín, abogado, agente, padre, esposo, un torbellino que transformo su vida “prolija” en un policial romántico; “quiero que nos casemos” “quiero que tengamos hijos”, nunca pregunta, solamente afirma, y el jamás sabe decirle que no.
Baja la mirada para encontrarse unos ojazos marrones que lo miran
-          Que pasa amor?
-          Nada precioso, seguí durmiendo
Pedro se incorpora apoyado en él y lo besa, le recuerda aquella “primera vez” pero no, este es un beso profundo y largo, de esos que le cortan la respiración, besos que piden más.
-          Papa?
-          Si Brisa, que pasa?
-          No puedo dormir, no me gusta la tormenta
-          A mí tampoco hijita, veni. Y Diego?
-          Duerme, él no se despierta con nada
-          A quien habrá salido, no? Correte Pedro –Hay protesta en sus ojos oscuros, pero Guillermo acomoda a Brisa entre ellos dos.
-          Pa….nunca me terminaste de contar…
-          Qué?
-          Porque a papi le decís Pedro
-          A ver hijita… hace muchos muchos años, papi era policía secreto
-          Agente secreto – divertido Agustín
-          Como la película que vimos el otro día?
-          Algo así
-          Y le hizo creer a papa que se llamaba Pedro, hasta que papa lo descubrió
-          Ahhh! Ahora resulta que vos me descubriste! Que mentiroso que sos Graz…- la mano en la boca lo calla,  Guillermo se ríe – papa lo descubrió, resolvió todo el caso y colorín colorado, este cuento está acabado.
Pedro se levanta – quien quiere algo para tomar?
-          Yo ya sabes
-          Brisa, vos?
-          Un vaso de leche
Se corta la luz
-          La puta madre!
-          Ahora traigo velas
-          Pedro!


-          Ya voy Grazziani, ya voy…

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5 comentarios:

  1. Hermoso!!!! Me encantó

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  2. Amo leer historias que reflejen el día a día, eso que nos quitaron y que hubiese sido taaan lindo de ver. Y acá tenemos la posibilidad de crear, imaginar, compartir y disfrutar esos momentos.
    Silvio Rodriguez y "te conozco", sublimeee! Sin palabras, me encanta esa canción!!!

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  3. ¡Elena! Guille lo mira dormir.... "que lindo duerme". Esos ojazos marrones han convertido a Guille en un esclavo feliz. Me estás salvando el día con tus fics. Siento nacer de nuevo ese calorcito en el alma, los puedo ver, los puedo escuchar en tus relatos. Que tus escritos sean eternos como este amor! Gracias! ( Guilermina Pedris)

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