jueves, 16 de enero de 2014

La Señal (2da parte) by Ilgora Blue

Capitulo anterior: http://actosdefeylibertad.blogspot.com.ar/2014/01/la-senal-1era-parte-by-ilgora-blue.html

Gracias por los inmerecidos comentarios y por acompañar esta historia. Temo que, por ahora, nos toca sufrir, un poco más.


Cap 2: Vivir sin Pedro


Hace ya más de un año y medio de aquella madrugada en el Puerto de Frutos, de aquella madrugada que Guille no puede olvidar, no quiere olvidar: la última vez que vio la figura hermosa de Pedro… alejándose. Cuando todo se estrelló contra la realidad, y de ahí en más, solo ausencia. Guille también llevaba el cálculo en meses, semanas, horas, minutos, segundos, ciclos lunares, cantidad de feriados… pero nada le sirve…

"Lo difícil va a ser ahora, entrar al estudio y hacer que soy feliz y no pasa nada. O estar contento porque creo que estás pero después me pongo triste porque me doy cuenta que no estás", sus propias palabras, la puta madre.

No pudo volver más al estudio… no al menos por un tiempo… lo volvía loco pensar que había habido momentos, en que teniéndolo, había alejado a Pedro… ¡qué boludo! Ahora se sentía totalmente bipolar: había días en que trataba de recordar cada detalle de su cara, de su cuerpo, sus palabras y no podía, se desdibujaba y temía olvidarlo, y otros, en que todos los autos eran azules, todas las fundas de teléfonos eran azules, tooodos usaban lentes oscuros, todos usaban camisas de cuadros grandes… pero, ¿y la sonrisa de oyuelos? Esa, esa no la encontraba por ninguna parte.

Tampoco se la hacían fácil Miguel Ángel y sus secuaces. En los primeros meses, por lo menos una vez cada quince días, venía la policía al estudio con una orden de allanamiento… que por lo de Moravia, que por lo de Maidana, que por el narcotráfico… se llevaban todo lo de Pedro, devolvían todo lo de Pedro (siempre faltaba algo), y se lo volvían a llevar. Y Guille a veces los reputeaba, otras  los recibía amablemente, y una vez hasta los invitó a comer un asadito.

Y después, todo el tiempo los llamaban a declarar… por turnos, a todos, incluso a Cuca, a Solange… hasta a Isabel… dale que te dale… Y una y otra vez más, la misma pregunta: “¿Qué tipo de relación tenía Ud. con el imputado, el Dr. Beggio?”… Sí, tal como se lo imaginan, Guille ya estaba a punto de imprimir postales y mandarlas con la respuesta… y señaladores!

Y en cuanto a probar la inocencia de Pedro, estaban en una vía muerta. Todo en contra, o lento, o desaparecía… ¿y si estos hijos de puta ya habían encontrado a Pedro? No… las malas noticias viajan rápido, se decía Guillermo… tranquilo Graziani, concentrate Graziani… pero la verdad, es que se sentía enloquecer. Sentía que estaba atado de pies y manos… que no hacía todo lo que podía… que no hacía nada…

Los días en que creía ver en todo a Pedro, estaba eufórico, sacado, y al llegar la noche se derrumbaba, agotado; los días que sentía que Pedro estaba perdido, no se podía levantar de la cama, triste, desesperado, solamente quería a Pedro a su lado, nada más.

Y por si todo esto fuera poco, la gente, su gente, preocupada, trataba de ayudarlo, cada uno a su estilo: para matarlos a todos. Isabel recomendándole libros de autoayuda, (y el instinto asesino ahí, al borde del cuchillo de la cocina); Fabián, (pobre Fabián, desesperado) trayendo a Juan con cualquier excusa para que esté con él; el propio Juan, tratando de “animarlo”, de entretenerlo; Marcos, hablándole de plata todo el tiempo sin parar, insoportable… (pero, por la “casita del Tigre” a Marcos ahora, le soportaba todo. De aquí a la eternidad); también estaba José, revoloteando siempre, con buena intención, pero anhelando, ojo, tal vez inconscientemente, el momento en que se sintiera “viudo” (“De acá, viejito… de acá”); y hasta un profesor de la facultad, (porque lo habían convencido de volver a dar clases en la facultad). Era como si tuviera un cartel pintado en la frente (que los otros le habían pintado): “disponible”. Agotador.

Pero él, Guille, no estaba disponible, no se sentía disponible, qué va!  

Y Gabi!! Lo de Gabi, imperdible:

-Gabi, disculpame, vos me estás sugiriendo acompañarme a un bar a… buscar chongos?- le preguntó Guillermo, sentado a la mesa de reuniones, sacándose los anteojos por tener algo en la mano y no revolearle el pisapapeles por la cabeza.

-Y… sí, Guille, no sé… me parece que vos necesitás distraerte… y si no te animás solo… yo podría, yo nunca fui… pero…

-Y a mí me parece que vos necesitás un hachazo en la cabeza, “gorda”. ¡Beto!, ¿estás ahí? Vení por favor… ¿en qué estás pensando? ¿por qué uso la palabra pensando? ¡Delirante! ¿Qué vas a decir? ¡Qué llevaste a tu abuelito! ¡A catar bultos!

-Bueno Guille, no sé, tal vez también son para lesbianas y… - y por suerte en ese momento entró Beto, que vió la situación y “se la sacó de las manos”. –Ay Beto, es que estoy preocupada, y no sé qué hacer…Guille está muy mal, lo veo tan mal…

-Ya sé Gabi, ya sé… Pero no hagas nada, sabés… mejor, no hagas nada.

……………………

Su amigo Jorge lo llamó con la peor excusa del mundo. Guille se dio cuenta inmediatamente que era una excusa, pero era la que necesitaba.

Cuando llegó a la iglesia y Jorge lo recibió, Guille simplemente lo miró, y se largó a llorar. Y lloró. Con la cabeza entre las manos, apoyado en un reclinatorio, en el hombro de su amigo. Lloró. Y lloró tanto que creyó que ya nunca podría volver a llorar… (mejor dicho, por lo menos hasta la noche). Y cuando terminó de llorar y se recompuso Jorge le preguntó:

-¿Me querés contar algo más?

-Si no te dije nada.

-¿Te parece Guillermo? ¿Me llamás vos o te vuelvo a llamar yo… cuando te llamo?

-Y, si Pedro no vuelve antes, llamame en un par de semanas… pero buscá una mejor excusa…

-¿Para qué? Esta sirvió, ¿no?

……………………………



Beto era el único que parecía no haber perdido la razón: de una, se había puesto a cumplir las órdenes de Pedro: preparó las materias que le faltaban del secundario con tal energía, que las aprobó todas. Se recibió y arrancó con el ciclo básico. Tal era su entusiasmo, que se lo contagió a Fabián, quien decidió retomar la facultad, y para sorpresa de todos y sobre todo de su padre, arrancó con derecho. Le compró la regadera, que Guille agradeció, pero nunca usó… (imagínense lo único que quería regar con la regadera), mimó a Cuca, apoyó a Marcos, y con Gabi, bueno, sobre lo de Gabi iba a tener que hablar con Pedro cuando volviera, porque ya el tema lo tenía un poquito repodrido. Acompañaba a Guille a todas partes, (llamado muy acertadamente “el perro guardián de Graziani”), a todas las audiencias… y cuando tenía tiempo, había empezado a ir por su cuenta, para “entrar en tema”.

Con Cuca era con quien Guille podía charlar. Se quedaban solos, en el estudio o la acompañaba a su casa,  le contaba cómo se sentía, cómo lo sentía a Pedro, cuánto lo extrañaba, dónde le dolía, cómo se calmaba y no tenía vergüenza de ponerse a llorar… Y ella lo escuchaba, lo abrazaba, le preguntaba… técnicamente Cuca estaba loca para todos los demás, Guille estaba enloqueciendo: tenía sentido.

………………………..

Pasaba el tiempo, y ya había probado todas las estrategias: ser súper amable para que la gente se asustara y huyera… o ser súper seco y repelente, para que la gente se asustara y huyera… y un día, casi de casualidad, se dio cuenta de que empezaba a disfrutar más la compañía de los extraños, de los que no conocían a Pedro: era más fácil relacionarse, no había preguntas, ni miradas condescendientes, y él se sentía libre total de hablar de Pedro, aún sin nombrarlo directamente, comentar sobre su socio, los casos,…“sí, tengo un amigo que me quiere enseñar a jugar golf…imaginate”; sentía que lo tenía cerca…

Con el tiempo, prefería que el día se deslizara lo más imperceptiblemente posible hasta la noche. Ya no se sentía productivo ni una ayuda para Pedro… y se refugiaba en la oscuridad, cuando por fin podían quedarse solos… otra vez “la gente”, creyendo que le hacía mal estar solo, y él, escapándose… Una botella de vino, una botella de whisky, hasta pensó en pastillas, que alguna vez Pedro había mencionado. Pero no: él no lo lloraba… lo esperaba. El placer físico le sirvió durante algún tiempo, hasta que se dio cuenta que cada vez más rápido se frustraba y se descubría sólo, en un cuarto que ya no reconocía, alterado, enojado, y Pedro no estaba… Nada más cierto que aquello de que “no hay nada más bello que lo que nunca he tenido, nada más amado que lo que perdí”.

Hasta que le llegó el turno a los sueños… Y entonces sí: la noche se convirtió en un festín. Guille se preparaba para soñar… y lo soñaba en sus brazos, lo soñaba suyo, soñaba con su boca, lo soñaba joven, trabajando en la fotocopiadora de la facultad, y él su maestro; lo soñaba en terapia intensiva, y él cuidándolo; lo soñaba caminando juntos, por una playa desierta, perro incluido; lo soñaba agente de la Dea!; lo soñaba atreviéndose y tomando las decisiones correctas; lo soñaba su esposo y ¡padre de sus hijos!, esa sí que era poco probable, pero con Pedro, la imaginación era el límite… lo soñaba en todas las posiciones que ni él se había atrevido antes a soñar, lo soñaba transformado cada gesto, cada beso, cada mínimo contacto, en la más deliciosa prosa poética, describiendo con precisión el mapa de su amor, hasta del que todavía no habían vivido, pero lo sabía allí, y lo sacudía hasta la cumbre de su delirio, hasta el agotamiento. Sí, Guillermo se levantaba sintiendo que se estaba volviendo loco… y si eso era la locura… sería un loco feliz.

Pero con la luz del día volvía la realidad de mierda que lo devastaba. No le servía ser un zombi en un mundo en el que Pedro no estaba: Pedro iba a volver… ¿y qué iba a encontrar? ¿A un viejo como tierra arrasada? Tenía que encontrar la forma de inventarse un mundo vivible, en el que Pedro también viviera. Sonaba absurdo, pero este mundo ya era lo suficientemente absurdo: lo imposible era vivir en un mundo sin Pedro, y por lo tanto, y mientras durara la espera, él debía crear un nuevo mundo, que tuviera espacio para los dos. Y como las coincidencias no existen… ese mismo día, en su afán de transitar por lugares nuevos, de hablar con gente nueva, se le abrió un mundo lleno de otros mundos…

La biblioteca popular del barrio estaba allí desde hacía “apenas”40 años. Nunca la había visto. Resultó ser un lugar agradable, con la suave luz de la tarde colándose por las viejas ventanas. Uno de esos lugares donde uno puede desplegar su soledad a sus anchas… “Me gusta”, pensó Guille, sin gente, sin preguntas, sin…

-¿Busca algo en especial? Le preguntó una señora, de unos 65, 70 años… posiblemente jubilada docente, por lo que Guille alcanzó a ver en una primera impresión.

-Paz- respondió Guille para desalentarla… pero no conocía a Beba.

-Muy bien. Por acá por favor, tengo algo para Ud. – ¡cómo no iba a seguirla!

El límite por cada retiro de la biblioteca era de dos volúmenes, y ese día Guille salió con un ejemplar de Antología Poética de Octavio Paz, y con Guerra y Paz, de Tolstoi.

Ese día, algo poderoso había cambiado, otra vez, en la vida de Pedro y Guille… pero Guillermo todavía no lo sabía…

 ………………………..



Aquella noche, LA NOCHE, la del puerto de frutos, ya de madrugada, en el auto con Beto, Guille no pudo contenerse y le habló de LA SEÑAL, como si repitiéndoselo en voz alta, sonara menos absurdo, más real, aferrándose a ese hilo de esperanza de que Pedro volvería o lo mandaría buscar… Por supuesto, le hizo prometer a Beto guardar el secreto…

-Te lo juro, Guille.

Pero, viendo llorar desesperadamente a Gabi por la partida de Pedro, Beto trató de consolarla, de darle esperanza, y le contó de LA SEÑAL. Y le hizo prometer que no se lo contaría a nadie… por Guille.

-Por supuesto, claro, claro que sí. Te lo prometo Beto… - sollozó. Y antes del mediodía, Cuca también lo sabía. Y se lo dijo a Marcos. Isabel se conmovió profundamente… ¡qué tema tan triste y misterioso para comentar con las chicas de gimnasia!

En menos de dos días todo el mundo hablaba de la señal, todo el mundo buscaba la señal, todo el mundo creía ver la señal en todas partes… y Guille se quería matar. El  único puente que Pedro le tendió… banalizado de la peor manera… Guille ya no quería saber más nada con la señal… ni con el dolor de no recibirla…

…………………………..

Es tarde, y termina rápidamente de escribir sus notas manuscritas. La computadora está bien, pero de puño y letra, siempre ha sentido que se compromete más con lo que escribe. Y se mece en el ruidito de su pluma rasgando el papel. Las ha corregido una y otra vez. No tiene que consultar sus apuntes: hay días en que entra en pánico porque siente que le cuesta recordarlo, que su figura se desvanece, pero con el trabajo, él volvió con más fuerza que nunca, y en días como hoy, todo son imágenes bonitas, sensaciones… hoy, como ayer, sólo con pensar en él, se le escapan las palabras. Y revisa una vez más, porque todo debe estar perfecto: en este texto se juega una vida… y en cada vida, la propia.

¿Y si está equivocado? ¿Y si todavía no es el momento? La luz parpadea dos veces, indicando que al generador le quedan pocos minutos. Último vistazo a sus papeles, y sonrisa pequeña por los garabatos en el margen. Guarda prolijamente todo en carpetas y junto con otros documentos los deja listos para que los recoja el correo de la mañana. Apaga la luz. De ahora en más, sólo estará iluminado por la bracita de sus propias pitadas… Y se pregunta, si un recuerdo es algo que se tiene, o algo que se ha perdido… Pero su decisión ya está tomada. Guarda para sí el nombre amado, en secreto, y arroja su botella al mar.

………………………………………………………………………..

Esa mañana en el estudio, parecía que iba a ser igual que todas… pero no, pensó Guille, incluso podía ser peor. Todos los casos a tratar eran menores, Cuca particularmente distraída, Marcos infumable, Gabi idem, una citación del juzgado por el tema del arma del caso Moravia… ¿acaso podía empeorar?

-Guille – Cuca se asoma por la puerta entreabierta del despacho – es Beto, dice que es urgente…

Guille atiende, desganado, el teléfono.

- Beto ¿se puede saber dónde estás?

-Hola Guille, ¿estás ahí?

-Sí, Beto, claro que estoy acá, vos me llamaste, ¿se puede saber dónde estás?

-Guille, tenés que venir para acá ya, estoy en tribunales… venite ya.

-¿Y qué hacés vos en tribunales? – Guille malhumorado.

-Te avisé, Guille, te avisé, es  por un tema de la facultad, ¿te acordás? Pero ahora no importa Guille, tenés que venirte para acá.

-Claro que no me acuerdo, Beto, pero ¡para qué querés que vaya? ¡Qué pasa!

-Mejor te lo cuento cuando llegás Guille, vení para acá.

-Beto querido, ni me pienso mover de acá entendés, no tengo un día… ¿Qué querés, qué pasa?

Beto hace una breve pausa, buscando las palabras, pero se apura a hablar porque sabe que si tarda, Guille le va a cortar.

-Guille, mirá, escuchame. Guille, creo que recibí la señal. La señal, Guille la señal.

Y Guillermo está a punto de revolear el teléfono a la mierda. Lo que le faltaba. ¡Claro que el día podía empeorar!

-Guille, ¿me escuchás? Te digo que encontré la señal. Te juro que es Pedro, Guille. Estoy seguro. Pedro te mandó la señal.

“…otoño en un claro del bosque
en donde la luz canta en el hombro
de un árbol y son pájaros todas las hojas…”

Fragmento de TUS OJOS de Octavio Paz


¿Cómo era posible que Pedro se hubiera cruzado con Octavio Paz?

-continuará-



Y para quienes hayan quedado también atrapados en esa mirada, este es el texto completo de:

TUS OJOS
Tus ojos son la patria
del relámpago y de la lágrima,
silencio que habla,
tempestades sin viento,
mar sin olas, pájaros presos,
doradas fieras adormecidas,
topacios impíos como la verdad,
otoño en un claro del bosque
en donde la luz canta en el hombro
de un árbol y son pájaros todas las hojas,
playa que la mañana
encuentra constelada de ojos,
cesta de frutos de fuego,
mentira que alimenta,
espejos de este mundo,
puertas del más allá,
pulsación tranquila del mar a mediodía,
absoluto que parpadea, páramo.

Octavio Paz

38 comentarios:

  1. Amarte fuerte Graziani! Amarte Fuerte Ilgora Blue! Gracias por todo hermosa amiga!!

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  2. Óptimo como siempre. Bien escrito, bien desarrollado, intrigante, justas dosis de sentimiento y suspance.Y ahora la señal...

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  3. seguimos soñando.....creando un mundo que tenga lugar para los dos

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  4. Te voy a amar por siempre querida Ilgora por los sueños de Guille, no puedo escribirte nada mas, estoy muy emocionada. Espero pronto la continuación de esta historia que lo se, es mágica. Te quiero, Marisa.

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    1. Es que en esto, somos "hacedoras de sueños" Marisa! abrazo grande!

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  5. Ay Ilgora, me encanto como en sus sueños Guillermo encontró todas las historias del blog, como dándonos a todos también una señal, hermoso relato como todos los tuyos!!!! Gladys

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    1. ¡Gracias Gladys! ¿Acaso Guille y Pedro no son siempre felices en nuestras historias? Gracias a quienes escriben, y a los lectores!

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  6. Es verdad sufrimos un poco más pero también pusiste tus toquecitos de humor y se hizo muy agradable de leer, es atrapante esta historia! Espero que tengan piedad de nosotros y llegue pronto esta señal y el encuentro entre Guille y Pedro. María Elena

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  7. Ilgora....ya no se como decirlo......lo que haces es mágico, perfecto, inmejorable.....no se como lo logras, pero te doy infinitas gracias por las bellezas que creas y compartís con nosotros. Nunca me voy a cansar de decirlo, estas historias nos curan el corazón, no solo de las tristezas que esta historia nos pudo haber causado, sino de las tirstezas de la vida misma. Te estoy muy agradecida por la magia que traes a nuestro mundo con textos como este. Felicitas

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  8. Ay Ilgora, me dejaste sin palabras ¿¿que te escribo, ahora??
    Siempre me regalas increibles emociones... Gracias por este Graziani!
    Amé los sueños de Guille ;) pero me encantó "...y por lo tanto, y mientras durara la espera, él debía crear un nuevo mundo, que tuviera espacio para los dos". Y ahora... a esperar <3

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  9. Hermoso relato Ilgora, todos estamos buscando esa "señal" y con tus palabras nos acercas un poquito mas a ella. Gracias y no nos hagas esperar mucho, acordate que este es nuestro espacio y solo aca somos verdaderamente felices. Cariños. Silvana.

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  10. Fabuloso! Tan lleno de detalles y señales. Tan bien condimentado, ternura, humor, suspenso, dolor y como ingrediente principal el amor, amor de la mejor calidad para todo salga perfecto (me contagié de Julio que siempre usa metáforas culinarias jajaja). Lo tuyo ya me resulta incalificable, así que solo te agradezco una vez mas POR TANTO. Mimi

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  11. Genial!! Sublime!! Y la poesia de Octavia Paz ...sin palabras!! Gracias!!

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    1. Y, Adriana, usando a don Octavio, sí que es fácil! Gracias por tu comentario!

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  12. Excelente Ilgora .... ese continuara es la puerta a la esperanza .... Espero el proximo . Graciela CT

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  13. "Hasta que le llegó el turno a los sueños… Y entonces sí: la noche se convirtió en un festín. Guille se preparaba para soñar… y lo soñaba en sus brazos, lo soñaba suyo, soñaba con su boca, lo soñaba joven, trabajando en la fotocopiadora de la facultad, y él su maestro; lo soñaba en terapia intensiva, y él cuidándolo; lo soñaba caminando juntos, por una playa desierta, perro incluido; lo soñaba agente de la Dea!; lo soñaba atreviéndose y tomando las decisiones correctas; lo soñaba su esposo y ¡padre de sus hijos!, esa sí que era poco probable, pero con Pedro, la imaginación era el límite… lo soñaba en todas las posiciones que ni él se había atrevido antes a soñar, lo soñaba transformado cada gesto, cada beso, cada mínimo contacto, en la más deliciosa prosa poética, describiendo con precisión el mapa de su amor, hasta del que todavía no habían vivido, " Ilgora, gracias por este "homenaje" a muchos de los fics publicados, de este modo los reuniste y los convertiste en los sueños de Graziani que lo qyudan a sobreviviir la ausencia de Pedro.. Y Octavio Paz, una vez más como vigía.. Gracias! abrazo

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    1. ¡Gracias Nora! Esta idea de reencontrar guiños de Pedro y de Guille ya no en la tira, sino en los maravillosos universos creados en el blog, no es mía... y te la agradezco.
      Don Octavio: un antes y un después. Ahora, un imprescindible. Abrazo grande!

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  14. Agonía de Guille sin su Pedro, guerra dentro de sí mismo, encuentro literario en la paz de la biblioteca donde también encuentra a Octavio. Sed de una señal para poder seguir viviendo y Pedro que guarda en secreto el nombre amado. Y así vamos navegando por tu historia, mirando para ver si el mar arroja alguna otra botella para que al abrirla podamos encontrar el próximo capítulo de esta hermosa historia escrita por tu mágica pluma Ilgora, maravillosa narradora. Abrazo enorme.

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    1. Gracias Grace! Siempre tan generosa! qué comentario! Le da alas multicolores al texto original! Beso grande!

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  15. Hermosisimo Ilgora, y el detalle de los sueños de Guille refiriendote a las distintas historias de blog, fue maravilloso. Què habrà sido de la vida de Pedro, habrà Beto recibido la señal? Es mucho el suspenso, esperemos se resuelva pronto.

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    1. te aseguro que Beto recibió la señal. Gracias por el comentario, Marcela Andrea!

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  16. Ilgora, ya te lo puse en TW, me dejaste con la mandíbula por el piso. Una maravilla toda la odisea de Guille esperando a su Pedro. Gracias por permitirnos sumergirnos en este viaje, por permitirnos sentir a Guille, por quedarnos con las ganas de darle el hachazo en la cabeza a Gaby, por dejarnos esperando la señal... y los sueños de Guille con las referencias a las historias del blog, sublime!!! Abrazo reina, la Trinchera feliz!!!

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  17. Que buena idea Ilgora .diferente y con suspenso.Me atrapó ,muy bien escrita ,me llene de imágenes y del sufrimiento de los dos,Espero ansiosa la cont,gracias a todas las excelentws escritoras de este blogg.majo

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  18. Ilgora me encantó eso de buscar los autos y fundas de celulares azules, a mi me pasaba que veia un autito de ese color y todavia me hace acordar a Pedro. Pero esa sonrisa imposible que existan dos ¡¡¡ Bueno voy a seguir leyendo porque me quede en ese recuerdo y no pude dejar de comentarlo.

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  19. A mi también me pasa, Adriana! cada vez que algo me gusta, lo empiezo a ver por todas partes!!!

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  20. Como escribió Adriana antes que yo, lo de buscar los autos y los celulares azules y los lentes oscuros y grandes... tan nosotras!!!!!!!! No sé que más decirte que no te haya escrito en las historias anteriores... impecable! hermosa! quiero la señal ya!!!!! gracias de nuevo Lau

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    1. Gracias por el comentario Lau. ¿La Señal? Ya viene, para los que sepan verla... :)

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