Hosteria (6ta parte) by Elena

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Agustín

Tema musical http://www.youtube.com/watch?v=jPnLWawNw0U

Sentado solo en el muelle reflexiona y fuma, mira el cigarrillo encendido; a pesar de las protestas de Guillermo y aunque ya fuma casi nada, aun no lo deja del todo. Piensa en lo increíblemente vacía que fue su vida hasta que conoció a Guillermo. Recuerda la primera vez que lo vio, Postiglione por estafas, una persona fuera de lo común pensó. Y después los sueños, “ como hace la gente para saber cuándo está enamorada?”. Como iba a saberlo él. De su vida personal solo rescata un afecto, Laura, que ahora trabaja con ellos; y de su trabajo apenas tres, Marcial, Madre y Maidana. “ Pienso todo el tiempo en vos, no puedo dejar de pensar en vos”. Nunca pensó que se enamoraría de un hombre y puso todo en riesgo, su vida, la de Guillermo, la causa, y hubo que pagar un precio alto, muy alto para los dos. Y cuando ya casi no le quedaban esperanzas pudo volver, y lo encontró entero, esperando, contra toda lógica esperándolo.

No valía la pena perder más tiempo y ocupo el lugar que le pertenecía, y no se detuvo, y hoy, apenas unos años después, vive con el hombre que ama y que lo ama y con sus hijos, y es su hogar y su refugio y descanso.

Pero el pasado…el pasado siempre está ahí y vuelve, y es una barrera entre los dos, o tal vez él no sabe explicarle el indisoluble lazo que lo une a la agencia, o más precisamente a Madre. Porque aunque es exigente y dura en el trabajo salvo su vida más de una vez, salvo también la de Guillermo, y sí, es lo más parecido a una familia que tiene, y no puede dejar de agradecerle todo lo que hizo por él, ni de reconocer que si hoy tiene lo que tiene, es gracias a ella.

Escucha los pasos conocidos acercarse y Guillermo se sienta a su lado, pero no puede mirarlo.

-          Qué pasa?

Exhala el humo por toda respuesta

-          Pedro, que pasa? Hace días que estas mal - muy suavemente saca el cigarrillo de entre sus dedos y lo tira al rio.

Lo mira un instante y vuelve a mirar el rio – tengo que viajar.

La agencia otra vez, que remedio, si compro el paquete, el traje y la mancha, lo toma del mentón para obligarlo a mirarlo, esos enormes y húmedos ojos marrones, los labios apretados, intentando controlarse – no soy tan viejo ni tan tonto para no entender lo que me tengas que contar- y lo suelta

-          Marcial me llamo hace unos días, Madre está enferma, agoniza, tengo que verla

-          Bueno, vamos los dos

-          Los civiles no pued…. – se interrumpe, incredulidad y principio de enojo en la cara de Grazziani

-          Ci-vi-les

-          Perdón, perdón

-          Voy con vos, sí o sí

-          Y los chicos – último intento

-          Se quedan con Gaby. Adónde vamos?

-          Santiago de Chile, mañana, con Maidana

Marcial los recibe sorprendido por la presencia de Guillermo, pero Agustín no da explicaciones. La sala de terapia intensiva instalada en la casa, oxigeno, sedantes, enfermeros, todos salen cuando ellos dos entran en la habitación.

Agustín se sienta al lado de la cama y toma sus manos – Madre

-          Agustín viniste – él besa sus manos

-          Guillermo acérquese – una gran mujer piensa mientras se para  al lado de Pedro – se queda usted con mi mejor hijo, hágalo feliz

-          Soy feliz Madre, somos felices – alcanza a decirle llorando antes de que cierre los ojos.

Lo acompaña en el sobrio funeral, que vida tan solitaria y dura piensa mientras lo contiene. Es hora de volver, a otra vida, otra realidad, pero no hay ningún precio para la felicidad de Pedro que él no pueda pagar – Marcial, sos bienvenido en casa cuando quieras….

Llegan temprano y no avisan a nadie, “cena en casa esta noche” “llevo un vinito”. Guillermo cocina pastas, Pedro prueba la salsa “ ri-qui-si-mo”, la copa compartida, “que hacemos con esto?”. Esta vez nadie interrumpe, y la salsa…. Se quema.

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